Hola, este es el primer fic que escribo y unas amigas me animaron a publicarlo. Espero que les guste y me dejen review, si no les gusta también agradecería los comentarios.

EL DESPERTAR DE UN SENTIMIENTO

Capitulo 1

Era un miércoles por la noche, como cualquier otro, en el que Kyoko acabó su trabajo como miembro de la sección Love Me y se dirigía al Darumaya. Su mente estaba en Lalalandia debido a que hoy se había vuelto a ver con Moko-san, después de que ésta estuviera grabando fuera de la ciudad para el nuevo dorama en el que actuaba junto a Hiou-kun.

Cuando todavía estaba cerca de LME siente que dos tipos embozados le agarran cada uno de un brazo y la empujan a la pared del callejón. Debido a lo repentino de la situación Kyoko queda en shock y es incapaz de liberar sus demonios de ira y destrucción para que la ayuden. Los tipos viendo que no grita ni intenta huir empiezan a besarla en el cuello y a tocarla sobre la ropa, en ese momento Kyoko se siente furiosa pero está petrificada y la única reacción que tiene es llorar silenciosamente, ésto divierte a los tipos y se jactan de haber conseguido a alguien tan dócil para divertirse.

En esos momentos, lo único que se le pasaba por la cabeza a Kyoko era pedir ayuda, pero no era capaz de vocalizar ni una sílaba, sólo podía hacerlo en sus pensamientos.

- Ayuda... por favor, que alguien me ayude... Tsuruga-san ayuda - mientras lloraba más intensamente - ¡Ayúdame Ren!

En ese momento en el aparcamiento de LME estaban Ren y su mánager, cuando Ren se disponía a entrar al coche sintió como si alguien le agarrara el corazón con un mano y se lo estrujara.

- ¿Qué es este mal presentimiento? - murmuró con la cara desencajada mientras se apoyaba en el coche a la vez que llevaba una de sus manos sobre su corazón.

- ¿Qué es lo que te ocurre Ren? Estás pálido - decía muy preocupado Yashiro

- No puede estarle pasando nada malo...- pensaba desesperado Ren mientras cogía su teléfono y marcaba el número de Kyoko.

Mientras tanto en el callejón, uno de los tipos habían roto la camiseta y el sujetador de Kyoko con una navaja y el otro le había arrancado las bragas. Mientras estos dos tipos la manoseaban ella seguía pidiendo ayuda silenciosamente a su senpai. En ese momento empezó a sonar el móvil de Kyoko.

- No podrás pedirle ayuda a quien te llame - decía uno de los tipos mientras le besaba el cuello.

- Es muy tarde para que nadie te rescate gatita, ya no queda nadie a estas horas por la zona - reía el otro tocándole el muslo.

- Por favor... Ren... ayúdame - gimoteaba Kyoko y los tipos reían más fuerte.

Kyoko, ajena a todo debido al shock, no escucha los gritos de Ren llamándola puesto que escuchó como sonaba su móvil cerca del aparcamiento y salió corriendo. Sentía que cada segundo perdido buscándola era crucial para que ella estuviera bien. Los tipos al oír los gritos de Ren se miraron con pánico y decidieron huir por la parte posterior del callejón para evitar volver a comisaría.

- ¡Me aseguraste que no quedaba nadie por la zona! - recriminaba uno de los tipos al otro.

- ¡Vigilé durante mucho rato y todos los edificios estaban a oscuras! - decía el otro mientras le daba un leve empujón a su compañero.

Cuando Kyoko se vio libre de esos tipos sólo pudo escurrirse por la pared y agarrándose las rodillas sujetar fuertemente a su piedra Corn que había sacado de su bolso de forma automática mientras seguía llorando. En esa posición la encontró Ren, apagó su teléfono y la llamó suavemente debido al miedo que tenía de que le hubiera pasado algo.

- Mogami-san... ¿estás bien?... Mogami-san... - como no le respondía se arrodilló para estar a su altura y sujetándola suavemente de los hombros, debido a que Kyoko dio un respingo por el contacto, la volvió a llamar - Kyoko-chan...

Al escuchar su nombre, levantó la cabeza aún llorando y al fijarse que era Ren le abrazó por el cuello gritando su nombre. Ren estaba impresionado, ¡le había llamado por su nombre! Empezaba a sentir algo de alivio en su pecho al verla a salvo, aunque ver su estado le enfurecía de una manera obsesiva.

