CAPITULO 1

Cualquiera que le viera pensaría que no era la persona más responsable de toda la escuela. De hecho ya habían pasado varios minutos desde la hora de entrada y ella continuaba quieta sin hacer nada en absoluto.

Permanecía quieta mirando por el cristal como si el exterior fuera a revelarle un importante secreto y ella estuviera ahí para escuchar atentamente al viento que hacía remolinos con las hojas secas del jardín. Cualquier secreto que le dijera ella quería saberlo.

Era una chica alta y delgada. Su cabello lucía un color blanco y permanecía atado a dos listones en dos coletas. Las facciones de su rostro eran delicadas y suaves. Su delgado cuerpo armonizaba con el uniforme escolar y sus dedos jugueteaban con el barandal una y otra vez. En esos momentos sus ojos se veían atentos a todo lo que pudieran ver, estaba atenta también a cuanto sonido percibía y de vez en cuando retiraba su cabello de la cara para mirar con más atención.

Alguien se acercó a ella.

-¿Señorita Lineth? –preguntó el hombre.

La chica hizo un ademán afirmativo.

-Venga conmigo, la presentaré con sus nuevos compañeros.

La joven siguió al hombre y sin dejar de mirar el lugar con cuidado.

-¿Qué grupo se me ha asignado?

-Segundo A.

La chica frunció un poco el ceño y ladeó la cabeza.

-Confío en que encuentre muchas amistades –continuo hablando el hombre.

Una sensación la desconectó de la platica, se detuvo en uno de los salones y miró interesada el interior. El maestro aun no había llegado y los alumnos estaban de pie. Uno de ellos, una chica rubia peinada con dos chonguitos, parecía discutir con otra de algo serio.

-Señorita Lineth –llamó el profesor –Ese es uno de los salones de primer grado. El suyo esta por acá.

Ella avanzó hasta alcanzar al profesor y llegaron juntos hasta un salón que parecía más serio que el anterior. Cuando ella entró pudo sentir cierto rechazo y mientras el profesor la presentaba pensó que extrañaría su querida escuela anterior.

Pensó que con la presentación del profesor había sido más que suficiente, así que buscó un lugar vacío y se sentó.

-Será un día muy difícil –murmuró sacando la libreta y el lapicero para apuntar algo de lo que explicaba el maestro.

*******

-No necesito que una niña me regañe por que mí vuelo se retrasó –dijo la voz desde el otro lado del auricular.

-Sólo estaba preocupada por ti –argumentó una joven pelirroja que sostenía el auricular del teléfono público con cuidado mientras sus ojos se concentraban en la gente que paseaba por la calle. –Creí que te había ocurrido algo...

-Nada me ha ocurrido –aseguró la otra persona. –En todo caso lo que me podría pasar en este momento es morir de aburrimiento mientras espero a que se levante la huelga en Francia, cherrie. Por cierto. Creo que va a ser más tiempo del que esperábamos.

-¿Cuánto?

-No lo sé... dos o tres días tal vez... qué sé yo.

-Comprendo.

-Ese es tu trabajo, linda... Ahora si me permites tengo que anunciar mi llegara a Japón a una querida amiga mía...

-Como quieras –dijo la pelirroja.

-No hagan ninguna locura sin mí, cherrie, recuerda que somos un equipo.

-Lo tendré en cuenta –la joven colocó el auricular en su lugar y suspiró. Era una niña de 14 años vestida con un uniforme gris tipo sastre. Tenía el cabello rojo hasta los hombros y los ojos del mismo color. Su estatura era muy baja, pero por el momento no parecía pensar en ello.

Había cosas más importantes en las cuales pensar.

El destino, por ejemplo.

*******

-Es un evento importante. Me parece que los mejores proyectos serán expuestos en ese lugar... ¿piensa ir, señorita Lineth?- preguntó la joven interesada mirando a la nueva compañera.

-Leo –dijo ella.

-¿Perdón?

-No me llames, "señorita Lineth"... prefiero que me llames por mi nombre...

-Oh... disculpa... Leo.

¿Qué se habían pensado? Solo era una alumna nueva. No tenían que tratarla como si fuera un mensajero divino.

Eso era lo que ocupaba la mente de Leo sin animarse a interrumpir las disculpas de su compañera. Se cubrió la boca para disimular un bostezo y se levantó decidida a terminar con eso.

