P l a n B
Capítulo I
Por Naruki Sakurazuka
Disclaimer: No, para mi eterna desgracia, Tenipuri no me pertenece T-T
Author's Notes: Tenía ganas de escribir algo sin mucho sentido, algo ligero para liberar tensiones. Salió ésto, que había nacido como one-shoot pero que he dividido en dos capítulos. No es la gran cosa, pero espero que almenos se diviertan leyéndolo.
Dedicado a: Mikatsuki y Katsu-chan, mis eternas musas creativas xD. Las amo!
Aunque no era muy abierto con sus sentimientos, Fuji Syuusuke, cuando quería, podía decir claramente lo que le gustaba... o deseaba. Por ésta razón, un viernes después del entrenamiento, Tezuka Kunimitsu se vio a sí mismo acorralado entre la puerta de los vestidores y el Genio de Seigaku.
Me gustas, fue todo lo que había dicho el ojiazul antes de saltar a sus labios, ansioso de probar el que había sido su fruto prohibido durante tanto tiempo. Quizás por eso se sintió molesto y levemente herido cuando su capitán lo apartó delicadamente - tan delicadamente como se puede cuando eres un chico y otro te besa sin previo aviso- y se marchó sin decir nada.
Pero a pesar de todo, Syuusuke se quedó en el mismo lugar, sonriendo como cuando estaba a punto de disputar un interesante partido de tenis.
De todo eso una semana y el Tensai -y todo el equipo- sentía que la tensión entre él y el capitán podía ser cortada con un cuchillo... O con un partido de buen tenis, en opinión de Echizen.
Dicho partido se llevó a cabo, resultando victorioso, como siempre, el capitán del equipo. Sin embargo, para el final del juego todo Seigaku conocía -o suponía- el porqué de su conflicto. No ayudó mucho que Fuji lanzara contra su contrincante extrañas indirectas respecto a extraños eventos ocurridos extrañamente entre ellos un extraño viernes frente a los ext–-... no, los vestidores no tenían nada de extraño.
Eso fue lo que pensó el resto del equipo.
Para el final del día Tezuka se sentía avergonzado, furioso, nervioso, horrorizado, enamorado... No, eso último no, se dijo sonrojado y frustrado. Desde el incidente con Fuji su cerebro parecía escapar de su control, enviando anormales imágenes mentales dignas de una hemorragia nasal. Pero no era posible, no él. Quería atribuir todos esos pensamientos, sensaciones, emociones y erecciones... Ehhhh... Todo, a la maldita pubertad, pero algo le decía que eso que sentía en el pecho cada vez que veía al Tensai, o el dolor de estómago cada vez que Fuji estaba con alguien más, no tenía nada que ver con la adolescencia.
Y así, entre el sufrimiento del Buchou y las indirectas -muy directas- de Syuusuke, pasó otra semana. Y otro viernes llegó, con el usual entrenamiento entre titulares.
Tezuka estaba feliz; poco a poco estaba aprendiendo a controlar sus emociones -Y erecciones, Cof Cof...- al pensar en Fuji. El chico aludido, follado innumerables veces sin saberlo en los sueños húmedos de su amor, por su parte, comenzaba a entrar en un proceso de ansiedad y nerviosismo sumado a cierto enfado... Un claro estado de impaciencia. Vamos, que no era tonto -¡Era el Genio de Seigaku, después de todo!- y conocía los sentimientos de su capitán hacia él, aunque la persona en cuestión no los supiera todavía, o no los admitiera. Había pensado que si se declaraba primero para el buchou sería más fácil decir lo que sentía, pero definitivamente no había contado con la estupidez emocional de Tezuka. Suspiró. A pesar de todo, eso era algo que adoraba de él. Pero volvamos al tema... Syuusuke no contó con que Kunimitsu tardaría tanto en comprender y reconocer sus propios sentimientos.
Comenzaba a impacientarse. Sí, bueno, para otras cosas -entiéndase principalmente tenis- podía ser muy paciente, pero estamos hablando de Tezuka¡De Tezuka Kunimitsu, nada menos!, aquel chico guapo, amable, dulce a su manera y sumamente sexy que le quita el sueño -O mejor dicho, le provoca ciertos sueños- a Fuji Syuusuke.
