Hola! Espero que les guste mi pequeño fic, narrado por Scorpius, al menos ese es el plan.
Esto participa en el Reto: Grageas de todos los sabores del foro EEQCR (El Escorpión Que Coleccionaba Rosas) donde debo de hacer 3 viñetas de menos de 500 palabras y este tiene unas 498! (Sin incluir, claro, mis notas personales) con relación al sabor que se me ha sido dado.
Así que aquí está el primer capítulo. Que lo disfruten :3
*Fairth.- De la saga "El Legado" (Eragon) es una pintura en piedra lisa, utilizando los elementos naturales como pintura pero se plasma a través del pensamiento, si captas la imagen con tu mente, al emplear la magia con la piedra aparecerá tal y como él lo ve.
Tu gusto en mi boca
Ensalada de frutas
Ella se recostó sobre la hierba, su cabello fundiéndose con el color del sol y el húmedo piso. El contraste de colores le hizo pensar que esa sería una bella imagen si sus manos (carentes de talento en la pintura) le permitieran hacerla, tal vez un fairth* sería adecuado, pero procuraría pensar en ello después.
La chica rodo como un tronco, soltando pequeñas risas al viento y sin planearlo, lo descubrió mirándola.
Scorpius, perplejo y con la mirada intensamente clavada en toda la rosa, parpadeo lentamente y huyó de la escena. Con la imagen de la chica extendiendo una mano hacia él, tratando de retenerlo con solo el pensamiento y la mirada lapislázuli; con la dulzura con que las rojizas pestañas acariciaban la piel pecosa.
Él no estaba espiándola, Rose llegó al claro en el que él leía y aunque la había visto varias veces por ahí, fue esta ocasión la que le trajo un recuerdo de muchos años atrás.
Scorpius paseaba por ahí minutos después de terminar la merienda en el colegio muggle al que asistía, cuando un hada apareció en el camino, una pequeña y molesta mosca brillante que lo alejó del patio de flores silvestres.
El niño escucho risas contagiosas al otro lado del matorral y fue cuando la vio, la pequeña Rose, de escasos seis años se acostaba boca abajo en la hierba, observaba con avidez y glotonería el interior de una caja de grageas hasta que alzó la vista y tal como hace unos minutos, lo sorprendió mirándola, la pequeña, jaló de él y lo animó a recostarse a su lado, diciendo que sus padres le habían dado los dulces, pero ella no podía dejar que los demás los vieran.
-Mi papi dice que tú sedás un mago como yo algún día, lo sedás ¿vedad?-
-¡Clalo que sí! Ilemos a Hogwalts.
-¡Sedemos buenos amigos! – exclamó emocionada la pequeña, sonrojada por la excitación de saber que tendría un amigo en la escuela que no fuera de su familia. Instantáneamente le alargo la caja de dulces y antes de que él pudiera tomar alguna pepita, la niña le hizo tragar por entero una de color rojo, estuvo a punto de escupir cuando su lengua recibió un sabor fresco y dulce, vivaz y curioso, justo como su nueva amiga. Cerró los ojos para degustarla por completo y cuando los abrió el rostro de Rose Weasley estaba justo enfrente de su nariz, Scorpius se dejó caer al pasto, asustado. La niña se sonrojo un poco por las orejas.
-Entoces, Scordpius. ¿A qué te sabe el dulce?
Aún recuerda como nunca le dio una respuesta, pero siempre relacionaría el sabor de la ensalada frutal con la chica Weasley, la pelirroja fresca y dulce como las frutas jugosas. Se sorprendió al responder que el sabor de aquella gragea no fue el de la amistad que hizo en ese momento.
-Sino, a cuando conocí al futuro y doloroso amor de mi vida.
