Rescatando a mi príncipe

N/A: Hola a todos, soy yo de nuevo, jeje, aquí por petición de una follower muy especial, ahora traigo esta historia que tmb la había publicado hace mucho tiempo, pero ahora convertida a este amado fandom makorriano. Al igual que la historia pasada, los personajes los adapté de tal forma que no necesariamente sean de la misma familia, o sea, los mezclé . Este fic está basado en otra de mis pelis favoritas llamada ''Mientras dormías'', espero les guste. Ah, en esta historia, Korra tiene el cabello corto (como el libro 4)

KORRA POV

Cuando era niña soñaba con ser igual que mi padre, recuerdo hasta el último detalle con él, era un verdadero filósofo, siempre me estaba diciendo: ''Korra, la vida no siempre resulta como uno la planea'', claro que no me daba cuenta que se estaba refiriendo a mi vida.

Recuerdo las historias que me contaba y las que más me gustaban eran las que trataban de mi madre; me llevaba a la iglesia donde se casaron y me contaba cada detalle de ella. Una vez le pregunte a mi padre cómo sabría cuando me enamore, y me dijo: ''Korra, tu madre me regaló algo que sólo alguien que me conociera bien pudiera dármelo, me regaló el mundo''….En realidad fue un globo con una luz dentro, pero para él fue el mundo…

Pues bien, la primera vez que le vi no me dio precisamente el mundo, sólo 6 yuans (equivale aprox. 98 centavos de dólar) para el tren, pero yo soñaba todos los días con verle, acudía todas las mañanas de lunes a viernes, entre las 8:01 y 8:05 a.m.

Era maravilloso, era mi príncipe azul, cabello negro, lacio y sedoso, tenía un cuerpo atlético y perfecto, una mirada que hipnotizaba, pues sus ojos eran color ámbar y su voz tan encantadora… bueno, nunca nos hemos hablado y me imagino que su voz ha de ser así, pero sé que algún día lo haremos, sé que algún día encontraré la forma de presentarme y será perfecto.

Era un día frío en Ciudad República, la navidad estaba por llegar y todo mundo se encontraba haciendo compras, la gente iba de aquí para allá y como el tren bala es uno de los transportes más usados en la ciudad, los taquilleros tenían mucho que trabajar, en especial una chica morena, quien por no tener familia, siempre le tocaba trabajar en las fiestas. Claro, la paga por quedarse en esas fechas no estaba tan mal y un dinero extra le sería muy útil, así que aceptó como todos los años, quedarse a trabajar.

Korra se encontraba sola y aburrida en la cabina, era víspera de Navidad pero aún era temprano, así que casi no había mucha gente transitando. Estaba perdida en sus pensamientos cuando de pronto, el chico de sus sueños le compra un boleto para el metro, ella no se había fijado quién era, hasta que escuchó a alguien que le dijo:

-¡Hola, feliz navidad!- dijo el chico que ella siempre había amado en secreto, mientras Korra se quedaba embobada por su sonrisa sin poder decir nada, ya cuando él se había retirado, ella empezó a decir:

-Claro, bonito abrigo, te queda muy bien, feliz navidad igual, ¿quieres casarte conmigo? ¡Te amo! ¡Ay, Korra! Eres una tonta, desperdiciaste la oportunidad de tu vida.

Mientras Korra discutía consigo misma, a lo lejos pudo observar que unos ladrones se acercaron a su ''príncipe'' y lo asaltaron, cuando salieron huyendo uno de ellos lo empujó a las vías del metro haciendo que él a la hora del impacto quedara inconsciente, Korra al ver la escena salió corriendo para ayudarlo, con precaución bajó hacia donde él estaba para tratarlo de despertar.

-¡Auxilio! ¡Ayuda!- gritaba Korra. –Joven, joven, ¿se encuentra bien? Por favor responda, abra sus ojos por favor- insistía cada vez más la morena cuando de pronto escuchó el sonido del tren.- ¡Oh, no! Oiga por favor, levántese, un metro viene muy deprisa, por favor.- Pero ella al ver que no reaccionaba, actúo con valentía y con toda la fuerza que en ese momento surgió debido a la adrenalina, lo cargó y se empujó junto con él al otro lado de la vía.

Una vez salvados, el joven empezaba a abrir los ojos hasta que vio los ojos azules de una chica que se encontraba encima de él. Korra al verlo así, le dijo con una enorme sonrisa:

-¡Hola!- pero el joven al escucharla se volvió a desmayar.