¡Hola!
Soy Taylor (llamenme como quieran), este es mi primer fic. Son viñetas sin relación entre sí, con muchos shippings de PokéSpe.
El primer cap es FranticShipping, osea, Ruby y Sapphire.
Disfruten.
El sol de otoño se sentía fuerte contra el vidrio, calentando todo. Eran los últimos rayos de la tarde; cuando desaparezcan, comenzará a aumentar el frío. Sapphire estaba de espaldas al sol, lo cual explicaba –para ella– porqué sudaba.
Ruby la miraba desde su lugar, frente a ella. Era una situación rara, porque ella lo había invitado a esa rueda de la fortuna bajo el pretexto de que era el último día que estaría abierta al público. Él había sospechado que era algo como una cita, pero como nunca lo habían hablado, pensó que estaría equivocado. Y eso, por más que lo negara frente a ella, lo decepcionaba.
Sin embargo, cuando comenzó a verla más y más tímida, pensó en que tal vez, tal vez, ella también quería que fuera una cita, pero no se atrevía a decirlo tampoco.
Estando sentado frente a ella, viéndola mirar sus pies, Ruby se debatía en si decir algo o no.
―Ruby ―murmuró ella, pero luego se aclaró la garganta y repitió firme―, Ruby.
Él la miró, expectante a qué diría. Sapphire lo miraba a los ojos, con el ceño apenas fruncido por la tenacidad tan característica de ella, pero que, de repente, se desinfló, volviendo a mirar sus zapatos.
Era difícil decir eso, porque ya lo conocía; y, si bien quería arriesgarse otra vez, el dolor del rechazo era duro de superar cuando llegaba por segunda vez de la misma persona.
―Alguien me dijo, hace mucho tiempo, que siempre hay calma antes de la tormenta ―dijo él, por alguna razón que ella no comprendió.
―Yo te lo dije.
―Uh, no ―negó, poniendo cara de pensar―, estoy casi seguro que fue Wallace.
Ella frunció el ceño y exclamó―, ¡claro que no! Yo te lo dije cuando nos atrapó esa tormenta en Ciudad Lavacalda y tú quería salir cuando creíste que ya había terminado.
―Estoy seguro que no.
Ella soltó un gruñido frustrado―. Eres imposible. ¿Y a qué viene eso, además?
Él se encogió de hombros―, parecía que ibas a decir algo importante, y como estábamos tranquilos...
―Nunca estamos tranquilos.
―Estábamos en silencio ―señaló él.
―Claro, silencio incómodo. Tan tranquilo ―contestó, sarcástica.
En verdad, Ruby no entendía qué quería ella de él. Le molestaba si estaban en silencio, le molestaba si estaban hablando.
―¿Qué quieres de mí, Sapphire? ―Preguntó, entre enojado y afligido.
―Yo- no. Es complicado, no funciona así.
―¿A qué te refieres?
Ella negó con la cabeza.
―Vamos, no puedes decir algo críptico y esperar que pase como si nada.
―¿Críptico? No exageres.
Él la miraba inquisitoriamente, demandando que hablara con sus ojos. Ella cruzó los brazos y giró su rostro para ver hacia afuera. Ruby seguía sin quitarle la vista de encima; la miraba a través de su reflejo en el vidrio.
―¡Deja de mirarme así! ―Exclamó cuando hizo contacto visual con él.
―¡Dime, entonces!
―¡Me gustas! ―dijo, cerrando los ojos y sintiendo sus mejillas cálidas.
Hubo largos segundos de silencio, hasta que ella se giró a mirarlo. Ruby seguía esperando que ella le dijera esa cosa curiosa que tanto le costaba.
―¿Entonces...? ―dio el pie.
―¿Entonces? ¡Te lo acabo de decir! ¡Argh! ―soltó otro gruñido―, olvídalo. Ya no me gustas.
―¿Qu-qué? ¿¡Por qué?! ¡Lo siento! ―exclamó veloz―, es que creí que me dirías algo que no supi-
Se interrumpió antes de hablar de más, aunque ya era evidente que lo había hecho.
―¿Lo sabías? Ugh ―Sapphire se hundió en su asiento y se tapó la cara con las manos―. ¿Por qué diablos esto no termina de una vez?
Si bien Ruby no era exactamente tímido, a veces le costaba hacer ciertos acercamientos cuando se trataba de Sapphire. Ambos estaban acostumbrados a tener una,
uh, movida amistad, por lo que los momentos suaves e íntimos eran casi nulos.
Sin embargo, Ruby hizo su esfuerzo, se sentó a su lado e intentó tomar una mano de ella.
―¿Qué haces? ―Cuestionó Sapphire, retirando la mano veloz.
―Estoy tratando de tomar tu mano ―contestó él, con el ceño fruncido y, otra vez, tratando de tomar la mano de ella.
Sapphire se dejó tocar, algo recelosa al principio, pero luego se relajó y enlazó sus dedos con los de él.
―Me alegro que hayas dicho eso ―murmuró Ruby sin mirarla―, tú también... me... gus...
―No te mataría hablar más alto ―murmuró ella también.
―¡Tú también me gustas! ―Exclamó él, mirándola a los ojos, enojado.
Ella también frunció el ceño―, ¡pues, bien!
―¡Bien también!
Ambos miraron a lados contrarios, quejándose por lo bajo del otro. Cuando su cabeza se enfrió lo suficiente, Sapphire giró apenas hacia él. Sus manos seguían enlazadas. No era la primera vez que sujetaba la mano de Ruby, pero esto era diferente. Con su otra mano comenzó a delinear todas líneas y pequeñas cicatrices de su mano.
―¿Qué haces? ―Cuestionó él, acercándose más a ella.
Sapphire levantó su cabeza y se miraron a los ojos.
―Quiero besarte ―dijo ella, aferrándose más a su mano.
Las mejillas de los dos estaban sonrojadas. Ruby llevó su mano libre a la mejilla de ella y la acarició apenas.
―Hazlo.
Sapphire se acercó a él sin dudar, chocando sus labios un poco más fuerte de lo que esperaban ellos, pero no por eso menos maravilloso. No era el primer beso de ninguno, pero sí el primero entre ellos.
Algo que jamás olvidarían.
¿Qué les pareció?
Acepto toda clase de críticas, y si quieren que escriba de una pareja en especial, díganme cual.
~~Taylor~~
Edit 13/02/19: DIABLOS, SEÑORITA(?)
Como decía arriba de todo, esto fue una de las primeras cosas que escribí, así que, a todos los que hayan leído la versión vieja de esta historia, les pido mis más sinceras disculpas. Ahre que no estoy tan afligida(?)
Anyway, esto tenía más de cinco años, era una sweet summer child de quince años en esa época, así que, no me juzguen(?). A partir de hoy, comenzaré a reeditar esta historia y actualizar (o no lol), así que, volverán a verme.
Por último, los invito a visitar mis últimas historias, que son muchísimo menos dañinas que los capítulos sin editar de esto(?)
Saludos.
