Muy buenas tardes queridos lectores. Este shot de dos episodios es una historia algo fuerte y confusa. Solo quiero aclarar que la idea de esta historia es tratar de trabajar con los personajes de Naruto al estilo de una clásica tragedia.
Espero que les guste y dejen su comentario (odiándome o queriéndome, serán bienvenidos)
Saludos.
TITULO DE LA HISTORIA: SER LIBRE
CAPITULO 1: SIN NINGUNA PALABRA
Y finalmente….él no dijo nada.
Se mantuvo impasible, rígido y orgulloso. Como el bronce eterno de una estatua grandiosa. Estaba impecablemente ataviado, con ropajes ceremoniales adecuados a esa ocasión especial. Pero aun así no parecía estar presente en la situación. Su cuerpo se encontraba ahí, pero sus ojos no tenían el brillo característico que denotaba interés. En ese lugar, en ese templo donde dos ninjas estaban a punto de renunciar a su soltería. Donde dos amigos de toda la vida estaban a minutos de ser marido y mujer. En ese triste lugar se encontraba Naruto Uzumaki. Y al mismo tiempo, quienes más lo conocían aseguraban que era una tortura para ese hombre. Pero aun así había venido a la boda.
Naruto Uzumaki no dijo nada, pero sus profundos ojos azules lo decían todo.
Muchas personas intentaron hablar con él, en los meses previos a ese casamiento. Trataron de animarlo, buscaron sacarlo de ese estado cuasi catatónico que la noticia le había producido. Naruto Uzumaki sin embargo no dio muestras de dolor, aunque todos supieran que tenía el corazón roto por la perdida. El aun así, no dijo absolutamente nada.
Continuó su rutina de entrenamientos, participó de misiones peligrosas y alguna que otra vez cenaba en el puesto de ramen como en los viejos tiempos. Naruto tenía 20 años. Suficientes para iniciar una nueva vida, suficientes para volver a enamorarse. Para comprometerse con alguna otra mujer y casarse. Tiempo indicado para tener hijos, formando esa familia que jamás tuvo y siempre había deseado.
Todos sabían no obstante, lo que en realidad podía ocurrir. El extraño silencio de Naruto en el cual decidió plantar su última bandera, podía acarrear un claro camino hacia el oscuro abismo. Ese silencio lo hacía ver anormal, en una vida general donde siempre pudo hacer notar por su voz. Sus gritos escandalosos y llenos de salud cuando niño. Jurando y perjurando que algún día seria reconocido por todos. Que algún día el seria Hokage por su esfuerzo. Y en la actualidad solo el silencio. Aun cuando era héroe de guerra. Cuando actualmente era un Shinobi poderoso y respetado, y además muy apreciado tanto en Konoha como el resto del mundo. Y aun así se había escondido en el silencio. A simple vista pero escondido. Como jutsu de ocultamiento tan magnifico que nadie lo podía entender. Un muy peligroso silencio.
Cuando la mujer que siempre había amado eligió comprometerse con su mejor amigo, Naruto Uzumaki decidió no decir nada más. El ni siquiera entendía que Sasuke en su regreso a la aldea, hubiese interesado particularmente por ninguna mujer. Y entonces Naruto solo se enteró de la noticia mediante el anuncio de la feliz pareja, que hicieron en una cena donde todos los amigos estaban reunidos. En una noche cualquiera, esa noche que con el tiempo todos evocarían. Esa noche que nadie jamás podría olvidar. Esa noche en particular algunos amigos, los que más certeza tenían sobre el dolor que esa noticia le causaba a Uzumaki Naruto, lo miraron alrededor de la mesa esperando algún tipo de reacción. Sea positiva, (lo cual dudaban) o totalmente negativa (lo que era de esperarse) Ino y Shikamaru por caso, se le quedaron mirando seriamente y esperando con lógica aunque solo fuese verlo demostrar su tristeza, o tal vez furia. Verlo decepcionado seguramente. Partiendo de esa mesa a medio camino de la cena. Sin poder soportar que la mujer que amaba eligiese casarse con otro.
-esta deliciosa la carne asada….-señaló con leve sonrisa el rubio y continuó cenando mientras el resto de la mesa se interesaba más por el asunto de compromiso antes anunciado. Después de esa noche, Naruto fue solo un oscuro silencio. Sus soleadas sonrisas diarias, se nublaron para siempre.
Los 4 meses siguientes, en que los preparativos de la boda avanzaban, el equipo "Kakashi" se volvió una perfecta conversación de mudos. Antes del anuncio de compromiso cuando Naruto era el de siempre, generalmente animaba las reuniones de su equipo con sus historias y simpatía latente. Pero ahora solo era conocido por el silencio, lo cual se acoplaba perfecto a Sasuke que jamás fue un hablador por naturaleza. Había que ser un estúpido para no darse cuenta del motivo, pero aun así la forma de vida Shinobi, era poco preparada para lidiar con sentimientos más allá de la misión en particular. Sakura realizaba ahora todo el esfuerzo en soledad, más consiente que su decisión amorosa era claramente lo que había cambiado la alegre forma de ser de su mejor amigo. Ella hubiese deseado que las cosas no sucedieran de este modo ciertamente. Pero seguía sintiendo en su cuerpo una irresistible atracción por Sasuke Uchiha. Aunque en muchos aspectos de su forma de ser, no fuere un sujeto agradable como Naruto.
Sakura Haruno tuvo que tomar una difícil decisión. Sabia perfectamente Naruto la pretendía hace muchos años. Y para colmo una noche cualquiera Sasuke le propuso un compromiso formal, demostrando también su interés particular. Naruto al mismo tiempo seguía intentando que ella aceptara sus sentimientos. Jurándole de la manera más dulce posible que la protegería. Que siempre la amaría. Que hasta el final de sus días haría el máximo sacrificio para hacerla feliz. Sakura lo pensó mucho, durante semanas enteras. Y tal vez su decisión terminó por definirse cuando se enteró por intermedio de Tsunade que el nombre de Naruto estaba entre los candidatos a próximo Hokage.
-Una esposa formal necesita –razonó en su soledad Sakura- alguien de un clan poderoso, como Hinata-san por ejemplo. Si….-se decidió más sus propios temores y dudando- será lo mejor para todos.
