¡He vuelto!
Sí, estoy aquí otra vez, que pesadilla.
Por los viejos tiempos, vuelvo a mis inicios, a mi gran inspiración. Solo espero que os guste y que esto salga bien. Quiero dar las gracias a RachelRoth25 por su review de abril de 2016 en "Detective Chico Bestia", que fue quien me dio la idea para esto y llevo desde entonces trabajandola.
Introducción
Hacía ya tiempo que lo sospechaba, pero nunca imaginó que terminaría así. Ella siempre había sido muy observadora, muy perspicaz; todos decían que lo había heredado de su padre, ese ser en el que confiaba ciegamente, era como un héroe. Como uno de verdad.
La sangre nublaba su visión. Espesa, cálida, escarlata, resbalaba desde su sien y caía por el único orbe esmeralda con el que aún podía ver algo. El otro se hinchaba progresivamente, y estaba segura de que lucía un bonito color morado, debido a la paliza. La tierra temblaba, pero no era ese movimiento agitado el que no le permitía tenerse en pie, o al menos alzar medio cuerpo para divisar mejor el entorno, si no la debilidad de su cuerpo. Veía bultos a su alrededor. Cuerpos. Sí, lo eran, y los conocía, porque allí no había nadie más que ellos. Ellos y el hijo del diablo. Él los había dejado así, machacados, inertes e inconscientes. Si tan solo pudiera arrastrarse hasta uno de los cuerpos más cercanos, si pudiese atinar a encontrar a ese compañero y poder decirle…
El tiempo se agotaba y la tierra aumentaba sus sacudidas por momentos. Podía escuchar el estruendo de las rocas desprenderse del techo y caer al suelo con gran estrépito. Y a pesar de la situación se sentía afortunada de que aún no hubiese un enorme trozo de piedra asentado sobre su cabeza. Las ensordecedoras risotadas del enemigo persistían y flotaban en el aire con un eco aterrador. Quería dejar de oírlas, hacer caso omiso de su presencia, pero eran lo único que aliviaba su dolor físico, porque se le calaban en lo más profundo de su ser, anunciando su triste y patético final, y en su mente, haciendo inevitable las visiones de distintos finales, y ninguno dejaba vivos en aquella cueva. Al menos no a ellos. Extendió el brazo hacia una de las manchas desenfocadas que alcanzaba a ver, tiradas por el suelo, como sacos de dormir tirados al azar para hacer bulto, como si no fueran personas. Dolía. No sabía por qué, pero luchaba por alcanzarlo, como si aquello fuese su único salvavidas. ¡Qué tontería! Pero sentía la necesidad de hacerlo. Apenas podía articular palabra, pero su fuerza de voluntad era superior a todo lo demás. Las risas sonaban más fuertes, más cerca. Reptó como un débil gusano hasta su objetivo y consiguió tocarlo, agarrarlo, y su atacante no dudó en dejar caer su pie sobre su brazo, como si tratara de partirle los huesos, si es que quedaba alguno entero, y la obligó a levantar la vista, aunque solo fuese para profesarle todo su odio como último e inútil ataque.
Su mirada se encontró con aquellos ojos rojos llenos de maldad, mientras que su expresión era de burla y superioridad, la suya propia solo expresaba asco, repugnancia y el odio más profundo que había sentido jamás. Supo que había movido los labios, pero apenas pudo escuchar el sonido de su propia voz, tan débil como el fino hilo de cordura que aún ligaba su cerebro con el mundo real, y las nuevas risotadas de su atacante taparon sus últimas sílabas antes de dirigirse a ella, con su despreciable y altiva voz. Ni siquiera quiso oír lo que le decía, no podía ser nada bueno, así que prefería ignorarlo. Se limitó a mirar al cuerpo que yacía junto a ella, el que acababa de alcanzar, y susurró unas palabras que ella misma si pudo oír.
Su voz lastimera tapada por el ensordecedor rugido de las paredes resquebrajándose fue la que le arrebató la poca energía que conservaba. Todo se tornó oscuro y borroso, hasta que finalmente la sumió en la más tenebrosa oscuridad.
Tranquilos todos, que solo es la introducción. Quiero regalaros el primer capítulo en breve, si veo que hay ganas de seguir leyendo. Es cortita porque no quiero dar demasiada información de buenas a primeras, hay tiempo para todo.
See ya!
