Disclaimer: Los derechos de cada personaje mencionado de SCC pertenecen actualmente a CLAMP, tal vez algún día los consiga pero mientras tanto aclaro que no los uso con fines de lucro, solo de entretenimiento. La canción inspiradora es Severely de F. T Island, tampoco me pertenece y si quieren la pueden buscar en Youtube. Dedicado a DOLENTEM. 3


Amar es probablemente cientos y miles de veces

mas difícil que terminar...


Sakura

Dios, cuando lo vi pensé "Ese es un chico apuesto". De la clase de chicos con los que mi hermano me prohibiría salir, en caso de que yo saliera con chicos. Pero había algo más en él que me llamó la atención. No sabría decir qué. Tal vez su mirada, o su cabello castaño alborotado, o su manera de caminar, o cómo sostenía ese libro con una sola mano mientras que se pasaba dos dedos de la otra por la ceja derecha. Todo en él me parecía familiar, aunque sus gestos no los había visto nunca en otra persona.

El caso es que hice la primera cosa arriesgada que he hecho en estos últimos dos años, después de mi accidente. Cómo no se como era mi vida antes, tal vez podría asegurar que era la segunda cosa arriesgada que hacía en toda mi vida, considerando que tuve que hacer algo para provocar lo que me pasó.

De lo que estoy hablando es de que saldré con él esta noche.

Pero no se trata solo de eso, fui yo quién lo abordó. A un chico completamente desconocido, en una biblioteca, donde podría estar buscando el libro ideal para su novia. Fui yo quién se acerco y le preguntó que tal estaba el libro. Me sonrojo solo de pensar que yo, Sakura Kinomoto, la chica mas tímida de la historia, pude siquiera formar una frase coherente frente a un chico que bien podría salir en las portadas de las revistas que lee Tomoyo. Pero es que parecía tan correcto hacerlo.

Bueno, lo parecía hasta que él me miro con la mirada más sorprendida que he visto nunca en alguien. Abrió tanto los ojos y la boca, que pude apreciar el brillo dorado en sus ojos chocolate y sus perfectos dientes blancos. Él se quedo solo ahí, como trabado con la mirada perdida, y mi vergüenza se convirtió en miedo. Miedo de que le estuviera dando un ataque o algo así. Y de pronto él tartamudeo y la sorprendida fui yo, con su respuesta.

—Sa… Sakura— Dijo, aunque sonaba como si se estuviera diciendo mi nombre a si mismo. Lo mire frunciendo el ceño y me alejé un paso.

—¿Nos conocemos?— Le pregunté. En mi mente se repetía la frase «aquí vamos de nuevo». La peor secuela que aún me quedaba de mi accidente era la perdida de memoria. Aunque había comenzado de nuevo con mi vida y día a día trataba de superarlo, para mi seguía siendo algo muy frustrante. Él pareció reaccionar de pronto y su semblante cambio completamente, no se porqué pero de pronto parecía triste.

—No —Respondió, negando con la cabeza—. Lo dice en tu gafete— Señaló mi nombre con un dedo y sonreí un poco avergonzada. Había olvidado quitármelo como muchas veces después de que acababa mi turno como ayudante en la biblioteca. Internamente, en la profundidad de mi corazón, me sentí decepcionada de que no nos conociéramos de antes. Hubiera sido magnifico haber sido amigos y que me contara sobre cosas que no recordaba.

—Lo siento, siempre olvido que lo traigo puesto— Le dedique mi mejor sonrisa mientras me quitaba el gafete y lo guardaba en la bolsa de mi pantalón—, entonces ¿Es bueno o no?

Sus cejas casi se juntaron y me miro confundido. Reprimí mis ganas de reír y mis ganas mas fuertes de pasar los dedos por esa arruga en su frente.

—¿Cómo?

—Si, el libro ¿Es bueno?

En ese momento él pareció reparar en el libro que tenía aún en su mano izquierda.

—Sinceramente parece interesante, pero tendría que leerlo todo para darte una buena respuesta.

Lo que dijo me lleno de calidez y de una sensación de respeto por él. Últimamente comenzaba a odiar los comentarios de personas que criticaban libros sin haberlos leído completamente. No es que no me gustaran las criticas negativas, incluso yo las hago. Pero ¿Cómo puede alguien elogiar o despreciar un libro sin haberlo leído? ¿Sin comprenderlo?

Hay tantas personas que se dejan guiar por lo que los demás dicen, en especial a los que les gusta alardear por sus preferencias. A los que les gusta decir que leen a Nietzsche por su filosofía a Shakespeare por su genialidad o a Cervantes por su ingenio. Aunque no niego la razón de esas afirmaciones, la mayoría de esas personas leen para impresionar, no para aprender y disfrutar.