Ella no podía estar con Naruto Uzumaki. No podía aceptar una relación con Naruto, sintiendo en el fondo de su corazón que siempre añoraría a la distancia haberse casado con Sasuke Uchiha. La aldea necesitaba un Hokage joven y fuerte. Sakura entendía que la esposa del nuevo líder, sería tan importante políticamente como el líder en cuestión. Amar y aceptar sus sentimientos por Naruto era muy fácil. Pero convivir en un futuro con aquel sueño perdido referido a Sasuke, era lo que más le inquietaba a Sakura Haruno al pensar en esa decisión. Naruto no se merecía un amor condicionado. Naruto no se merecía un amor a medias. El rubio era el hombre más fuerte del mundo, porque los lazos creados en su corazón lo mantenían de ese modo. Sakura se sentía indigna de ese sentimiento. Incapaz de querer como Naruto quería a sus amigos. Y por ello, aunque sabía que podía decepcionarlo un poco. Prefería conservar al amigo antes que perderlo todo al traicionar al hombre.
Entonces Sakura aceptó el compromiso con Sasuke y en esa cena maldita, tuvo que soportar como su "novio" le decía en la propia cara a Naruto, lo que ella había decidido. Sin explicarle la situación. Sin suavizar el golpe haciéndole entender que ella no era merecedora de aquel sentimiento esgrimido siempre por el rubio. Sakura después del anuncio lo buscó con la mirada todo el resto de la velada, pero Naruto nunca más volvió a levantar su vista. Luego de esa noche el alegre y despreocupado Naruto Uzumaki, el amigo de todos, desapareció para siempre. Seguía estando siempre presente, pero a partir de esa noche también estaba ocultándose a plena vista, en ese doloroso e interminable silencio.
Varias veces se encontraron por la calle en días posteriores, Sakura forzó esos encuentros pasando por donde sabía que Naruto siempre transitaba regularmente. Antes del anuncio de compromiso, él se hubiera detenido intercambiando el saludo con alegría. Acto seguido la hubiese invitado a cenar o pasear. Pero ahora era distinto. Solo cabeceaba levemente correspondiendo el saludo, y proseguía su marcha hacia ningún lugar, sin ninguna intensión o motivo de detenerse. Sakura con el paso de los días y las oportunidades, al fin fue consiente que había perdido a su mejor amigo, y que tal vez nunca lo recuperaría.
No obstante por un tiempo albergó la tibia esperanza que el siguiera con su vida, intentando salir con alguien más. La pelirosa llegó a pensar que cuando Naruto encontrara el verdadero amor en otra mujer, podrían los integrantes del equipo Kakashi volver a ser amigos. Solo necesitaba tiempo. Solo eso nada más. Incluso Sakura se dispuso averiguar que tanto se había acercado Hinata a Naruto, luego del vacío que Sakura dejó al comprometerse meses atrás. En una reunión de solo mujeres donde las Kunoichi le ayudaron con los preparativos de su boda, decidió preguntar tratando de mostrar mucho interés:
-Hinata-san….-dijo la pelirosa tratando de no parecer ansiosa- ¿estas saliendo con alguien?
-ah….si….-susurró tímidamente la joven Hyuuga- pero solo somos amigos.
-No digas… –Le picó Ino curiosa- ¿y quién es el afortunado?
Ino y Sakura habían hablado muchas veces sobre la situación con Naruto. La rubia Yamanaka entendía más que nadie como podía estar sintiéndose tanto su mejor amiga como el muchacho Uzumaki. Él nunca tuvo otro interés romántico que Sakura Haruno. Seguramente le resultaba difícil encontrar el método para seguir animado después de comprobar que la había perdido. Ino no obstante, rechazaba la triste y tonta idea de Sakura sobre un Naruto destrozado emocionalmente. Desde muy niño había sufrido cosas que hasta los adultos más preparados no hubiesen soportado. Solo necesitaba tiempo Naruto Uzumaki. Tiempo y el calor de otra mujer.
Sakura entonces miró a Hinata Hyuuga toda avergonzada y sintió una extraña mescla de ansiedad con alivio. Ino y Sakura se miraron con avidez. Solo tenían que escuchar el nombre de Naruto, Sakura sobre todo tenía que comprobar que él estaba continuando su vida sin ella. A pesar de todo.
-bueno….estoy segura que Kiba-kun quiere algo más que amistad…-admitió Hinata sonrojada- pero por ahora solo somos amigos.
La preocupación de Sakura aumentó geométricamente. Hinata estaba lejos de Naruto, y nadie más parecía estar cerca. Ino le dijo en cuanto quedaron solas que tal vez Sakura debía intentar hablarlo con el rubio. Tal vez la frustración no le dejaba digerir el asunto y lo tenía atrapado. Tal vez esperaba que se concrete el casamiento, porque internamente albergaba la esperanza de que algo sucediera y Sakura cambiara de parecer. ¿Pero cómo hacerlo? Pensaba Sakura ante los consejos de su mejor amiga ¿Qué persona tendría la crueldad de presentarse ante Naruto, y aclararle que sus últimas esperanzas no existían? ¿Quién sería capaz de arrancarle el corazón de esa forma?
Sakura no quería herir más al mejor hombre que había conocido. No quería decepcionarlo. No quería ver esos ojos azules que por un tiempo la hicieron soñar. Sakura sabía que no tendría la amistad de Naruto Uzumaki, pero deseaba con todo el corazón que encontrara la felicidad sin ella.
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-Pierdes el tiempo…-le dijo Sasuke en una cena íntima que tuvieron algunas noches antes del casamiento- el Dobe nunca haría nada en nuestra contra.
Sakura no pensaba que Naruto pudiera buscar venganza. Naruto jamás haría daño a nadie, nunca en contra del inocente. No era del tipo que pudiera atacar en el día de la boda y causar destrozos. Sasuke pensaba y al mismo tiempo descartaba esa posibilidad, porque seguramente él hubiese actual igual si realmente Sakura se inclinara por Naruto. ¿Realmente lo habría hecho? ¿Interrumpir la boda entre Sakura y Naruto para evitar el casamiento? No, tal vez Sasuke solo se hubiera buscado otro compromiso entre las cientos de mujeres que querían emparentar con el clan Uchiha. Sakura pensó con cierta tristeza, que la única razón que Sasuke tuvo para acercarle una propuesta de matrimonio, era la cercanía mayor como compañera de equipo. No había más que sentido práctico en las acciones de su futuro marido.