-Esta bien –dijo tomando sus cosas. –aunque creo que no es necesario que participe en ese evento.

-Por supuesto que no, señ... em... Leo.

Leo no dijo nada esta vez. Dando un gran suspiró salió del salón y apretó su almuerzo pensando en un buen lugar para comerlo en paz.

Mientras paseaba por el pasillo pudo sentir algo especial. Se trataba de una chica muy "notable" que sin duda alguna estaría preparando su proyecto. Cerró los ojos momentáneamente y la imagen de una joven de cabellos cortos y azules apareció como un chispazo. Después se vio una luz intensa para inundar  el lugar de un profundo y miserable ambiente de muerte.

Leo abrió los ojos y se detuvo. Volteó viendo uno de los salones de primer grado e interesada se asomó por la puerta.

Había cuatro personas ahí. Una chica alta de cabellera café atada en una coleta viendo a otras dos chicas rubias jaloneando una libreta, seguramente alguna tarea, pensó Leo. La cuarta joven estaba sentada y miraba también con cierta resignación y algo de temor el cuaderno.

-Esa niña puede ser un buen inicio –murmuró Leo pasando de largo.

Finalmente el cuaderno cedió ante la mirada de sorpresa de Lita y Ami acompañada de un grito de Serena y Mina.

-Yo se la había pedido primero –dijo Mina.

-Pero yo siempre le pido la tarea.

-Chicas no importa... –Ami se levantó de la banca. –Haré la tarea de nuevo.

-Pero aun esta tu proyecto científico –intervino Lita.

-El proyecto ya casi esta terminado, solo me falta agregar una breve explicación de lo que presentaré y listo. Espero que puedan ir.

-Temo que yo no podré –se apresuró a decir Lita. –El club de cocina piensa hacer una reunión justo a esa hora.

-No te preocupes, Ami... Mina puede ir –dijo Serena sonriendo.

-Por supuesto, Serena me acompañará –contraatacó Mina.

-Gracias, chicas... verán que será muy divertido.

*******

Por fin habían terminado las clases.

Leo salió con la mochila en las manos esperando que su amiga no tardara tanto en llegar por ella. Sin embargo en cuanto la vio pensó que había sido ella quien había tardado un poco.

Estaba recargada en una orilla de la puerta con su mochila en las manos y la mirada baja.

-Espero que no hallas esperado mucho –dijo Leo.

-No tanto de lo que tuve que esperar a que acabaran las clases –dijo la otra con una sonrisa.

-¿Qué tal el primer día? –preguntó Leo.

-Horrible... todos pensaron que era una especie de salvador para el equipo de voli bol y me invitaron a jugar... pero eso no es lo que importa.

Comenzaron a caminar juntas hasta que Leo volvió a mirar a su amiga.

-¿Has tenido noticias de Yoshie?

-Su avión se retraso... así que no podemos contar con ella en algún tiempo.

-He sentido algo, Hinori –dijo Leo con más seriedad.

Hinori no dijo nada y continuó caminando.

Finalmente llegaron a su departamento  y la pelirroja preguntó:

-¿Un espíritu fuerte?

-No podemos estar seguras de lo que distingue a este lugar, sólo sabemos que es aquí donde la princesa se encuentra, no me extraña que personas importantes le acompañen.

-Ahhh... en todo caso sabemos que es el punto de partida. Sin embargo, Leo, nada nos obliga a dejarlas intervenir.

Hinori abrió la puerta de su departamento y entraron juntas.

-Entiendo. ¿Crees que Death Lady pueda escapar por su propia cuenta? Hasta ahora no he percibido ninguna fuerza negativa.

Hinori no respondió a eso.

-Hasta ahora sólo hemos sido guiadas por el instinto –dijo Hinori. –Confío en que hagamos lo correcto, de otra manera de nada habrá valido que un guerrero despertara en nosotros.

-Pronto habrá un evento en la escuela, como soy nueva me libre del proyecto, pero aun así quiero ir... –Leo cambió el tema con una sonrisa. Había preferido no mencionar que ahí estaría la joven que había localizado para no empeorar las cosas sin necesidad.

-Espero que ganes –dijo la pelirroja sin mucho interés.

