Prueba de matemáticas cruel, fue mi perdición, para desahogarme escribí un poco de USxUK para ustedes *3*

Pareja: Estados UnidosxInglaterra.
Disclaimer: Hetalia y todos los personajes que lo conforman no me pertenecen y no hago esto por fines monetarios. El respectivo dueño es Himaruya Hidekaz.
Advertencia: Un sillón feo y malvado.

Porque Arthur disfrutaba de las cosas antiguas que permanecieran por el tiempo y no variaran frecuentemente, yes, ese era él. Hasta que ese día decidió que ya era suficiente, tenía que deshacerse de ese puto y desgraciado sillón en la sala de Estados Unidos, era amplio elegante y lindo pero ya estaba viejo. Y tenía un grave problema que tendría que solucionar con el americano respecto a su "comodidad".

Ambos sentados seriamente en el living comenzaron a hablar, el anglosajón empezó dando pequeños sorbos de té.

–Alfred, esta conversación tenía que llegar algún día–

–¿Qué quieres decir? ¿me vas patear? ¿es eso? –

–¿De qué hablas? –

–¿Es porque anoche te di tres rondas en vez de cuatro? ¿es por eso? ¡te puedo dar más duro si quieres! –

El inglés se sonrojó precipitadamente ante los disparates que decía su pareja, no quería que le dieran más duro -bueno quizá sólo un poco- simplemente a veces el menor podía ser muy pervertido, le dieron ganas de sacarse un zapato y arrojárselo pero eso sería poco masculino para el caballero que él representaba.

–¡Joder no! –

–¿Entonces qué? –el americano chillaba desesperado, las conversaciones serias no eran lo suyo y siempre que el inglés lo citaba al sillón creía que lo iba a dejar por otro y él se quedaría abrazando a una almohada que no podía amar -y con la cual no podía tener sexo- y no a Inglaterra

–Es el sillón–

–¿Qué? ¿el sillón es tu amante verdad? ¿es porque él es más cómodo que yo? ¿es porque no habla verdad? –gritaba histérico su pareja tomándolo de los hombros.

El inglés no concebía que el americano pudiera pensar que su amante secreto fuera un sillón ¿qué tan enfermo creía que estaba? -quizás lo suficiente para seguir aguantando al americano- era otro el problema que tenía y costaba decirlo y con ese griterío más.

–Quiero cambiar el sillón…–susurró rojo por lo siguiente a decir, hizo incluso una pausa prolongada –Porque cuando tenemos sexo y me empujas contra el sillón… un jodido resorte me lastima la espalda, duele...–

–¿Era eso? –

–Yes…–susurró despacio.

–¡Awww, Iggy eres tan lindo! ¡por ti compro miles de sillones nuevos! –se abalanzó hacia él para hacerle cuatro veces el amor en su pieza y comprar mañana mismo el nuevo sillón, por Arthur y por hacerle "cositas" sería capaz de comprarle cualquier cosa.

Al siguiente día había un reluciente sillón llegando en un gran camión a la casa del americano, se lo mostró a Iggy con fervor mientras lo hacía tocar la cubierta que tenía, el inglés le dio una aceptación pequeña.

–Bueno… vamos a "probarlo" –le dijo con una lujuriosa sonrisa Alfred refiriendo a probarlo de la manera -pervertida- linda y traviesa.

–¿Aho-ra? –

–¡Mejor ahora que nunca! –y arrojó al inglés al reconfortante sillón, allí si que disfrutaría como se lo merecía.

Porque cuando hay que cambiar las cosas hay que cambiarlas, y cuando había que probar cosas nuevas -y más con Inglaterra- Alfred estaría de lo más feliz de cumplir todos sus deseos y caprichos.

N.A: ¿Qué peor que hacerlo en un sillón con un resorte pegándote en la espalda? ¡nada! jajaja, cuídense, y sigan esperando por más USxUK de mi parte, se los daré :D