Bien aquí esta el primer cap... se que es algo corto prometo que el segundo no lo será tanto jejeje... bueno espero y les guste... disculpen por las faltas de ortografía.
Los rayos de la luna era lo único que iluminaba aquella noche, aunque nubes negras amenazaban con soltar su furia. Todo el bosque estaba en silencio hasta que aquella tranquilidad, fue interrumpida por el galopar de un caballo que cabalgaba a toda prisa por el bosque esquivando las ramas y las raíces de los arboles. Su jinete estaba con su capa negra que volaba con el viento al igual que su cabello largo y castaño. Disminuyo el paso cuando se dio cuenta que estaba a punto de llegar a las orillas del bosque. Miro hacia atrás un par de veces haciendo que sus ojos dorados brillaran, como los ojos de los lobos cuando son iluminados con la luz de una linterna. Freno el caminar del caballo por completo cuando escucho un pequeño ruido que venia de abajo de su capa negra, cuidadosamente se desabrocho la capa y sonrío.
- ssshhhhh... tranquila... todo estará bien...- dijo dulcemente la mujer acunando al pequeño bebe que se removía en sus brazos.
La mujer gimió de dolor cuando trato de acomodarse en la silla del caballo, haciendo que se llevara su mano hacia donde sintió aquel dolor. Cerro sus ojos cuando sintió liquido caliente en su mano.
- demonios- dijo molesta viendo su mano llena de sangre- ahora lo entiendo...- se dijo en voz alta apretando su mano manchada de sangre.
Con cuidado bajo del caballo, haciendo que de nuevo el bebe se moviera entre sus brazos soltara un pequeño sollozo y se pusiera inquieta.
- ssshhhhh... lo siento... Lo siento- con sus labios temblorosos deposito un beso en la pequeña cabeza del bebe que pareció calmarse un poco al escuchar su voz.
La mujer alejo un poco al bebe de su regazo, logrando ver como los ojos del bebe comenzaban a cambiar de un color chocolate a un dorado brillante. Ella sonrío temblorosamente mientras que la bebe con sus pequeñas manos comenzó a acariciar su rostro mientras balbuceaba. Los ojos de la mujer se cristalizaron haciendo que su vista se nublara. De repente un rugido fuerte se escucho por todo el bosque. La mujer abrazo protectoramente a su pequeña que comenzó a llorar.
-ssshhhhh... tranquila... él jamás te encontrara... jamás mi pequeña Hermione... no hasta que estés lista... todo estará bien mi niña- lagrimas comenzaron a rodar por su pálida mejilla- t-te quiero hija... Tu y tu padre fueron lo mejor que me paso en mi vida- sollozo mientras apretaba sus ojos con fuerza- por favor que funcione- susurraba preocupada, sintiendo una punzada en la herida.
La mujer respiro hondo, una luz blanca comenzó a iluminar completamente a la bebe y de un y abrir de cerrar de ojos la bebe desapareció. La mujer se soltó a llorar mientras se recargaba en un tronco de un árbol, de repente escucho pasos que se acercaban a ella. Rápidamente se limpio sus lagrimas dando un suspiro y apretando con fuerza su mandíbula.
- c-como siempre h-has llegado t-tarde... jamás l-la encontraras...- dijo entrecortado pero tranquilamente mientras trataba de sonreír burlonamente aguantando el dolor que en esos momentos volvía a sentir.
- ¿eso es lo que crees?...-
- te lo d-digo por que e-estoy segura de e-eso...-
El hombre se acerco a ella con una sonrisa maliciosa- lo has perdido todo- la tomo por el cuello y la levanto de su lugar- primero a tu padre, después a ese estúpido humano- soltó una fuerte carcajada- y ahora a tu pequeña cría-
Los ojos de ella comenzaron a brillar de nuevo, mientras trataba de que aquel hombre la soltara, él volvió a reír como loco mientras que la soltaba y la dejaba caer a la tierra haciendo que ella cayera de rodillas y soltara un gemido de dolor.
- jajajaja... ¿ya te diste cuenta que no puedes convertirte?... Use el mismo veneno que use con tu padre, solo que esta vez es un poco más fuerte- dijo en un tono indiferente y sin darle importancia- eras una de las mejores de tu raza... Pudiste pasar a la historia como la mejor, pero preferiste desperdiciar tu vida uniéndote a un humano cualquiera, cuando ambos podíamos llegar hacer grandes cosas...- él hizo un gesto de asco al decir lo ultimo.