-Esperaba que dijeras que irías –dijo Leo un poco decepcionada.

-¿Bromeas? –preguntó Hinori. –Una exposición de proyectos debe ser lo más aburrido que exista en este mundo.

A pesar de sus palabras sonrió. Hinori siempre había tenido reacciones parecidas. No le gustaba hacer las tareas ni perder el tiempo estudiando (como ella decía), pero lo cierto es que no lo necesitaba. Por su habilidad en el voli bol había conseguido una beca y se mantenía al corriente para conservarla. Después de todo gracias a eso había podido llegar a Japón.

-Vamos al cine –dijo Leo.

-Creí que querías hacer tu proyecto.

-Puede esperar.

*******

Finalmente algo bueno había ocurrido después de tanto tiempo de espera.

Al parecer las cosas comenzaban a movilizarse en el aeropuerto y por fin lograría subir a un avión para llegar a Japón.

-Creo que es mi día de suerte. –dijo mirando una pantalla que anunciaba el vuelo que tenía que tomar.

-¿Cuando llegarás? –preguntó alguien por el teléfono.

-Espero que antes de que termine la semana –respondió la chica.

-Cuando llegues llámame y podré ir por ti al aeropuerto.

-Eres un amor, cherrie.

Cuando Yoshie cortó la comunicación dio un gran suspiro sin dejar de mirar la pantalla. Guardó el teléfono portátil en la maleta y rogó por que el departamento no estuviera en malas condiciones cuando llegara, de otra manera tendría que pasar todo un día completo arreglando cosas que carecían de importancia por el momento.

"Extráñame", eso fue lo único que le dijo su padre cuando vio que no podría detenerla. Por supuesto que Yoshie había pensado muy detenidamente las palabras con las que le diría que lo dejaría para regresar cerca de su madre, pero no esperaba que se rindiera tan rápido y la dejara ir.

-Es lo malo de ser una niña mimada –dijo agarrando su maleta y avanzando por el pasillo. –A mamá le dará gusto verme...

********

Aburrido.

Esa era la descripción exacta que había dicho Hinori del evento de ciencia al que ella asistiría.

No se había equivocado mucho. A Leo nunca le había gustado hacer un proyecto porque sabía que no era una de sus mejores habilidades. Pero ahí estaba con una caja en las manos y un deseo enorme de que algo la sacara de ahí completamente librada de la humillación de tener que mostrar en lo que había trabajado sólo unas cuantas horas antes..

En el último momento había decidido que ese no era su evento, así que abandonó la caja en un sitio oculto y comenzó a caminar viendo los trabajos de los demás alumnos. Había cosas buenas. Incluso podía asegurar que cualquiera de esos chicos era mejor que ella. Pero, claro, la mayor celebridad estudiantil de Australia tenía que ser tratada con privilegios.

-Que tontería –dijo aburrida.

Ami Mizuno. Ese nombre llamó su atención a lo lejos y se acercó interesada.

Dos de las acompañantes de la chica parecían estar más en una feria que en un evento científico, para desesperación de Leo ambas estaban muy cerca y no podría evitar hablar con ellas al intentar conocer a la dueña del proyecto.

-Se trata de una planta energética a partir del agua –dijo Ami entusiasmada a Leo. –Con el movimiento del líquido es posible generar la suficiente energía para encender este pequeño foco.

Leo tosió un poco al entender que ella no lograría hacer algo parecido.

-Es muy... interesante... ¿No hay ya plantas energéticas de agua?

-No como las de Ami –dijo una de las chicas que estaba con ella.

Por supuesto que no. Las otras no movían el agua con tanta armonía. Pero Leo se guardó el comentario.

-Agua fría... ¿no es más fácil a temperatura ambiental? –pregunto de nuevo Leo esperando que respondiera Ami.

-De hecho el agua en ebullición genera más movimiento en las partículas.

¿Qué clase de respuesta era esa? Leo sonrió un poco.

-¿Tienes un proyecto también? –preguntó Ami interesada.

-Si. Acabo de tirarlo a la basura... Me llamo Leo Lineth.

-Ami Mizuno... ¿no era importante tu proyecto?

-Hay cosas más importantes que un proyecto. Las personas "especiales" pueden saberlo perfectamente.

