— Sam y Dean nunca fueron tan cercanos; no tenían tantas cosas en común y no se podían ver muy seguido. Sam siempre estaba ocupado con la escuela y luego el trabajo; era un excelente estudiante pero nunca se conformó con lo que tenía y termino siendo un abogado altamente reconocido y por ende demasiado solicitado. Y Dean...bueno Dean siempre estaba ocupado con algo o alguien; desde joven tenía esa necesidad de arreglar los problemas ajenos y siempre terminaba dejándose a sí mismo y su deseo de estar más cerca de su familia al fondo donde nunca había tiempo suficiente. —hizo una pausa— Pero eran hermanos. Al final no importa que tan poco se pudieran ver o que incluso discutieran sobre banalidades; ellos eran hermanos y de algún modo ambos sabían que se tendrían el uno al otro siempre. -suspiró- Me pregunto si yo cambie eso...me pregunto si lo que yo hice, lo que yo hice con ambos, cambió la manera en que se percibían como familia.
...
Un deslumbrante rayo de luz le despertó y al abrir los ojos lo primero que pudo ver fue el rostro durmiente de Dean que pareció advertir que lo miraban ya abrió los ojos pestañeando. Una sonrisa apareció al instante en los labios del castaño y lentamente se acercó y deposito un suave beso en los labios de Castiel, quien sonrió a modo de respuesta.
— Buenos días —dijo con voz aun somnolienta, Dean sólo ensancho su sonrisa y estiró su cuerpo desnudo debajo de las sabanas.
— ¡Ah! Estoy hambriento —dijo por fin, después de un largo bostezo.
— Te prepararé algo —respondió Cas sentándose en el borde de la cama dándole la espalda a su pareja mientras buscaba su ropa con la mirada.
— Eres un ángel —comentó complacido Dean rodeando con ambos brazos la cintura desnuda de Cas y dejando descansar su mejilla contra su espalda.
Castiel dejó escapar una leve carcajada y retiro una de las manos de Dean sólo para besarla. Le encantaba esa hombre
— Si no me dejas ir, nunca vas a comer —le advirtió seriamente y luego con tono sugerente— ...aunque yo no tengo tanta hambre.
Pero en ese instante su teléfono vibro un par de veces en la mesa de noche y Castiel se apresuró a revisarlo, sabía quién podría ser.
[Sam: Hey Cas, si no estás ocupado podríamos vernos a medio día.]
Claro, era Sam. Tecleo una rápida respuesta afirmativa y bloqueo el celular para dejarlo en el mismo lugar. Dean nunca había intentado revisar sus cosas y el mensaje lucía inofensivo, pero cuando te sientes culpable intentas ocultar aun aquello de lo que nadie podría sospechar. Se deshizo del abrazo de su pareja y se cubrió con la camiseta de Metallica que Dean llevaba puesta hasta que él mismo se la había quitado de encima de manera desesperada la noche anterior. Dean sonrió desde la cama.
— Ponte ropa interior Cas...o voy a hacerte estrenar la nueva mesa de la cocina.
Advirtió el Winchester devorando a Castiel con la mirada, por respuesta este sólo sonrió mostrando los blancos dientes y antes de salir de la habitación saco ropa interior de la cajonera y Dean alcanzó a ver cómo se la ponía mientras caminaba por el pasillo.
Pronto se encontraron desayunando en la nueva mesa que Cas había comprado para la cocina recientemente. Había cocinado hotcakes que Dean devoraba con jarabe de maple, cajeta y moras acompañando con una gran taza de café. Dean siempre había tenido un gran apetito y le encantaba la comida y, aunque Cas le cocina a menudo y otras veces compraba comida preparada, era por sí mismo un excelente cocinero. El teléfono de Dean vibro y emitió un ruido como de una botella destapándose, él lo reviso mientras se metía un bocado a la boca.
— ¿El trabajo? —el castaño asintió a la vez que terminaba de masticar.
— Lamento que no me haya podido tomar estás vacaciones... —dio un sorbo a su café— Debo irme pronto, ¿qué harás hoy?, ¿quieres que comamos juntos?
— Meg me envió un mensaje hace un rato, quiere que vayamos por café a medio día... —mintió Castiel mientras levantaba su propio plato, cubiertos y taza— si quieres podríamos comer los tres juntos.
— Nah, sabes que te amo y Meg es agradable o algo así...pero sé que la pasan mejor sin mí —respondió Dean, llevando su plato vacío al lavatrastes y terminando su café— De todas maneras Benny siempre termina comiendo conmigo, su hija siempre le lleva el almuerzo.
