La inspiración ha tocado mi puerta y he decidido abrírsela. Gracias a todos los que dejaron review por Cancha Vacía, de verdad me alegra que mi trabajo les guste.
Sumario: Ryoma ha logrado todo lo que la vida tiene para ofrecer: fama, dinero y salud. ¿Pero que sucederá con él cuando caiga al abismo y le falte la persona más importante para salir adelante? Ryoma x Sakuno.
Advertencia: Temas maduros, algo de shounen ai.
Disclaimer: Prince of Tennis no me pertenece, así que no me demanden. En serio, no se llevarán nada útil.
Capítulo 1:
Un antiguo proverbio dice que el coraje es un hombre y la bondad es una mujer. Esta frase contiene una agradable combinación de simetría y contraste. Y como muchas de las cosas que son agradables, es falsa.
El coraje y la bondad son inseparables. Si uno aparenta existir sin la otra, cuidaos: Estáis en presencia de la cobardía o la crueldad disfrazadas.
La lluvia caía a raudales. El clima se había vuelto muy frío a pesar de que estaban a mitad del otoño. Tomoka Osakada se encontraba sentada en el sofá de su casa hablando por telefono con su novio.
"Horio, algunas veces dices las cosas más dulces."
"Ja, eso se debe a mis 5 años de experiencia en estudios de poesía."
Tomoka liberó una carcajada. "Porque el tenis no te funcionó¿verdad?"
"Supongo que tienes razón. Bueno, te veré mañana. Tengo un ensayo que entregar y no se va a escribir por más que mire el libro."
"Sí, de acuerdo."
La muchacha cerró el telefono y suspiró. Tenía todo lo que una joven universitaria necesita: privacidad en su propio apartamento, un novio fantástico, y los mejores amigos que se pudiera tener.
Un par de golpes en la puerta la hizo despertar de sus pensamientos. La joven se puso de pie y se acercó a la puerta. Se asomó al ojo que tenía la entrada para ver quién la visitaba a esas horas de la noche. Pero todo estaba muy oscuro afuera y no podía distinguir otra cosa que una figura encorvada. Tentativamente, preguntó: "¿Quién es?"
Tomoka permaneció alerta para escuchar la respuesta, y, antes de que viniera, pudo escuchar que la otra persona estaba hipando y estornudando. Finalmente, dijo en voz débil: "Soy yo…"
"¡Sakuno!" Exclamó la chica y abrió la puerta inmediatamente. Frente a ella se encontraba su mejor amiga, la que no había visto desde hace tanto tiempo, empapada, temblando de frío y con los ojos hinchados, al parecer de tanto llorar. Tomoka extendió sus brazos y la haló hacia el apartamento. "Pe… pero… ¿qué te pasó?"
Sakuno entró al cálido apartamento, pero no podía levantar la mirada del suelo. Algunas lágrimas seguían resbalando por sus mejillas y Tomoka no pudo evitar sentirse impotente. La muchacha sentó a la otra chica y entró rápidamente a su habitación, volviendo segundos más tarde con una manta. La joven abrigó a su amiga con la manta. "Sakuno¿qué te sucede?" Le preguntó, preocupada, mientras la abrazaba.
"Me odia, Tomoka…" Era l único que se podía comprender entre los sollozos de la muchacha.
Nanjiroh bostezó sonoramente mientras volvía de haber tocado la campana del templo. Ya había olvidado el tiempo que tenía viviendo en esa casa, pero estaba por jurar que el viejo monje se había muerto en la peregrinación.
El hombre se acostó en el suelo y volvió a bostezar, los sonidos producidos por él eran los únicos que llenaban la casa ya que era el único habitante. Ryoma hacía mucho tiempo que había alzado el vuelo y se la pasaba de viaje constantemente, de torneo en torneo. Su padre había llegado a la conclusión de que su hijo le agradaba un estilo de vida muy aburrido.
Su esposa se encontraba en el extranjero, preparando los pormenores de la boda de su sobrina Nanako. Fue una suerte que conociera a un sueco en su Universidad.
