Rattata de Oro, Cyndaquil de Plata
Disclaimer: Pokémon no me pertenece. Además de que ésta historia forma parte del reto anual "Long Story", del Foro DexHolders del Prof. Oak.
Ciudad Cerezo, que está en Johto, es un pequeño lugar cercano a Pueblo Primavera, donde está el laboratorio del Profesor Elm. Ciudad Cerezo es un lugar bastante normal, con un guía, un Centro Pokémon y unos cuantos jóvenes que están destinados a ser solo Entrenadores de ruta.
Ruta 30
—¡Lo tengo! — gritó un niño, levantando una Poké Ball con una mano,—¡Lo atrapé! — el niño vestía con una camiseta amarilla de mangas cortas y una gorra y pantaloncillos azules.
—No creo que sea motivo para emocionarse tanto… — Le dijo otro niño, vestido extrañamente similar —Es solo un Rattata.
—No es solo un Rattata, es el Rattata más fuerte que existe —Le dijo el primer niño, antes de lanzar la Poké Ball y sacar a su, recién capturado, Pokémon— Luchemos.
—Como quieras —le dijo el segundo niño, que sacó un Pidgey —Como quieras, Chano.
Ambos estaban en la Ruta 30. Luchaban con sus Pokémon… que pareciera que lo único que sabían era Placaje… ah, y el Rattata de Chano sabía Látigo.
En Pueblo Primavera
—Gracias por encargarte de esto, Ethan —dijo el Profesor Elm. Un hombre de estatura normal, con cabello castaño claro y gafas. Al frente de él estaba Ethan, un niño del mismo pueblo. Elm le había encargado la misión de ir a ver al "Señor Pokémon", un hombre que vivía por la Ruta 30 y ver cuál era su "importante descubrimiento". Además, le dio un Cyndaquil.
Afuera, Ethan vio a un chico que miraba por la ventana del laboratorio de Elm. Era un chico vestido de negro y con un cabello largo y rojo. No notó su presencia, así que solo pasó de largo, ignorándolo.
Esta es la historia de dos jóvenes leyendas, uno de ellos está destinado a ser el mejor entrenador de la región de Johto, y el otro del mundo.
—Esta pelea está siendo muy intensa —dijo Chano. Él y el otro chico habían estado peleando durante diez minutos. Ethan pasó por ahí, y vio su "intensa" batalla.
—La casa del viejo ese debe estar por aquí — se dijo, ignorándolos.
—Pidgey, Placaje —el otro chico le dio la orden a su Pokémon y logró debilitar al de Chano.
—Oh… — Chano guardó a Rattata y fue a Ciudad Cerezo para curarlo
Al entrar a la casa, gracias a la perspectiva, Ethan vio a dos hombres mayores muy cerca uno del otro.
—Prefiero no interrumpir... —se dispuso a salir pero uno de los hombres lo llamó.
—¡Muy buenas!, tú eres Ethan, ¿no? —el anciano que lo llamó tenía barba y estaba vestido de traje —Yo fui el que le mandó la carta al Profesor Elm hace poco —Sígueme —el anciano condujo a Ethan al centro de la casa. Ethan miró a un lado y vio al otro viejo... mirándolo. Miró al primer anciano, que estaba buscando algo.
—De esta no salgo virgen —pensó Ethan, nervioso. El "Señor Pokémon" se acercó a él y le dio algo, un Huevo Pokémon. Ethan exaló, aliviado —Por lo menos solo me dio uno de sus... huevos...
—El Profesor Elm debe saber de qué es. Es toda una eminencia en cuanto a los Pokémon. Hasta el Profesor Oak opina lo mismo. —el viejo se sentó en el sofá de la casa y le ofreció un lado a Ethan — Cuidaré de tu equipo Pokémon hasta que se reponga.
—Oh no... —pensó Ethan. Guardó a Cyndaquil en su Poké Ball y se la dio al hombre. El anciano se paró y fue a otra sala a curarlo.