Castiel esperaba justo esa respuesta pero fingió una leve decepción y se encogió de hombros mientras le sugería cenar pizza entonces. Después de un baño, vestirse y peinarse, Dean se despidió de su pareja en la puerta con un beso. Castiel lo miró subir al Impala negro y desaparecer al doblar la esquina.
— No sé si él lo sabía. Pero... —respondió Castiel Shurley— nunca me dio esa impresión. Él sólo...parecía satisfecho y...feliz. ¿Estaba feliz de estar conmigo...? —guardo un largo silencio— Supongo que de cierta manera yo arruine su vida porque todo, todo lo que él tenía: su trabajo, sus amigos y su familia, todo pareció perder importancia para él una vez que se enteró de que yo lo había estado traicionando. —se pasó una mano por la cara e hizo una mueca desesperada— si buscan a un culpable...yo diría que ese...soy yo.
Una vez que Dean hubo salido por la puerta, Castiel se apresuró a tomar un baño y vestirse. Una camisa color vino, pantalones oscuros y una chaqueta bastaron, no acostumbraba hacer nada con su cabello además de secarlo por lo que pronto él también estuvo saliendo de casa, aunque él no tenía auto. En efecto paso a ver a Meg, pues aún era temprano.
— Hola Clearance —saludo la chica cuando le abrió la puerta de su apartamento.
Dejo espacio para que el recién llegado pasara y luego lo siguió hasta la pequeña sala. Después de ofrecerle una bebida pasaron un agradable rato conversando sentados en los mullidos sillones bebiendo café. Castiel había tenido mucho trabajo y no había podido ver a su amiga hacia varias semanas.
— Debo irme o llegaré tarde —se disculpó al comprobar que el reloj marcaba casi las once y media de la mañana.
— ¿Tan pronto? —se quejó su amiga. — No sirve que tengas vacaciones si no te diviertes, Cas —el aludido sonrió y se disculpó a la vez que dejaba su taza de café vacía en la cocina— ¡Ah! Ya sé, si vas a divertirte pero no conmigo. ¿Vas a ir a ver a Sam?
Eso lo tomo por sorpresa, no es que se lo estuviera ocultando a Meg, sólo que no se lo había dicho a nadie. En verdad llevaba poco más de un año viéndose con Sam Winchster en secreto pero no había hablado de eso con nadie. No se sentía orgulloso, todo lo contrario y de algún modo quizá si no nombraba lo que estaba haciendo con el hermano menor de Dean, sólo quizá un día dejaría de pasar y nadie lo habría sabido nunca. Quizá podría terminar desvaneciéndose en el tiempo como si nunca hubiera ocurrido.
— ¿Creías que no sabía? —dijo con falsa ofensa su amiga— Oye, no soy estúpida. Y si me preguntas: si Dean quisiera darse cuenta, bueno...pues podría descubrirlo.
— ¿Es tan obvio? —se preocupó.
— Nope. Sólo si eres muy inteligente pero, aunque me cueste aceptarlo, tu novio es bastante inteligente —Castiel clavo la mirada en el suelo, esperaba que su mejor amiga emitiera un juicio negativo sobre él— ¿Por qué lo haces Clearance? Y ¿de todas las personas por qué lo haces con ese larguirucho? -cuestiono, no en un tono acusador sino más bien en uno preocupado. Enseguida añadió en un falso tono de broma- Si necesitabas a alguien así, yo soy mucho más sexy y nadie habría sospechado.
Pero Castiel no identifico la verdad y sugerencia que había tras esas palabras y sólo dejo salir una sonrisa triste. Él tampoco estaba muy seguro de por qué lo hacía o qué buscaba obtener de eso. La verdad no quería que Dean se enterara y seguro sería igual de horrible para la pareja de Sam. Muchas veces él y Sam habían dicho que se detendrían pero sencillamente no lo hacían. Tampoco hablaban mucho al respecto, sólo se dejaban llevar y se sentían culpables después.
— ¡Bueno! —Exclamó Meg para sacar a su amigo de sus pensamientos— No vas a recibir una medalla por esto pero eso no quiere decir que debas llegar tarde a una cita, así que... —hablaba en un tono alegre, pues lo último que ella quería en el mundo era hacer sentir mal a su unicornio. Puso sus manos en los hombros de Cas y lo dirigió hasta la puerta— pero... ¡debes venir a visitarme antes de volver al trabajo!
