K-on! y sus personajes le pertenecen a Kakifly, excepto dos personajes que saldrán durante la historia esos si son míos.

Era una tarde de día viernes, en el salón del club de música ligera donde se encontraban cuatro de sus cinco integrantes conversando mientras bebían té y comían pastelitos.

-sin Azu-nyan el salón se siente vacío- dijo la guitarrista principal con un evidente tono de tristeza en su voz.

-¿Por qué no habrá venido Nakano? – pregunto la presidenta del club mirando a cada una de sus compañeras.

-quizás esta resfriada- dijo la bajista.

-eso es lo más probable- añadió la tecladista.

Luego de que terminaran de comer Mugi limpio y guardo el juego de té en el aparador, Yui se puso a practicar con su guitarra, Mio dedico aquel tiempo para escribir una nueva canción en una pequeña libreta y Ritsu solo se dedicó a observar a su mejor amiga sentándose en frente de ella.

La morena intento concentrase en escribir pero la mirada de la baterista sobre ella la ponía nerviosa, no sabía cómo decirle a la castaña que no la mirara más, por su lado Ritsu se divertía al ver a Mio tan nerviosa solo por ser observada, pero como si leyera la mente de su mejor amiga la dejo de mirar y se puso de pie para dirigirse a ver lo que sea que ocurriera afuera atreves de la ventana, Mio aprovecho aquella sensación que le producía los ojos de la castaña para escribir algo de lo sería su nueva canción pero justo cuando comenzaría a realizar aquello el sonido de un mensaje entrante interrumpió su actividad. Al observar la pantalla de su celular vio que era solo un mensaje de la compañía de su teléfono móvil, olvido el asunto e intento concentrarse pero no lo logro y comenzó a sentirse presionada por el deseo de querer decirle la verdad de sus sentimientos a Ritsu, se comenzaba a agobiar por aquel sentir y necesitaba salir de ahí.

Ritsu dejo de ver por la ventana y puso su mirada en Mio, la castaña al notar que la bajista no se veía muy bien se dirigió hasta ella.

-¿Mio estas bien?- pregunto preocupada la castaña.

-sí, estoy bien… solo debo irme – dijo Mio antes de pararse a recoger su bajo y su bolso para luego sin mucho ánimo despedirse de sus amigas, antes de salir del salón tomo a Ritsu por la muñeca y salió junto a ella de la sala de música.

-Ritsu yo… te quiero pedir si podríamos ir mañana al centro comercial- dijo un poco nerviosa.

-claro que sí, no te pongas tan nerviosa, pareces que me fueras a pedir una cita- dijo Ritsu sonriendo, Mio se puso roja al oír eso solo bajo la cabeza e intento no mirar a la baterista.

-no digas tonterías… nos vemos mañana a las cuatro, tú me pasas a recoger – dijo Mio antes de despedirse de Ritsu con un beso en la mejilla.

La castaña se quedó parada frente a la escalera viendo como Mio se alejaba, aun sintiendo en su mejilla derecha el suave beso que la bajista le había dado. Con la cabeza en las nubes volvió a al salón en donde Yui hacia pucheros mientras trataba de convencer a Mugi de algo, la castaña solo veía la escena pero no presto atención alguna a las palabras que emitía la guitarrista, camino hasta la ventana y pudo observar como Mio salía a paso lento de la escuela la miro hasta que ya no la tuvo en su campo de visión.

-¡Ricchan, Ricchan! – Gritaba Yui con desesperación.

-¿Qué pasa Yui? – pregunto algo confundida Ritsu alejándose de la ventana.

-¡¿eh¡? te he estado hablando hace un buen rato y tú no me escuchas- hablo haciendo pucheros la ambarina.

-¿en serio? , lo siento me distraje con algo – Respondió la castaña con algo de cansancio.

-¿te pasa algo malo?, Ricchan – Dijo preocupada Yui.

-no me pasa nada Yui… dime otra vez lo que dijiste cuando no te tomaba atención- Hablo la castaña tomado por los hombros a su amiga.

-cierto. Primero no viene Azu-nyan, luego se va Mio-chan… ahora no se puede ir Mugi-chan – decía la guitarrista infantilmente.