Dada las circunstancias, decidió Fuji, había que implementar el plan B. Sabía que si jugaba bien sus cartas podía resultar victorioso. Sin embargo, también corría el riesgo de perder lo que había ganado -y más- pero era Fuji, y eso no iba a detenerlo.
Sabía que ganaría...
Ahora sólo faltaba encontrar un sujeto X para implementar su plan.
-¡Fuji-ko¡Nya!
No, demasiado fácil. Además, era su amigo y si las cosas salían mal podría resultar herido. Jamás querría eso para el gatito.
-Eiji-chan.
Estaba a punto de comenzar el entrenamiento para los titulares, y Fuji acababa de cambiarse. Saliendo de los vestidores fue cuando vio a cierto minino pelirrojo correr hacia él y colgarse de su cuello (lo cual resultaba extraño, pues él era un par de centímetros más bajo que Kikumaru).
-Ese tipo de Hyotei te está buscando, nya.
-¿Ese tipo?
Y entonces, entre las nubes negras que parecían cubrir el cielo amoroso de Fuji, un destello de luz iluminó su bello rostro.
-¿Te refieres a Oshitari?
-Sip, nya.
Luego de unas cuantas caricias de agradecimiento al neko pelirrojo, Syuusuke se dirigió a las canchas, donde el Tensai de Hyotei le esperaba. Y donde Tezuka ya se encontraba practicando.
-Oshitari.
-Fuji.
Un corto saludo para que el chico de lentes le entregara una caja finamente envuelta en papel azul, como sus ojos y su cabello.
-¿Chocolates?, no soy una chica.
-Lo sé, pero pareces una.
Sus sonrisas cómplices fueron vistas por los ojos castaños del Buchou, quien sintió algo desagradable revolverse en su estómago. Sabía que ambos prodigios se habían hecho buenos amigos hace algún tiempo, pero aún así la presencia del tensai peliazul no dejaba de molestarlo.
-¿Qué te trae por aquí?, presiento que no se trata de tenis.
-Tienes razón, vengo por otra cosa. Quiero hacerte una invitación.
-¿Invitación?
-A una cita.
Syuusuke rió, mientras Yuushi sonreía con desdén. Tezuka, aunque no podía escuchar su conversación, decidió que nada de lo que dijera ese tipo podía resultar así de gracioso.
-Déjame adivinar, te peleaste con Mukahi-san y quieres hacerlo reaccionar¿me equivoco?
-No, no te equivocas. ¿Soy tan mal actor?
-No. Lo sé porque planeaba algo parecido.
Yuushi le dio una rápida mirada al capitán de Seigaku, sonriendo con burla. Tezuka se sintió enfurecer.
-¿Funciona?
-Quién sabe...
El sonido del celular del peliazul los distrajo. Oshitari observó que tenía un mensaje, lo leyó y sonrió.
-Atobe. Dice que Gakuto exige saber que demonios hago aquí, contigo.
-Convenientemente, sabe que viniste a verme.
-Claro, sino no serviría.
-Bueno, me alegro de que esto te haya servido de algo, pero que quede claro que no te devolveré los chocolates.
-Quédatelos, para eso te los traje. ¿Quieres ayuda?
-Moderadamente. Creo que entiendes los riesgos.
-Sí, sí. Hazte el difícil.
-Lo soy.
Y entonces, para estupor y enfado de Tezuka, Yuushi Oshitari empujó a Syuusuke contra la reja de la cancha y ahí, frente a quien quisiera verlo, lo besó apasionadamente.
Lo primero que pensó Fuji, aparte del obvio "Besa muy bien", fue que su amigo no entendía lo que era la moderación. Y se lo hizo saber al apartarlo de un empujón.
-¿Entiendes lo que significa "Moderadamente"?
-Sí, pero quería saber cómo era besar al Tensai Fuji Syuusuke -Sensualmente, se pasó el dedo índice por los labios. -Nada mal... Nada mal.
