Una vida puede marcar la diferencia. Una vida puede significar la salvación del mundo… o su aniquilación…
Sombra de Maldad.
Capitulo 01: Aleteo de mariposa
Era un atardecer tranquilo en aquel apartado y prácticamente olvidado rincón del noroeste americano. El cielo cubierto por un naranja relajante para quien quisiera disfrutar de apreciar el sol descendiendo y ocultándose tras las bellas montañas que rodeaban el valle de Gravity Falls. Aquella calma ocultaba perfectamente la semana ajetreada que había pasado su poblado por el reciente evento que habían celebrado: la reelección del alcalde.
En una cabaña situada en el bosque que rodeaba al pueblo, usada como trampa turística y hogar del administrador, se encontraba sentado en la sala el autentico dueño de la casa: un viejo pero activo científico que había dedicado su vida a investigar las maravillas que se ocultaban ante la mirada de cualquiera. Stanford Pines era su nombre, y beber café en el enorme sillón del centro era lo que hacía. Había tenido días bastantes estresantes, pese a la ausencia del resto de su familia, ocupados con el asunto de la elección de alcalde.
Primero que nada, acostumbrándose de nuevo a esa dimensión que fue su plano dimensional de nacimiento, y a sus leyes de la física. Luego, actualizando algunos de sus registros e investigaciones con nueva data que adquirió de sus viajes entre universos, y con discretas incursiones en el bosque. Desmantelando lo sobrante de lo que fue por un tiempo su mayor invención, y el peor error que ha cometido. Y recientemente tratar de recordar que había anotado en aquella hoja faltante de su diario 2.
Pensando que eso último quizás no sería tan importante, se permitió un momento de relajación. Y se sorprendió al percatarse lo bien que le asentido aquello.
-Ah… esto es vida… - murmura el anciano genio, recargándose tanto como pudo en el mueble. – casi y se me olvida que Bill aun puede encontrar el modo de entrar a nuestro universo… por primera vez, en más de 30 años, me siento en paz…
Pero aquella tranquilidad y serenidad se vio interrumpida ante el sonido de sirenas policiacas acercándose. Su sentido de alerta despertó de inmediato. Y levantándose de un salto del sillón saco de su funda su fiel arma magnética, y con cautela se acerca a la ventana, levantando levemente la cortina para mirar el exterior.
-Si esos federales creen que esta vez los dejare irse limpios, ya verán… - se jura muy serio, preparado para defender su laboratorio de los curiosos del gobierno. Pero lo que vio, fue mucho peor…
Bajando de una patrulla iba su gemelo, Stanley Pines, alias "Stanford". Junto a él iban los gemelos Dipper y Mabel. Los tres esposados y escoltados por los policías locales Durland y Blubs, caminan hacia la puerta. Ante esa imagen, Ford solo guarda su arma mientras se pellizcaba la nariz, y se ocultaba en algún rincón.
-Tienen suerte de que el alcalde Ruedabueno los perdonara por bandalizar su casa. – dice severo el comisario, librando de sus esposas a la familia Pines. – La próxima los encerraremos. – y con esa promesa, ambos oficiales regresan a su vehículo para partir.
-Les dije que no perdieran tiempo echando escarcha. – regaña el tío a sus sobrinos mientras abría la puerta. Cuando lo hacen, se encuentran con un molesto Ford, cruzado de brazos y golpeteando el suelo con el pie.
-Hola, tío Ford… - saluda nervioso el castaño, mientras Stan solo fruncía el seño. Reconocía el rostro de su hermano. Significaba que vendría uno de sus "reclamos".
-¿Qué estuvieron haciendo? – pregunta aun tratando de sonar tranquilo.
-Solo algo de "diversión familiar". Algo que seguramente no conociste ni en otra dimensión. – replica de inmediato su gemelo.
-A mi me sonó que jugaban a juntar antecedentes penales. – la respuesta de su hermano causo un gruñido en Stan.
-Tranquilo, chicos. El nuevo alcalde aun seguía muy feliz de ganar la elección, así que no presentara cargos. – Interviene pronto la niña de frenos.
-No ayudas, Mabel… - le llama la atención Dipper.