Incluso el gato se había ido, prefirió marcharse con Ryoma. Ahora se daba cuenta que los felinos eran criaturas traidoras.
De tanto pensar y pensar, Nanjiroh casi se queda dormido. Pero el sonido de la puerta lo despertó al instante. "¡Ya voy!"
El antiguo jugador de tennis no se tomó la molestia de preguntar quién era, le daba lo mismo si era alguien conocido o un ladrón, y si, por casualidad de la vida resultaba ser un ladrón, entonces el pillo tendría la 'oportunidad' de probar lo que un cuerpo esculpido por el tenis podía hacerle.
Sin embargo, al abrir la puerta, se llevó la sorpresa del siglo.
Tirado en el suelo se encontraba su hijo. Estaba todo mojado por la lluvia y sostenía con fuerza una botella de cerveza con su mano izquierda. Nanjiroh frunció el entrecejo y con su pie, movió un poco la cabeza de Ryoma. Al sentir su aliento en su pie, llegó a la conclusión de que al menos no estaba muerto. Y vaya que eso le causaría problemas…
"Oye, chico… ¿qué estás haciendo ahí tirado?" Preguntó extrañado.
Ryoma se levantó tambaleándose un par de veces y mirando a su padre como si quisiera matarlo. Era eso o estaba haciendo lo mejor posible por no vomitar. Para Nanjiroh esta si que era una escena vergonzosa. Si bien podía ser un viejo verde, no era de esos que hacía un espectáculo. Suspirando, haló a Ryoma de su camisa, después de todo, si los reporteros captaban fotos del prodigio del tenis en ese estado, la imagen de su hijo sería arrojada a la basura.
Por la fuerza del jalón, Ryoma se fue de frente. 'Tiene que estar más borracho de lo que imaginaba.' Pensó Nanjiroh, para sí. Volvió a ayudar a su hijo y luego de arrastrarlo y colocarlo en el sofá, el hombre se sentó frente de él, esperando una explicación.
Una explicación que nunca llegó. Nanjiroh sólo tuvo la oportunidad de tener asientos de primera para ver a su hijo eructar, beber otro trago de la cerveza y mirarlo como si él fuera su peor enemigo.
"No es que no me agrade compartir contigo, pero…" Comentó sarcásticamente el padre. "¿Qué estás haciendo aquí en ese estado¿No deberías estar de camino a tu próximo torneo?"
"No iré." Fue la respuesta de Echizen.
"¿Y por qué no?"
"No quiero." Y volvieron a caer en el silencio.
Luego de unos 45 minutos y de que Ryoma se hubiera terminado su botella de cerveza, Nanjiroh trajo consigo café. Uno no muy bueno, pero que probablemente haría volver en sí a su hijo. Ryoma no lo tomó.
"¿Dónde esta Ryuzaki? Pensé que ella siempre andaba contigo." Preguntó el hombre, refiriéndose a la nieta de su antigua entrenadora de tenis. Sakuno se había convertido en la manager de Ryoma. Una posición algo 'obvia' poque todo el mundo sabía lo que la chica sentía por el joven jugador. Algunas veces Nanjiroh se preguntaba si su hijo se daba cuenta, o si al menos devolvía esos sentimientos.
Ryoma se encogió de hombros en señal de respuesta y se acomodó en el sillón, cerrando los ojos y conteniendo las enormes ganas que tenía de vomitar.
El hombre no pudo evitar carcajearse y que su hijo le dirigiera una mirada de odio.
"A ver, a ver. Creo saber que es lo sucede aquí." Dijo, mientras se calmaba. "Ryuzaki se cansó que la estuvieras ignorando todo este tiempo y por fin te puso en tu lugar. ¡Ja! Siempre le dije a tu madre que dejara de cumplirte todos tus caprichos, pero me alegra que alguien con los pies en la tierra te dijera…" Nanjiroh sólo podía imaginarse las cosas que Sakuno le pudo haber dicho a Ryoma. Imaginó tantos escenarios, pero ninguno era el indicado.
"Está embarazada." Cortó Echizen bruscamente.
