Parte 1.
*En clase de deportes*
Marinette yacía sentada en la banca mientras sus compañeros jugaban un muy cerrado partido de básquet, los equipos eran muy buenos aunque a simple vista se veían algo disparejos, Adrien lideraba el equipo visitante que resaltaba del otro por su falta de camisetas, al parecer los uniformes de visitantes estaba convenientemente sucios. El otro equipo estaba liderado por Kim aunque la estrella inesperadamente era Nathaniel, cosa que dejaba impresionado al publico femenino que los contemplaba.
A todas esta la pelinegra estaba completamente desentendida del desarrollo o reglamento del partido, solo veía al rubio saltar de aqui para allá, su rostro era la viva imagen de un perro contemplando el filete mas jugoso del mundo. La morena que estaba junto a ella no hacia mas que alternar su vista entre su amiga y su moreno que hacia lo mejor por respaldar al rubio. Todo este juego siendo grabado en su teléfono por petición de los jóvenes para hacer un repaso de las estrategias mas tarde
Marinette agradecía de todo corazon que su amado estuviera en el equipo sin camisetas y no perdía tiempo de contemplarlo, si a esto le sumábamos que los shorts se le veían estúpidamente sexis aun siendo parte del aburrido uniforme escolar, haciendo obvio que a un modelo de su talla todo le quedaba bien. Era sencillamente un manjar para su vista.
El entrenador pitó el medio tiempo dándoles un respiro a los muchachos. Nuestra chica tomo aire preparándose para ofrecerle su botella de agua a su amado, puesto que habia escuchado "casualmente" que el rubio habia olvidado su botella en casa. Para desgracia de Marinette este nunca se acercó a ella y tampoco nino, ambos compartían estrategia sobre el partido en medio de la cancha y la peliazul no podia hacer mas que verlo de lejos.
- psss Marinette - la llamo alya y la mencionada levantando su mirada del rubio la miro.
- ¿Que ocurre Alya? - preguntó esperando poder regresar su mirada al objeto de su atención antes de cumplir un minuto sin verlo.
- ¿Habías notado lo redondas y bien formadas que son la nalgas de Adrien?
- ¿Q-que dices? - chilló. La verdad nunca se le habia ocurrido pensar en eso. - Y-yo solo veia el juego - mintió aunque su amiga no se lo tragó ni media palabra.
Con las mejillas rojas cual tomates regreso su vista a su objeto de adoración personal. Gracias al comentario de la morena no podía dejar de pensar en la retaguardia del rubio y contemplándolo bien, no podía negar que su amiga tenía razón. no solo eso, gracias a alya ahora notaba su buena contextura muscular, bajo su usual camiseta se ocultaba un buen pecho y unos fuertes brazos al igual que unas muy bien ejercitadas piernas. Demonios, ahora solo podía adorarlo aun mas.
El silbato sonó y el juego se reanudó, las muchachas gritaron apoyando a los chicos que se esforzaban al máximo. Todo iba bien hasta que Adrien cayo al suelo víctima de un empujo un poco brusco por parte de un pelirrojo algo entusiasta. El chico no duro mas que unos segundo en el piso pero a Marinette le basto para deleitarse con sus redondas e incluso pellizcables nalgas. Ok, ya estaba abusando ¿O no? Después de todo nadie podía saber lo que pensaba ¿O si?
*Esa misma noche*
Chat Noir saltaba de techo en techo buscando a su Lady hasta encontrarla en la cima de la torre Eiffel, la joven estaba con la mirada perdida aun recordando su clase de deportes de hoy.
- Una noche buena para los amante ¿No lo crees My Lady? - le preguntó haciendola volver de ese lugar entre sus recuerdo.
- No tienes remedio - dijo riendo.
- Oh, si que lo tengo pero no se encuentra tan fácilmente se llama Ladybugpirina - dijo sonriendo cerca de su rostro.
- He oido que esa pastilla pone a los gatitos algo gordos y torpes - dijo siguiendo el juego.
- ¿Como crees esa cosa? un gato como yo no puede ser torpe y mucho menos obeso. Solo mirame.
No mas dijo eso el minino empezó a lucir su ya conocida musculatura dándole espalda y mostrándole sus brazo. Marinette ya no tan divertida con el juego noto cierto parecido entre los músculos y las poses que Adrien y Nino habían hecho al ganar el partido para mostrar su fuerza, ciertamente se parecía mucho a las que hacia Chat en ese momento.
Impactada y aun incrédula bajo la mirada hasta la retaguardia, igual de redondeada y despertaba el mismo instinto de pellizcarla que habia sentido esa mañana. De inmediato se puso roja, no lo podía creer, no podia ser verdad.
- Veo que algo que viste te gusto My Lady, recuerda que todo esto es tuyo. - dijo en un guiño el gato juguetón sin entender que habia puesto a Ladybug tan pensativa.
Ladybug tragó pesado y lo vio a los ojos, eran de un verde esmeralda que sentía tan familiar, tomo aire y en un susurro casi inaudible solto lentamente:
-¿Adrien?
El gato le sonrió divertido como si todo el valor de acababa de reunir para preguntarle eso no era de importancia.
- Sorpresa Bugaboo - dijo tomando su rostro para besarlo por fin.