- Ya estoy aquí Kyoko-chan... - decía con un tono muy dulce mientras le acariciaba el pelo y la abrazaba - ya todo pasó... todo está bien - delicadamente, sin soltarla, se quitó la chaqueta - ponte mi chaqueta... vas a coger frío hime. - acompañado de una sonrisa dulce.

Al oír la palabra "hime" Kyoko deja de llorar y levanta la mirada, lo que ve es, según ella, al hermoso caballero de la blanca armadura que ha venido a rescatarla de los villanos.

- ¿Puedes repetirlo? - dice Kyoko con estrellitas en los ojos.

- Ponte mi chaqueta... vas a coger frío - le repite con una sonrisa mientras le hace meter los brazos en las mangas.

- Eso no... lo otro - dice sonrojada.

- ¿hime? - Kyoko asiente emocionada - ¿te puedes poner de pie... hime? - le pregunta con una sonrisa complacida al ver que ese pequeño detalle la hace tan feliz como para olvidarse del mal rato pasado.

Una vez de pie Ren empieza a salir del callejón tras haber recogido el bolso de Kyoko. Al darse cuenta que se había quedado sola en ese callejón oscuro entra en pánico y empieza a correr para abrazar a Ren por la espalda, debido al impulso que ella llevaba Ren siente un ligero golpe en la espalda y unos pequeños brazos rodeándolo.

- No... me dejes sola... no te vayas - dice a punto de llorar.

Ren se gira sin soltarse y delicadamente la toma de la barbilla.

- No te preocupes, no me voy a ningún lado... estaré siempre contigo - le responde mirándola tiernamente a los ojos.

De repente se oye a Yashiro llamando desesperadamente y sin aliento a Ren. Al escuchar una voz extraña Kyoko se aferra más fuerte a Ren y empieza a temblar.

- Tranquila hime - nota que el agarre disminuye - sólo es Yashiro.

En ese momento llega Yashiro y los ve abrazados.

- ¡¿Por qué no pudiste esperarme Ren? ¡Corres muy rápido! - al ver la cara de miedo de Kyoko pregunta - ¿estás bien Kyoko-chan? - se va a acercar para tocarle el hombro pero ella se evita el contacto, muy preocupado Yashiro pregunta - Ren ¿qué ocurre con Kyoko-chan?

- Tranquila - dice mientras le acaricia el pelo puesto que ha notado que cuando lo hace se relaja - sólo es Yashiro, no te quiere hacer daño.

- ¡¿Daño? - grita enfurecido - ¿qué le han hecho a Kyoko-chan? - muy indignado

Al ver que Ren va a contestar, Kyoko le mira con pánico pero él solo sigue acariciándole el pelo.

- No pasa nada Yukihito, solo que la intentaron robar y está un poco asustada todavía - dice Ren con una de sus típicas sonrisas.

- La verdad no te creo, pero este no es el momento para preguntar - piensa Yashiro, luego dirigiéndose a Ren - será mejor que la lleves a su casa para que pueda dormir.

- No... - dice Kyoko de forma lastimera muy bajito - no me dejes sola - termina de decir volviéndose a agarrar más fuerte

Yashiro está muy confundido con la actitud de Kyoko, es normal que esté asustada por lo que acaba de pasar, pero no es propio de ella debido al carácter tan particular que tiene.

- ¿Puedo quedarme contigo esta noche Ren? - pregunta Kyoko con ojitos llorosos

A Yashiro se le desencaja la mandíbula al oír a Kyoko llamar así a Ren debido a que ella siempre está con el discurso de senpai-kohai y el respeto y admiración que siente por Ren y que no se merece el privilegio de tutearle.

- Si tu quieres no hay problema hime - le contesta Ren con su sonrisa sincera haciendo que a Kyoko le brillen los ojos y a Yashiro se le termine de caer la mandíbula al suelo y los ojos se le salgan de las órbitas.

- ¿Qué... qué ha pasado entre estos dos? ¿Qué me perdí? - se cuestionaba internamente Yashiro - aunque, la verdad, me gusta como se ven los dos juntos - mirando a Ren pícaramente - conseguiré que me digas como avanzaste tanto... juajuajua- se ríe y se frota las manos como los malvados de las películas antiguas.