Nanjiroh se detuvo abruptamente en su catarata de ideas y se quedó viendo a su hijo, boquiabierto. "¿Qué?"
"Sakuno… está… embarazada…"
"Felicidades."
"No es mío."
El silencio volvió a reinar, sólo el sonido de la lluvia era lo que se podía percibir en el lugar. Eso si que no se lo esperaba. ¿Sakuno embarazada¿Y no era de Ryoma¿Qué diablos estaba sucediendo en este mundo?
"Muchacho, dime¿qué fue lo que sucedió?"
"No sucedió nada. Ella arruinó las cosas para los dos." Contestó el joven, en un tono amargo. "Por ser tan estupida, se largó y se acostó con otro hombre, y ahora está embarazada y no quiero volver a verla."
El hombre le regaló a su hijo una mirada de compasión. "No sabía que ustedes tenían algo serio. Debe ser muy duro para ti."
"No lo teníamos." Ryoma vio cuando su padre lo miró de forma extraña, exigiéndole una explicación ante esa idea. "Al menos no oficialmente. Yo quería esperar, hacer todo lo que debía y luego retirarme del tenis, como tú. Luego me casaría con ella y viviría tranquilo en algún lugar."
"¿Y ella sabía de esos planes?"
Ryoma permaneció en silencio por un rato. "Pensé que lo sabía. Pero ahora que me ha demostrado quién es en realidad, no quiero volver a verla." Dicho esto, el muchacho estrelló la botella contra una pared, haciéndola añicos.
Ryoma había tomado muy mal aquella situación, y las cosas no podrías ser peor, tratar con un Echizen borracho era muy difícil. Antes de que pudiera decir algo, su hijo se puso de pie rápidamente y se dirigió al baño. Desde la sala pudo escuchar que estaba vomitando. Nanjiroh suspiró, la vida no podía ser mejor.
Un rato más tarde, su hijo volvió más pálido y más estable que antes, y se sentó en el mismo lugar en que estaba. Ambos estuvieron mirándose por largo rato. Rompiendo el silencio, el hombre cuestionó. "¿Qué vas a hacer ahora?"
"A mí no me corresponde hacer nada. Que vaya y busqué al que la embarazó."
"Vamos, Ryoma." Le dijo, tomando un tono más autoritario. "Está muy mal que hayan tenido un problema tan grande como este, pero no puedes abandonarla así como así. Tú la necesitas tanto como ella a ti." Su hijo lo miró extrañado. "No me mires así. Para mí fue muy fácil darme cuenta, después de todo, eres mi hijo."
"Entonces he ahí tu respuesta." Señaló el joven. "No va a ser mio."
"Pero eso no quiere decir que no puedas ser su padre." A Nanjiroh nunca le resultó tan bien el papel de consejero, pero estaba dispuesto a hacer lo mejor posible. Podía ser un descuidado, pero se preocupaba por su hijo. También lo hacia por el recuerdo de Sumire, que había pasado a mejor vida hace unos años atrás. Era su deber. "Puedes cuidarlo y, no sé, enseñarle algo… como tenis."
"Jamás podría hacer eso, papá, y lo sabes, nuestro tenis es genético." Dijo, como si fuera la verdad más obvia del mundo. "Viene en la sangre, y esa cosa no tiene mi sangre."
Nanjiroh decidió que era una batalla perdida discutir con su hijo en medio de una resaca. "Bien, dejemos esto para mañana. Vete a dormir." Ambos subieron las escaleras y Ryoma cayó rápidamente en su cama, quedando dormido al instante.
Ann Tachibana por lo general era una buena conductora. Siempre respetaba los límites de velocidad y las señales de tránsito. Su hermano siempre había sido muy sobre protector y requirió de mucho convencimiento para que la dejara conducir su auto. Pero esta noche era una excepción. Su auto negro corría a gran velocidad por las calles mojadas de la ciudad.
Había recibido la llamada de Tomoka, diciendo que era una emergencia y que debía de ir a su apartamento lo más pronto posible. Ann estaba cenando con Momoshiro en ese momento y le molestó un poco el hecho de tener que cancelar la velada. Pero Tomoka sonaba histérica, así que debía ser algo grave.