-debes admitir que se comporta diferente –señaló la pelirosa volviendo al tema "Naruto", el cual parecía no poder abandonar últimamente- me preocupa mucho.
-a mí no sinceramente…-admitió el moreno más concentrado en la cena que su futura esposa- por algún tiempo pensé que podía odiarme por esto del casamiento contigo. Pero ayer por citar un caso, fui a un campo de entrenamiento y me encontré con el Dobe.
-¿Y qué ocurrió?
-practicamos juntos, hablamos poco pero nos entendimos bien. De haberme odiado, Naruto pudo haberme asesinado. Pude haber sentido su instinto asesino. Pero solo una práctica normal y como ves….-sonrió apenas fríamente- ni un rasguño que lamentar.
-Me agradaría saber que es verdad –Susurró con tristeza Sakura- que lo está aceptando y continuara con su vida. Tiene un futuro fantástico y debe aprovecharlo –bebió un poco de sake y miró con decepción por la ventana a su lado- incluso me gustaría verlo en la boda. Aunque se bien que no va a ir jamás.
Luego algún minuto de silencio. Sasuke se revolvió con cierta incomodidad. Él no era nada bueno para juzgar los sentimientos de las personas a su alrededor. Pero por el rumbo de la charla le pareció atinado aclarar un punto importante sobre ese asunto.
-bueno…-indicó Sasuke seriamente- tal vez lo conoces poco realmente. Resulta que no tenía a quien pedirle ser mi padrino de bodas y yo…
-No….-exclamó Sakura mirándolo molesta- ¿No te habrás atrevido a…?
-Aceptó ser mi padrino de bodas… –Anunció el moreno fríamente- y sin dudarlo un segundo debo agregar. Tal vez esta… "depresión" que te preocupa tanto, es por otra cuestión que nada tiene que ver con nosotros. Ni conmigo, ni contigo se ha portado hostil. ¿Acaso ha dicho una sola palabra en contra de nuestro compromiso desde que lo anunciamos hace tiempo? Estoy finalmente convencido que exageras todo Sakura.
¿Ella realmente exageraba? ¿Acaso Naruto no había caído en un pozo depresivo por su culpa? Sakura no podía sacarlo de su mente. Una y otra vez se decía que algo se había roto en el corazón de su amigo simplemente porque ella no lo eligió. Estaba a un paso de ser Hokage, a un escalón de su sueño más dorado y se comportaba como un muerto en vida ¿Planeaba atacar en la boda? ¿Escapar de la aldea convirtiéndose en renegado? ¿Por qué no se acercaba a otras mujeres aunque solo fuera por despecho? ¿Por qué nadie parecía darse cuenta que Naruto no era el mismo de siempre?
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Y llegó el día de la boda. Ese día feliz para tantos y fatídico para uno solo. La mañana se presentó soleada e ideal para los preparativos finales. Ino Yamanaka llegó a la casa Haruno y recogió a su amiga para llevarla por el vestido y el peinado. En el trayecto le comentó que había cruzado por la calle a Naruto, impecablemente vestido con un kimono negro. El rubio le comentó al pasar a Ino, que iba por el novio para llevarlo de compras.
Más cercano al mediodía, fue Tenten que le informó a Sakura que como Rock Lee, Sasuke y Naruto estaban en una tienda comprando la ropa del futuro esposo. Se los veía muy animados según la maestra en armas. Sin problemas que reportar. Luego del almuerzo Sakura se probaba el vestido de novia frente al espejo de pie, y su rostro parecía indicar que estaba en un cepo, y a punto de caminar hacia la ejecución. Fue entonces cuando Ino aprovechó el momento en que las demás amigas se fueron de la habitación para hablar con seriedad a su casi hermana. Había soportado meses de dudas en las conversaciones secretas con la novia. Y su diagnóstico era muy claro visto a la distancia. Sakura Haruno estaba cometiendo un error al casarse ese día.
-Sakura cielo….-dijo dulcemente- ¿Podrias cambiar la cara de perro? Kami si parece que vas a prisión y no a la iglesia.
-ah sí…-sonrió apenas la rosa- lo siento, sucede que estoy nerviosa. Es un día importante.
-No creo en eso….-señaló Ino- lo que sucede en realidad, es que no paras ni un segundo de pensar en Naruto Uzumaki.
-¿Cómo dices? –Se sonrojó Sakura apartando la vista- no digas tonterías.
-Puedes engañar a todos pero a mí no, –Definió la rubia – a cada persona que ves le preguntas por ese Baka, como si no lo hubieras visto en años. Estas muriendo de la preocupación desde la noche donde Sasuke anunció su compromiso contigo. ¿Se puede saber qué ocurre? ¿Por no dejas de preocuparte por cosas personales de los demás? Naruto es un hombre y un guerrero. Él sabe lo que es perder. No creo que se desmorone por esta situación. Estará deprimido un tiempo, y luego cuando sea Hokage tendrá una villa entera de mujeres dispuestas a desposarlo.
-¿dices conocerme y no sabes qué ocurre? – Amonestó la rosa- deja la estupidez y ayúdame con el velo.
-Se perfectamente lo que ocurre contigo –acusó Ino seria, mirando atraves del espejo- pero no vale lo que diga, sino lo que tu admitas de una buena vez.
-No tengo nada que admitir y por favor basta. Solo quiero terminar con esto, y que se me pasen los nervios que me están enloqueciendo.
Ino negó con molestia y resignación. Colocó la coronilla con el velo en la cabeza de su amiga, y lo tendió sobre Sakura cubriéndola. Sonrió con satisfacción, ella se veía perfecta. Pero luego la mueca se mescló con dudas, como si algo le faltara.
-¿me veo mal? –preguntó la rosa ante esa mirada.
-Te vez genial… –sentenció Ino- Casi perfecta…solo que… ¡En fin! ¿Para eso somos las amigas? Es mi deber ayudarte hasta el final frentona ¿Realmente quieres ir a la iglesia esta tarde? ¿O voy ahora, y les digo que lo cancelamos todo?