-Si –dijo Ami sin comprender a lo que se refería con "especiales". -¿De que trataba tu proyecto?

Leo suspiró. Esa niña era todo un genio para evitar el tema. "Tal vez no este consciente" pensó para justificarla, pero a pesar de eso le pareció que no podía ser una buena respuesta del todo.

-Es algo parecido al tuyo, pero a partir del movimiento eólico.

-¿Qué? –preguntó Serena confundida.

-Me refiero al aire –dijo Leo exasperada -¿Te has molestado alguna vez en revisar un buen libro? –pregunto a Serena.

No había sido correcto. Leo lo comprendió al ver la expresión en el rostro de Ami y la otra chica.

¿Desde cuando era ella así? No había tenido tiempo para detenerse a analizar sus palabras ni el filo que llevaban, a pesar de eso pensó que no tenía que hacerlo.

Leo respiró profundamente lamentando lo sucedido.

-Lo siento –dijo la voz débil de Serena.

-No... Yo lo siento... –replicó Leo.

Ami vio como la chica se retiraba para después mirar a Serena un poco confundida. Antes de que pudiera decirle algo Serena se disculpó y corrió detrás de ella con Mina pisándole los talones.

-Es un proyecto interesante –dijo una mujer que se había acercado casi al instante. Tenía una larga cabellera de color verde claro y los ojos del mismo color, vestía de manera muy elegante con un montón de joyas tanto en el cuello como en las muñecas de la mano y parecía estar más interesada en Ami que en su proyecto. -¿Lo hiciste tu sola?

-Si... Puedo explicarle...

-Más tarde, preciosa... ahora tengo cosas más importantes en mente...

******

Hinori estaba caminando por uno de los pasillos de los jardines de la preparatoria pensando en si debía entrar o no. Sabía a la perfección que el evento era de lo más aburrido y lo último que quería era estar en un sitio así, sin embargo había algo que no comprendía del todo. Leo no tenía habilidad para hacer un proyecto. Si no la conociera a la perfección diría que intentaba aprender algo al respecto, pero sabía que esos asuntos le fastidiaban tanto como a ella.

Así que por eso estaba ahí. Había llegado hace unos minutos y ya se había perdido cuatro veces buscando el lugar correcto. En más de una ocasión pensó en abandonar la búsqueda, pero la sensación de que algo no estaba bien no la dejaba en paz.

Miró discretamente el letrero de uno de los salones que estaba un poco más adelante y le corrió una gota de sudor por la frente al comprender que ya había pasado por ahí hace poco.

-Demonios –mascullo aburrida.

Tal vez no era tan buena idea seguir los caminos.

Hinori miró con cuidado los jardines y después de asegurarse que nadie estaba cerca para verla atravesó la hierba húmeda y buscó el salón donde se suponía estaba Leo.

Sin duda hubiese tardado más con esa técnica. Pero unos gritos no muy lejos le llevaron al sitio correcto.

La pelirroja comenzó a correr hasta ver a varios alumnos salir rápidamente de un salón (que curiosamente era el que estaba buscando), con cuidado se metió por la parte de atrás y vio a través de una ventana lo que estaba ocurriendo.

Lo primero que pudo notar era que no se trataba de una broma simple. En el centro del salón había un monstruo, no muy grande, pero sí con una energía notable. Estaba haciendo tal escándalo que solo provocaba gritos mientras tiraba varios proyectos.

Otra cosa que pudo ver era que ya casi toda la gente había logrado salir. Toda excepto alguien en quien el monstruo se veía particularmente interesado.

Finalmente la vio a ella. Era una mujer de unos 25 años de edad que parecía ser quien comandaba al monstruo. Tenía el cuerpo cubierto de un vestido muy entallado color verde al igual que su cabellera y daba ordenes como desesperada.

Eso no era lo más importante. En una esquina había una estudiante que no había logrado salir. La víctima.

*******

Leo tenía la vista clavada en Ami y pensó en una manera segura de ayudarla. No podía hacer mucho en la situación en que se encontraba. Ya que hace apenas unos momentos Serena y su amiga la habían alcanzado asegurándose de que se arrepintiera por completo de ser tan directa en sus comentarios.

