CAPITULO 1: ¿Será un año distinto

CAPITULO 1: ¿Será un año distinto?

Era uno de septiembre, un nuevo curso de Hogwarts iba a dar comienzo ese día. "Por fin , había llegado".-pensaban los alumnos y padres. Para estos siete no era distinto,

daba comienzo su último curso.

Liliane Evans iba sentada en la parte de atrás del coche de su familia, al volante iba su padre y a la izquierda se esta su madre. Todos los años era igual, Lily le preguntaba

a su hermana Petunia que si iba a ir a despedirla a la estación y su contestación durante los últimos seis años siempre había sido la misma: "¿Yo? ¿Acompañarte? je, je.

No voy a acompañarte Lilian a despedirte a esa estación anormal, para ver como te vas feliz con los anormales de tus amigos." Y cada año esa contestación le dolía más,

porque eso quería decir que arreglar las cosas con Petunia cada vez eran peor. Ese verano había sido especialmente horroroso, Petunia se había echado novio, que si ella

en algún momento espero que arreglara las cosas, fue aún peor, porque su novio resulto ser peor que la propia Petunia, y eso realmente no era nada bueno. Ahora iba

en ese coche con sus padres, que por sexto año intentaban convencerla de que Petunia, tarde o temprano cambiaria de opinión.

– Lily, cariño, no te preocupes, ya verás como a Petunia se le pasa y cambia de idea .-decía su madre en tono reconciliador a su hija que iba con la vista perdida en

la parte de atrás.

– Mama, sabes que las cosas no van a cambiar y ahora menos que Petunia se ha

echado esa morsa Neandertal por novio...

– Vernon, se llama Vernon Dursley, Lily.

– Lo sé, pero no puedo evitarlo, mama si me trato como si tuviese una enfermedad mortal infecciosa...No quería perder a mi hermana y ya ha pasado.-dijo Lily,

añadiendo lo último que solo alcanzo a oír el fino oído de su padre, el cual noto la tristeza de su hija menor.

Ya habían llegado a la estación, y se disponía a entrar al andén, era rara la sensación de hacerlo por ultima vez y una añoranza la invadio. Todavia era capaz de acordarse de

su primer año...

Mama no hay andén nueve y tres cuartos, no esta.-dijo una pequeña pelirroja de unos hermosos ojos verdes.

Claro que no hay, esa carta era una broma pesada y vosotros habéis caído al igual que Lily.-dijo Petunia, y vio con satisfacción como su hermana tres años menor

tenía los ojos llorosos.

Ya basta, Petunia.-dijo su padre autoritario.-No te preocupes Lily, seguro que encontramos ese andén.

Al momento Lily observo como una bella mujer morena, no mucho menor que su propia madre iba con un niño que seguramente seria de su edad. La señora era muy

bella, tenia un pelo moreno ondulado que lo llevaba recogido en una cola alta. Vestía juvenil y trataba al niño con muchísimo cariño. El niño señalo a Lily y le dijo algo a la

madre que no llego a oídos de Lily, le extraño mucho ver que este llevaba una pequeña lechuza muy revoltosa en una jaula encima de un baúl que llevaba en el

portaequipajes.

¿Primer año de Hogwarts?-pregunto la señora a Lily con mucha amabilidad, Lily solo asintió con la cabeza.-Bueno soy la señora Potter, el es mi hijo James que

también entra este año en Hogwarts.-el niño saludo tímidamente con la mano.- ¿Como te llamas?

Soy Lily Evans, ellos son mis padres y ella mi hermana Petunia.-dijo Lily a la señora Potter.

Encantada, soy la señora Evans.- dijo estrechándole la mano a la señora Potter.- y este es mi marido.-acto seguido hizo lo mismo que su esposa.- ¿Me podría indicar

como se entra al andén? porque usted es maga...

Bruja.-dijo amablemente.-Y de mucho gusto les indico como se entra .Hagamos una cosa que entren primero su hija mayor con mi hijo James.

Yo, pasar a ese sitio ni loca, y con un desconocido anormal menos.-dijo Petunia.

Basta ya.-dijo su padre que ya estaba perdiendo los estribos ante la mala educación que estaba demostrando su hija ante amables desconocidos.

No pasa nada.-dijo la señora Potter restándole importancia.-Bueno, entra tú primero hijo para que Lily vea como se entra y yo entrare con los señores Evans.

