EXAMEN FINAL
Por Cris Snape
Disclaimer: El Potterverso es de Rowling.
Este fic participa en el minireto de octubre para El Torneo de los Tres Magos del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black.
Testofobia: Miedo a hacer exámenes.
Era la última oportunidad. Snape les había dicho que quien no aprobara el próximo examen suspendería su asignatura sin remedio y los chicos de Hufflepuff de quinto año se habían reunido en la biblioteca para repasar. Apenas faltaban dos horas para el momento decisivo y todos estaban muy nerviosos. Incluso Smith se mordía las uñas, pese a que siempre decía que perder la calma era un claro signo de debilidad.
Puesto que a Ernie se le daban muy bien las pociones, se había convertido en el encargado de resolver las dudas de sus compañeros. Justin empezaba a ponerle de los nervios porque ya le había preguntado tres veces para qué servía el bezoar, mientras que Susan le preocupaba porque estaba pálida. Y Hannah…
—¿Dónde está Hannah? —Susurró mientras echaba un vistazo a su alrededor.
Susan no tardó nada en imitarle. Por lo general era una persona de temperamento tranquilo, pero ese día puso los ojos en blanco y se levantó, roja como un tomate. Incluso Smith se dio cuenta de lo enfadada que estaba. Y no era para menos. De un tiempo a esta parte, el comportamiento de Hannah dejaba mucho que desear.
Susan no estaba para tonterías. Sabía perfectamente dónde encontrar a su amiga, así que camino hasta la sala común de Hufflepuff y se plantó en su dormitorio en cuestión de minutos. Agachándose junto a la cama de Hannah, alzó la colcha y habló como solo una madre muy furiosa podía hablar.
—¿Qué demonios estás haciendo ahí?
Hannah se encogió sobre sí misma. Estaba pálida y temblorosa y lucía unas ojeras tremendas.
—Vete.
—Ni hablar. Sal de ahí.
—Déjame. No quiero ver a nadie.
Susan se mordió los labios. Durante una milésima de segundo intentó contenerse, pero terminó explotando.
—Te estás portando como una niña pequeña, Hannah. No puedes esconderte debajo de la cama cada vez que algo te asuste.
—Tú no lo entiendes. Anoche soñé que…
—Me da igual lo que soñaras —Susan sintió cómo los ojos se le llenaban de lágrimas, consecuencia directa de las desgracias que estaban asolando su vida—. Si piensas que lo peor que puede pasarte es suspender un examen, es que eres más tonta de lo que creía.
Hannah pasó del blanco al rojo en un instante, pero no se movió.
—Pero Snape…
—¡Me da igual Snape! ¿Qué más da si te suspende? Al menos tú no has perdido a nadie. Podrás volver a tu casa y tendrás a tu familia esperándote, pero yo…
Ella ya no tendría a su tía. Ni a su tío. Y no quería ni pensar en lo que podría ocurrirle a sus padres.
—Susan…
—Deja de esconderte como una cobarde y afronta la realidad —Susan se levantó y dejó caer la colcha—. Si te pones así por un examen, no sé qué será de ti cuando te pase algo malo de verdad.
Tras decir eso, Susan se fue. Hannah sabía que tenía razón, pero no podía luchar contra el miedo. Era superior a sus fuerzas.
Mi Word dice que son 498 palabras.
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