—Tan tan tarará —tarareaba el viejo mientras curaba a Cyndaquil. El otro viejo seguía mirando a Ethan. El chico conocía a ese hombre, era el famoso Profesor Oak. No le daba confianza. ¿Por qué? Pues, un anciano de unos sesenta, que hace unos tres de años invitó a dos niños de once a su laboratorio, para darles unos Pokémon, que monstruos que fácilmente podrían matar a una persona (pero bueno, él también tiene uno) y una súper-enciclopedia, que de seguro debió costar mucho, mucho crearla, diciéndoles que siguieran su camino de ser Entrenador Pokémon, lo cual no es más que una simple excusa para que dos menores de edad se vayan de casa, irresponsablemente y solos a una región donde era muy probable que murieran, ya sea por sus Pokémon, los de los demás, se perdieran, se hirieran gravemente y no recibieran tratamiento, se ahogaran, etc. Además de no dejar de encontrar gente mayor desconocida y equipos malvados, viejos raros, jefes de la mafia. Sin contar los lugares donde podrían ir, lugares como volcanes, centrales eléctricas, cuevas con una temperatura bajo cero, casas quemadas...
Sí, Ethan piensa mucho.
De vuelta con Chano
—Bien, Rattata, vamos a pedirle la revancha a ese chico. Pero no puedo perder más dinero... —Chano había salido del Centro Pokémon, estaba en medio de la ciudad y hablaba con su Rattata, que estaba fuera de la Poké Ball. Pensaba en una estrategia de cómo ganarle a ese chico con su Rattata, que sabe Látigo y Placaje —... Podría usar Látigo... y luego Placaje... y luego Látigo...
—Eh, niño —Un anciano llamó a Chano desde atrás, dándole un escalofríos al chico. Chano se dio vuelta y vio que el anciano era muy alto, y eso lo puso nervioso —¿Eres un Entrenador Pokémon?
—Pues claro que lo soy — El niño se olvidó de sus nervios y le habló al hombre.
—Bien, pues sígueme —el anciano tomó a Chano de una mano y lo arrastró. Llegaron hasta el Centro Pokémon y el mayor le apuntó—Ésto es un Centro Pokémon.
—Lo sé, acabo de curar a mi Rattata... —El anciano lo condujo ahora a un edificio de techo azul.
—Esa es una Tienda.
—Lo sé, he vivido aquí toda mi vida... — El viejo lo agarró de nuevo y lo condujo a la salida de la ciudad.
—Ese es un camino. Por ahí pasan los entrenadores novatos y puedes luchar con otros.
—¿Puedo irme ya? —el anciano condujo a Chano a la orilla del mar.
—Esto es el mar —Chano parecía entre enojado y aburrido —Muchos Pokémon viven solo en el mar.
—¿Es en serio? —Ahora lo condujo hacia una pequeña casa al centro del lugar.
—Y ésta es mi casa —dijo el anciano, feliz. Chano se imaginaba lo peor si llegaba a entrar a esa casa —Y ahora, como recompensa por escucharme, te regalo estas Deportivas. —Chano iba a tomarlas pero... —Están calentitas y huelen a pies.— Alejó sus manos, guardó a Rattata y se alejó, caminando lentamente, aún mirando al "Guía". Cuando Chano se había ido, el anciano recordó algo y se dio una bofetada—Maldición, olvidé decirle que era una broma. Por lo menos el otro niño sí se lo creyó...
—Que viejo más raro... —Chano seguía caminando por la Ruta 30 y vio al niño con el que había perdido antes. Caminó hacia él y lo retó —Bien, Rattata, es hora de la revancha.
