Crazy In Love
Disclaimer: Todo pertenece a ABC Family.
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Todo se sentía tan falso en su vida. No haber tenido hermanos se consideraba una ventaja por algunas personas, pero él no lo veía así. Era un constante recordatorio de como se sentía.
Solo.
Tan solo, que podría pasar desapercibido en una casa tan inmensa. Sus padres, quienes le dejaron de prestar interés cuando notaron que jamás podría heredar el negocio familiar.
Entonces su corazón dejó de funcionar.
Si antes quería un poco de atención ahora se arrepentía de sus palabras.
Necesitaba una crujía urgente o moriría.
Ahí fue donde la conoció. Una chiquilla de ocho años que lloraba porque su madre no despertaba.
Le pidió que confiara en él, tenía la creencia de que lo haría.
Años pasaron siendo tratado como un muñeco de cristal; los maestros que se enteraron de su condición lo sentaban en clase de gimnasia. ¿deportes? Cameron era muy débil para ello.
La mayor parte de su vida fue un "no puedes hacerlo".
Terminando la Universidad se alejó de sus padres. Consiguió un trabajo por su propia cuenta, no porque su padre lo recomendara.
Pero no era suficiente.
Intentó, de verdad que lo hizo, arreglar la situación con sus padres. Ellos seguían molestos por no haber aceptado un puesto de por vida en MIT.
Y ella regresó. Pero él no lo sabía.
Supo en el instante que la vio que era diferente.
No le importaba lo que pensaran de ella si eso era un impedimento para conseguir lo que quería.
Logró entrar en su vida más rápido que cualquier otra persona, solo para darse cuenta que Kirsten estaba incluso más sola que él.
Fue imposible no caer rendido por ella. Iban a morir todos, tenían el tiempo suficiente para hacer llamadas a sus familiares.
Despedirse.
—Solo dime una cosa, Cameron. ¿Valió la pena? —preguntó su madre por el teléfono. Instantáneamente su mirada fue hacia Kirsten, su cabello lacio, sus ojos... amaba todo de ella.
Nunca tuvieron una relación aunque Cameron siempre sentía que había algo entre ellos.
Kirsten fue la primera persona que no le trató como algo que se rompería con solo tocarlo.
Fue la primera persona que le hizo sentirse como en una familia y eso mejor que cualquier puesto. Porque incluso sin haberla conocido, él sabría que algo, o alguien, le faltaba.
—Completamente.