Drabble que participa en la décima convocatoria de "Gundam Wing Yaoi en Español" (página de facebook)

Regalo navideño para LYmli Li.

Palabras: 499.


Los nervios no eran algo que sintiera con frecuencia. De hecho, Heero ni siquiera recordaba cuándo fue la última vez que sintió esa ansiedad. Aclaró su garganta como si no importara, acomodó su chaqueta y tocó la puerta. Había bastante ruido dentro de la casa y eso era extraño. Duo le abrió, mirándolo como si fuera una especie de aparición y lo envolvió en un abrazo que, de haber sido Wufei, quizá se hubiera sonrojado.

Lo invadieron sentimientos contradictorios, porque ver ahí a tantas personas le hacía sentirse estúpido ante su idea original. La caja de chocolates estaba bajo su chaqueta y no sabía cómo seguir ocultándola, así que de forma discreta fue hasta la habitación de Duo y la dejó sobre la almohada sin una nota. Como no pensaba ridiculizarse con una confesión no correspondida, quedaría como un regalo anónimo.

Y de nuevo tuvo esa ansiedad en su estómago, el latido acelerado de su corazón cuando al girarse, recargado en la puerta ahora cerrada estaba Duo, mirándolo de brazos cruzados y una expresión divertida en su rostro.

—¿Pensabas ser mi santa secreto? Creo que acabo de arruinarme la sorpresa. —Heero se mantuvo callado sin saber qué hacer—. Oh, vamos, Heero, ¿eres tan orgulloso como para ser incapaz de darme unos chocolates? —preguntó Duo, caminando hacia él.

Dos decepciones en la misma noche. Primero al creer que Duo le invitó a una cita en Navidad y luego darse cuenta que, en realidad, era un festejo con todos sus amigos, papel que lo incluía; y ahora al recordar que Duo era americano, y desconocía las costumbres japonesas y lo que significaban aquellos chocolates.

Duo sonrió y le abrazó.

—Feliz Navidad, Heero. Me alegra que hayas venido, pensé que no lo harías.

—No veo la diferencia, hay bastantes personas aquí —comentó con algo de amargura.

—Claro que las hay, ¡quería que esta Navidad fuera distinta! Y lo fue porque en verdad deseaba que tú estuvieras aquí.

Había algo en esa simple confesión que le tranquilizó. Sin importar que solo había podido confesarse de manera silenciosa, cierto trenzado pareció feliz durante toda la noche y nunca se apartó de su lado.

—¡Heero, Heero! —Esa era la voz desesperada de Duo corriendo tras él.

La fiesta había terminado y aunque se ofreció para ayudarles a limpiar, Quatre y Duo insistieron en que se encargarían. Había caminado un par de cuadras hasta ser detenido, solo para recibir un beso directo en los labios mientras un par de manos le detenían del rostro y un delgado cuerpo se pegaba al suyo. Su reacción instantánea fue devolver el beso que recibía con ímpetu, permitiendo que sus lenguas se enredaran y volvieran aquella conexión más intensa.

—¿Así despides a tus amigos? —dijo Heero serio en un intento de broma.

—Quatre me explicó tu regalo.

Duo sonrió grande antes de volver a besarlo, sintiendo los brazos de Heero apretarle para juntar lo más posible sus cuerpos.

…Al final, la noche fue especial para ambos, sin duda alguna.