-¿eso es cierto Mugi? – le pregunto Ritsu a la tecladista.

-sí es cierto, lo siento chicas es que hoy habrá una cena importante con personas que vienen del extranjero- se disculpó Mugi tomando sus cosas para retirarse del salón.

-en ese caso podemos acompañarte hasta la estación- dijo Yui con una sonrisa en su rostro.

-por mi esta bien- dijo Mugi devolviéndole la Sonrisa.

-entonces andando – Hablo Ritsu, para que luego las tres muchachas recogieran cada quien sus pertenencias salieron de la escuela rumbo a la estación.

Mio caminaba a paso lento hasta su casa, tomo asiento en una banca que había fuera de una tienda de electrodomésticos, se limitó solo a observar a las personas que pasaban mientras pensaba que aprovecharía la salida del día siguiente con Ritsu para decirle lo que su corazón sentía, hacía ya un tiempo que no podía soportar el peso de esos sentimientos y necesitaba decirlo aun si fuese rechazada lo importante era que su mejor amiga lo supiera.

Se puso de pie sin mucho ánimo y retomo su camino hacia su hogar. Al llegar a su casa, observo a su madre con el ceño fruncido y los brazos cruzados.

-ve a dejar las cosas a tu habitación y vuelves, tengo que hablar contigo de algo grave- dijo la Sra. Akiyama seriamente.

La muchacha le hizo caso a su madre y subió hasta su habitación en donde dejo su bajo y su bolso para luego bajar rápidamente hasta la sala de estar en donde estaba su mamá.

-Mio dime ¿Qué significa esto? – dijo la madre tendiéndole un papel.

La morena tomo el documento y le dio una ojeada y al entender, ella misma se sorprendió con lo que veía, sus notas de la escuela estaban muy bajas incluso tenia peligro de reprobar algunas asignaturas como matemática, japonés, química e inglés, cuyos siempre fueron sobresalientes. Unas lagrimillas brotaron de sus ojos, no se había dado cuenta cuando había dejado de prestar atención a los estudios, sintió miedo. No quiera repetir año y sabia también que si no rendía bien en los estudios el club también estaría en peligro.

-hijita no sufras son solo calificaciones - dijo la madre acercándose a su hija para abrazarla- solo súbelas para que apruebes el año, no te tortures - prosiguió la mujer.

Se abrazó más a su madre llorando ahora de una manera incontrolable y no tan solo por lo de las calificaciones, también por lo que le pasaba con Ritsu y sus pensamientos del futuro ya que ni siquiera ella sabía qué hacer con su vida. Si fuera por ella haría música junto a sus amigas hasta el día de su muerte pero eso no parecía tan fácil ya que no sabía a ciencia cierta lo que sus amigas querían para su futuro.

La muchacha después de la conversación con su madre y que se calmara un poco, subió hasta su habitación donde se cambió el uniforme por ropa cómoda y se puso a estudiar lo que más le costaba de cada materia que debía mejorar.

Yui, Ritsu y Mugi llegaron a la estación, en donde las dos castañas se despidieron de la rubia quien se subió al tren que la llevaría a casa. La baterista y la guitarrista se alejaron de la estación, ambas caminaban en completo silencio, hasta que llegaron a la avenida principal.

-se sintió raro el día de hoy - dijo sin mucho ánimo.

-lo dices por lo de Nakano ¿verdad?- dijo Ritsu con una leve sonrisa a lo que Yui asintió con la cabeza.

-me iré a casa, quizá Ui sepa algo- dijo Yui bostezando.

-no te vayas es aun temprano, vamos a tomar un helado- dijo Ritsu.

-no Ricchan… no tengo animo adiós – Dijo Yui alejándose de su amiga.

Ritsu no tenía muchas ganas de ir a casa, pero con poco ánimo y caminando muy lentamente se marchó hacia ella.

Cuando la baterista llego a su casa, eran las seis y media de la tarde. Su hermano y su madre preparaban cada quien una maleta, la castaña algo curiosa se dirigió hasta la habitación de su hermano.

-Nee-chan, mamá y yo iremos a la casa de la abuela ¿quieres ir también? – hablo el muchacho.

