Stolen Time
Un domingo normal, una fecha nada importante, sólo por el hecho que era la reunión semanal de los Weasley; como cada semana desde que su hija pequeña se fue de la casa, los señores Weasley los invitaban a cenar.
Pero no todo era miel sobre hojuelas, durante toda esa semana, y la anterior, el matrimonio Weasley-Granger, había tenido serios problemas.
Incluso en ese momento que iban en el auto conducido por Ron, los pequeños Rose y Hugo de ocho y seis años de edad respectivamente notaban el tenso ambiente en el que estaban; su padre conducía a una velocidad algo alta, sin apartar la vista de la carretera, mientras su madre observaba por la ventanilla con aburrimiento, ¿dónde quedaron todos esos mimos que llegaban a hartar incluso a la pequeña romántica de Rose?
-Vas muy rápido –dijo Hermione sin emociones.
-¿Y? ¿Acaso también de eso me reclamarás?
Se quedaron en silencio, el tiempo suficiente para que el locutor del radio anunciara la canción pasada y comenzara a regalar boletos a un concierto próximo.
-Ve a la derecha… -Ordenó ella, pero Ron viró a la izquierda- ¡te dije a la derecha!
-¡Se conducir Hermione! No soy tan estúpido como crees.
-¡No dije que lo fueras! Ese era el camino más…
-Largo, este es mejor.
-¡Claro que no!
-¡Que si!
Tan inmersos estaban en su pelea que Ron apenas pudo esquivar un auto que se le aproximaba en dirección contraria.
-¿Lo puedes ver? ¡No sabes conducir!
-¡Claro que sí! Me distrajiste…
Comenzaron a pelear cada vez más fuerte, hasta que Hugo se tapó las orejas con sus manitas y Rose habló, fuerte y claro;
-¡Papi!
La niña tenía dolor en su voz, y a los adultos se les hizo un nudo en la garganta, Ron se orilló y se bajo del auto.
-Conduce tú si quieres… -dijo sin brusquedad.
Después de eso, sólo hubo silencio.
Ya en la Madriguera Ron y Hermione estuvieron separados, sólo se hablaban si era indispensable y mantenían sus distancias.
-¿Qué ocurre cariño? Los veo extraños… -le dijo Ginny a Hermione cuando estuvieron solas.
-¿Raros? ¿Quiénes? –Intentó zafarse ella.
-¡A Ron y a ti por supuesto! ¿Algo pasó? –Ginny hablaba seriamente.
-Nada…
-¿Cómo que nada? ¿Entonces por qué no hablan?
-¡Si hablamos!
-Claro, sólo por Hugo o Rose.
-Te aseguro que todo estará bien…
Hermione no quería hablar de ese tema, la distancia entre ella y su esposo había incrementado demasiado, lo seguía amando como el primer día, pero aún así algo pasaba entre ellos, y los estaba separando.
Aunque claro, ayudaba que ella se llenara de trabajo y llegara muy tarde a casa.
Mientras tanto, al otro lado de la casa Harry y Ron hablaban tranquilamente.
-Y, entonces….
-¿Qué ocurre amigo? –Ron temía que Harry notara sobre la sequedad de su matrimonio.
-Eso mismo quería preguntarte…
"Rayos…" pensó Ron
-¿De qué hablas?
-Sabes de que hablo…
-Son sólo pequeños problemas maritales, nada por lo que debas preocuparte.
Ninguno de los dos querían darse cuenta de lo que en verdad pasaba, aunque claro, Ron también tenía algo de culpa al salir en misiones más largas y de forma constante.
Después de esa cena, incómoda para algunos, la familia Weasley-Granger regresó a su hogar, inmediatamente los niños corrieron a sus habitaciones y cerraron sus puertas, demostrando que a ellos les afectaba más que a nadie el estado de sus padres.
-Mañana iremos a visitar a Hagrid –le recordó Hermione a Ron mientras se hacía una taza de té.
-¿Crees que lo he olvidado? Me lo recuerdas desde hace una semana.
-Conozco tu memoria –ella intentó quitar un poco de tensión, sin embargo lo empeoró.
-¿Qué? ¿Crees que soy tonto?
-¡Claro que no! –Ella lo encaró, olvidándose de la taza.
-Eso es lo que intentas decirme
-¡No! ¿Sabes qué? ¡Piensa lo que quieras!
-¿Y eso que significa?
-¡Eres un idiota! –se le había acabado la poca paciencia que tenía.