- Yashiro... - dice Ren sacándolo de su propio mundo - ¿te importa irte en un taxi?

- No, claro que no Ren, tú preocúpate de tu "princesita" - dice con su sonrisa malvada haciendo que Kyoko se sonrojara y Ren sonriera de manera dulce.

De esta forma nuestros tres personajes se dirigen hacia el aparcamiento de LME. Cuando Ren está ayudando a Kyoko a entrar en su coche, de repente empieza a llorar.

- Kyoko ¿qué te pasa? - pregunta Ren asustado - ¿estás herida? ¿te duele algo? - ya desesperado porque no le contesta.

- Cooorn... - dice de forma lastimera mientras llora - perdí a Corn... lo siento mi príncipe, soy una desagradecida, perdí tu valioso regalo - dice mirando al cielo nocturno y derramando lagrimones.

Esta escena hace que Ren sonría, sigue siendo la misma niña que conoció, más preocupada por los demás que por lo que a ella le puede estar pasando en ese momento. Con una sonrisa Ren le acaricia lentamente la mejilla, limpiando las lágrimas derramadas. Toda la escena esta siendo vista por Yashiro con corazoncitos en los ojos porque su taxi no ha llegado todavía.

- Tranquila, Corn no te culpará de nada - continúa con una sonrisa - ya me demostraste lo importante que es esa piedra para ti y por eso me la guardé - dice Ren sacando la piedra de uno de sus bolsillos. Kyoko le mira con adoración y tomando la piedra entre sus manos le dice

- Arigato Ren - y pone la misma cara que cuando le devolvió la piedra al caérsele por las escaleras y luego le abraza.

En ese momento se oye la bocina del taxi y a Yashiro despidiéndose.

- Entra al coche, ya es muy tarde. - le pide Ren

Kyoko entra al coche y en el camino hasta el apartamento de Ren el ambiente es muy silencioso, de repente él lo rompe .

- No tienes que pensar que voy a estar avergonzado de ti por lo que pasó...

- ¿Cómo...? - pregunta Kyoko sorprendida porque sabe que estaba pensando

- No importa. Ya llegamos - dice Ren deteniendo el coche.

La ayuda a bajar y suben hasta su apartamento, una vez dentro Ren le sugiere darse una ducha para poder dormir bien mientras prepara unos bocadillos para que coma algo, puesto que le dijo que no había cenado. Antes de que entrara al baño:

- Kyoko ¿no deberías llamar al Darumaya para avisar que no vas a ir a dormir esta noche? - le sugiere Ren

- No hace falta, los dueños se fueron una semana de vacaciones a casa de sus hijos y no hay nadie - contesta tristemente y entra al baño.

- No hay nadie - piensa Ren - debo pensar una forma de convencerla para que se quede conmigo ese tiempo.

Ren se dirige a la cocina para preparar los bocadillos y un poco de té. Una vez todo listo lo lleva al salón y se acerca al baño para avisar a Kyoko que ya acabó de prepararlo.

- Que raro, no se oye el agua - susurra Ren cerca de la puerta - ¿Kyoko estás bien? ¿Por qué no sales? - dice más alto. Ren se estaba impacientando por no recibir contestación de parte de Kyoko, por lo que decide entrar - Kyoko voy a entrar - avisa mientras abre la puerta.

Kyoko no le había escuchado, se encontraba estática de cara al espejo con la chaqueta bajada hasta los codos y con una cara de horror debido a lo que veía. Pensaba que esas marcas no podían estar en su cuerpo, ¿qué había pasado con su ropa? Hasta este momento no se había dado cuenta que tenía la camiseta rajada enseñando los pechos y que no llevaba bragas. Empezó a derramar lágrimas sin darse cuenta. En ese momento entra Ren y la ve paralizada, por acto reflejo la abraza por la espalda a la vez que le tapa los ojos con una de sus manos y le susurra al oído.

- Shhh... ya pasó todo, ya estás conmigo en mi apartamento, nada malo te va a pasar hime - mientras le dice esto le va quitando lentamente la chaqueta - vamos, tienes que tomar un baño - dice mientras la lleva a la bañera alejándola así del espejo. - Ahora saldré para que puedas bañarte.

