Hace cinco años su esposa había muerto protegiendo a su único hijo, y hace cinco años que él había estado tratado de criar y educar a ese niño, y a decir verdad era difícil, demasiado difícil. Él siempre pensó que Lily sería quien pondría la disciplina y él se encargaría de los regalos, las bromas, los paseos, él sería el padre bueno. Pero después de ese Halloween, él había tenido que aprender a cambiar los pañales, a poner reglas, a dar castigos, a poner límites, sí…., criar a su hijo no era fácil. Pero también tenía sus recompensas, Harry era un saludable niño de seis años, era educado, dulce, callado, todos quienes lo conocían lo amaban, él niño tenía un encanto arrollador y una inocencia que era simplemente increíble. Además habían otras ventajas, sí, siempre existían las ventajas añadidas.
