Disclaimer: Los personajes son propiedad de Yoshiki Nakamura.

Si no has leído el manga, mejor que tampoco leas esto porque nombro sucesos que no aparecen el anime.


Oh no.

Otra vez había caído presa de aquel cruel sentimiento.

No lo había deseado, pero es del amor de lo que estamos hablando. Algo que siempre llega sin avisar.

Y ella había caído. Otra vez.

Al principio le tenía miedo, y mucho. Lo veía como un león cual va por su presa, en su caso, un conejo.

Después su actitud hacia ella cambió. Era más amable, le daba consejos, después de todo él era su senpai. Ese cambio le gustó, estaba agradecida que la aceptara como su kouhai, y también eso quería decir que la reconocía como actriz.

No estuvo ahí cuando el de los Beagles la acosaba, en su lugar estuvo Fuwa Sho —el cual odia con toda su alma—, pero sí estuvo en otros momentos importantes de su carrera.

Y otra vez estaba agradecida. Lo que no sabía era que ese agradecimiento se podría convertir en algo más. No contó con ello.

Ya pasó una mala experiencia y no la quería volver a repetir. Ella fue tonta. Se hizo vagas ilusiones cuando estuvo enamorada de Sho, y éste ni si quiera la miró.

La pasaba mal cada vez que una chica salía con él, pero siempre tenía el consuelo de que sus relaciones no eran duraderas, y tal vez ella fuera su verdadero amor. Que la recogería como todo un príncipe en su blanco corcel.

Lamentablemente, tuvo que despertar abruptamente de su sueño el día que lo escucho decir esas crueles palabras. Ahí fue cuando encerró su corazón en una caja, llena de cadenas y candados para que nadie la abriese, para que nadie la vuelva a lastimar.

Con Tsuruga Ren es casi lo mismo.

Enamorarse de él es como un camino de espinas. Es un actor famoso. Tiene muchas chicas a sus pies. Seguro que está librado en más de mil batallas. Sabe perfectamente lo que son las relaciones y ella solo era una chiquilla con un amor frustrado.

Se tuvo que dar cuenta de la peor manera posible: los celos.

Aquella chica que se había acercado a su Nii-sama y él le había dicho que se parecía a un hamster. Acarició su cabeza y ella sintió envidia.

Ahí sintió, poco a poco, que eso lo cual estaba firmemente cerrado empezaba a abrirse.


No soy una lumbrera, tengo vagos recuerdos en mi mente del manga (que lo empecé ya hace años). Así que no se si los sucesos que nombro estén correctos o no, pero estoy segura que sí.

Lo llevo pensando desde el 199, pero no lo escribí y se me fueron las ideas. Acabo de leer el 200, por eso la idea volvió a surgir.

Estaría muy agradecida con sus reviews, algunos se pensaran que siempre decimos lo mismo pero es muy cierto que son nuestra fuente de inspiración xDD.