- jajaja... no me hagas reír... Te eh odiado desde siempre... jamás me hubiera unido a ti... Aunque fueras el ultimo dragón de los reinos- ella lo miro a los ojos con odio- y mil veces, lo hubiera elegido a él por encima de cualquiera...- la mujer forzó una sonrisa mientras se acomodaba un mechón de cabello de tras de su oreja- podrás tener el poder, los reinos... Pero jamás tendrás la lealtad de mi gente... tu nunca podrás ser el rey que ellos se merece, por que la persona que ellos esperan... Esta lejos de tu alcance... Hasta que tenga la fuerza suficiente para derrotarte y mandarte al infierno de donde jamás debiste de salir- ella comenzó a toser con sangre.
El hombre la miro con sus ojos negros llenos de ira, de abajo de su capa saco una espada larga y toda de color plata. Volvió la vista de nuevo a la mujer que solo lo miraba sabiendo que era lo que iba a seguir.
- ¿tus ultimas palabras?- dijo con una sonrisa burlona.
- estas maldito Ryddle... Nadie podrá salvarte de tu condena... Estarás siempre solo... Recuerda que cuando tu momento llegue... Yo estaré ahí para asegurarme que tu maldita alma se vaya directo al infierno... Y pagues todo lo que has hecho-
- ¡ja!... De verdad crees que el engendro que diste a luz va a poder lo que tu no pudiste... Te recuerdo que ella será débil por que así tu lo quisiste... el poder de Dumbledore no la protegerá eternamente... Cuando sea el momento ella se encontrara contigo...-
- hm... Repite lo que has dicho... hasta que tu mismo te la creas- dijo sin dejar de mirarlo a los ojos.
El hombre levanto la mano alzando muy en alto su espada- y así muere el ultimo dragón de tu raza mi querida Jean- decía mientras sus ojos se tornaban rojos, la mujer cerro sus ojos dejando escapar una ultima lagrima y esperando su destino.
*o*0*o*
En algún lugar lejos de ahí:
Llovía con mucha fuerza y el sonido de los truenos hacia que los vidrios de las ventanas temblaran. Un hombre de unos 25 años estaba leyendo con la luz encendida de su lámpara que tenia cerca de su cama, sus ojos verdes-claros se movían al ritmo de la lectura que lo tenia muy entretenido, él era Edward Granger.
Detuvo su lectura cuando un ruido llamo su atención, se sentó en la orilla de la cama tratando de poder escuchar bien de nuevo aquel ruido, hasta que escucho de nuevo el llanto de un bebe. Rápidamente salió de la cama con su pijama que era unos pantalones y una camiseta blanca de manga larga. Ya que hacia un poco de frío. Se puso unos zapatos y se dirigió a la puerta de la habitación, cuando bajo al segundo piso prendió la luz de la sala para después correr hacia la entrada de la casa donde pudo escuchar claramente aquel llanto. Cuando abrió la puerta logro ver un pequeño bulto en la escalera de aquella entrada, sin pensarlo, tomo con suavidad entre sus brazos temblorosos al pequeño bebe que no dejaba de llorar.
- ¡por Dios!... ¡¿pero quien te dejo aquí afuera pequeño?!...- hablaba mientras miraba hacia la calle tratando de buscar alguna señal de saber quien se había atrevido a dejar aquella criatura en su puerta.
Cerro la puerta y se dirigió a la sala mientras trataba de calmar al bebe que hacia pucheros mientras lo miraba con sus enormes ojos castaños, Edward comenzó a quitar la pequeña manta de la pequeña cuando noto que un sobre cayo a sus pies. Se agacho a recogerlo viendo inmediatamente un sello negro con forma de dragón y que algo en el interior de este pesaba. Por un segundo lo estuvo mirando hasta que la pequeña comenzó a llorar.
- ssshhhhh...veamos... ¿qué tenemos aquí?- decía mientras veía más detenidamente a la pequeña- eres una niña- dijo sonriendo, mientras la pequeña comenzaba a sollozar- ssshhhhh tranquila pequeña... No se muy bien que es lo que se tiene que hacer así que...- soltó un suspiro- por favor no llores ¿si?- Edward le hablaba tratando de calmarla pero nada de lo que hacia calmaba a la pequeña- no, no llores... Si me das un segundo para pensar que debo hacer contigo...- dijo ya desesperado por la situación.
La pequeña pareció entenderlo ya que se quedo callada sin quitarle su mirada castaña de encima. Él al ver que se había quedado tranquila en sus brazos, sonrío mientras abría el sobre y extendía la hoja de papel para comenzar a leer, pero antes de hacerlo la pequeña comenzó a balbucear mientras se llevaba una mano a su pequeña boca.
- déjame leer esto... Después te prometo que te daré algo de comer ¿de acuerdo?- le dijo mientras con cuidado le sacaba la pequeña mano de su pequeña boquita- sabes... Tu mirada me recuerda a alguien...- pero no pudo terminar de hablar ya que sus ojos se abrieron como platos por lo que su mente había podido recordar.