Syuusuke sonrió.
-Maldito bastardo.
-Te ves sexy maldiciendo.
-También me veo sexy asesinando.
-Mira, aquí viene.
Y antes de que siquiera pudiera parpadear, Yuushi lo besaba de nuevo. Fuji quiso apartarlo, no porque el beso fuera malo -de hecho era bastante bueno- pero antes de que pudiera hacerlo Tezuka ya lo había hecho por él. Delicadamente, el alto capitán tomó a Oshitari del cuello de su camisa, apartándolo de los labios siempre sonrientes del tensai castaño.
El Buchou decidió en un fugaz pensamiento que prefería mil veces ver esa sonrisa, aunque a veces le resultara exasperante, a ver esos labios cubiertos por los de alguien más.
-¿Te está molestando?
Fuji quiso reír ante la pregunta, pero al ver la molestia en el rostro de su siempre sexy Héroe-salvador-de-indefensos-atacados-por-malvados-y-depravados-tensais-de-Hyotei, decidió que no era buen momento para risas.
-Gracias, Tezuka. Puedo cuidarme solo.
-No lo parece.
Syuusuke quiso replicar, enfadado, pero su capitán ya se encontraba encarando a su atacante.
-Márchate. Interrumpes nuestro entrenamiento.
-¿Celoso, capitán?. Fuji y yo sólo estábamos conversando, y no de algo de que deba importarte.
-Una conversación muy profunda, por lo que veo.
-Muy, muy profunda.
Fuji observó las miradas asesinas entre ambos chicos y pensó de pronto que Oshitari sí era un muy buen actor.
-Pero me interesa desde que es en horas de entrenamiento y en los terrenos de la escuela, Oshitari-san.
-Pensé que el interés nacía por algo más. Algo como Fuji Syuusuke en sí, Tezuka-buchou.
Definitivamente, pensó Fuji, Yuushi se estaba pasando de la raya. Mucho.
-Oshitari, te pido que te marches. Podemos terminar de conversar luego.
-Está bien. Nos veremos luego, Fuji. Por cierto, capitán, debería intentar conversar con Fuji alguna vez, verá lo... agradable que resulta. Comprobará que se ve sexy hasta maldiciendo.
-También me veré sexy bañado en tu sangre si no te vas ahora, Oshitari.
-Está bien, está bien. Nos veremos luego, Fuji, Tezuka-san.
Antes de irse, le guiñó un ojo a Syuusuke, evidentemente entretenido con la situación. Fuji juró que se vengaría del bastardo, y ya planeaba futuras visitas a Hyotei.
-Fuji.
-Lo siento mucho, Buchou. Procuraré dejar cualquier conversación con Oshitari Yuushi fuera de los entrenamientos.
No, Tezuka no iba a estar con forme sólo con eso. Estaba molesto, demasiado quizás, pero no podía soportar lo que había visto.
-Preferiría escuchar que no volverás a conversar nunca más con él.
Syuusuke sonrió, el plan B evidentemente daba resultados.
-No voy prometerte eso. Además¿por qué habría de hacerlo?
Y se dirigió a los vestidores a buscar su raqueta, dejando a su capitán rumiando sus fúricos pensamientos.
¡¿Cómo que "por qué"?!, se preguntó Tezuka. ¡Era obvio!; porque el peliazul era un integrante de un equipo rival¡de Hyotei!, porque era un idiota presumido, porque jugaba mal al tenis (y él, Tezuka Kunimitsu, podría derrotarlo en cualquier momento), porque no merecía a alguien como Fuji, porque jamás lo amaría como se merece y, lo más importante, porque Fuji se había declarado a él, Tezuka, no a otro.
Y era correspondido...
Sí, estaba de más seguir negándolo. Syuusuke le gustaba, le excitaba, y se había enamorado de él aquella primavera, en primer año, cuando voluntariamente se había quedado a recoger pelotas con él a pesar de que no era su castigo.
¿"Por qué", había preguntado Fuji?. Caminando a paso decidido hacia los vestidores, Tezuka decidió que iba a dejarle en claro por qué.