-¿Pero de qué demonios hablas? ¿Cancelar qué? ¿Por qué habría de cancelar una boda con el hombre más atractivo del país?
-Sasuke-kun podrá ser el más guapo hasta del mundo….-definió Ino- pero tengo la sospecha que no es a quien realmente amas. Así que te lo repito por última vez y piénsalo muy bien, ¿cancelo todo y te fugas con el Baka? ¿O seguimos con esta farsa hasta el final?
La respuesta iba a ser volcánica seguramente. Sakura como a cualquier persona común, no le había agradado que alguien expusiera sus miedos y dudas como una herida abierta. Le causaba más pánico y le hacía dudar peor saber que Ino compartía la misma línea de pensamiento que su conciencia interna. Aquella que le rogaba dejara de fingir que sería feliz con Sasuke Uchiha a pesar del daño que le provocaba a Naruto. Pero cuando iba a responder agresivamente para terminar la charla que estaba llenándola de dudas, justo Hinata y Tenten entraron a la habitación y ambas ocupantes del cuarto cambiaron el gesto duro por las sonrisas. El tema quedó de ese tamaño, aunque la cuña de la duda estaba enterrada hasta el fondo, en el corazón de la novia.
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Las largas bancas del salón estaban ocupadas completamente. Casi toda las altas esferas de Konoha estaban para atestiguar e casamiento del ultimo Uchiha. El clan volvería a surgir, volvería a ser de los más fuertes e influyentes. Junto al altar, Sasuke vestía de impecable negro al igual que su padrino Naruto Uzumaki. Sin dudas, la amistad de estos dos poderosos Shinobi garantizaba estabilidad por muchos años en el país del fuego.
Lady Tsunade estaba parada frente a todos oficiando como líder militar la ceremonia entre Shinobi. Ya había preparado los documentos oficiales para que la joven pareja firmara luego de la fiesta. Los malos presagios que Sakura trasmitía cuando hablaba de Naruto, le hacía dudar sobre la decisión final de su estudiante más brillante. ¿Estaba cometiendo un error? ¿Cómo afectaría a Naruto cuando el matrimonio se concretara? Luego sucedió lo de la noche anterior. Una reunión del consejo de clanes donde convocaron a Naruto para hacerle saber que lo elegían como sexto Hokage. El joven recibió la noticia con poca alegría, envuelta en una seriedad extraña. A la mayoría no le hubiera afectado por que lo creían más maduro. Pero Tsunade recordaba los miedos de Sakura que conocía comentario de Shizune. El muchacho no había dicho ni una sola palabra sobre el casamiento de sus dos compañeros de equipo. Pero Tsunade pudo notar la temperatura glaciar en las relaciones del equipo Kakashi después que ese compromiso quedo oficialmente concertado. Tsunade estaba pensando que Naruto la pasaría mal algún tiempo. Pero su nuevo trabajo como Hokage afortunadamente le daría poca oportunidad de deprimirse. Seguramente el trabajo lo distraería lo suficiente como para rearmar su corazón e intentarlo con otra mujer años después. Aun así esa noche en la reunión de los clanes, la respuesta de Naruto sorprendió a todos:
-Si el consejo y la Hokage creen que soy el mejor para el puesto, solo me queda decirles gracias –sonrió apenas Naruto, lo que era lógico porque era su conocido y vociferado sueño- pero significa también que confían en mi criterio, en mis decisiones. ¿No es acaso el Hokage quien debe tomar las decisiones más difíciles por el bien de todos? Así que decido, he decidido que no soy el indicado para ser Rokudaime Hokage. Agradezco la confianza, pero le dejaré el cargo a quien si lo pueda cumplir perfectamente.
Mucha conmoción. Nadie esperaba ese rechazo y tampoco nadie lo entendía. Usualmente las designaciones como Hokage se consultaban en privado. Pero caía por su propio peso que Naruto aceptaría, así que Tsunade no se lo consultó antes. Simplemente pasaron al pedido oficial frente a los líderes de clanes. Ahora mismo la mujer se lamentaba no haber anticipado esto.
-¿Por qué razón no cumplirías con tu deber? –preguntó algún líder sorprendido. Porque sinceramente nadie esperaba ese rechazo.
-Por qué pienso que ser Hokage, es entregar la vida por Konoha. Es exponerse y caminar en camino más difícil para guiar al resto. Para ser Hokage se requiere valor y corazón. Un hombre sin corazón no puede ser Hokage. Y por eso ahora mismo, ya no puedo serlo.
Dicho esto hizo una leve reverencia y se marchó del lugar. Nadie sin embargo sintió animosidad contra Naruto por negarse asumir el mando. Al contrario de ofuscarse por la negativa, varios de los líderes pensaron y manifestaron que al parecer Naruto Uzumaki respetaba el puesto más que a su ambición misma. Si tanto lo había anhelado desde siempre y ahora lo dejaba, era por no sentirse a la altura de las circunstancias. Por no querer decepcionar a todos.
-Es muy joven… -dijeron algunos- no quiere tomar el mando sin estar preparado. Eso demuestra sabiduría.
-tal vez sea buen candidato a séptimo Hokage- argumentaron otros- sin lugar a dudas ahora mismo se encuentra en una etapa de formación política.
Tsunade guardó silencio ante todos, una sensación funesta de lo que podía hacer Naruto comenzó acumularse en su mente. Tal vez Sakura no estaba tan equivocada. Durante días Tsunade había pensado que hablar con Naruto podía hacerle cambiar de opinión. Pero claro que el matrimonio de Uchiha Sasuke estaba tomando todo su día. Seria para mañana tal vez, o cuando pudiese volver a trabajar. No obstante Tsunade Senju se sorprendió demasiado al comprobar quien era el padrino de bodas de Sasuke Uchiha. Nada menos que el muchacho que supuestamente era más perjudicado por esa unión. Eso confundió mucho a la líder y le hizo reflexionar que tal vez el asunto de su negativa pasaba por otra razón particular. Naruto de estar enojado con Sasuke y Sakura por la boda, nunca hubiese participado de ella como evidentemente lo estaba haciendo ahora mismo. No obstante, era increíble para la Godaime que observaba todo el panorama detrás del atril donde su estudiante y el Uchiha se reunirían para comenzar la ceremonia. Que Naruto junto a ellos aceptara en silencio perder el amor de su vida. Tsunade pensaba que era algo milagroso. Y que Naruto fuera además el padrino de esa boda, era hasta doloroso. El seguro no deseaba ese honor, pero lo soportaba en silencio como un verdadero hombre. Tsunade no tenía relación de sangre con Naruto. Pero lo veía como un hijo, y se sintió profundamente orgullosa de su comportamiento.
