En esa cama.

Los personajes de Crepúsculo le pertenecen a Stephenie Meyer.

El juego había terminado con un desastre: algunos papeles regados por mi habitación, mi mochila se había caído y desparramado todo su contenido sobre la mesita donde hacía unos minutos estudiábamos, y creí ver mi portátil en precario equilibrio sobre el pequeño sillón donde él había estado sentado.

Caí sobre la cama, exhausta por huir de él por todo el cuarto; segundos después él cayó a un lado mío, aún riendo y respirando agitadamente. Sonreí al pensar alguna otra travesura para hacerle por lo que lentamente me di media vuelta para aventarlo y que cayera de la cama.
Entrecerrando los ojos y riendo puse la mano en su pecho, sobre su camisa, y lo empujé lentamente… lastimosamente no lo moví. De pronto su mano izquierda tomo la mía y cerré los ojos para esperar algo, lo que fuera… menos lo que sucedió.
Su otra mano tomo mi cabeza y me jalo hacia su pecho, por la forma en que estábamos recostados quedé justo debajo de su cuello. Abrí los ojos algo asustada y me encontré aspirando su aroma, yo sabía que olía bien, pero por vez primera eso me había dejado sin palabras, sin pensamientos. Levanté la cabeza y observé sus ojos viéndome de una forma en que jamás lo había hecho. Su mirada me decía a gritos demasiadas cosas, tantas que no podía tener ninguna en claro.

Bajé la mirada a sus labios, entreabiertos frente a mí, que exhalaban aire lentamente y provocaban que su aliento me dejara más pasmada de lo que ya me encontraba. Sentí como su mano se enredaba y hacía uno con mis cabellos, arrastrando consigo mi cabeza y provocando que mi rostro quedara cerca del suyo, frente a frente. Cerré los ojos justo en el instante en que sus labios rozaron los míos, y una electricidad paso por todo mi cuerpo. Su boca comenzó a moverse lentamente, algo tímido al principio, incitándome a corresponderle poco después. Hice lo mismo que él y solté su mano izquierda para pasarla a su cabello, acariciándolo lentamente.
Continuamos besándonos como si fuera la primera vez para ambos, conociendo, experimentando y sintiendo cada roce de su piel con la mía. Ocupando justo el tiempo necesario para respirar antes de seguir con nuestro baile. En esos momentos ya no importaba que él fuera únicamente mi amigo, ni ninguna otra idea… ¿qué él era qué…?

El lado razonable de mi mente se había apagado minutos atrás, y ahora mis manos reposaban en su pecho mientras tomaba aire en la curva de su cuello, podía sentir su respiración en mi cabello, acariciándolo con su aliento.
Cerré los ojos mientras sonreía, esa cama podía ser el único y fiel testigo de lo que sucedía.


¡Hola!

La historia era un original, pero la tentación me ganó y he decidido subirlo como AU aquí por la razón de que mi hermana me pregunto si hablaba de Edward y Bella, cuando... es algo así.

Va dedicado a mi Edward particular.

Gracias a Sandritah por obligarme a escribirlo, y a Mineko Kia por revisar la puntuación y tildes (tontas cosas endemoniadas).

Gracias por la lectura.