20 de Enero de 990.
500w
Harry Potter y todo el Potterverso pertenecen únicamente a JK Rowling.
Helga, Salazar y Godric estaban sentados en lo que, apenas ocho meses después sería el Gran Comedor, donde se recibiría por primera vez a los estudiantes para comenzar sus clases en el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería.
Godric y Salazar estaban teniendo una acalorada y nada cordial discusión sobre cuáles tenían que ser los principales valores que tuviesen los alumnos del colegio. Por un lado se encontraba Godric, que decía que lo más importante era la valentía y el coraje, mientras que por el otro Salazar decía que lo más importante era la pureza de sangre y la posición social que ocupase el alumno.
De pronto llegó Rowena, cargando un pequeño gato sobre sus brazos. Era un gato de pelaje gris casi mugriento y con un par de ojos color amarillo brillante abiertos de par en par, mirando todo a su alrededor.
—Lo más importante es la inteligencia —exclamó, dando por finalizada la discusión que había entre ambos hombres y dejó el gato sobre una de las grandes mesas que ocupaban el lugar, la mesa donde estaban los tres sentados—. Os presento a la Señora Norris.
Sus tres acompañantes alzaron una ceja, mirando al gato extrañados. Godric miró a Rowena con algo de furia, preguntándose por qué había zanjado una conversación tan relevante para el futuro de Hogwarts unicamente para enseñar una gata.
—Y eso es… —comenzó Salazar, esperando que su compañera acabase la frase—. Es decir, ya sabemos que es un gato pero, ¿qué tiene de especial?
—No es un gato. Después de investigar mucho, he conseguido realizar una personificación del colegio —saca pecho con orgullo mientras mira a los tres compañeros; sobre todo está orgullosa porque sabe que no van a tener ni idea de qué es y va a poder explicárselo.
—¿Perdona? —preguntaron los tres, casi al unísono. Rowena sonrió de nuevo con satisfacción.
—Es un hechizo muy poderoso y de magia blanca —aclaró mirando a Salazar—. Básicamente consiste en que ahora que Hogwarts ya existe como edificio y como institución, he conseguido crear un ente vivo —señala a la gata— que tenga totales conocimientos del castillo pues es el propio castillo.
Godric arrugó la nariz al ver cómo la gata se ponía sobre sus patas y caminaba hacia él, mirándolo casi como si le lanzase una advertencia.
—Va a ser un ayudante del colegio siempre que el colegio siga existiendo como tal, protegiendo a los alumnos de sí mismos —Rowena no pudo sino soltar una carcajada al ver cómo el gato se puso a bufar a Godric—. Parece que ve que tu casa va a darle verdaderos problemas.
Godric se puso en pie, con la cabeza alta, dando un golpe a la mesa para acenturar sus palabras.
—Mi casa, al igual que yo mismo, va a ser noble y valerosa, va a ser valiente y va a ayudar en cuantos problemas se presenten en el colegio. No va a armar jaleo.
—Eso espero, Godric —Rowena miró al gato —. Eso espero.