—¿Qué tal si tomamos un café y me recomiendas algunos libros?

Primero otra vez pareció sorprendido, y luego consideró la idea varios segundos, como si internamente estuviera luchando consigo mismo. En ese momento pensé en el atrevimiento de mi pregunta y lo miré alarmada.

— Discúlpame, ni siquiera sé si tienes planes o estas saliendo con alguien, yo solo…

—No estoy saliendo con nadie— Me interrumpió. Y se quedó tan perplejo como yo con esa afirmación tan enérgica —Es decir, podría pero justo en este momento yo… tengo algo que hacer.

Aunque no parecía muy convencido. Más bien era como si se acabara de inventar un pretexto.

—Bien, ¿que tal más tarde? Tengo la noche libre.

No se que poder mágico me hizo hacerle esa pregunta. Ni porque me molestó tanto su negativa inicial. Mi reacción más bien fue como retarlo a que volviera a inventar otra excusa.

Después de un momento de vacilación él sonrió y soltó una pequeña risita. Bajo la cabeza y negando murmuro algo que no entendí.

—De acuerdo— Solo hasta ese momento mi mente consciente entendió que yo lo acababa de invitar, y que él acababa de aceptar. ¡Él aceptó! —Conozco una cafetería que sé que te encantará— Carraspeo como para quitarse algo de la mente— Dime ¿A que dirección puedo pasar por ti?

Su pregunta activo todas mis alarmas, si de casualidad se encontrara con mi hermano, Touya nos mataría a ambos.

—¿Qué tal si nos encontramos ahí? Solo dame la dirección y tu teléfono.

—Chica lista— Sonrió y un encantador hoyuelo se formo en su mejilla —Pero el que debería pedir el numero de teléfono soy yo, siento que llevamos un marcador de tres a cero a tu favor.

—Pues agradece que te de la oportunidad de mejorarlo —No lo podía creer. Estábamos coqueteando. Yo estaba coqueteando con alguien. Un alguien que físicamente estaba, palabras que diría Tomoyo, 'Para chuparse los dedos'.

—Gracias Sakura— Había algo más en su voz, aunque la chispa seguía ahí, era como si tuviera un segundo significado. Me encogí de hombros quitándole importancia. —¿Qué tal si nos vemos en la estación del metro a las 6?

—Me parece bien, ¿En un andén en especial?

—En la sala de espera del anden cinco.

Asentí y sonreí. Formalmente estaba planeando mi primera cita, después del accidente, con un chico.

—¿Me dirás tu nombre?

—No— Respondió inmediatamente. Pasaron un par de segundos antes de que lo mirara con sorpresa.

—¿Qué? —Pregunté desconcertada.

—No te diré mi nombre, ¿No es más interesante así?

—¿Interesante?

—¿Te molesta?

—No, es solo que… — Que yo sentía una necesidad casi obsesiva por conocer su nombre—, es raro.

Sonrió de medio lado, ¿sería también un gesto coqueto?, y de nuevo tuve la sensación de familiaridad, cómo cuando Touya se molesta y se le salta una vena en la cien o como cuando Yukito sonríe y cierra los ojos.

—¿Seguro que no nos conocemos?— Hice un esfuerzo por buscar algo en él que me diera una pista, pero nada, tratar de recordar el pasado era como querer derribar una pared de concreto chocando con ella, a veces lograba hacerle un rasguño pero terminaba más lastimada.

—Podría asegurar que es imposible olvidarte, Sakura— A pesar de que la manera en que decía mi nombre me hacia sentirme especial, la frase completa me hizo sentir culpable. Antes de analizarlo más él se acercó y me dio un beso en la mejilla, dejando sus labios ahí durante varios segundos. Sentí su aliento en mi oreja y el mio escapo de mis pulmones. —Nos vemos más tarde.

Se alejó sin más y se dio media vuelta, saliendo rápidamente de la biblioteca. Yo seguía ahí de pie, aún sintiendo sus labios tan cerca. Su aroma fresco y especial, que también me trajo, o intento traerme, algún recuerdo. Me di un masaje en ambos lados de la cabeza para quitarme la sensación y también salí. Lo busqué por los alrededores, pero se había ido.

Y de ahí vine a parar finalmente en la habitación de Tomoyo, con ella mirándome con brillo ilusionado en los ojos. Obviamente no le conté todos los detalles, solo los hechos, aún así ella me miraba de esa manera, con la mirada que utiliza para pedirme que sea su modelo o su maniquí Ahora se me ocurre que no es tan buena idea pedirle ayuda para, hipotéticamente hablando, mi primera cita.