La chica llegó a la entrada del apartamento, no se había molestado en abrir su paraguas, así que sus ropas estaban mojadas. Tocó el timbre y, casi al instante, Osakada abrió la puerta. Haciendo una rápida inspección, Ann pudo notar que no era nada relacionado con la salud o accidente doméstico, y se sintió levemente aliviada. "¿Qué sucede, Tomoka¿Por qué me llamaste así de repente?"
Tomoka la dejó pasar, y sin perder tiempo, puso a la joven Tachibana al tanto de la situación. Al llegar a la sala, Ann vio a Sakuno sentada en el sofá con una mirada perdida y sosteniendo una taza, probablemente llena de té.
"Sakuno…" Dijo, y se sentó a su lado, Tomoka se sentó en el otro y permanecieron en silencio, en espera de una explicación. La chica había dejado de llorar hace unos momentos, pero no había dicho nada que explicara el motivo de su pena.
Finalmente, Sakuno se decidió a hablar. Tomó aire, más no se atrevió a ver a sus amigas. "Estoy… embarazada." Fue su anuncio. Tanto Tomoka como Ann compartieron una mirada, algo les decía que aquella situación no era tan grata como para celebrarlo. "Y antes de que lo pregunten… no es de Ryoma."
Tomoka no pudo evitar sorprenderse, mientras que Ann se mordió el labio inferior. "No es de Echizen… entonces…"
"Tampoco sé quién es el padre…" La chica de cabellos castaños tragó saliva. "Sucedió en una fiesta, Ryoma… Ryoma me estaba ignorando como siempre, y ese día no lo pude soportar. Tomé mucho, recuerdo que… hablé con muchos chicos…" La joven sacudió la cabeza, tratando de hacer memoria. "Todo fue muy rápido… a la mañana siguiente desperté sola en un hotel…" Un sollozo se escapó de su garganta y nuevas lágrimas comenzaron a recorrer sus mejillas. Sakuno decidió ser valiente y contar todo, no iba a esperar a que le preguntaran. "Me enteré hace unos días que estoy esperando un bebé… No tuve más remedio que decírselo a Ryoma, pero él… él…" No pudo contenerse más y la chica estalló en llanto. "¡Me odia¡Me odia¡Y yo también me odio¡¿Cómo pude haber sido tan tonta!"
Las dos chicas trataron de consolar a Sakuno. También se enteraron que la joven se había escapado de su lugar de trabajo. Hicieron lo mejor posible para convencerla de que mañana resolverían el asunto con Echizen y que ahora sólo necesitaba descansar. Hacia mucho tiempo que Sakuno no dormía junto a sus dos amigas en una misma cama. De cierta manera se sentía reconfortante… Y se sintió feliz de por lo menos tener su apoyo.
La mañana siguiente, Nanjiroh despertó por el olor de comida que provenía de la cocina. El no era un buen cocinero y hacia mucho tiempo que no degustaba una comida decente. Dándole un vistazo al reloj del pasillo, se dio cuenta que casi era hora del almuerzo. La imagen que lo recibió fue una un tanto bizarra: Ryoma estaba cocinando.
"¿Qué bicho te picó, muchacho¿Acaso es la calma después de la tormenta?"
Ryoma decidió ignorar aquel comentario; el muchacho lucía sonriente, como si se hubiera ganado la lotería o algo por el estilo.
Nanjiroh ocupó su lugar en la mesa mientras que Ryoma arreglaba los platos. Nunca había visto a su hijo tan cooperador con los quehaceres del hogar y no podía evitar sentirse un tanto asustado.
"Honestamente, muchacho¿qué te pasó?"
"Papá, ya me encargué del problema."
Con 'problema', probablemente se refería al asunto con Ryuzaki. "¿Qué hiciste, Ryoma?"
"La despedí."
CONTINUARA…
Antes que nada, no, no odio a Sakuno. El shounen ai vendrá más adelante. Espero que les guste. Por fa, dejen review y nos veremos en el próximo cap n.n