Dirigió inmediatamente su mirada a la carta, sus ojos se movían conforme avanzaba su lectura. Después de unos minutos de silencio dejo la carta sobre una mesa junto al sobre que aun contenía algo muy importante en su interior, sus ojos estaban cristalizados, la pequeña en sus brazos levanto su mano hacia el rostro de él haciendo que él la mirara tiernamente con una sonrisa en sus temblorosos labios.
- Hermione... mi pequeña Hermione... e-eres m-mi... mi hija...- le decía mientras acariciaba la mejilla de la pequeña que lo miraba atentamente- te cuidare con mi vida mi pequeña...- con sus labios temblorosos beso la pequeña cabecita de la pequeña que tenia una maraña de rizos castaños, la pequeña se removió en sus brazos- es verdad mi pequeña... vamos te llevare con la vecina para que te pueda dar algo de leche... ya que yo no se como darte...- sonrió, acariciando la mejilla de la pequeña tiernamente.
Camino hacia la entrada de la casa abrió un pequeño closet y saco una gabardina café, se la coloco y acomodo a la niña bien en sus brazos para que no se mojara con la lluvia que aun no dejaba de caer. Salió de su casa, y camino rápidamente por la calle que era alumbrada por las luces de los postes. Se acerco a una casa algo pequeña donde llegando a la entrada comenzó a tocar la puerta. Pasaron unos minutos hasta que vio que encendían la luz de la entrada.
- ¡buenas noches!- se escucho la voz de un hombre desde adentro de la casa.
- ¡buenas noches señor Weasley!... Lamento venir a esta hora pero es una emergencia- dijo algo alto para que lo escuchara.
La puerta se abrió dejando ver aun hombre robusto de unos 37 años aproximadamente, con su cabello revuelto y rojizo.
- adelante joven Granger... pase- le dijo el hombre mientras se hacia a un lado dejándolo pasar.
- gracias... de verdad no lo molestaría si no una fuera urgente...- dijo Edward algo apenado por interrumpir el sueño de aquel hombre. Se desabrocho la gabardina.
- esta bien no te preocupes- se tallo un par de veces sus ojos y dio un bostezo- lo siento... ¿en que puedo ayudar joven Granger?- dijo amablemente mientras metía sus manos a los bolsillos de su bata.
- vera señor Weasley... La verdad es que necesito ayuda de su es...- no termino de hablar por que enseguida llego a la sala una mujer bajita y regordeta pelirroja.
- buenas noches hijo... ¿en que puedo ayudarte?- pregunto con una gran sonrisa, acomodando su cabello revuelto.
- bueno yo... Necesito ayuda con ella- Edward retiro la manta que protegía a la pequeña del frío, haciendo que la pequeña abriera sus hermosos ojos castaños mirando a los presentes con interés.
- ¡oh!...- exclamo la señora haciendo a un lado a su esposo y con delicadeza cargo a la pequeña que comenzó a llorar- ssshhhhh... Tranquila...- la movía para calmar el llanto de la pequeña- primero lo primero- dijo, sonriente alejándose a la bebe para poder verla mejor- le cambiare el pañal y le pondré algo más caliente... ssshhhhh... Ya tranquila princesa- le decía maternalmente la señora, mientras la volvía a acunar en sus brazos. La pequeña se tranquilizo un poco- ¿cómo se llama?-
- Hermione- dijo Edward haciendo que ambos pelirrojos lo voltearan a ver con una pequeña sonrisa en sus labios
- su nombre es Hermione Granger... Mi hija-
*o*0*o*
El bosque:
Caminaba con paso apresurado por un corredor muy grande, sus ojos azul-claros no miraban hacia otro lado que no fuera hacia enfrente, su largo cabello rubio y laceo se movía con el movimiento de su caminar, su largo vestido de terciopelo verde le arrastraba. Haciendo que ella lo tomara por la mitad para no tropezar con el, era de manga larga y dejaba ver la piel delicada y blanca de sus hombros, en la cintura llevaba un cinturón delgado de cadenas color plata. Antes de doblar por una esquina el pasillo se oscureció más de lo que estaba. Se asomo por un ventanal mirando hacia afuera donde logro ver que se acercaban caballos con sus jinetes y una gran sombra volvía a pasar por encima de aquel castillo volviendo a oscurecer los pasillos.
Se apresuro a llegar a su habitación donde al llegar encontró a su marido que cargaba un niño de unos 2 años.