-Estamos bien, ¿OK? Mejor olvidémoslo. – trata de restarle importancia, y se marcha a la cocina. Ford lo sigue con la mirada aun muy molesto, pero entonces recuerda que los niños seguían presentes, así que suelta un suspiro y se gira hacia ellos.
-Oiga, chicos. Tuvieron un largo día. Será mejor que vayan a dormir. – pide gentilmente, mirándolos a ambos y tomando del hombro a Dipper.
-De acuerdo, tío Ford… - deciden aceptar, y pronto comienzan a subir por las escaleras. En parte porque intuían que iba a haber otro de los pocos, pero fuertes discusiones que ha habido entre ambos gemelos Stan desde que se volvieron a reunir. Y en parte porque también era cierto sobre lo pesado que fue ese día en particular. ¡Casi fueron sepultados en esa montaña por ese hombrecillo de pelo blanco!
En cuanto a los Stan, ellos ahora estaban en la cocina, y mientras el gemelo estafador abría el refrigerador para sacar una gaseosa, el genio seguía viéndolo con reproche.
-Desde que he llegado aquí, ya van 5 veces de que viene la policía. ¡Y esta es la 2da vez en la que vienen con ustedes esposados! – recrimina aun enfadado.
-Mira. Esas veces solo fueron porque me descuide, ¿entendido? – responde sin mirarle Stanley, abriendo su botella y tomando un trago. Trago interrumpido por Ford al arrebatarle la botella.
-¡¿A caso no te pones a pensar seriamente lo que haces?! – exclama, dejando de golpe la botella de soda en la mesa. – Si sigues atrayendo la policía cada vez que vas a "hacer negocios", tarde o temprano vendrán a allanar la casa. ¡¿Tienes idea de lo que pasaría si descubrieran el sótano?!
-¡Lo único que te importa es tu estúpida investigación de fenómenos! – responde igual de furioso. – Mira quien dice que yo no pienso lo que hago. Tú, y tus cosas raras de nerd son el verdadero peligro aquí. – Continúa con su explosión de furia, encarándolo de cerca. – ¡Lo único que has hecho, ha sido poner más en peligro a esta familia! – grita furioso Stanley, pegándole el pecho a su hermano con el dedo.
-¿Yo la he puesto en peligro? ¡Casi destruyes el pueblo al activar el portal! – contesta, negándose a retroceder ante el anciano frente a él.
-¡Lo cual hice para sacar tu decrepito trasero de otra dimensión! – cerraba fuertemente los puños Stanley, tratando de no golpear a su hermano.
-¡Y ahora corre peligro la nuestra…!
...
El calor de aquella discusión no hizo más que aumentar. Tan inmersos estaban que no sospechaban que los niños bajo su custodia, sus sobrinos, escuchaban cada palabra que se gritaban desde el corredor de la planta alta. Negándose a oír más, ambos niños deciden volver a su habitación.
La pelea entre los adultos no duro mucho desde entonces. Luego de eso solo hubo un frívolo silencio. Sabían que ahora ambos tíos debieron de mantenerse separados en lados opuestos de la cabaña. Pero aun sentían la tristeza de que la relación de ambos no hiciera nada más que empeorar…
-No me gusta que nuestros tíos peleen… - rompe finalmente el silencio entre ambos hermanos la gemela mayor, acostada de espaldas sobre su cama, perdida en el techo.
-Tampoco a mi… - confiesa el de la gorra sentado en el suelo, recargado contra su cama y con el diario 3 en sus manos. – Quisiera que hubiera un modo de hacer que ellos se llevaran bien… - comenta melancólico, mirando la portada de su diario. – Pero todo esto empezó hace muchos años…
-Lo del portal, ¿no? – se dice, mientras su querido cerdo se acostaba sobre ella, y su dueña lo acariciaba aunque de forma distraída.
-no. Lo de ellos va de mucho antes. – responde el menor Pines, empezando a pasar las hojas de su diario. Todo lo que había escrito su tío al momento de sus investigaciones y sus propias anotaciones hechas con el pasar de sus aventuras eran, como muy pocas veces, ignorado por el curioso castaño. – en realidad todo empezó con lo de la feria de ciencias de Ford. Aunque fue un accidente, ahí fue cuando empezaron a tener problemas. – no muy motivada por las palabras de su hermano, acompañada de Pato Mabel se sienta a lado de él. – Lo que pasó con el portal, y que Stan lo volviera a abrir, parece que solo empeoro las cosas.
