Los personajes de CCS no me pertenecen, son de la propiedad del Grupo CLAMP.


"Frío"

Apenas entró al departamento le llenó el vacío. Los muebles gritaban de dolor, la mesa donde siempre estaban su llaves y su celular estaba vacío. El sillón tenía aquella manta que ella ocupaba para arroparse cuando veía películas, el aire olía a ella, a cerezas, a dulce, a ternura, a amor.

Se dejó caer en el suelo, apoyado contra la puerta de la entrada, las llaves hicieron un ruido hueco ante el piso. No podía escuchar la lluvia fuerte que golpeaba las ventanas, ni los arañazos de Kero en la puerta, no podía escuchar nada que no fuera el fuerte palpitar de su corazón. Lo sentía en todas partes, en los dedos, en los pies, en el estómago, en el pecho.

En el alma.

Miró hacia el comedor, y la vio, sentada balanceando sus pies, comiendo aquel cereal con leche que tanto le gustaba, con la cara sucia como si fuera una niña, como siempre. Ella siempre había sido una niña pequeña, desde que la conoció. Andaba con su vestido rosa embarrado con barro, con las manos sucias y la cara llena de tierra, sonriendo ampliamente con un pequeño oso en sus brazos, la pequeña que era su nueva vecina. La misma con la que creció durante tantos años, la misma y que inflababa sus mejillas cuando le negaban algo. La misma que le provocaba nervios o que sus manos sudaran a cada instante.

La misma joven que fue la dueña de su primer beso.

Recordó entonces que llovía como ahora, la lluvia era fuerte, el viento soplaba como nunca y ella lucía un abrigo rosa, de esos que le hacían ver más niña que nunca para contrarestar con la chaqueta negra de cuero que él lucía en esos tiempos en que se creía el chico malo del instituto. Ella estaba sonrojada por correr hacia él y no ir sola a casa, ella lucía hermosa. Con los cabellos desordenados, las mejillas arreboladas, con esas pequeñas coletas que se seguía haciendo a pesar de tener diecisiete años. Sin medir nada, ni el tiempo, el lugar, la gente, la hora, el frío.

La besó en medio de aquel pasillo.

Se tocó los labios, aún podía sentir la calidez del primer beso que se dieron. Seguía sintiendo los nervios en su estómago y las manos sudadas. Los besos de ella le seguirían, sus abrazos, su aroma, su presencia, su risa bulliciosa, todo, a pesar de que ella ya no estaba más ahí.

Golpeó con furia el suelo, no sabe cuantas veces lo golpeo, solo que el rojo de la sangre le irritaba y lo enfurecía cada vez más.

Sakura se había ido, se la habían arrebatado en un suspiro.

-Ella no volverá-se dijo así mismo.

Y lloró, la amargura y la soledad le rodearían a cada instante. Ella había llegado un día de invierno a su vida. Nunca pensó que se iría, no aquel día, no aquella mañana. Nunca pensó que nunca más la besaría.

Su novia, la chica con que planeaba casarse, la joven a la que nunca más podría hacerle el amor en las mañanas.

Ya no estaba más.

Se quedó ahí, con el llanto que le desgarraba el alma, con las manos picadas por la sangre y con las ganas de querer golpear a alguien.

Se quedó ahí.

Con el frío de la soledad.


Este "Drabble" lo tenía planeado para el Reto de Mayo "Primer amor" Peeero, me excedí con las palabras y no podía acortarlo más, así que lo subo aparte. Espero que les guste, besos!