- ¡a llegado Lucius!... ¿qué vamos hacer?- pregunto temerosa la mujer, que al llegar a lado de su esposo tomo entre sus brazos al pequeño, que extendía sus manitas para llamar su atención.
- será mejor que te calmes Cissy... Iré a ver... Con suerte lograron escapar...- dijo mientras caminaba hacia la puerta, llevaba unos pantalones cafés algo pegados a sus piernas, y llevaba una camisa blanca de manga larga. Se puso un saco café mientras acomodaba su largo cabello en una coleta baja.
- y... ¿y si no?... ¿qué es lo que haremos?... No podremos protegerlas...- dijo la mujer nerviosa.
- no te precipites, aun no sabes que es lo que ha pasado... Tal vez ninguna a logrado sobrevivir-
Ella ahogo un sollozo- calla... No digas eso... Ese monstruo no puede salirse con la suya...- lagrimas amenazaban con salir de su hermosos ojos azulados- ¿qué pasara con nosotros?- abrazo con más fuerza al pequeño.
- haremos lo que sea... mientras nos mantengamos con vida... nuestro reino no quedara a la sombra de él... no mientras nosotros no lo dejemos... tiempos muy difíciles se avecinan Cissy... haremos lo que sea mejor para nosotros- Lucius miraba a su esposa a los ojos, para después poner sus ojos grises en su hijo- todo lo haremos por él Cissy-
Y sin decir más salió de la habitación. Ella beso la cabeza rubia de su pequeño que se llevaba a la boca el medallón azul que colgaba de su cuello.
- Draco... Hijo no hagas eso pequeño- dijo ella con una pequeña sonrisa en sus labios, y separando el medallón de su hijo- ya verás que todo estará bien mi pequeño príncipe- ella deposito un beso sobre los cabellos plateados casi blanquecinos de su pequeño mientras lo acunaba entre sus brazos.
Lucius caminaba por los largos pasillos de aquel castillo que se sentía frío. Cuando estaba por salir del pasillo empezó a escuchar voces, acelero su paso y llego a un enorme salón lleno de candelabros que iluminaban aquel lugar. Se detuvo cuando un hombre alto y de piel blanca se volteo hacia él.
- que bueno que nos acompañas, Malfoy... Por un momento pensé que no ibas a venir- dijo aquel hombre con una sonrisa diabólica que hizo que a Lucius se le erizara la piel- únete a nosotros amigo mío- dijo mientras se acercaba al trono que estaba echo de oro y gemas hermosas.
Lucius trago en seco, y camino hasta ponerse junto con los demás que no dejaban de verlo. Pero él rápidamente los miro a cada uno con su mirada altiva, jamás dejaría ver el nerviosismo y el miedo que en esos momentos sentía.
Un hombre castaño se acerco a él para susurrar cerca de su oído- recuerda que si das un paso en falso te puede ir muy mal...- dijo mirándolo y enarcando una ceja.
Lucius iba a contestarle pero ambos fueron interrumpidos cuando se escucho caer algo que rodó a los pies de todos los presentes. Él rostro de Lucius se mantuvo sin ninguna exprecion cuando vio que aquel bulto había dejado un camino de sangre.
- esto es lo que les pasara a los que intenten desafiarme...- dijo aquel hombre sentado en el trono con una sonrisa maliciosa.
Todos los presentes volvieron sus miradas a aquel bulto de tela, Lucius supo inmediatamente de quien se trataba ya que un mechón de cabello castaño sobre salía de la tela. Sintió unas inmensas nauseas pero se contuvo, poniendo su mirada en aquel hombre. Aun sin ninguna expresión en su rostro, dio unos pasos al frente y se arrodillo frente a él.
- estoy con usted mi Lord- dijo mientras se mantenía con la cabeza agachada y apretaba su mandíbula y puños.
Los demás presentes hicieron lo mismo que Lucius, haciendo que aquel hombre sonriera de oreja a oreja.
- bien... Como su rey les ordeno que busquen de inmediato a todos los aliados de la reina... Los quiero frente a mi... Y quiero muy en especial a Dumbledore... ¡VAYAN!- grito haciendo que los presentes se pusieran en marcha.
Cuando estuvo solo volteo a ver el bulto que aun permanencia en el suelo, alzo su mano a la altura de su boca y soplo haciendo que se formara en la palma de su mano una esfera de fuego aventándola hacia aquel bulto que casi de inmediato comenzó a consumirse por el fuego.
- una verdadera lastima...- sonrió mientras se echaba hacia atrás de aquel trono- juro que tu pequeña hija tendrá tu mismo destino- y comenzó a reír como un poseído haciendo que el eco de su risa se escuchara por todo el silencioso castillo.
bien ¿que les pareció?
nos vemos en siguiente cap.