A continuación su hijo, James, se preparo dio una pequeña corrida y desapareció por el muro, Lily se quedo pasmada era algo realmente autentico y genial. Ella con algunas

dudas hizo lo mismo que el momentos después de que el lo hiciera, y ante sus ojos apareció una enorme estación, repleta de niños con enormes baúles y mucho de ellos

cargados de jaulas con búhos y lechuzas. Todos ellos estaban felices al igual que ella, no sabia a donde se dirigiría aquel tren enorme, pero la embargaba una sensación de

nerviosismo que la hacia, paradójicamente muy feliz. A los pocos segundos a su lado se encontraban sus padres igual de fascinados de ella y mas aun ante la explicación de la

señora Potter que muy amablemente les explicaba cada uno de las cosas que le preguntaban a sus padres, le indico en que vagón tenía que sentarse. Y su padre subió

con ella para acomodarle el baúl. En seguida bajo para hablar con ella desde el andén.

A los pocos minutos de empezar a andar el tren entro en su vagón una niña de pelo largo castaño y unos enormes ojos azules que la miraban con mucha sinceridad, horas

después ambas entraron en Griffindor y en pocos días se convirtió en una de sus mejores amigas.

Eran los primeros de recuerdos de Susan, Susan Bright, y de James, James Potter que tenía Lily.

Susan Bright, no había llegado aún a la estación, le había dicho que ese año la acompañaría su hermano mayor y seguramente se hubieran entretenido mas de la

cuente mirando las cosas muggles que a ambos le chiflaban. Susan venía de una familia mestiza, su madre era doctora en un hospital muggle y se enamoro de su padre

bastante joven. Ella era una joven doctora en prácticas en un hospital donde su padre tuvo que ir porque debido a que cuando era joven trabajaba en el departamento contra

el uso indebido de la magia. Acudió al hospital a hacer una salida de trabajo debido al comportamiento extraño de una bañera. Y se enamoro de ella, fingió estar malísimo

para que ella lo atendiera y todavía no sabe como acepto salir una noche con el. De eso habían pasado ya casi 25 años y ellos seguían felizmente enamorados. Eran una

pareja muy divertida y habían trasmitido eso a sus tres hijos, Susan era la menor y la única chica, sus hermanos mayores hacía dos años que habían salido de Hogwarts. Ella

era una muchacha bastante bonita, muy deportista y con dos grandes pasiones: la natación y el vuelo. De hecho era una de las mejores cazadoras del colegio. Susan se

llevaba bastante bien con los merodeadores debido a su carácter divertido y algo travieso, que de vez en cuando la habían llevado a meterse en algún que otro lió.

Los merodeadores, como no hablar de aquel pequeño grupo que enloquecía a las niñas de Hogwarts, era una de las cosas que no soportaba. Realmente solo se llevaba

bien con Remus Lupin que después de años haciendo la ronda con ella había conseguido ganarse su confianza y respeto. Remus Lupin era el melancólico de ellos,

un chico que era amable y que enloquecía a las chicas debido a su halo de misterio que siempre lo rodeaba, era muy raro verle una sonrisa sincera debida al carácter tan

irónico que tenía, que era una de las cosas que más le gustaban de su personalidad. Y su gran misterio, era su gran tormento, Lily lo sabía desde hacía mucho, era fácil de

descubrir si tenias una mente espabilada y cuando el se lo comento su reacción fue darle un gran abrazo, en muchas ocasiones el se había aliviado contándole cosas a

ella. Remus en verdad era un gran amigo. Después estaba el bueno de Peter, Peter era un chico que había sido siempre muy introvertido y bastante torpe, muy torpe. Los

chicos lo trataban como uno mas y los demás se le acercaban por la amistad de sus amigos, pero a el nunca le importo y ellos en muchas ocasiones lo habían defendido,

Su carácter débil era un punto fuerte para su amistad con ellos. Y Sirius, Sirius Black, el conquistador, nunca entendió que tenia Sirius para las chicas, quizás era su carácter

extrovertido, su manía de meterse en líos junto con James o su "espíritu libre", nunca lo sabría. Aunque si hablamos de Sirius debemos de hablar de Mackenzie Gothic, su

amiga y compañera de habitación junto con Susan. Las tres eran una piña, pero siempre entre Mac y Sirius hubo un roce extraño, siempre se defendían mutuamente,

aunque siempre encontraran excusas para su actitud. Mac era denominada entre los chicos como la mujer sin sentimientos o de hielo, si era cierto que había salido con

algunos chicos, pero de ninguno de ellos la había enamorado. Siempre que dejaba alguno sus amigas escuchaban la misma palabra de su boca: cretino. Y ya no decía

más. Por fin, alcanzo a verla al lado del vagón con sus tíos y sus dos primos pequeños de los que siempre cuidaba, su primo Michael hacía este año segundo, durante todo el