—¡Tu lo invitaste a salir! No puedo creerlo Sakura— Si, yo tampoco —, ¿Por qué no estaba ahí? ¡Ah! Sabia que tenía que ir hoy a la biblioteca, tenía esa sensación desde…

—Tomoyo…

—…la mañana, pero tuve esta tonta llamada de la oficina y luego…

—Tomoyo— Ella solo hablaba y hablaba y daba vueltas por la habitación gesticulando con las manos.

—…tuve que ponerme a trabajar en sábado y perderme la primera ocasión en la que Sakura se le lanza a un hombre.

—¡Tomoyo!

Ella se detuvo de pronto, riendo.

—Es que con lo tímida que eres Sakura, pensé que tendría que contratar a alguien que te secuestrara para que 'salieras' con él.

—Basta, por favor.

Ella me sonrió y me miró con esa mirada tan maternal suya que ya no pude seguir en mi papel de indignación.

—Me muero por los detalles, dime ¿Cómo es? ¿Alto, rubio, bronceado, atlético?

Me sonrojé cuando lo recordé, ¿Alto? Si, bastante, tan alto como mí hermano que mide 1.90, ¿Rubio? No, su cabello es castaño, pero de un castaño especial, como las hojas de los árboles en otoño, ¿Bronceado? No precisamente, su piel no es pálida ni morena sino como si el sol lo acariciara a diario y le diera ese tono tan indefinible para ella, ¿Atlético? Si, rayos ; con una constitución ancha arriba, en los hombros, y estrecha en medio, en la cintura, perecía un nadador profesional.

—¿Sakura? ¿Me estas escuchando?

Mi sonrojo se incrementó cuando me di cuenta de que me había quedado alucinando al pensar en mi chico interesante. Además era altamente probable de que se tratara de un lector habitual, lo que lo hace mucho más interesante. Un momento, ¿acabo de pensar en él como mi chico interesante? ¿Mi? A duras penas contuve las ganas de entrar en pánico y correr como loca.

"Tranquila Sakura, cálmate, inhala y cuenta del diez al cero. Diez, nueve, tus pensamientos no tienen nada de malo, ocho, siete, seis, es una reacción completamente normal, cinco, cuatro, que no hayas pensado en un chico de esa forma antes no quiere decir que otras chicas no lo hagan, tres, dos, además él se mostró interesado ¿no? A pesar de que por momentos parecía triste, uno…"

La estruendosa risa de Tomoyo me saco definitivamente de mis pensamientos. La mire con el ceño fruncido por haber interrumpido la cuenta regresiva con la que mi conciencia me ayudaba.

—¡No puede ser! ¡De verdad te gusta!— Antes de que pudiera responder, o negar las acusaciones, me tomó de las manos y empezó a girar conmigo. Enseguida comencé a reír con ella e incluso pude ignorar su frasecita de 'Sakura quiere novio' que cantaba en un tonito pegajoso. —¡Espera!— se detuvo abruptamente y me tambalee un poco hasta la cama.

—¿Qué sucede?

—¡Touya no se puede enterar de esto!— Rodee los ojos y me puse de pie.

—Por supuesto que no Tomoyo, ¿Tú crees que yo iría a decirle a mi hermano que me conseguí una cita? ¿Piensas que no tengo instinto de supervivencia?

—No, no lo decía por eso— Tenía la mirada puesta en el piso y se alisaba un mechón de cabello con las manos, gesto que usaba cuando se ponía nerviosa. De pronto una luz brillante se iluminó en mi mente y lo comprendí. Me di un golpe en la frente con mi mano derecha por no haberlo captado antes.

—Lo siento, lo siento Tomoyo. No quería ponerte en esta situación, soy una tonta.

—No te preocupes Sakura, yo soy la que está mal. Eres mi mejor amiga y el hecho de que salga con tu hermano no tiene que afectarnos a nosotras. En mi lista de prioridades nuestra amistad esta primero, puedes estar segura de que no le diré nada de lo que me confíes.

—Pero Tomoyo, no quisiera ser la causante de que ustedes peleen.

—Tranquila, hace falta más que eso. Además, ¿no has escuchado eso de que una pelea viene acompañada de una estupenda reconciliación?

—¿Eh?— La miré sin comprender hasta que ella movió sus cejas arriba y abajo y me sonrió de manera astuta. Oh. —No, no, no, no Tomoyo. ¡Iugh no! Yo no quiero saber nada de lo que tú y mi hermano… Oh no, ¡Saca eso de mi mente!