-Sí. Si tan solo ellos quisieran hablarlo sin pelear… ¡Oye! ¿Qué hace un dibujo de Pacifica en tu diario? – pregunta acusadora, señalando el retrato de perfil de la hija de los Northwest que aparecía en unas anotaciones referentes a algún suceso con fantasmas.
-Lo que intento decir… - Dipper dice con tono más alto, cerrando de golpe su diario. – Es que nosotros no podemos hacer algo… aunque en verdad me gustaría poder…
-A mi también… - apoya Mabel, dejando ir a su mascota, y dirigiéndose a una repisa repleta de sus materiales de manualidades. – Ojala se arreglen pronto, para poder disfrutar del resto del verano todos juntos…
Prefiriendo dejar el tema de momento, la castaña pronto empieza a buscar materiales para adornar los nuevos recuerdos que iba a agregar a su álbum de fotos. El fugaz triunfo de Stan seria la cereza del pastel de la semana. Pero, por un pequeño descuido tira por error una pequeña caja de zapatos, abriéndose y tirando su contenido al suelo. Dipper distraídamente se levanta para ayudar a su hermana y recogerlo por ella, pero se detiene al ver que era: parecía ser una cinta métrica común y corriente. Pero el símbolo que asemejaba a un reloj de arena en él le trajo muchos recuerdos. Y no muy buenos.
-¿una cinta del tiempo? – se pregunta impactado. ¿Qué hacia un aparato tan poderoso en una caja de zapatos?
-¡Hey! ¡Lo encontraste! Ya me había olvidado que lo tenía guardado. – dice sorprendida su melliza, alegre por volver a ver el dispositivo que les había dado varias aventuras. Fue ahí donde Dipper hayo respuesta a su pregunta interna.
-¿Qué haces con esto? – pregunta impactado a su hermana, levantando el objeto temporal. - ¿Por qué aun lo tienes?
-¿Qué? Pensé que podría guardarlo como recuerdo de nuestra aventura en el Globnar. Además, nadie me lo pidió de vuelta – Responde inocente, tomándolo de vuelta.
-¿tenias oculto una de las maquinas más poderosas que podría conocer la humanidad, ¡PARA GUARDARLO EN TU ALBUM DE FOTOS!? – cuestiona muy indignado el obsesivo de los misterios. Su hermana le escupe con su lengua de fuera en respuesta.
-¡Claro que no! No cabe en mi álbum. Tenía pensado hacer una caja de recuerdos con lo que no pudiera pegar en él. – Dipper se golpea la frente con la mano al escucharla.
-Me pregunto por qué Blendin no ha vuelto para recuperarlo…
-Se lo quitamos a ese policía del tiempo, ¿recuerdas? – el pequeño cerdito olfateaba el aparato que su dueña sostenía. – Quizás tenga uno de repuesto, o el bebé tiempo ya lo destruyo, o algo así…
-Si, es probable. – concede el chico de la gorra. – Es decir, ellos son viajeros del tiempo. Pueden volver a cualquier momento de la historia. Si les interesara, simplemente hubieran regresado a cuando…
-¡Eso es! – exclama de pronto Mabel, asustando a sus dos acompañantes. – Así es como arreglaremos el problema de nuestros tíos.
-¡Espera, Mabel! – no le gustaba por donde iba aquello su hermano. - ¿No estarás pensando…?
-¿Qué tal si volvemos a esa feria de ciencias, y evitamos que Stan descomponga el invento de Ford? ¡Entonces ellos no se hubieran peleado en primer lugar! – Aunque la idea se escuchaba bien a primera vista, Dipper se tomo su tiempo para pensarlo.
-No. Si Ford consigue su beca, se hubiera ido a la universidad de la Costa Este, y aun así se hubiera alejado de Stan. – dice al cabo de unos momentos. – Además, si va ahí, es probable que no tuviera razones para ir a Gravity Falls al terminar de estudiar. Y nuestros padres no nos hubieran mandado aquí, si él no estaba para recibirnos.
-Cierto… y no quiero nunca haber conocido a Candy y a Grenda. – también encuentra un problema con ese plan. Quizás sonaba demasiado egoísta para ellos, pero a pesar de poder hacer algo al respecto, tendrían que dejar que su tío brillante no fuera a su universidad soñada. Pensando que con ello su hermana desistiría de aquel alocado plan, se acerco para tomar la máquina del tiempo de las manos de su hermana. Pero esta retrocede de pronto.