-no, ya quede de salir con Mio mañana, para la otra será- dijo Ritsu antes de caminar hasta su habitación.

La mamá de Ritsu y Satoshi salieron de casa para dirigirse a la estación a eso de las ocho de la tarde sin antes dejarle un par de indicaciones a su hija mayor, quien junto a su padre quedarían solos por todo el fin de semana. El señor Tainaka aquella semana tenia turno de noche en su trabajo y no llegaría antes de las cuatro de la madrugada por ende la baterista estaría sola casi toda la noche, de seguro se aburriría, pero ya pensaría en algo.

Yui a las seis en punto a su hogar en donde aún su hermana menor no había llegado, la guitarrista pensó que su hermana podría haber pasado a comprar algo para la cena. Se encamino hasta su pieza, se acostó a su cama en donde se quedó dormida en unos pocos instantes.

Un algo más tarde Ui ya tenía preparada la cena, se hallaba sentada aun lado de la cama de su hermana mayor tratando de despertarla, cuando lo logro Yui se incorporaba al mundo real aun con los ojos pesados, pero al oír que su hermana le dijo que estaba lista la cena, su energía natural volvió a ella, salto de la cama y bajo rápidamente por las escaleras hasta llegar al comedor en donde un apetitoso platillo la esperaba.

Las dos chicas Hirasawa comían junto a una amena conversación, la guitarrista del HTT había olvidado por un momento lo que iba a preguntarle a su hermana durante la tarde al volver a casa, cuando lo recordó no dudo en decirlo.

-¿Ui sabes algo de Azu-Nyan?

-la llame cuando llegue a casa hace como una hora y media atrás, me dijo que tiene licencia médica por una bronquitis hasta el próximo martes- respondió la menor de las Hirasawa.

-ya veo- dijo la guitarrista algo apenada ya que habrían más días sin Azusa en el club.

-mañana iré a su casa para dejarle los apuntes de las clases de hoy- dijo Ui.

-Ui…- hablo Yui pensando en algo- ¿puedo ir yo en tu lugar? – continuo con una sonrisa.

-si tu así lo quieres onee-chan, claro- dijo sonriendo maternalmente Ui.

-¡gracias Ui! – grito Yui abrazando a su hermana.

Ritsu comía arroz con un trozo de carne mientras miraba televisión, al terminar de merendar subió hasta su habitación para preparar una tenida de ropa y dejarla en su cama. Tomo un baño que le renovó las energías, se puso la ropa que ya había preparado, se lavó los dientes y se puso desodorante y perfume, se quitó la diadema y se acomodó el cabello esa noche saldría sin aquel cintillo que la caracterizaba. Guardo su celular y su billetera en las carteras de sus jeans y salió de su casa con rumbo a la de Mio.

Los tres miembros de la familia Akiyama habían terminado de cenar, la única hija de del matrimonio se encontraba en su habitación recostada sobre su cama con el celular en sus manos mirando cada una de las fotos que tenia de Ritsu, con cada sonreía y suspiraba.

Ambos progenitores de la morena se encontraban sentados en el sofá conversando a cerca de las cuentas que debían pagar. Luego que pasaran unos minutos el timbre de la residencia Akiyama sonó. El padre de la pelinegra se dirigió hasta la puerta y la abrió, cuando vio que era Ritsu quien venía la saludo y le indico que Mio se encontraba en su alcoba.

Ritsu se encontraba frente a la puerta del dormitorio de Mio, con su mano derecha tomo la perilla de la puerta y la giro para abrirla, la morena pego un salto cuando vio entrar a su mejor amiga que casi cayo de su cama.

-Ritsu, no entres de esa forma, me asustas- hablo la pelinegra aun algo alterada.

-lo siento Mio- contesto Tainaka entrando a la habitación y cerrando la puerta tras ella.

-¿a que vinistes tan tarde? - Pregunto la ojigris.

-te vine a buscar para que saliéramos- respondió Ritsu mientras se sentaba a la orilla de la cama.

-no sé... yo no creo... es muy tarde- dijo Mio dando un suave bostezo.