Sacudí la cabeza de un lado a otro y ella tomo mi mano, aun riéndose.

—Lo siento Sakura, eres tan inocentemente irresistible— Le lancé una mirada asesina pero ella ni me miró, ahora estaba concentrada en buscar algo en el arcón que estaba al pie de la cama. Un momento después se irguió triunfante, con unas zapatillas azules en la mano. —Esto servirá para la buena suerte.

Yo levante una ceja dudosa, ¿desde cuándo Tomoyo se volvió supersticiosa?

—Tomoyo ya son las… —Levante la mano para mirar mi reloj y el aire se me escapo de golpe— ¡Ya son las cinco veinte! ¡Tengo que estar lista para las seis!

Tomoyo también pareció alarmada y reacciono empujándome al baño.

—No tenemos tiempo que perder, apresúrate a bañarte que yo me encargo de lo demás.

Ni siquiera se me ocurrió replicar. Sería el colmo que llegara tarde a mi supuesta primera cita. Me duche rápido y salí envuelta en una toalla. Como suelo quedarme mucho en la casa de Tomoyo, tengo bastante ropa aquí. Por suerte.

Estaba decidiéndome entre unos jeans con camisa de manga larga o esos mismos jeans pero con una blusa strapless, cuando entro Tomoyo con un vestido sin mangas y estampado de flores azules y rosas, se sostenía solo por unos finos tirantes de seda plateados y tenía una línea del mismo material bajo el pecho, después caía suelto hasta las rodillas.

—Este te quedará perfecto ya que a mí me quedo un poco apretado.

—Pero Tomoyo…

—Nada de peros o se te hará tarde, apresúrate a cambiarte y no olvides las zapatillas— Dijo señalando con el dedo hacia un lado de la cama, donde estaban las susodichas.

—Gracias.

Tomoyo a veces es muy extraña, pero es la mejor amiga que alguien pueda tener.

Le hice caso y me apresure a cambiarme, ella tenía razón, como siempre, el vestido me quedaba como guante. La tela era suave y el diseño muy cómodo, a pesar de que dejaba al descubierto gran parte de mi piel.

Si me encontrara con Touya por error, seguro me lanzaría sobre su hombro y me cubriría con lo primero que encontrará, me llevaría a casa y me encerraría por los siguientes diez años. Reí ante mi versión exagerada de la futura reacción de mi hermano, aunque no estaba tan exagerada como me gustaría.

Cuando fui a ponerme los zapatos me di cuenta de lo sencillos y a la vez hermosos que eran. No tenían tacón y se veían cómodos por dentro, por fuera eran de un azul precioso y tenían un listón plateado que llegaba hasta debajo de las rodillas. Me los puse y di unos cuantos pasos, me quedaban a la perfección, como si mis pies ya estuvieran acostumbrados a ellos.

De pronto, ahí de pie, vino una imagen a mi cabeza. Una serie de imágenes, más bien. Era yo llevando estos mismos zapatos, corriendo y girando. Riendo, pero no solo estaba mi risa, estaba la risa de alguien más. Ese alguien me perseguía divertido hasta que me atrapaba y me alzaba en sus brazos, en esa imagen yo veía mis pies moviéndose en el aire y por más que lo intenté no pude enfocar el rostro de esa otra persona.

El recuerdo se fue tan rápido como llegó, dejándome una sensación extraña. Retrocedí y caí sentada en la cama, con mi corazón latiendo rápido y un dolor de cabeza en formación. Yo seguía mirando desconcertada los zapatos en mis pies, eran exactamente los mismos de ese recuerdo.

En ese momento entró Tomoyo con una pinza para el cabello en la mano.

—Ya casi estas lista y lo estamos logrando a tiempo, ya solo falta que…— Se detuvo cuando se dio la vuelta para mirarme— ¿Qué sucede Sakura? ¿Estás bien? —Tenía una expresión muy preocupada, hasta palideció un poco. Tragué el nudo en mi garganta.

—¿Estos zapatos son míos?— La miré atentamente, y muchas expresiones pasaron por su rostro. Desconcierto, esperanza, preocupación, culpa.

—Sí, son tuyos. Creí que sería buena idea que… usaras algo que solías usar antes —Algo me decía que esa explicación no estaba completa—, ahora veo que fue una mala idea, ¿Te trajo algún recuerdo?

No creí que fuera posible, pero había más preocupación en su voz que momentos antes. Por eso decidí mentir.

—No— Baje la cabeza—, solo me trajo una sensación de familiaridad. Supongo que me los ponía muy frecuentemente.