-Qué tal si… - parecía que otra idea surgió en su mente hiperactiva. -…Si usamos esto para evitar que el tío Ford quede atrapado en el portal hace 30 años, ellos podrían llevarse bien ahora. – comparte con su hermano su idea, muy ilusionada. - ¡Tendríamos 2 tíos desde el comienzo del verano!
-Espera. ¿De qué estás hablando? – no entendía bien ahora de lo que hablaba su pariente cercana.
-Piénsalo, Dipper. Si Ford no hubiera quedado atrapado en otra dimensión, entonces ellos hubieran tenido 30 años para arreglar sus diferencias. Incluso Stan podría haberle ayudado con sus investigaciones. – enlista muy ilusionada, fantaseando con lo que los gemelos viejos hubieran hecho a lo largo de esas 3 décadas. – Solo imagínalo. Con nuestros dos tíos aquí, podríamos haber pescado juntos, comer en la cafetería los cuatro, el pueblo no se hubiera puesto de cabeza…
-tienes razón, Mabel. – dice de pronto, tomando por sorpresa a la aludida. – Si salvamos a Ford del portal todo será mejor. – al escuchar el apoyo de su hermano, apenas pudo contener la emoción…
-¡SIIIIII! - …por 5 segundos, para enseguida tomar a pato y a bailar en celebración. Le alegraba mucho saber que a Dipper le ayudaría con su plan. Lo que no sabía, es que el gemelo de la gorra tenía motivos distintos a los suyos. Motivos que estuvieron presentes en él mientras veía a la castaña en su júbilo.
-…Si el tío Ford jamás quedara atrapado en el portal, Stan no tendría razón para activarlo de nuevo. ¡Y la fisura no sería creada! ¡Y con Ford aquí, Gideon, incluso Bill no hubieran sido jamás una amenaza! – Piensa emocionado el castaño.
Y era cierto. El motivo por el que Stanley había hecho lo que hizo fue para rescatar a su hermano, luego de causar por error su desaparición. Si eso no pasaba, no ocurriría el desastre que había vivido hace pocas semanas. Ni aquella fisura que custodiaban, pero que parecía representar un gran peligro para el mundo, no nacería. Y teniendo al mayor conocedor de los secretos de Gravity Falls a su lado, tal vez no hubieran estado tan al filo de la muerte en innumerables veces, o lo hubieran llevado mucho mejor. Claro, no podía decirle sus verdaderas intenciones a su hermana, porque tendría que revelar el secreto que le prometió a su héroe no divulgar.
-¡¿Listo, hermano?! – dice ya terminado su correteo, dejando al puerco y de frente a su gemelo.
-Hagámoslo, Mabel… - afirma, completamente seguro.
…
6-2: 4-3: 6-2: 6-3: 7-4: 3-1: 3-2: 5-3: 7-1: 8-2: 3-2: 2-2: 5-3: 6-3:
Buenos días, tardes, y noches estimados lectores. Aquí Sombra de Maldad, trayendo para ustedes el primer capítulo de este proyecto mío. Como mencione en mi avance, y en el capítulo 19 de Diario del Raromagedón para quien los leyó, esta historia tratara sobre una posibilidad que hasta ahora no he visto que sea explorada. ¿Qué tanto podría afectar al mundo que conocemos si Stanford Pines, genio de lo paranormal, no ingresara al portal durante su lucha contra su gemelo? Seguramente que habría muchas formas de pensar como se manejaría esa situación, pero esta es la mía.
Si tienen dudas del título, no se preocupen. Lo dejare así por una semana, y a la siguiente, que es cuando añadiré el próximo capítulo, sustituiré algunas letras, y así poco a poco hasta que se aclare el titulo. Aunque seguro ya saben cuál es.
Si no han resuelto el código que he usado en mi otro fic, vean este como una oportunidad de descubrir cómo se hace, aunque en si es bastante sencillo. Pero, para quien lo desee le deseo suerte. Sin nada más que comentar, les deseo un buen día, y nos vemos hasta la siguiente semana.
Esperare con ansias sus Reviews.
