—A single howl—
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A: —.Katekyo Hitman Reborn! Fanfiction-net—
Disclaimer:
Todos los personajes son propiedad del Manga-Anime/Shonen-Katekyo Hitman Reborn! Y a su respectivo autor: Akira Amano; ―Yo solo los tomo prestados sin ningún fin de lucro para la creación de este Fan Fic.
Titulo: —
Autor: Notas Break de: CaraDeMimo- Y DiZereon
Pareja: 27/18
Categoría: K (+16)
Genero: Ficción, Ooc, AU.
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Resumen: El cielo a perdido a sus guardianes a manos de unos seres sobrenaturales. 27/18
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"Porque la vida nunca deje de ser una gran broma;
Y las comedias trágicas sean mi pan de cada día"
—Hermanos Airé— By: Nerón Interino—
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—Prologo—
Doce menos diez, quizá menos dos, tal vez son las tres, ¿A quien le importa?
Decimo, un hombre mayor de veinticinco años, miraba con desdén como el cielo era cubierto por negras nubes. Sonrió perversamente mientras una solitaria lágrima recorría su mejilla izquierda.
La lluvia comenzó a caer, tormenta acompañado por rayos, el sol oculto, lágrimas disfrazadas por gotas de agua.
La niebla espesa, desapareciendo, dejando de cubrir la tierra, el bosque, la tundra, las montañas… lluvia disipándolo.
Sus guardianes desaparecidos, solo uno había sido hallado, el sol casi fundido, golpes, moretes, sangre casi drenada, casi muerto.
¡Oh! Como clamaba su misma sangre por venganza.
Las heridas en la espalda del sol, bestiales, garras de un incomparable ser.
Su alma clamaba venganza.
Enteramente empapado, aun mirando el cielo nublado, tormentoso con rayos, sin niebla, ni sol.
La lluvia paró solo a su alrededor. Miró al causante de aquello, obsequiándole una fría mirada. Reborn no se inmutó. Dos paraguas en sus manos, uno cubriendo a Tsuna, uno cubriéndolo a él. Sus labios se movieron, su voz llegando a los oídos del otro. Reborn hablaba, Tsuna solo escuchaba.
¡Oh! Su esperanza muerta ahora brillaba.
Los forenses de Vongola habían analizado los dedos del sol. Ryouhei, pese a estar medio muerto, con un largo aliento. Triunfante y aun alegre, antes de caer en un sueño temporal, había levantado su palma derecha, "¡Sáquenlo de mis uñas! Eh cogido parte de su piel con ellas" y todo aquello aparentemente había sido muy extremo.
¡Ho! Dulce triunfo, el sol tan perseverante como era, buscaba iluminar, el cielo, la nube, el rayo, la lluvia y la tormenta, como una cálida de tarde de verano.
Y el cielo, por su gran inmensidad, se sentía más inútil que nunca.
Reborn continúa hablando. Lobos, licántropos. Amenazando su estatus como jefe todo terrenal de Vongola. Varia se unió a ellos, una alianza temporal contra un mal en común. Xanxus se reunirá con Tsuna dentro de cinco horas. Reborn lo sentencia, parece nunca anteponer los sentimientos del chico, aunque en realidad es lo contrario, por el bien de Tsuna hace todo aquello.
Tsuna asiente a las palabras del asesino. Cuando al fin el otro hombre deja de hablar, el más joven se aparta, dejando que la interminable lluvia le siga empapando. Pero en cambio ahora no se queda envarado en un solo lugar. Camina hacia un bosque no descrito, no narrado, tan común como cualquier bosque, espeso, casi infinito, donde la figura joven de un hombre forzado a madurar a muy temprana edad se pierde entre hojas, ramas y oscuridad.
Reborn no lo sigue, no hay razón que le haga creer que su ahora jefe esta en peligro. Nada cambia solo porque se marche por momentos, él entiende la fatiga de cargar sentimientos tan pesados y complejos. Sabe que el corazón de Tsuna llora, que su garganta esta por quebrarse al aguantar sus propios gritos mudos.
Pero lo peor de solo saber es solo esperar el momento en que Tsuna colapse. Sonríe para sí mismo, este muchacho inútil, joven, llorón y asustadizo se ha vuelto tan impenetrable que tomará años para que acepte la ofensa de un ataque, su sonrisa se amplia. Pero la ofensa a sido recibida y Tsuna hará una excepción. Nadie se mete con su orgullo. Absolutamente nadie toca a las personas más importantes de su vida.
