Reto de la comunidad de 10muses
Personaje: Yukimura Seiichi
Disclaimer: Personaje de Konomi Takeshi
Ninguna advertencia hasta ahora.
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Musa #1 Almohada
Algunas de las cosas que Yukimura jamás olvidaría de su adolescencia eran los campeonatos ganados con Rikkai Dai y su enfermedad. Estaba de más decir que su vida se encontraba en juego por aquella operación y los interminables días en el hospital que eran en ese entonces, una triste rutina.
Caminaba hacia ningún lugar en particular para llegar nuevamente a su habitación y recostarse en su cama. De vez en cuando los niños que estaban ahí lo visitaban para pasar el rato, ellos decían que la pasaban bien con él. También lo iban a ver sus compañeros de equipo para estar al día con los partidos que jugaban a medida que avanzaban a la siguiente fase, o simplemente para hacerle compañía.
La fecha crucial se acercaba y estaba más que consciente que dependía de ese día, de ese momento seguir viviendo. La noche anterior a la operación no pudo dormir, por más que mostrase una apariencia tranquila a todo el mundo, a él no se podía engañar, tenía miedo. Miedo de dejar a sus compañeros en pleno campeonato mientras se aferraba fuertemente a la almohada y hundía más su cabeza contra ella, ya era una costumbre ocuparla de consoladora. El día de mañana sería decisivo...
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Los niños que aún quedaban en el hospital lo despedían entristecidos, sería el último instante que podían compartir juntos. Seiichi les sonreía calmadamente, asegurándose de conversar con cada uno de ellos. Echó un vistazo a su dormitorio temporal y sus ojos se clavaron directamente al objeto que estaba entre una frazada.
—Yukimura-kun, es hora de partir —una enfermera se acercó al costado del chico, avisándole amablemente. El muchacho entró y tomó la almohada mirando a la mujer.
—¿Me la puedo llevar?
—No creo que haya algún problema —Yukimura le sonrió feliz, más que nada por haber salido de una y de la más importante. Ahora lo primordial era acompañar a sus colegas en la ardua tarea de continuar batallando en el campeonato nacional, asumiendo el rol de capitán, ese que todos respetaban y que todavía siguen haciéndolo.
Por mientras guardó la tan preciada almohada para llevarla a su hogar.