Cuando la novia caminó por el pasillo al compás de la música armoniosa. Sasuke sonrió apenas y susurró algo a Naruto parado junto a él. El rubio no respondió más que con un gesto de asentimiento y se mantuvo firme en su posición. Los amigos más cercanos del equipo 7 esperaban que algo sucediera. Como una película en la cual conoces el evidente final, pero algo te impulsa a creer que algo será distinto. Un giro inesperado de la trama. Sakura llegó al altar, Ino se acercó a su lado como madrina. Las palabras del clérigo junto a Tsunade estaban comenzando y nadie en las cercanías de la pareja escuchaba con atención. Sasuke miraba a la nada, rogando que ese tipejo con toga ridícula dejara de parlotear. Sakura fingía mirar a su futuro marido frente a frente, pero detrás del moreno, solo el rostro de Naruto Uzumaki era todo lo que no podía dejar de observar. Ino miraba a Sakura por detrás, y casi podía jurar que su amiga no observaba a su marido sino al padrino inmediatamente a continuación. En cuanto a Naruto en ese momento, se concentró en mirar a Ino con gesto neutro. Se la veía preocupada y nerviosa, pero no tenía por qué estarlo. El nunca haría nada que arruinara este día. No puede haber lucha donde no hay vida.
Todos los presentes en su gran mayoría, esperaban con la máxima atención el momento del clímax. Era como su instinto les indicara que algo extraño podía pasar en el último momento. ¿Podía Naruto Uzumaki mantenerse pasivo a la situación? ¿Podía guardar ese doloroso silencio en los últimos momentos de esa boda? No faltaba el ninja en la reunión, que había mirado en los alrededores buscando las mejores salidas de emergencia para él y su familia. Solo por si acaso, solo para evitar recibir los posibles efectos colaterales de una lucha entre titanes. Y todo estaba por definirse en cuanto el clérigo terminará su perorata y realizara la gran pregunta. Rato después, cuando los palabras del sacerdote llegaron al puntal del clímax. Todos inconscientemente esperaron de Naruto Uzumaki una reacción. Un grito para detener todo, un escándalo con golpes de puños incluidos, tal vez hasta lágrimas y ruegos para suplicarle a la mujer amada no continuar esa locura.
Pero Uzumaki Naruto no dijo absolutamente nada…
Se mantuvo siempre en silencio. Impasible, de roca, estático. Y aferrado a ese pesado silencio que era su único compañero desde los últimos meses. Tal vez en otros hombres el silencio hubiese sido tomado como común. Pero justo Naruto en particular, el Naruto Uzumaki que siempre gritaba y lanzaba al viento sus juramentos de victoria, caer en silencio era algo que lo destacaba. Y aunque todos inconscientemente desearan volver a escuchar su voz llena de pasión y confianza, entendían el silencio.
Cuando la pareja había dado el "si" finalmente, ya no quedaba nada más para decir…
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La música alegre adornaba el majestuoso salón de las mansiones Uchiha y la comida no dejaba de desfilar por las mesas. El clima de tensión que se vivió en el altar no pareció afectar el resto de la velada donde el sake y las amistades bañaban de risas todo el complejo. En el centro de salón, había una zona vacía donde luego de la cena, vendría el baile. Era una fiesta de especial magnificencia y los niños corrían jugando por el jardín interno. Muchas felicitaciones para los recién casados y toda alegría.
Naruto sorprendentemente ni por un momento presentó deseos de huir. Era el primero en beber, el primero en reír junto a Kiba, Shikamaru y el joven Konohamaru; hablando sobre mil cosas aunque el ruido de la música no permitiera escuchar a lo lejos. Como a las 23 horas, vino el momento del baile nupcial. Los novios tomaron su lugar en el centro y la madrina sacó casi a la rastra a un padrino más preocupado en beber con sus amigos, que en las etiquetas. Ino tiró juguetonamente del brazo de Naruto y el rubio dio un último trago al vaso en su mano pasándoselo a Shikamaru, no sin antes decirle alguna cosa en forma de susurro. El Nara cabeceó levemente dando el visto bueno y entonces Naruto se puso de pie tomando de la cintura a la rubia.
-Quien hubiera dicho que ser madrina tuviese estos beneficios Naruto-kun…-señaló con sonrisita traviesa la joven –voy a bailar con el soltero más codiciado de la aldea.
-No por mucho…-le respondió suavemente Naruto y ambas parejas comenzaron a danzar- pero también lo voy a disfrutar ttebayo.
Luego de unos minutos, donde bailaron con sus respectivos acompañantes, Ino hizo lo que Sakura seguramente estaría deseando desde que la fiesta comenzó. La rubia se desprendió de Naruto y fue a por Sasuke para intercambiar parejas. Era la costumbre después de todo. En esos momentos a Sakura le faltaron manos para soltar a su esposo, muy ansiosa y además abrazando a su mejor amiga para agradecerle la oportunidad. Pero cuando dio un giro luego de soltar a Ino para encontrarse con el padrino de la boda, en realidad se encontró a Shikamaru Nara interceptando su camino hacia Naruto. El Uzumaki en ese momento se acercaba a unas mesas laterales a la pista y levantó a Tenten de entre las mujeres, que con rapidez aprovechó la chance. Sakura bailaba con Shikamaru y miraba de costado a la pareja de Naruto con irresistible carga de celos. ¡Quería acercarse a él! ¡Era su única oportunidad! Como la tradición rezaba, Shikamaru aprovechó el intervalo de la orquesta para depositar un suave beso en la novia. Sakura ni le importó ni lo razonó demasiado, y soltándose del Nara fue a la zona donde Tenten liberaba a Naruto, y se disponía a bailar con Rock Lee.
-Sakura-Nee-chan… -dijo Konohamaru interrumpiendo- este será mi primer baile con una novia. Cuida de mí.