— Gracias Meg...
— Nos vemos pronto, Unicornio —le sonrió brillantemente ella.
En cuanto se despidió de Meg se encamino en dirección al tren que debía tomar para ir a casa de Samuel Winchester, quien vivía bastante lejos de su hermano y tenía su despacho en su casa, un lugar muy grande a diferencia de la modesta casa de Dean y Cas. Ya en el tren sacó su teléfono para avisarle a Sam lo tarde que llegaría, él sólo respondió que no había problema y que lo estaba esperando. Y un poco después de la una de la tarde se encontraba tocando el timbre de la entrada principal y unos minutos después Sam le sonreía espléndidamente detrás de la puerta vestido con un traje gris frío y camisa blanca, esta vez no llevaba corbata. Sin embargo como siempre ofrecía una imagen impecable con el cabello, algo largo, peinado detrás de las orejas.
— Hola Cas, pasa por favor —enseguida se hizo a un lado para dejarle pasar— ¿Cómo estás? Escuche que tenías está semana libre y por eso me atreví a pedirte que vinieras a esta hora -comentaba Sam mientras pasaban del recibidor a la amplia sala.
— Estoy bien, aprovechando a dormir todo lo que puedo —respondió riéndose— Lamento la hora, espero no interrumpir tu trabajo.
La casa estaba vacía como siempre que Castiel iba solo ahí. Sam se dirigió a la barra y se sirvió una cerveza y le llevo una a su invitado, como siempre.
— No, para nada —aseguro mientras destapaba las cervezas— Dormí toda la mañana porque anoche estuve despierto con Jess arreglando unos papeles y ya que ella fue a entregarlos yo decidí no recibir a nadie hoy. Ella volverá mañana temprano -explico.
Así que esa apariencia impecablemente atractiva sólo era para él, pensó Castiel. Pasaron unos minutos hablando del trabajo y la familia y amigos. Sam y Jessica justo habían cerrado un importante caso que estaba haciendo ruido en los medios mientras que Castiel agradecía poderse tomar unos días lejos de sus alumnos. También se acercaba el cumpleaños de Gabriel, su hermano mayor. Pero como siempre de manera inconsciente evitaban mencionar a Dean.
Sam le dijo entonces la razón por la cual lo había llamado: acababa de conseguir el dvd de la adaptación de un libro sueco que Castiel había leído hacia un par de meses y que le había encantado. Castiel le agradeció mucho y se sintió muy interesado en ver la película, había escuchado muy buenos comentarios al respecto. Sam puso el disco e hizo algunos ajustes a su televisor y al sistema de sonido mientras su invitado preparaba algunas palomitas. Un rato más tarde estaban cómodamente sentados uno al lado del otro, bastante interesados en la historia que se desarrollaba en la pantalla. Aunque Castiel no lograba concentrarse por completo, no podía dejar de pensar que para un observador casual le sería imposible entender que él se sintiera tan mal, sin embargo en cuanto los créditos hicieron su aparición, casi como para aclarar la situación a aquel observador casual imaginario, Sam se giró e inclino su rostro para besar a Castiel. En el acto Cas le correspondió el beso y mientras Sam introducía la lengua en su boca empezó a pasear las manos por el cuerpo de Cas, quien sin saber por qué recordó que casi siempre que Dean lo besaba sostenía su cara con ambas manos y acariciaba suavemente sus mejillas con los pulgares. Ese pensamiento le hizo apartar a Sam bruscamente, quien se quedó sentado a un lado, un poco confundido. Pero antes de que dijera nada, Castiel en un vago intento de alejar a Dean de su mente se levantó de su lugar y rápidamente se sentó a horcajadas sobre el más alto, quien sin esperar lo atrajo hacia sí para abrazarlo y besarle de nuevo.
Las caricias y besos fueron subiendo de tono a medida que pasaban los minutos, ambos dejaban escapar ocasionales gemidos pero ninguno decía nada concreto. Siempre era así, estaban juntos de manera normal, conversando, cocinando o haciendo cualquier cosa y de pronto alguno hacia algún acercamiento y entonces ambos se perdían en caricias y besos. Algunas veces eso era lo único que pasaba y se separaban, se tranquilizaban y se despedían. Pero otras veces iban mucho más lejos. Otras veces Sam metía sus manos debajo de la ropa de Cas y este le quitaba de encima el saco y la camisa. Otras veces Sam buscaba a Castiel de manera tan hambrienta, tan feroz que él no podía hacer otra cosa que responder de una manera palpable sin importar lo culpable que eso le hiciera sentir. Y como siempre ninguno decía nada, había gemidos y jadeos, quizá incluso algún intento de palabra ocasional pidiendo más o indicando un punto específico pero no había mucho más y nunca ninguno decía el nombre del otro. Castiel se preguntaba a veces si era por miedo a llamarlo con el nombre de su hermano.