-no es tan tarde son apenas las nueve y algo, además hoy es viernes, todos los de nuestra edad salen los viernes, hasta Sawa-chan lo hace- dijo tratando de convencer a su amiga.

-lo sé, pero yo no tengo ganas de salir- dijo Mio abrasándose a su almohada.

-que aburrida eres, bueno entonces me iré- dijo Ritsu poniéndose de pie.

-espera Ritsu, ¿iras sola? - pregunto con cierta preocupación.

-iré con Yui si quiere por supuesto- respondió Ritsu.

-¿no llamaras a Mugi?- lanzó otra pregunta Mio.

-no, ya que tiene cosas que hacer- le contestó la castaña.

-ya veo... bueno, ve con cuidado- dijo Mio algo más calmada.

-lo haré- dijo Ritsu sonriendo mientras abría la puerta para salir.

-Ritsu... este... te ves linda sin el cintillo- dijo Mio sonrojada desviando su cara de la mirada de la castaña.

La ojimiel a pesar que Mio miraba hacia otro lado, puedo notar el rojo de sus mejillas, y sin pensarlo mucho hizo para la morena un "moe moe kyun" acto que hiciera que la pelinegra se molestara y se pusiera más roja aun de lo que estaba.

-¡ya ándate!- grito Mio lanzando un cojín a la castaña, aunque ni la rozo ya que había salido antes de la habitación escapando por lo que le había provocado a su amiga.

Mio se quedó meditando por unos segundos, se dio cuenta de lo linda que se había puesto Ritsu y comenzó a sentir celos de cosas que ni siquiera pasaban, aquellos pensamientos gatillaron que bajara de inmediato para decirle a Ritsu que saldría con ella.

La baterista ya estaba saliendo de la casa de Mio cuando escucho a su amiga gritarle.

-¡Ritsu espérame iré contigo! – gritaba Mio bajando la escalera corriendo.

-¿ir donde Mio? – pregunto el padre de la azabache con una mirada penetrante.

-a ningún lugar- dijo la bajista cabizbaja y triste.

-ya acordamos que no habrán tantos permisos para salir mientras tus notas no mejoren- dijo el señor Akiyama con tono autoritario.

-lo se padre- dijo Mio subiendo a su habitación despidiéndose de Ritsu con la mano, la castaña le devolvió le gesto y salió de la casa de los Akiyama rumbo a la de Yui.

La bajista cerró la puerta de su cuarto con llave, y sintió rabia, pena e impotencia. Frustrada se puso el pijama y se acostó pensando en su amada Ritsu, pensar en ella le daba calma y tranquilidad, aunque tenía miedo que esa noche alguien más notara en Ritsu lo que ella veía.

Tainaka con pena y decepción caminaba cabizbaja hacia la casa de Yui, cuando llego la hermana menor de la guitarrista le dijo que Yui estaba dormida, Ritsu se sintió peor ni su mejor amiga ni su compañera de travesuras saldría con ella. Se sentía abatida pensó que sería una noche agradable junto a sus queridas amigas, sobre todo con Mio. Justo en el momento en que empezaría a volver a su hogar una llamada llego a su celular.

-Ritsu… ven a acompañarme… estoy sola en el local de juegos.

-Romi, ¿Eres tú?

-claro que soy yo, ven por favor.

-bueno voy enseguida.

Romi era una chica un año menor que la castaña quien asistía a una escuela que se encontraba cerca del Sakuragaoka, se conocieron un día en la tienda de música ya que la menor es también baterista de una banda al igual que Ricchan, eso hizo que ambas sintieran simpatía la una por la otra y se hicieran amigas después de tantas charlas que habían tenido en aquella tienda.

Después de caminar unas cuantas calles ya que estaba cerca del centro, llego al lugar y vio a una chica de cabello negro y corto, ojos café y ojerosa parada fuera del local, quien la saludo con la mano cuando vio llegar a la baterista. Ambas entraron al local y disfrutaron de unos cuantos juegos. Después que ambas salieran del local, caminaron unas cuadras alejándose de donde se habían encontrado y tomaron asiento en las escaleras de una tienda de ropa que estaba cerrada.