Sakura estaba en el centro de la pista y no podía rechazarlo. Se resignó a bailar un rato más mientras muchas parejas ya ocultaban al objeto de sus anhelos. El baile para todos había empezado formalmente. Rato después fue Kiba, y luego Rock Lee. Luego la confusión general de muchos otros que ya ocupaban toda la pista, porque el baile había iniciado. Sasuke bailó con dos parejas más luego de Ino Yamanaka, y se retiró hacia las mesas para sentarle lejos del centro de atención. Bailar definitivamente no era lo suyo y prefería estar tranquilo con algo de sake en su vaso. Naruto del otro lado del salón, actuó de manera similar. Shikamaru y el resto de los amigos habían ayudado a que no tuviera que bailar con Sakura. Cosa que Naruto agradecía enormemente porque no tenía ánimos para soportar la carga de tocarla y tenerla tan cerca. Se sentó en una silla solitaria del rincón y acomodó copa y botellas para seguir bebiendo. El alcohol le ayudaba a soportar mejor toda la fiesta, le ayudaba a tener la fuerza para no correr a abrazarla y llevársela lejos. Para no poseerla como tanto deseaba. Para no raptarla y cubrirla de besos suplicándole amor. Ya no había más tiempo para fantasías ni promesas.
Como media hora después, Kiba, Shikamaru y otros amigos rodeaban a Naruto e intercambiaban opiniones sobre cualquier cosa. Ya había pasado el último momento preocupante de la noche y eso era un alivio. Naruto ya no tenía la obligación de estar con Sakura nunca más. No era que no lo deseara. Pero el hombre entendía que todo se había trasformado en una pesada carga para ambos. El que la amaba y ella que no podía ofrecerle otra cosa que amistad. Verla con otro hombre, y para colmo con aquel que era su amigo, era para Naruto insoportable. Dos lazos se habían roto con el mismo matrimonio. No tenía amor, y tampoco podría conservar la amistad. Ya nunca más estarían juntos.
-oye…-dijo Kiba de repente- ¿Por qué no te unes a mi equipo? Nos falta un integrante desde que Kurenai-sensei se retiró.
-O mejor al mío… –interrumpió Shikamaru- también nos falta uno y con tu poder de fuego, sumado a mis estrategias…
-les agradezco…-sonrió el rubio- pero estoy pensando en retirarme al menos por un tiempo ¿se entiende? para descansar.
-No tienes que hacer eso, -comentó el Nara- si no quieres estar con los Uchiha simplemente pide un cambio de equipo y ya.
-Lo pensaré…-sonrió con solicitud y bebió su copa Naruto.- pero por el momento necesito descanso.
De pronto la vio venir, ella caminó hacia esa mesa impetuosa y molesta. Ino la tomó de un brazo y le advirtió que no se vería bien lo que haría. Pero Sakura no podía reprimir los deseos y la culpa que la devoraban. Atravesó el círculo de hombres sentados en ronda y parándose frente a Naruto extendió su mano.
-Baila conmigo.
El ambiente se congeló, Naruto había bebido bastante y maduraba una respuesta nada amable. ¿Quién podría culparlo? Era cierto que nadie manda en sus sentimientos, pero eso también aplicaba para el hombre. ¿Acaso Sakura no sabía lo que producía forzando a Naruto de esa manera? Si Naruto la comenzaba a odiar, algunos de los hombres alrededor podrían sentir justificado el rechazo. No obstante el Uzumaki llenó su copa sin decirle nada, y se dispuso a seguir sentado. Era claro que no estaba aceptando la situación humillante.
-por favor…-susurró Sakura dolida- baila conmigo. Todos tienes que bailar con la novia.
Podría haber dicho que no, todos eran conscientes que nadie le hubiera reprochado el negarse. Eso humillaría a Sakura que tendría que irse cruzando la pista sola. Los ojos de ambos se miraban fijos, Naruto pudo notar que ella en verdad lo deseaba. Que ella quería tener la oportunidad de hablar a solas. Y esa pista de baile sería el último encuentro íntimo para ambos. Naruto estaba muy seguro que esa reunión con Sakura, sería la última vez.
-Sakura-san –indicó Sai para cortar tensión- si quieres, puedo intentar bailar yo contigo.
-Por favor Naruto…-ella extendió más la mano con impaciencia- solo una vez más.
El Uzumaki la miraba fijamente, fueron segundos de duda interminable, pero finalmente sin dejar el gesto serio y adusto, bebió su copa y se puso de pie tomando la mano de la novia. Mientras ella lo guiaba al centro de la pista, Shikamaru y los demás se le quedaron mirando sorprendidos. ¿Qué clase de brujería le había hecho Sakura? ¿Cómo podía Naruto soportar la situación sin decir nada?
-debe gustarle el dolor…-señaló negando con tristeza Kiba- sino….no puedo entenderlo.
Shikamaru no dijo nada, pero por alguna extraña razón esa actitud de Naruto no acababa de gustarle nada. Algo raro había en su proceder, aunque no podía precisar el qué. Del tiempo que conocía a Naruto, se había dado cuenta de lo importante que era para el Uzumaki los lazos de amor y amistad que había creado con Sakura y Sasuke. Lo realmente duro que había luchado por defenderlos. Lo fuerte que se había vuelto por conservarlos. Sakura no necesitaba ninguna "brujería" para obtener todo de Naruto. El rubio simplemente lo daba sin pedir nada a cambio. Era desafortunadamente su forma de amar. No obstante, las actitudes de Naruto Uzumaki ese día eran muy sospechosas. Antes de boda, todo el mundo lo vio animado y les pareció que había hallado la forma de detenerla. Después de la boda, estar en la fiesta y verlo pasarla razonablemente bien.
Era un misterio, y Shikamaru Nara cada vez le agradaba menos no saber cómo resolverlo.
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En el centro de la pista, se miraron y giraban lentamente. Naruto estaba rígido, desde que ella lo arrastró al baile, que no había dicho una palabra. Se miraron a los ojos, y mientras los verdes de Sakura brillaban como nunca esa noche. Los ojos azules de Naruto se notaban fríos, casi grises y sin vida. ¿Cómo explicarle el amor? Ella evidentemente nunca lo había entendido. Ese era el motivo principal del silencio. No existían más palabras o acciones que le permitieran a Naruto hacerla entender.