Esta tarde parecía ser una de esas otras veces pues apenas unos minutos después Sam tenía el torso completamente desnudo mientras que Castiel llevaba la camisa abierta y Sam, a la vez que besaba su pecho y vientre iba desabotonando sus pantalones. Se estaban dejando llevar, y entonces la imagen de Cas y Dean justo en la misma posición apareció en la mente del primero. Y aunque quiso alejarla los recuerdos de cómo Dean le besaba la clavícula o cómo se reía mientras besaba su cintura no dejaban de atacarle de manera insistente a la par que Sam pasaba su lengua por su pecho y metía ambas manos dentro de su ropa interior para tener un mejor acceso a su trasero.
No solía ser así. No solía tener a Dean tan presente mientras estaba con Sam. Pero está vez, mientras Sam usaba hábilmente los dedos en su parte trasera la idea de Dean abrazando su cadera y recargando su mejilla en su espalda apareció. Y cada movimiento de Sam era un nuevo recuerdo de Dean, un nuevo recuerdo de la sensación que Dean le había dejado al tocarlo. Y de ese modo mientras Sam decidió prestar atención a su entrepierna el recuerdo, uno que creía olvidado, de su primera vez con Dean, apareció en su cabeza y se negó a irse. La sensación de estar piel con piel con Dean, la manera en que lo había besado y las palabras que había dicho entre risas, todo eso revuelto con las manos de Sam retirando con prisa su ropa interior y masajeando velozmente su pene. No tardo en tener una erección gracias al contacto de Sam pero sin poder sacar a Dean de sus pensamientos.
En su mente, Dean le cocinaba hamburguesas y papas fritas mientras que podía sentir la firmeza que había alcanzado Sam debajo de él. En su mente Dean susurraba algo a su oído, sentía su cálido aliento a la par que sentía a Sam buscando penetrarlo. En su mente Dean mordía su labio inferior al momento que Sam entraba por completo arrancándole un gemido muy agudo. Sam acerco su rostro para besarlo antes de empezar a moverse pero lo único que Castiel pudo ver fue a Dean cuando lo había besado por primera vez, la manera en que sus ojos verdes se veían al tenerlos tan cerca y sin planearlo rechazo el beso girando la cabeza bruscamente. Buscando un poco disimular su distracción e incomodidad Castiel se sujetó a los hombros de aquel chico alto y empezó a mover las caderas rápidamente, gimiendo y echando hacia atrás la cabeza. Sin embargo Sam noto el gesto pero intento no prestarle atención y ya que el ritmo establecido no era suficiente sin aviso previo atrajo a Castiel y giró y se puso de pie recostándolo en el sofá para en seguida sostener sus muslos en lo alto con ambas manos. El súbito movimiento, sin por un segundo dejar de estar conectados, hizo que Castiel gimiera ruidosamente y por un momento no pensará en Dean. Toda su atención se fijó en los ligeros pero imprevistos movimientos que sentía dentro de él. Una vez que Sam tuvo ambas piernas de Cas en lo alto comenzó a moverse enseguida, rápidamente y quizá con demasiada fuerza, el mayor no logró reprimir un grito ocasionado por la primera embestida. Ahora más concentrado en el presente Castiel apretaba con fuerza el sofá debajo suyo para mantener su lugar, pues cada fuerte arremetida por parte de Sam, quien al estar de pie provocaba que apenas una parte de la espalda de Cas y su cabeza lograran descansar en el mueble. Para frustración de Castiel pronto cada embestida de Sam comenzó a ir acompañada de un beso de Dean, de sus ojos pestañeando o de una de sus carcajadas cristalinas. A pesar de eso, con el movimiento constante de las caderas de ambos pronto llegaron a punto y acelerando más el ritmo y aumentando la fuerza ambos terminaron casi a la par. Castiel, quien termino ensuciándose casi todo el torso por la posición en que Sam lo mantenía, eyaculó mientras escuchaba a Dean en su cabeza; primero un grito y luego apenas un susurro. Casi en seguida Sam se derramó dentro suyo, pero las palabras de Dean seguían repitiéndose en su cabeza. "¡Hey Cas! ...te amo".