Conversaron un rato de todo un poco mientras observaban las luces de los autos que iban y venían. Las dos muchachas caminaron hasta una plaza que estaba repleta de chicos y chicas de más o menos su misma edad, se sentaron en el pasto al lado de una de las luces y siguieron su plática.

-¿Cuándo me vas a presentar a esa chica que te tiene loca? – dijo Romi sonriendo.

-no se- dijo sin más la castaña.

-muéstrame una foto- le sugirió Romi.

-está bien- dijo Ritsu mostrándole una foto de Mio que tenía en su celular.

-vaya, es muy bonita- hablo Romi con el celular de Ritsu entre sus manos.

-claro que lo es… ¡no la mires tanto!- dijo Ritsu quitándole su teléfono a Romi.

-no son nada y sientes celos- dijo con una sonrisa maliciosa la de ojos cafés.

-es mi mejor amiga ¿sabes? – Dijo la castaña.

-¡friendzone!- grito la menor riendo.

Mientras se molestaban y reían una muchacha conocida para Ritsu se acercaba al par de chicas, con una sonrisa.

-Ritsu que grata sorpresa encontrarte por aquí- dijo Ichigo.

-igualmente- respondió Ritsu.

-se te ve lindo el flequillo suelto- dijo Ichigo con tono coqueto.

-gracias- se limitó a decir algo sonrojada la nombrada.

Romi miraba la situación con cara de estarse divirtiendo, la baterista del HTT pensó que ya era de hora de volver a casa cuando Wakaouji interrumpió sus pensamientos con una invitación.

-Ritsu ya que nos encontramos ¿quieres venir a mi casa?, junto a unas amigas estamos haciendo una pequeña fiesta, claro tu amiga también está invitada.

-no se Ichigo no estoy de humor para fiestas- dijo la castaña arrancando pasto con su mano derecha.

-vamos Ritsu, no seas amargada- decía Romi sacudiendo a Tainaka.

-está bien- dijo sin mucho ánimo la castaña.

En casa de Ichigo la música estaba en volumen moderado, había en las mesas un montón de dulces, frituras, gaseosas y una que otra bebida alcohólica que les fue muy difícil conseguir debido que todas las asistentes eran menores de edad. Ritsu tomo asiento en un sillón y trato de llevar a cabo una conversación con otras de las chicas que estaban en la fiesta, la baterista estaba muy tranquila cosa muy rara para quienes conocen su naturaleza hiperactiva. Romi por su lado se unió al baile con otras muchachas.

A pasar de una hora las cosas se tornaban algo más atrevidas, muchas de las asistentes se encontraban con alcohol en el cuerpo una de ellas era Ichigo quien bailaba descontroladamente encima de la mesa y ahora la música estaba a todo volumen. Wakaouji saco a bailar a Ritsu quien estaba conversando junto a Romi y otras muchachas, la baterista siguió a Ichigo pero solo la miraba, no tenía ni una intención de bailar o quedarse en ese lugar, es más ya quería volver a su casa. Ichigo se comportaba todo lo contrario a lo que su diaria imagen que daba en la escuela, la joven comenzó a moverse sensualmente para llamar la atención de la baterista quien la miraba algo desconcertada. Dejo de mirarla y se encamino hasta la puerta para salir de ahí, la fiestecita la estaba hartando, más bien ya la tenía harta. Ichigo al ver que Ritsu se iba, corrió hasta ella y bruscamente la volteo hacia ella y depositó un beso en la boca de la baterista quien abrió los ojos como platos y quedo inmóvil en el lugar, estuvo así por unos minutos y luego volvió a caminar para marcharse a casa esta vez salió corriendo del lugar.

Romi salió tras ella, pero no estaba ya en su campo de visión. La joven ojerosa al igual que la baterista decidió ir a casa, en el trayecto intento llamar a su amiga pero esta tenía el celular apagado.

Ritsu en su habitación, se metió dentro de su cama e intento dormir, con la cabeza echa un lio y un dolor raro en su pecho que no entendía por qué lo sentía, era como un mal presentimiento. Se quedó dormida con esa incertidumbre.

Eso es todo… del capítulo, no del fanfic aun queda mucho jeje. .