-me alegro que hayas venido a la fiesta – dijo ella- veo que te estas divirtiendo.
El no respondió, ni siquiera hizo un gesto.
-realmente quería bailar contigo –sonrió ella apenas- después de todo, eres mi mejor amigo. Te vi con Ino y bailas muy bien. ¿Dónde aprendiste a hacerlo?
Él le dio un giro en el baile y volvieron a estar frente a frente, pero seguía completamente en silencio. Cada tanto Naruto miraba a su entorno, su actitud era la de un hombre cumpliendo una ceremonia por compromiso. No eran ni por asomo una pareja bailando al unísono. Solo dos personas moviéndose al son de una música cualquiera. Pero claramente no había cercanía, ni complicidad, ni intimidad.
-Lamento lo que sucedió en el templo – la sonrisa de Sakura se fue apagando al verlo impasible- Sasuke-kun no tenía a quien más pedirle ser su padrino. No lo hizo apropósito, ¿lo comprendes verdad?
Siguieron bailando, y él no respondió nada. Solo ella que intentaba alcanzarlo y pedirle perdón, intentaban no perderlo completamente. Pero nada de lo que Sakura hacía o decía, parecía surtir algún efecto sobre el hombre. Los segundos trascurrían y el riesgo de que la música terminara generaban en Sakura cada vez más desesperación.
-seguro piensas que me equivoqué ¿cierto? –Intentó ella no pudiendo ocultar su nerviosismo- que tu debías ser el novio en esta fiesta. No entiendes que soy la mujer para un Hokage –El tan solo siguió mirándola sin emoción- ¡por favor di algo!
Cuando ella levanto la voz, Naruto se separó bruscamente para retirarse de la pista. Le dio la espalda dispuesto a irse hasta de la fiesta. Y Sakura desesperada se aferró a su cintura tratando de pararlo. Naruto era una jodida bomba a punto de estallar. Su estómago estaba lleno de ira contenida, de frustración. Que Sakura justamente fuera la que presionara el silencio, no ayudaba en nada. Dolía mucho, con un dolor que Naruto estaba soportando estoicamente durante meses. Y sabía que no podía hacer nada.
-¡NO! No me dejes…- dijo Sakura olvidando su dignidad de novia y abrazándolo por detrás- baila conmigo te lo suplico. Siento haberte gritado. Nunca lo volveré a hacer, lo prometo.
El pareció pensarlo, pero finalmente se giró de nuevo y volvieron acercarse para danzar, solo que ella se aferraba aún más fuerte que antes. Pasaron algunos segundos, donde el silencio fue la lengua nativa, pero Sakura necesitaba estar segura que él estaría bien. Aunque la odiara, aunque jamás volviera a hablarle. Al menos él podría tener una esposa de familia poderosa, y acceder al puesto de Hokage. Su gran sueño.
-al menos háblame Naruto…-le susurró apenas- solo esta noche. Sé que te hice daño, sé que ahora me debes odiar por que no pude corresponderte. Pero no dudes que te quiero, no pongas en duda que pienso en ti. Me preocupas cuando estas herido, cuando pasan los días y no regresas de misión, cuando entrenas de esa manera peligrosa que acostumbras. Este casamiento no es el fin del mundo…-dijo alejándose levemente para mirarlo a los ojos- tu futuro es enorme, pronto serás Hokage y encontraras a una mujer perfecta para ti y tu posición. Ah y….-sonrió pícaramente tratando de distraerlo- Ino Yamanaka parece estar interesada en ti, ten cuidado con la cerda.
Naruto emitió una leve sonrisa, era poco menos que nada pero el cambio alentó a Sakura. No sabía por supuesto que ese gesto de Naruto, estaba dedicado a la ironía del comentario sobre ser Hokage. Ya que hacía poco tiempo había rechazado la velada oportunidad.
-¿no me dirás nada? –Indicó aun sonriente la pelirosa- pienso que siempre seremos amigos y con el tiempo nosotros volveremos a…
Naruto dejó de bailar en el instante que la música finalizó. Ella había estado distraída pero él había seguido cada compás de la música esperando su final. Sin decir nada, se inclinó en forma de reverencia frente a Sakura y antes que ella pudiera entender que ocurría, se fue del salón dejándola con la palabra en la boca. Ya no volvió a la mesa con los amigos, sino que fue a la salida directamente.
El único motivo por el cual Naruto había permanecido y hasta cierto punto "disfrutado" era por la conciencia del porvenir. Estaba muy seguro de lo que haría a continuación. Esa noche, el dolor y la desesperación se iban a terminar. Aquella fiesta, si bien la ocasión no era feliz para Naruto, se constituyó en su última fiesta. Beber con amigos, saludar a las personas que apreciaba y ver a Sakura vestida de novia. Verla caminar hacia el altar y disfrutar de la ilusión de que ella lo hiciera para acompañarlo, ignorando la presencia de Sasuke. Definitivamente no pudo ser, pero el recuerdo de la mujer que amaba vestida como una princesa, era digno premio al sacrificio de trascurrir ese día meramente como padrino de bodas. Nada fue gratuito para Naruto Uzumaki en su vida, y esa última noche tampoco lo había sido.
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Caminó de regreso a su apartamento lentamente, como disfrutando del paseo. Aun el perfume de cerezos lo seguía a cada paso, impregnando su noche de una tristeza única. Naruto Uzumaki no había dicho una palabra. Pero no tenía que ver con un castigo, ni por un capricho. Simplemente no existía frase alguna para expresar todo lo que sentía. Los vanos intentos de Sakura por hablar, no tenían razón de ser, porque las palabras no compensarían los hechos. Ella no era suya, ella seria de Sasuke. No importando el tiempo, el esfuerzo, el amor que Naruto había derramado en Sakura, ella no le pertenecía. Nunca jamás.
Durante su recorrido a la soledad de su casa, Naruto Uzumaki recordó el pasado. Una triste noche, hace mucho tiempo. Una noche que se parecía demasiado a esta. Apenas era un niño, cuando el festival de hoja había terminado en un brutal ataque de varios aldeanos a ese pequeño que todos odiaban. Naruto recordaba sin mucho detalle la paliza, pero lo que siempre recordaría fue el día después.
