Hola chicas esta es mi nueva historia espero que les guste
Capítulo beteado por Pulpi Mortensen, Beta de Élite Fanfiction
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DESDE EL COMIENZO
PRÓLOGO
Me llamo Isobell Zambrano, más conocida como Isabella Swan. Soy hija de un policía de un pueblo pequeño al norte de Washington, pero esa no era realmente mi historia. Soy una Original, la primera, nací en el 437 d.C., es decir que tengo 1577 años. Fui hija de una hechicera y un humano. Tuve una infancia feliz, donde mi mamá cada año que pasaba quería desarrollar mis poderes de bruja para convertirme en la bruja más poderosa que haya existido. Cuando era niña, alrededor de los once años, oí a mi mamá haciendo un conjuro con mi collar, el escudo de mi familia. En idioma antiguo decía:"En quinientos años nacerá el pretendiente perfecto para mi hija, para eso se convertirá en híbrida mitad vampiro y mitad hechicera cuando cumpla diecinueve años. En cuanto se vean por primera vez sentirán la unión, al instante él la querrá proteger ante todo. Ella sólo podrá sentirse cómoda y segura con él y nadie más, no podrán ver a nadie más como pareja, él también será un híbrido, pero ni siquiera su parte más salvaje la podrá dañar. Mientras ella sea inmortal no habrá nadie que los pueda matar. Este hechizo durará hasta el fin de los tiempos, no habrá nadie que lo pueda destruir".
Al día siguiente de llegar fui a la casa de los Salvatore, para hablar con Damon y decirle que lo había perdonado, pero lo encontré discutiendo con alguien que estaba de espaldas a mí.
—No me interesa lo que digas, Klaus, sólo mantén a tus híbridos lejos de Elena — dijo enojado
—Claro que no, yo puedo hacer lo que quiera —negó él que tenía una voz hermosa y muy llamativa para mí.
—Eh, disculpen chicos… —Ahí se dieron cuenta de mi presencia; el chico se dio vuelta, y me di cuenta que era él, el que mi madre hay a dicho en el hechizo, mi verdadero amor, con quien tendré que vivir mi vida para siempre—. Mejor me voy.
Me encontraba en mi valle favorito con mi amor caminando, estaba muy sumergida en mis pensamientos.
—¿En qué piensas, amor? —preguntó Klaus acariciándome el cabello.
—En nosotros y lo que hemos vivido —dijo sonriéndome.
—Aún no puedo creer que exista una criatura tan perfecta como tu pequeña —señaló haciéndome sonrojar.