Naya trabajaba en una oficina ubicada en el piso 25 de uno de los edificios mas altos de la cuidad. Era asistente de un gerente de la empresa. Era un día como cualquier otro, Naya llevaba puesto un saco negro, camisa blanca y una pollera ajustada, negra también a las rodillas, sus zapatos negros y su cartera favorita de Channel. Tomando su café de Starbucks, subió al ascensor que estaba a punto de cerrar las puertas. Debía haber unas 10 personas adentro pero una chica de unos 25 años le había llamado la atención Poco a poco fueron bajando, pero ellas seguían ahí.
Llegaron al piso 15 y solo quedaban ellas 2. La desconocida leyó su vaso de café,:
-Con que tu nombre es Naya.
-Así es, y el tuyo?
Naya quedó con la intriga porque se abrieron las puertas del ascensor y la chica bajó apurada. Piso 13. Vió como se alejaba y se volvían a cerrar las puertas del ascensor. Miró al piso y vió una billetera. La abrió y era de esta desconocida, Shay. Sabia que tenia que devolverla, así que volvió a apretar el piso 13. El ascensor llegó al 25 y volvió a bajar. Había un mostrador, y preguntó por Shay. Le indicaron que su oficina estaba al final del pasillo. Golpeó la puerta y pasó.
Shay la miró sorprendida, hasta que Naya levantó la mano sacudiendo la billetera. Shay intentó agradecer pero Naya dijo que debía recompensarselo, con una mirada sugestiva en la cara. Y dejó su cartera apoyada en una de las sillas rojas que había en el escritorio, y se sentó en el otro. La otra, se paró y fue hacia la ventana, cerró la cortina y trabó la puerta.
Se acercó a Naya y se sentó frente a ella, sobre el escritorio, con las piernas abiertas. La latina se paró, y la otra la trajo contra ella. Comenzaron a besarse apasionadamente, parecían pelearse por quien llevaba el control. Las manos de Shay tomaron las nalgas de Naya y la trajo bien contra ella, desabrochó el único botón de su saco y lo dejo sobre su cartera. Desabrochó también los primeros botones de la camisa que dejaron a la vista unos grandes pechos, contenidos por un corpiño de encaje blanco, que dejaban ver los pesones duros de la latina. Sus manos los tomaron y jugaban con ellos, mientras ellas no dejaban de besarse. Naya tomó a Shay y la recostó sobre el escritorio, le sacó la remera gris que Shay llevaba y comenzó a besar sus pechos, ya que no llevaba corpiño. Recorrió con su lengua cada centímetro dejando húmeda la zona por la que pasaba. Besaba ahora su abdomen, y seguía bajando, ahora su ombligo. Llegó al botón de su jean, y lo desabrochó rápidamente Shay levantó el cuerpo para que Naya pudiera sacar su pantalón y bombacha a la vez. Pero los dejó en sus rodillas.
Naya siguió bajando hasta llegar a donde ella quería, comenzó a jugar con el clit de Shay que respiraba cada vez mas rápido, y leves gemidos salían de su boca. Estaba llena de humedad, Naya metió 1 dedo dentro de ella y comenzó a moverlo en círculos. Shay pidió uno mas, así que Naya ahora tenia 2 dedos dentro de ella, que entraban y salían rápidamente mientras su lengua y labios jugaban con el clit de Shay. Sus gemidos aumentaban, pero no podía gritar mucho ya que su jefe estaba en la oficina de al lado. Sus piernas comenzaron a ponerse tenzas, mientras arqueaba su espalda. Comenzaba a temblar y finalmente había llegado al orgamo. Naya sacó los dedos y los lamió muy sexy. Se abrochó la camisa y dijo que debía ir a trabajar, pero agarró un marcador que estaba en un lapicero al lado de Shay, que seguía acostada sobre el escritorio y anotó su celular en el abdomen transpirado de Shay. 'Puedes volver a perder tu billetera cuando quieras' Tomó la cartera, la besó y salió caminando por el pasillo.