- No... por favor - dice mientras le coge fuertemente del brazo que tiene en su cintura - no me dejes sola, tengo miedo.

- ¿De qué tienes miedo? Aquí no hay nada de lo que puedas tener miedo - le dice cariñosamente Ren mientras le acaricia la cintura.

- Tengo miedo de... de... - dice indecisa cerrando los ojos y bajando la cabeza avergonzada.

- ¿De qué hime? - dice Ren como si le estuviera hablando a una niña pequeña que tiene miedo de dormir a oscuras.

- De... verme - contesta completamente roja de la vergüenza

Ante esta respuesta a Ren se le queda una cara de duda, no entiende lo que quiere decirle.

- No entiendo

- Yo... las marcas...

En ese momento Ren comprendió a lo que se refería, si se fijaba bien tenía el cuello llenos de chupetones, alguno en el pecho, la marca de las manos de los tipos en las muñecas y diversos arañazos por todo el cuerpo. El ver todas esas marcas lo enfurecía mucho pero debía mantener la compostura para evitar que ella se asustara más.

- Te entiendo - le dijo Ren suavemente - pero debes tomar una ducha. Ya verás como después te sientes mucho mejor - dice dándole un beso en la cabeza e intentando volver a irse

- Ayúdame... a... bañarme... onegai - le dice mientras empieza a llorar.

- Shhhh... - la intenta calmar abrazándola de nuevo - ¿estás segura? - dice consternado y ella asiente, al ver su afirmación suspira y contesta - está bien, lo haré, sólo porque mi hime me lo pidió.

Entonces le empieza a quitar la ropa para meterla a la ducha, al mismo tiempo no hace más que recriminarse internamente lo que estaba a punto de hacer.

- ¿Te das cuenta de lo que estás haciendo? Vas a verla desnuda - exteriormente intentaba mantener su cara indiferente - Espero que ella no me tome por un aprovechado por aceptar tan rápido su sugerencia... ¿y si lo dijo porque siente algo por mi?... no, no, ¡quítate esas ideas de la cabeza! Ella aún está muy impresionada por lo que pasó, además ella no es así - mientras seguía con su discusión interna abría el grifo del baño para meter a Kyoko dentro - ¡ya está bien! ¡no soy un pervertido! Solo le estoy haciendo un favor... aunque me hubiera gustado que me lo dijera en otra situación - sacude enérgicamente la cabeza y decide terminar el tema y centrarse en lo que iba ha hacer.

- ¿Está bien de temperatura el agua? - le pregunta mientras coge una esponja, ella asiente - está bien, comencemos.

Ren derrama un poco de gel en la esponja y empieza a pasársela por el cuello levantándole con mucho cuidado el pelo.

- ¡Que bien huele! - dice Kyoko refiriéndose al gel - ¿de qué es? - pregunta con una sonrisa mientras Ren le enjabona la espalda.

- Es de flores de azahar, ¿te gusta?- dice tras acabar de enjabonarle la espalda indicándola que gire.

Kyoko empieza a temblar.

- Tsuruga-san, siento causarle tantas molestias y además haber tenido la descortesía de llamarlo por su nombre - dice mientras empieza a llorar, - realmente lo siento – termina de decir llevandose las manos a la cara y llorando de forma más audible.

Ren ante esta situación no sabe que hacer, empezaba a pensar que las prioridades en la mente de Kyoko no eran las correctas, en este momento en lugar de preocuparse por su estado lo hacía por haberle llamado de una forma que realmente le encantaba. No era capaz de seguir viendo como lloraba de modo que lentamente se introduce al baño y la abraza debajo del agua y le susurra frases calmantes.

- Tranquila... todo está bien. No tienes de que preocuparte. - Ante estas acciones Kyoko empieza a relajarse y sentirse más tranquila. - ¿Ya estás más tranquila? - le pregunta sin cambiar de posición.

- Sí. Gracias Tsuruga-san – contesta con un hilo de voz.

- Entonces dejo que termines de bañarte sola. - Una vez que se ha asegurado que está más tranquila sale de la bañera y le entrega la esponja. - Solo necesitas llamarme para cualquier cosa que te haga falta, ¿entendido? - le pregunta sonriendo y ella asiente mientras se gira para tomar la esponja que le ofrecía Ren.