año pasado había estado pendiente de el, y muy a menudo la veía ayudándole a muchas cosas, al lado de ella y tremendamente nervioso estaba su otro primo que

entraba este año, se llamaba Deán, Mac le contó en una de sus cartas ese verano que entraba a la escuela. Junto a sus primos se podía ver a la verdadera Mac, ella desde la

muerte de sus padres de la que nunca les había hablado, había vivido en casa de sus tíos, y para ellos eran como sus hermanos, con ellos, al igual que con sus amigas se

podía ver a una Mac cariñosa, amable y muy risueña, esos dos malditos enanos sacaban lo mejor de ella.

Por último, estaba James Potter que estaba junto a sus padres que rápidamente empezaron a entablar una conversación con sus padres, Su relación con James había

pasado por todas las etapas, sus dos primeros años fueron muy buenos, se llevaban muy bien, le parecía un chico bastante simpático y agradable y le gustaba. En tercero,

las cosas cambiaron, a James lo eligieron cazador del equipo de su casa y a mitad de su curso paso a ser buscador convirtiéndose en uno de los mejores, entonces se

produjo el cambio, ya que pronto todas las chicas del colegio se acordaron de que existía y todas querían tontear con el. Paso de ser el simpático James al estupido

Potter. El año siguiente paso a ser el arrogante Potter, el indeseable Potter y muchos mas adjetivos despectivos que pasaban por la cabeza de Lily, desde entonces habían

sido monumentales cada una de sus broncas, y legendarias sus contestaciones.

Todavía recordaba con horror los dos cursos y medio que James se la paso persiguiéndola por todo el colegio, y cada vez que la veía no importaba donde

estuviera le preguntaba si quería salir con el. Al principio le decía que no muy amablemente, pero a poco fue acabando con su paciencia y hasta en mas de una

ocasión llego a petrificarlo para divertimiento de sus tres amigos. Pero a mitad del curso pasado había cambiado, ya no era el mismo, se comportaba distinto, algo le

había pasado que había hecho que cambiara de parecer.

Susan te dijo que algo le pasa a Potter, llevaba una semana si pedirme que salga con el, si andar haciendo el tonto con su tonta snitch y sin...-pero Lily no siguió

porque decir que sin tontear con todo aquello que llevara falda seria delatarle a su amiga en medio de la biblioteca sus verdaderos sentimientos por James.

Acaso no era eso lo que querías desde hace mucho tiempo.-dijo Susan irónica.- Pero es cierto que algo le pasa, los chicos dicen que va a dejar el equipo de

quiditch.

¿QUÉ?-gritó Lily, ganándose una dura mirada de la bibliotecaria.-Lo siento. Eso no lo puede hacer.-le dijo en un volumen algo más bajo a su amiga.-Como que me

llamo Lily Evans que no lo hace, es mi deber como prefecta de la casa.-dijo al instante que vio la mirada divertida de Remus.

Si tu lo dices, será por eso.-dijo Susan como quien le da la razón a los locos.

Esta en la torre de astronomía, huyendo de Canuto.-dijo Remus.

Lily salio como si se llevara la vida en ello, dejando todas sus cosas en la biblioteca, ni siquiera se acordó de recoger sus cosas, iba metida en sus pensamientos.

"¿Que diablos te pasa James? No puedo permitir que dejes aquello que mas te gusta solo o un capricho. No puedo seguir viéndote así. No puedo. ¿por qué no puedo? No

somos amigos, además de hecho yo odio a Potter, bueno no lo odio solo es que no me cae bien. Bueno da igual, ahora es mi deber como prefecta de mi casa hacerlo."

Ya estaba en la puerta de la torre de astronomía y entro abriendo la puerta muy silenciosamente, y en el alfeizar de la ventana lo vio sentado con la cabeza cabizbaja y

con una carta en su mano, a su derecha estaba su lechuza que ya era grande y preciosa, el animal estaba intentando consolarlo, o simplemente haciéndole compañía

en su soledad y tristeza. Su túnica del colegio estaba tremendamente sucia y su cabello se encontraba más revuelto que nunca.

Potter, ¿Que haces aquí tan tarde?-dijo Lily, hubiera querido que su tono voz no sonara con tanta ternura como lo hizo, pero tampoco le importo demasiado cuando

James levanto la cara y la miró sorprendido de que ella estuviera ahí, tenía la cara sucia y sus ojos se encontraban muy hinchados. Se enderezo un poco y le sonrió,

pero ella se dio cuenta de que era una sonrisa demasiado triste.