Y así, como si fuera ensayado, ambos comenzaron a pelear, y sacando a relucir cosas del pasado que pensaban que habían superado.
Hasta que ella explotó.
-¡Desearía no haberte conocido nunca!
Se dio cuenta de la magnitud de sus palabras ya muy tarde, intentó disculparse y decirle que lo amaba, pero las palabras no salían de su boca, en vez de eso se dio la vuelta y camino a su habitación.
Se cambió su ropa y se metió a su cama en silencio, y no hizo ningún intento de detener a Ron cuando sólo entró a la habitación por su pijama y volvió a salir, probablemente a dormir al sofá.
Sin poder quitarse la mirada de dolor que tenía Ron cuando dijo esas palabras, se durmió.
Soñaba que caía, y entonces despertó.
No, en verdad había caído ¿pero como llego al Callejón Diagon? Confundida se levantó, y sin saber qué hacer caminó sin rumbo, o eso creía ella, hasta que sus pies la llevaron a Flourish y Blotts.
Iba a entrar justo cuando vio su reflejo; era más baja, y también más delgada, aunque no las extrañaba pero… ¿dónde estaban sus arrugas? ¿Y sus caderas un poco más amplias?
Tenía la apariencia de 16 años, otra vez.
Estaba tocando su cara, examinándola cuando la llamaron.
-¡Hermione!
Giró espantada, pero se encontró con Harry, que al igual que ella tenía 16, sintiéndose un poco más segura por verlo, lo abrazó.
-¡Harry! ¿Qué está pasando?
-¡Hay que apresurarnos! Llegas una hora tarde… -contestó él ignorando su pregunta.
-¿Qué? ¿Pero a dónde…?
Sin dejarla terminar, ambos entraron a la librería, donde había ya una larga cola de personas para adquirir sus libros.
-¿Harry qué hacemos aquí?- le preguntó mientras se formaban detrás de una señora.
-¡Oye! Que tú ya hayas comprado tus libros para este año no te….
-¿Este año?
Harry la miró extrañada, pero antes de poder contestar, la vista de Hermione fue bloqueada por una melena pelirroja.
-¡Hermione te extrañe!
Sin saber cómo reaccionar, Hermione le dio unas ligeras palmadas en la espalda a la chica, y esta unos segundos después fue hacia Harry y le plantó un beso en los labios.
Intentando procesar lo ocurrido, Hermione sólo observaba como Ginny de 15 años besaba a Harry, y cuando la pareja se separó, no pudo contenerse.
-¿Dónde están tus hermanos Ginny?
-Están atrás, ya vienen…
Y tal como dijo, justo después entraron tres pelirrojos; Fred, George y Percy.
Decepcionada, pero sin decir nada, saludó a los tres chicos, y luego esperaron pacientemente por sus libros.
-¡Por fin! –Decía Harry aliviado, cargando sus libros y los de Ginny.
-Lo sé, ¡me duelen mis piernas! ¿Vamos a tomar un helado?- Preguntó Ginny, mientras le quitaba unos libros a Harry, alivianando su carga.
Los pelirrojos y Harry aceptaron, y todos se dirigieron a la salida.
Fue entonces cuando Hermione divisó una cabeza pelirroja en el segundo piso de la tienda.
Literalmente salió desprendida hacia ese lugar, e incluso de espaldas, supo que era Ron.
Con su corazón desembocado, le tocó ligeramente el hombro, él se volteó con una ligera sonrisa arrogante en su rostro.
-Te dije que esperarás Dra…
Y entonces, cuando la vio, cambió su sonrisa por una mirada de, ¿asco?
Hermione sin entender, lo recorrió con la mirada, estaba igual a como lo recordaba a los dieciséis; alto, con su cabello pelirrojo un poco largo, pecas en su cara…. Pero en su túnica había algo diferente.
Tenía un escudo de Slytherin.
-¿Qué estás mirando sangre sucia?
Ok yo de nuevo :D
¡Con otro Ronmione! ~(-_-)~
El título (a falta de inspiración) provino de una de las canciones que más me gustan de mi banda favorita... ¡Muse! ¿Qué opinan de el?
Muchas personas me decían que esperaban que subiera una nueva historia, así que yo con mucho gusto saqué (escogí) este borrador escrito en hojas de carpetas de mi escuela :D
Eeen fin... ¿qué les pareció? Esta idea me surgió mientras estaba en clase de filosofía (mi profe se parecía a Snape xD)
Ya saben, pueden dejarme un comentario con alagos, preguntas, sugerencias, tomatazos o crucios...
¡Hasta la próxima!