Ethan estaba en la Ruta 30, caminando tranquilamente. Oak le había dado una Pokédex, como a esos chicos de hace tres años. Él pasaba por un lado de Chano y el otro chico, que a nadie le importa su nombre; los vio luchar. Era la misma escena de antes —¿Esos niños llevan luchando desde que pasé por aquí? —de nuevo, los ignoró y siguió su camino; llevaba el huevo del Señor Pokémon en sus manos. Al llegar a Ciudad Malva evitó pasar por la casa del guía. Ese viejo no le daba buena espina, aunque le haya dado unas deportivas. Iba directo al camino para salir de Ciudad Cerezo e ir a Pueblo Primavera, cuando un chico pelirrojo chocó con él.
—Tú eres quien ha recibido un Pokémon en el laboratorio, ¿no?. Vaya desperdicio dárselo a alguien tan enclenque como tú — el chcio pelirrojo también tenía un Pokémon, un Totodile —... ¿Qué pasa? ¿No entiendes? nada de lo que te estoy diciendo?
—¿Qué?
—Bien, no me dejas alternativa... Yo también tengo un buen Pokémon.
—No. —Ethan estaba serio mirando al chico. Le apuntó con la mano su lado derecho —Puedes pasar por aquí.
—... Y voy a demostrártelo —el chico sacó a un Totodile. Ethan se encogió de hombros y le ordenó a Cyndaquil que luchara —. Totodile, usa Malicioso —Totodile hizo una cara fea a su rival y, quién sabe cómo, le bajó la defensa.
—Cyndaquil, usa Placaje— Cyndaquil se lanzó contra Totodile y le hizo daño.
— Totodile, Placaje— Totodile hizo lo mismo queCyndaquil, pero le hizo más daño, gracias al Malicioso.
—Cyndaquil, Placaje —Ethan seguía la batalla sin darle mucha importancia. Cyndauil repitió su ataque y le causó daño a Totodile. El chico pelirrojo le ordenó a Totodile que usara el mismo ataque. Ahora dejó a Cyndaquil casi debilitado. Ethan seguía sin darle importancia a la batalla.
—Ahora Totodille, un ataque más y ganaremos— el chico pelirrojo estaba muy seguro de sí mismo —. Usa Látigo —Totodile le bajó la defensa, otra vez, a pesar de que de otro Placaje lo derrotaría.
—... Usa Placaje —Ethan, a pesar de estar aburrido, quedó decepcionado de su rival. Cyndaquil se lanzó contra Totodile. El chico guardó a su Pokémon, Ethan hizo lo mismo —... la I.A.* de este mundo da mucho que desear...
—Grr. ¿Feliz por haber ganado?... Voy a ser el mejor Entrenador del mundo —el chico pelirrojo se fue, pero se le cayó una tarjeta. Ethan la recogió y resultó ser su Ficha de Entrenador. El chico de antes se devolvió y se la quitó —. ¿Has visto mi nombre?, bah, no importa —ahora sí se fue.
—¿Plata?, vaya nombre más raro... —Ethan se encogió de hombros y se fue al Centro Pokémon.
—Gané, otra vez —dijo el chico, con el que Chano se estaba enfrentando. Chano había perdido, de nuevo, y había curado a Rattata con un Revivir que había encontrado en el suelo. El otro niño no le quiso dar la revancha y, extrañamente, se quedó parado a unos metros de Chano, esperando entrenadores. Plata, el chico que enfrentó a Ethan, pasaba cerca de ellos, pero Chano lo dejo pasar. No quería perder más dinero... Chano se sentó en el suelo, taimado, enojado y aburrido de perder batallas.
—¿Debería conseguir más Pokémon? —se preguntaba Chano, mirando la Poké Ball de Rattata. Estaba deprimido y quería ganar una batalla, pero con Rattata no podría... ¿o sí?
*I.A.: Inteligencia Artificial.
No quería hacer una representación totalmente seria de los juegos de Pokémon. Y sí, la historia tratará de Chano y Ethan. Lamento si los cambios de escenarios o cambios de personajes resultan molestos o confusos.
Pokémon tiene un humor "oculto", y quiero mostrar como veo yo el mundo Pokémon-
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Nótese que no soy bueno con los títulos...
Bye.