Hola Evans, no te preocupes yo ya me iba, solo necesitaba estar solo, ahora limpio todo esto.-añadió al ver como estaba todo el suelo lleno de barro.

No te preocupes por el suelo.-dijo ella.-Se que no soy la mejor persona, ni siquiera somos capaces de entablar una conversación si gritarnos.-James esbozo una

sonrisa ante aquella gran verdad.- Y aún así no soporto verte así, pareces un fantasma mas del castillo.-Lily se acerco y se sentó al lado de el en el alfeizar de la

ventana.

James la miro directamente a esos ojos verdosos que siempre lo hechizaban y pudo ver la preocupación que tenia la chica. A ella le encantaba la mirada tan penetrante que

tenia el chico, le encantaba ver esos ojos alegres, pero en aquella ocasión estaban tan tristes que le empezó a doler. Finalmente James se rindió, y numerosas lágrimas

empezaron a recorrer su cara, Lily se acerco y le abrazo, y no le importo mancharse entera de barro. El tiempo pareció pararse, ninguno se los dos supo como era tan tarde

y ya había pasado la hora de la cena, ellos no tenían hambre de todas maneras. Se levantaron y solo se miraron, no se dirigieron una mirada en todo el rato que

estuvieron caminando hacia su torre. Cuando llegaron a la sala común no se extrañaron de ver a Sirius en el sillón durmiendo esperándolos, el pobre estaba

verdaderamente preocupado por su amigo.

Buenas noches Potter.-dijo Lily.-Y hazme un favor, vuelve a ser el de antes, hay ocasiones en las que se te echa de menos.-y le dedico la mejor de sus sonrisas que

dejo cautivado a James.

Buenas noches.-dijo James a duras penas.

James, sabia desde hacia mucho tiempo que era lo que sentía por ella, pero si ya estaba enamorada de la Lily llena de fuerza, de la malhumorada y de su belleza. Esa

noche se había vuelto a enamorar de otra Lily, de una Lily que el en un tiempo había conocido, era la Lily tierna, dulce y comprensiva.

Consiguió despertar a Sirius y este le dio un tremendo abrazo, y lo miro como si faltara alguna parte hasta que se cercioro que estaba perfectamente.

¿Donde estuviste? Te estuve buscando.

Con mi ángel.-contesto James como única repuesta.

James tras esa tarde-noche, volvió a ser el mismo de siempre solo cambio en tres cosas, las tres cosas que más odiaba Lily que hiciera: dejo de pedirle de salir cada vez

que la veía con lo que consiguió que ella se mostrase natural con el; dejo de jugar con su snitch a todas horas; y dejo de flirtear y salir con chicas por las que nos sentía nada,

en verdad no salio con ninguna chica. Con eso se gano una amistad sincera por parte de Lily y consiguió un apoyo para el en esos duros momentos.

James no había visto a Lily durante todo el verano, y la verdad es que aunque no la hubiera visto durante todo el verano siempre soñaba con ella, esa mañana estaba mas

que nervioso porque iba a poder verla y hablar con ella, se acerco a saludarlo y la verdad es que tuvieron una tonta conversación, en la que ambos se sonrojaron ante la

mirada de la señora Potter que estaba muy atenta a los movimientos de ambos.

– Buenos días, señora Potter.-dijo Lily amablemente a la madre de James.- ¿Que tal se encuentra?

– Buenos días a ti también Lily, cada verano que pasa estas más bella.-dijo la señora Potter a la vez que miraba de reojo a su hijo que se sonrojaba.- Seguro que tienes a

unos cuantos chicos de la escuela bastante enamorados.

– A uno en especial. Creo que lo conoces bastante bien.- dijo Sirius, arrancándole a la señora Potter una de sus mejores sonrisas. James le dio una colleja indicándole que

se callara.- ¡AUCH! Eso dolio amigo.

– Bueno cansada de andar no estoy.-dijo la señora Potter ante la mirada de Lily, y le indico con una mano que se le acercara.-Gracias por hacer volver a James,

estábamos todos muy preocupados. Aunque el no te lo diga eres muy importante para él.

Ella solo atino a sonreír ante la mirada de ella, esa era la última frase que le escribía James en cada carta que recibía cada dos días, cartas que ambos guardaban muy celosamente.

Quedaban cinco minutos para que el tren comenzara a andar nuevamente, se despido de todos y para sorpresa de todos los alumnos que se encontraban por allí

cerca Lily Evans se acerco a James Potter y le dijo algo al oído, a lo que siguió un beso en la mejilla.