- Vamos Ren, no te dejes afectar, no es la primera mujer que ves desnuda - se decía mentalmente para no perder el control al verla frente a él completamente desnuda.

Tras estar seguro que ella se encuentra bien Ren decide salir del baño, pues a pesar de su convicción respecto a la actitud que debe tener no sabe cuanto tiempo más podría aguantar esta situación. Acercándole una toalla para que se seque cuando acabe sale del baño diciendo:

- Usa esa toalla, mientras buscaré algo de ropa que puedas usar para dormir - tras esto cierra la puerta y se apoya en ella - uff... no sé cuanto tiempo más hubiera podido aguantar, como Yashiro o el presidente se enteren de lo que ha pasado hoy en este apartamento me capan.

Tras su reflexión se dirige al armario de su habitación para buscar un pijama, pero al cogerlo se da cuenta que ella no podrá usar los pantalones pues le quedarían enormes y la parte de arriba le quedaría bastante larga.

- Eso es, puede dormir solo con una camiseta - de repente se para y pone cara de espanto - ¡mierda! Olvidé que no lleva bragas... ¡ya sé! - y se pone a revolver en un cajón hasta que saca unos bóxer - sí, los puede usar como pantalones.

Convencido de la elección de la ropa se dirige al baño y toca la puerta.

- ¿Puedo entrar? - tras recibir el permiso - te he dejado en la cama algo de ropa para dormir - en ese momento se da cuenta que Kyoko está cabizbaja y sonrojada llevando únicamente una toalla - ¿ahora que te pasa hime?

- Yo... es que... - titubeaba - le estoy dando muchos problemas Tsuruga-san, y... - no puede acabar la frase porque un dedo de Ren se lo impide al estar posado sobre sus labios.

- Yo soy el que debo decidir si me estás causando problemas o no - Kyoko intenta interrumpirle - no, no señorita. No me estás causando ningún problema, estoy encantado de poder ayudar a la hermosa hime en apuros - dice sonriendo - y no admito réplicas - le agarra del mentón para que le mire a los ojos y le dice mirándola fijamente - me gusta más que me llames Ren y haría cualquier cosa con tal de hacerte feliz - tras decirle esto le da un beso en la frente y cogiéndola de la mano se la lleva hasta su habitación - Ahora vístete y luego ve al salón para que comas algo.

Tras salir Ren de la habitación, Kyoko se plantea el por qué de decirle cosas tan bonitas y llega a la errónea conclusión de que esto es debido a la lástima que siente por ella y su situación actual. Se viste con la ropa que le ha dejado Ren en la cama aspirando su perfume, la camiseta le quedaba enorme por lo que se dobló las mangas hasta los codos.

Cuando llega al salón se encuentra a Ren sentado a la mesa hablando por teléfono, el cual al girar la vista se queda mudo ante una visión que nunca se imaginó tener, la chica que ama llevando una de sus camisetas y sus bóxer. Kyoko se acerca preocupada.

- Tsuruga-san... esta ropa me queda un poco grande... - dice con voz infantil mirándose la ropa - ¿te encuentras bien? -pregunta al alzar la cabeza

- Sí hime, no te preocupes y come algo - le contesta con una sonrisa celestial a la cual ella responde del mismo modo.

Desde el otro lado del teléfono se escucha un grito:

- ¡¿Esa era Mogami-kun? Ren ¿qué le has hecho? - gritaba mientras lloraba

Ren tapa el micrófono del teléfono para decirle a Kyoko que está hablando con el presidente para contarle lo que le había pasado, la sola idea de saber que otra persona a parte de Ren se enterara de lo que le había pasado le aterraba.

- Tranquila, solo le voy a contar lo mismo que le dije a Yashiro - le asegura mientras le sonríe y vuelve a hablar al teléfono - Presidente... - pero no le da tiempo a seguir hablando.

- Ren eres un malnacido, ¿cómo se te ocurre hacerle algo a Kyoko-chan? - le increpa Lory

- Tranquilo, no la he hecho nada de lo que usted piensa. Está en mi apartamento porque cuando salía de la empresa han intentado atracarla y tenía miedo de quedarse sola - explica calmadamente Ren

- ¿Esto no será un cuento que te estás inventando para encubrir alguna mala acción por tu parte? - le recrimina Lory con un tono de voz pícaro.