Aquellos que hirieron a cada uno de sus guardianes conocerán el calor del infierno, tan infinito y tortuoso que te hace callar de tanto dolor.
La caída de una montaña a los lejos del bosque resuena, ahuyentando a las aves y animales silvestres del lugar, Reborn en cambio alza su mirada en esa dirección, pese a la reinante oscuridad puede captar la caída del enorme montículo de tierra comprimida.
Sin duda los pasos de un rey dominante, furioso e impenetrable. Su inútil alumno avanza sin detenerse, no para de crecer ante sus ojos. Eso en ocasiones le causaba temor. Mas ya estaba aprendiendo a aceptarlo.
Giró sobre sus pasos devolviéndose al Castillo de Vongola primo. Los elementos naturales del cielo solo anunciaban guerra.
Nunca conseguirían el perdón de algún Dios. Su boca llena de inútiles palabras atragantadas a su garganta. Sus puños temblando y la temperatura que no paraba de descender. La lluvia y el trueno a su lado. Sus ojos cerrados, ocultos por los cabellos de cada uno. Grilletes que los hacían colgar desde el techo. Sangre goteando por la punta de los dedos de sus pies. Y la tormenta silenciosa y temerosa por la existencia de los otros dos que parecían no reaccionar. Miró a su alrededor. Sus apresarios se habían marchado con el cuerpo casi inerte del sol. Ahora desconocía que sería del hombre cabeza de césped. Seguro de que estarían en los calabozos de un castillo. El sollozo de una mujer le hizo mirar a su dirección los "gemelos" de la niebla, la joven Chrome, la 'niña' adorada de Decimo lloraba sobre el pecho de la niebla mayor. Casi un cadáver, de no ser por su blanca y delgada mano lo hubiera considerado como alguien del mundo de los muertos. La niebla trataba de calmar a Naghi con leves susurros agotados.
Lejos, los golpes a unos barrotes hicieron que la tormenta fijara sus ojos en la Nube. El guardián que había ganado el titulo como el más fuerte. Kyouya Hibari golpeaba con fuerza los barrotes, lastimado, herido, pese a todo aquello era lo de menos. Muy fácilmente había sido atrapado por unas bestias herbívoras, la tormenta bufa, la nube no entendía que era él cielo quien le daba la fuerza para continuar. Y siendo él cielo al que amenazaban de muerte, ninguno había hablado. Les habían interrogado, amenazado, torturado, tan cruelmente que la lluvia en un grito lamentoso había pedido, rogado, e incluso se había humillado para que le cambiaran el lugar con el rayo. La lluvia había conseguido que dejaran de torturar tan cruelmente a Lambo. Un joven, demasiado niño para vivir el sufrimiento al cargo de un guardián del cielo, Tsuna, seguramente estaría mas que molesto. Su décimo y sus hermosos sentimientos, cuanto lamentaba no haber sido lo suficientemente fuerte para poder proteger al grupo, el cielo estaría sufriendo y llorando internamente, dañando sus propios sentimientos. La risa del hombre niebla hizo que él le mirara desde lejos, Hibari le imito. Mukuro comenzaba a decir cosas en voz alta, un intento por calmar a Naghi y a quien le oyera. "Siempre, dijo que siempre… no es momento para dudar…" pareció reírse de sus propias palabras "pero si llega y hemos muerto ya, de nada servirá que callásemos, el cielo jamás se volverá a mostrar"
La lluvia comenzó a toser fuertemente, expulsando gotas de sangre de su boca "Vendrá… estoy seguro… Tsuna nunca falta", la tormenta sonrió, creyendo en las palabras de Yamamoto. El cielo seria tan inmenso como siempre, y ellos estarían siempre para él.
Notas Break:
Lamento no poder actualizar —Como a una chica—, el cuarto capitulo esta casi terminado, mas eh de decir, por propia decepción, que no lograre terminarla hasta mañana, y muy a mi pesar, aunque lograse terminarla no podre subirla, ya que me iré de "vacaciones", entonces la actualización del cuarto capitulo la subiré hasta la próxima semana, junto con los otros proyectos, lamento que tengan que esperar, solo eh podido subir este proyecto corto, este es un leve prologo, que ira lento, más bien me tomare tiempo para desarrollarlo, espero que sea de su agrado, será un completo 27/18 alguna duda o sugerencia o petición estoy alegre en recibirla, también se aceptan retos.
Sin más me despido esperando leernos una próxima vez. Con toda la pena me disculpo nuevamente.
¡Ciao!