—Así es— Dijo con su voz más animada— Si lo prefieres te puedo buscar otros.

Negué con la cabeza.

—No, así está bien. Continuemos antes de que se me haga tarde— Sonreí y me senté en la silla que ella había acomodado frente al espejo del tocador. Mientras ella me peinaba y hacia comentarios positivos respecto a mí 'cita', yo no podía dejar de pensar en la persona de mi recuerdo. Ese alguien que reía conmigo. Si los zapatos son reales, ese chico también lo es. Pero ¿porque nadie me ha hablado nunca de él?

El sonido de mi teléfono fue el que finalmente quito esos pensamientos de mi cabeza. Al ver en la pantallita el nombre de quién me hablaba un escalofrío me recorrió. Touya. Miré a Tomoyo con alarma.

—Solo dile que estás conmigo.

—Estoy contigo.

—Exacto, es lo mejor que puedes hacer, incluso por teléfono eres pésima mintiendo— Su comentario me hizo pensar en la mentira que le acababa de decir, ¿Se habrá dado cuenta o mejoré mis habilidades?

—Hola hermano— Contesté finalmente.

—Monstruo, ¿Ya terminaste de trabajar? Estaba planeando ir a visitar a papá ¿Quieres venir?

Me entró el remordimiento, los días en que visitamos a papá son tan especiales últimamente. Sobre todo desde que se casó con la mamá de Tomoyo, si, esa situación es tan extraña: papá con la mamá de Tomoyo y Tomoyo con mi hermano; en fin, el caso es que no hemos tenido muchas ocasiones para charlar de padre a hija y hoy lo estaré cambiando por un chico desconocido del que no conozco ni el nombre. Bien podría ser un asesino serial. O el amor de tu vida. La voz de mi conciencia me animó.

—Estoy en la casa de Tomoyo. —No sonaba a explicación, pero fue todo lo que pude decir sin echarlo a perder.

—Oh, vaya. No sabía que irías con ella hoy.

—Sí, ella quiere hablar contigo. —No se me ocurrió nada mejor que hacer que lanzarle el teléfono. Por suerte ella estaba preparada y actúo enseguida.

—Hola ogrito ¿Cómo estás?— El apodo me hizo ahogar una carcajada, es tan apropiado— Si, de hecho estamos aquí planeando una noche de chicas, tenemos mucho sin pasar tiempo juntas.

Un par de minutos después, y de varios empalagosos cariños telefónicos, Tomoyo me devolvió mi teléfono con todo el asunto arreglado. Touya no volvería a llamar hasta mañana.

—Listo, ahora solo te maquillamos y estarás encantadora para tu cita con el chico caliente.

—Tomoyo— Me sonrojé porque internamente yo también había pensado eso.

—Definitivamente no necesitaremos rubor.

Después de varias protestas Tomoyo accedió a dejarme en la estación del metro sin bajarse del auto. Pero como no me fiaba de ella esperé hasta que vi el auto alejándose.

Suspiré y avancé hasta la sala de espera dónde habíamos quedado. Vi mi reloj y me sorprendí de que fueran las seis en punto. Nunca había sido tan puntual desde que recuerdo. Que no es mucho. Lance una mirada por el lugar y sonreí al verlo sentado en una de las sillas, él no me había visto aún, así que avancé con cautela. Comiéndomelo con los ojos.

Estaba guapísimo con un sencillo pantalón de tela oscuro y una camisa formal que estaba entre el gris y el azul. Parecía que había tardado bastante tiempo en acomodar su cabello y al final un mechón rebelde le caía cerca de los ojos. Me acerque más. Justo en el momento en que él levanto su mano para aplacar el mechón, levanto la vista y su mano se detuvo en el aire.

Ahí estaba él, mi chico caliente, mirándome sorprendido. Se puso de pie y me sonrío.

—Hola— Dijo manteniendo la sonrisa, por lo que yo también lo hice cuando le respondí.

—Hola.


Notas:

- Bueno, este es el primer capítulo de una historia aproximadamente de 3 o 4. Perteneciente a mi reto-castigo por ser una buena persona y tratar de animar a la gente u.u, jajaja xD

- Entonces, esto consistía en inspirarse en una canción, la mía me fue amm otorgada(?) por Martha... así que parte de los créditos van hacia ella. :P

- ¿Qué más? I don't remember! u.u, ah si, jaja, todo esto ya esta planeado en mi mente... depende de ustedes el final, que prefieren ¿Drama nivel 3 o Drama nivel 4? xD Considerando que Drama nivel 5 es Final Infeliz jaja

En fin, esperaré sus respuestas y nos seguimos leyendo. :)