- No presidente, es tal y cual se lo he contado. Si quiere puede confirmarlo con Yashiro-san - le responde Ren

- Aburrido... - murmura el presidente

- Aún así - continua Ren - creo que es conveniente que cancele todos los compromisos que tuviéramos ambos para mañana - Kyoko intenta decirle que no es necesario, pero él no le presta atención - también quería avisarle que se quedará conmigo durante una semana puesto que los dueños del Darumaya se encuentran de viaje durante ese tiempo.

- Está bien Ren, entiendo tu punto de vista, mañana avisaré a la escuela. Adiós - se despidió el presidente antes de colgar

Tras esta pequeña charla cuelga el teléfono y se da cuenta que Kyoko está haciendo pucheros al no estar de acuerdo con eso de suspender todo el trabajo que tenga para mañana y con obligarla a quedarse en su casa durante la semana en la que no estarán los dueños del Darumaya.

- Ya soy mayorcita como para quedarme sola en casa, no me pasaría nada Tsuruga-san - le dice enfurruñada.

- Me gusta más cuando me llamas Ren – refunfuña poniendo carita de cachorrito.

- ¡Eso nunca debió pasar! Ha sido una total descortesía por mi parte atreverme a hacer algo así, usted es mi senpai y yo como su kohai no tengo ningún derecho ha llamarle de esa forma tan... – explica Kyoko hablando con formalidad.

- Creí que me considerabas algo más que tu senpai – interrumpió Ren

- Yo... - tartamudea Kyoko sintiéndose culpable – claro que lo considero más que un senpai..., confío en usted.

- Pero tratándome así no parece que me tengas tanta confianza – cuando acabó de decirlo se dio cuenta que había sido demasiado brusco al ver a Kyoko encogerse – lo siento, no he querido ser tan brusco, solo quiero que me trates con más familiaridad. De verdad que me gustaría que me llamaras Ren – dice mirándola a los ojos esperanzado.

Kyoko desvía la vista avergonzada planteándose la petición.

- Está bien... Ren-san – responde finalmente Kyoko y Ren sonríe feliz. - Pero sigo insistiendo en que soy bastante mayor para quedarme sola en casa.

- Ya sé que eres mayorcita - le contesta Ren - pero me pediste quedarte a dormir conmigo porque no querías estar sola. Bueno, si ya ha acabado de cenar váyase a la cama hime. - Le dice mientras la lleva hasta su habitación - ¡A la cama a dormir! - le dice señalándole la cama.

- Yo debería dormir en el cuarto de invitados y no en tu cama - le reprocha Kyoko

- No admito contradicciones, además ¿quién te dijo que no voy a dormir aquí? - esto asustó mucho a Kyoko, antes de la experiencia de hace unas horas sólo se habría indignado. Ren se ríe - Sólo voy a dormir a tu lado para vigilar que nada malo te pase - termina diciéndole a la vez que le da un beso en la frente y se dirige fuera de la habitación.

- ¿Don... dónde vas? - le pregunta con temor a quedarse sola aunque no lo quiera reconocer.

- Sólo voy a darme una ducha, enseguida vuelvo.

Una vez en el baño abre el grifo del agua fría y se mete debajo.

- Esto es necesario - se dice a sí mismo - debo poder controlarme, tengo un gran autocontrol no debería ser un problema - tras lo cual suspira - bueno, con esta chica todo es un problema. Mira que pedirme que la bañe..., - mientras sacude la cabeza de forma negativa - no sé como he podido aguantar todo el tiempo - vuelve a suspirar - Está bien, ya es hora de salir. Haré que el día de mañana sea inolvidable.

Con este último pensamiento se dirige a la cama llevando sólo un pantalón de pijama que había en el baño porque se le olvidó coger ropa. Cuando llega a la cama ve que Kyoko se encuentra acurrucada, se mete por el otro lado de la cama, se tumba mirándola y le acaricia el pelo.

- No dejaré que nada más te vuelva ha hacer daño hime. Buenas noches - susurra antes de darle un beso de buenas noches en la mejilla.

Al notar la cercanía de Ren, Kyoko se mueve en sueños y se abraza a él esbozando un sonrisa.

- Uff... Me tienes en tus manos Kyoko - termina diciendo Ren mientras la abraza antes de quedarse dormido.

Realmente espero sus opiniones para animarme a continuarlo.