Despertó en una cama del hospital, envuelto en vendas como si fuera una momia. El viejo Sarutobi le pedía perdón, le aseguraba que enviaría a sus ninja para que lo cuidaran día y noche, aunque esa promesa fuera inconsistente. Naruto no recordaba la golpiza, pero el rostro apenado del anciano. Sus ojos, profundos y llenos de impotencia. Sabiendo lo que debía hacer como Hokage, y deseando actuar por cuenta propia para devolver la agresión a esos hombres y mujeres desconocidos. Con las manos atadas.
Naruto se recordaba a si mismo sonriendo, y asegurándole al pobre viejo que nunca andaría hasta muy tarde por la villa nuevamente. Que se ocultaría, y cuando fuera más fuerte se convertiría en el mejor Hokage de todos. Un hombre tan poderoso que jamás ningún niño volvería a sufrir en la aldea. Y el viejo Sandaime sonriendo con tristeza, y dejándole unas palabras que Naruto por siempre recordaría:
"-tienes un corazón enorme Naruto….-le dijo el Hokage- nunca lo traiciones, siempre síguelo hasta el final."
Y el joven Uzumaki obedeció. Se prometió a si mismo nunca rendirse, se prometió seguir los designios de su corazón hasta las últimas consecuencias. En cada batalla, en cada prueba, en cada piedra que encontró por los caminos recorridos, Naruto Uzumaki siempre había escuchado a su corazón. Pues bien, unas pocas cuadras atrás en la fiesta, buena parte de su corazón había sido exterminado. ¿Cómo seguir? ¿Cómo continuar cuando desde el fondo de su alma solo había vacío?
Algunos minutos después, luego de un largo y lento paseo por la silenciosa Konoha, Naruto regresó a su apartamento finalmente. Tomándolo de su brazo estaba acompañándolo el silencio, durante los últimos meses había cerrado la boca lo suficiente como para escuchar su presencia. El silencio constante, el silencio en toda su vida. Un cuarto vacío, un apartamento sin nadie más. Naruto sin embargo estaba dispuesto a cumplirle a su corazón. Tal como había jurado, hacía ya muchos años.
-(deberías irte a dormir cachorro, -argumentó el Kyuubi desde el interior- el alcohol no es amigo del buen juicio)
El zorro lo suponía, aunque Naruto no hubiera exteriorizado lo que ocurría, la criatura podía ver el mundo atraves del humano. El zorro conocía el final del camino, pero aunque en retrospectiva era el principal beneficiado, no le apetecía para nada el costo.
-Eres buen amigo Kurama…-sonrió Naruto ingresando a su casa- eres mi mejor amigo, y fuiste mi escudo en peligrosas batallas. ¿No debo lealtad a nuestro equipo?
-(70 años humanos no significan nada para mí-sostuvo el zorro indicativo- no tienes que hacer nada estúpido para ayudarme. Será en su momento, cuando llegue tu hora)
-la sangre Uzumaki es la única que puede contener tu poder, -añadió Naruto- si acaso Sakura-chan hubiese aceptado mis sentimientos, probablemente tendrías que esperar mucho más tiempo para ser libre. Pero ella ama a otro hombre, y no arruinaré la vida de otra mujer fingiendo que la quiero. No le daré hijos a esta aldea, para que tú sigas prisionero.
-(No tienes la obligación de…)
-Mito Uzumaki fue traída a esta aldea para contenerte, -dijo Naruto cortante- también mi madre tuvo esa función. Ahora me ha tocado a mí pero a diferencia de ellas, tú y yo somos equipo. No soy tu prisión, ni tu carcelero.
Mientras mantenían esa conversación, Naruto sacó de un armario en su cuarto, un estuche que había heredado de sus padres. Lo colocó sobre la mesa del comedor, su apartamento estaba sucio y desarreglado. No tenía muebles caros, no tenía casi nada en material. Su vida había sido de carencias y coraje. Pero ciertos límites se habían roto, los lazos de aquel viejo equipo que fue lo único que mantuvo al Uzumaki cuerdo en medio de tanta locura. Y Naruto no estaba dispuesto a ceder lo poco que restaba de su dignidad.
-(¿Qué piensas hacer Naruto?-consultó la criatura con preocupación al ver el contenido del estuche- ¿acaso has perdido la cabeza?)
-No Kurama… -sonrió el rubio apenas tomando el instrumento guardado- pero hace muchos años jure que por siempre seguiría a mi corazón. Y como Sakura-chan se fue para siempre de mi vida. Esto es lo que quiero ahora, es lo desea mi corazón. No puedo estar junto a ellos. Deseo verla feliz, pero no voy a poder soportar verla con otro. He perdido a mi amor, y también a mi mejor amigo.
-(estas completamente loco….-aseguró el Kyuubi- esa humana no merece nada de…. ¡tú juraste ser Hokage!)
-Ahora lo soy… -sonrió el rubio levemente- Tsunade-obachan me lo ofreció el otro día. Llegue a concretar mi sueño. Si no acepté el cargo, fue porque no deseaba vivir sin amor. Sin Sakura-chan, no soy nadie, no valgo nada. No tengo a quien proteger, no tengo a quien amar, no tengo razones para ser mejor. No puedo mirar a otra mujer a los ojos y seguir deseando hasta la muerte que ella sea mi Sakura-chan. Que Sakura-chan sea la madre de mis hijos. Que me ayude, que me rete a los gritos cuando crea que estoy equivocado. Que me convierta en alguien mejor.
-(existen mil humanas mejores. ¡Millones de hecho! –Apuntó el zorro- esa tonta ni siquiera es capaz de ver cuánto te necesita. ¡No desperdicies tu vida por alguien así!)
-no quiero desperdiciar mi vida Kurama, -señaló Naruto sonriendo- solo ser libre. Ese es mi camino ninja. Quiero dejar de sentir este dolor. Quiero dejar de sentir el silencio y la soledad. Sin los lazos que hasta esta noche tenia, lo único que me quedan son cadenas. Y no quiero estar encerrado, no puedo soportarlo más. No puedo sonreír falso nunca más.
El demonio continuo hablando, usó decenas de argumentos, cientos de conceptos, mil métodos para torcer la voluntad de su contenedor. Pero Naruto ya no le respondió, se dedicó a escucharlo en silencio y a escribir una carta.
Su última carta….
Fin del capítulo.