...
Tomó un baño rápido en casa de Sam y se fue casi en seguida. No hablaron mucho más después de terminar, y se despidieron de manera algo cortante. Castiel no pudo sacarse a Dean de la cabeza durante el viaje de regreso a casa. Se sentía horrible. Nunca se había sentido tan mal después de ver a Sam, nunca desde las primeras veces. Sabía que estaba mal, sabía que eso lastimaría demasiado a Dean, sabía que eso era una bomba a punto de explotarle en las manos. Lo entendía perfectamente, y no es que estuviera enamorado de Sam Winchester, no es que no pudiera dejar de tener sexo con él, o que este fuera mucho mejor que con Dean, la verdad no sabía decir por qué mierda estaba haciendo eso. Quería detenerse, necesitaba detenerse. No quería decírselo a Dean pero quería que este lo perdonara de algún modo. Sólo quería que todo eso desapareciera, desearía que nunca hubiera existido esa clase de relación con Sam...pero ya que estaba ahí, ya que había ocurrido ¿por qué no se detenía aun? ¿cómo era capaz de llevar más de un año traicionando y lastimando a Dean? Lastimando a Sam, también. Eso no era sano para nadie.
Tenía que acabarse y nadie debía enterarse nunca. Eso podría destruir a Dean y su relación con Sam...Se terminaría y terminaría por desvanecerse en el tiempo. Aunque en verdad esa culpa asfixiante nunca lo dejaría solo.
...
Por la noche Dean lo saludo besando su frente, y luego ordenaron pizza por teléfono. Dean se animó a probar unas combinaciones nuevas por lo que ordeno demasiada. Cenaron mientras entre risas Dean le contaba que Benny se había tirado soda encima de la camisa blanca, y que Crowley le había llamado para un nuevo proyecto algo ambicioso que involucraba a Kevin. Castiel reía con Dean, como si fuera digno de hacer algo como eso.
Al terminar Cas guardo los sobrantes y un rato después ambos estaban en la cama, aun conversando y riendo un poco. Al quedarse sin más que hablar se quedaron en silencio, Dean lo miraba fijamente. ¿Sospechaba algo? Pero no, lo único que siguió a esa mirada insistente fue la cercanía de su cuerpo y los labios del castaño sobre los suyos. Ahí estaba, Dean sosteniendo su rostro con ambas manos mientras lo besaba y acariciando con suavidad sus mejillas. Dean explorando con su lengua el interior de su boca, como si no la conociera a la perfección, mientras esos ojos verdes estaban clavados en los suyos, azules. Se besaron y acariciaron durante un rato, de manera calmada, familiar, pacifica. Estando con Dean el único en su mente era Dean. Siguieron así hasta que se fueron separando ligeramente y Dean termino dormido con un brazo rodeando a su pareja. Castiel tardó un rato más en dormir, no se sentía digno de estar ahí. No era digno de sentirse así. No merecía esos besos y no merecía esa gentileza intima. No merecía nada.
— Si... —una sonrisa triste le cruzó el rostro— soy el culpable de lo que sea que le haya pasado a Dean Winchester...al final —cerro los ojos, parecía exhausto— creo...creo que era indigno de estar con él.
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Hey assbutts! :D
Hoy es el cumpleaños de nuestro Overlord! o/ ...no hice esto por su cumpleaños...pero no podía dejar de mencionarlo xD
Está idea es originalmente de JahCollins, quien me dio la oportunidad de experimentar escribiéndola porque se sale un poco de mis parámetros...y me he estado peleando mucho con esto XD Pero me gustó la idea, y la estructura que ella me sugirió, es un pequeño ángel y tiene lindas y tristes ideas (°)~
Y aunque esto tiene altas posibilidades para ser un horror de angustia y tristeza...no será por completo así xD
El capítulo quedo algo largo...pero bueno...no pudo ser distinto orz
No sé qué tal haya quedado, espero que no tan pinche XD
Por si tienen la duda, Castiel es profesor quizá de la universidad, Sam y Jess son abogados, Dean es ingeniero en estructuras o algo así y Benny es ingeniero civil o quizá arquitecto (?)
Crowley es básicamente alguien de mucho dinero xD Kevin es investigador, un químico quizá (?) y mi amada Meg es pintora...creo que son todos los que menciono aquí...
Bueno, esperen el siguiente capítulo...se llevarán una sorpresa en cuanto a Dean ^^
Ojalá les guste! Gracias por leer...y espero traer el siguiente capítulo pronto! ~