Aunque ahora eso no era lo más importante. Serena y Mina (a quien había tenido "el privilegio" de conocer hace poco) se veían más preocupadas y tensas por Ami que por ella. ¿Y como no estarlo?. Ami estaba en peligro.

Cuando Leo regresó la mirada a Serena y Mina para pedirles que se pusieran a salvo se encontró con que Mina ya no estaba.

Mayor fue su sorpresa cuando una chica vestida de traje de marinero color anaranjado apareció a un lado del monstruo y de la mujer segura de poder vencerlas.

-Soy Sailor Venus y te castigaré en el nombre del amor. –completo Mina.

-¿Eh? –preguntó el monstruo confundido y miró a la mujer -¿La elimino, Madame Jun?

-Por supuesto, estúpida –replicó la mujer sin mostrar interés alguno y se acercó a Ami.

Antes de que Sailor Venus pudiera correr para ayudar a Ami se encontró al monstruo justo frente a ella a punto de lanzar un buen golpe. Esquivo su puño por un pelo y le atacó con su cadena.

El ataque no pareció haber afectado al monstruo quien rió con la cadena ciñéndole la cintura.

-¿Es todo lo que tienes? –pregunto notablemente divertida a Sailor Venus.

-Acábala de una vez –repitió Madame Jun sin voltear a verla.

Leo vio que las cosas se estaban complicando. Buscó por todos lados algo que le sirviera hasta ver un objeto que parecía un bomerang.

-La dirección del viento puede ser alentadora pese a este objeto metálico –explicó Leo a Serena no muy segura de que entendería. –Solo tienes que apuntarlo en la dirección correcta y... ¡lanzarlo con todas tus fuerzas!

El objeto golpeó directamente el rostro de Madame Jun. La mujer se cubrió la cara quejándose y dándole oportunidad a Ami para escabullirse a un lugar seguro.

-Ahora corre lo más rápido que puedas –dijo Leo Serena viendo que Madame Jun las había localizado y comenzaba a perseguirlas.

-¿Madame Jun? –preguntó el monstruo solo con Sailor Venus. -¿a dónde se fue?

Sailor Venus preparó un ataque para eliminarla, pero en ese momento vio como una esfera de fuego se imputaba en el cuerpo de su enemigo y lo desintegraba por completo dejando solo las cenizas.

-¿Sailor Mars? –pregunto confundida volteando.

No era ella.

A quien pudo ver fue a una joven con un traje de marinero parecido (si no es que idéntico) al suyo de un obscuro color gris, su cabello era rojo totalmente al igual que sus ojos y a pesar de las ligeras curvas de su cuerpo parecía una niña por su corta estatura.

-¿Quién eres? –preguntó Sailor Venus.

-¿Por qué preguntas eso cuando sabes que esa mujer aun esta rondando? –replicó ella molesta. –Hay que detenerla.

Antes de que Mina pudiera contestar o disculparse la guerrero comenzó a correr en dirección a la salida trasera. Justo por donde había salido Madame Jun persiguiendo a las chicas.

*******

No podía continuar corriendo.

Leo se detuvo dejando que Ami y Serena continuaran avanzando, a la velocidad que iban seguramente la dejarían atrás por una buena distancia y podría saber que era lo que quería esa mujer realmente.

Esperó hasta que la mujer apareció y frunció el ceño.

-Tonta... Ese golpe que me diste me dolió.

-¿Qué es lo que buscas?

-No te importa –dijo Madame Jun –De cualquier manera vas a morir.

-Espero que no sea la Celda –dijo Leo con una burlona sonrisa.

Tan solo la mención de la Celda captó la atención de Madame Jun.

-¿Sabes donde esta?

-¿Lo sabes tu? –preguntó Leo.

-Insolente.

Madame Jun disparó un rayo de uno de sus dedos directamente hacia Leo. Afortunadamente Sailor Venus y la otra chica llegaron a tiempo para detenerlo con un ataque que combinaron de manera involuntaria.

En ese momento alguien más hizo acto de presencia.

-¡Alto ahí!... No te perdonaré que arruines un evento en que todos los estudiantes se esmeran para preparar su proyecto científico...

A Leo le corrió una gota de sudor por la cabeza.

-... Soy Sailor Moon.... Y te castigaré en el nombre de la Luna.

-Y Sailor Mercury.

-Solo les faltó decir que vienen en nombre de Papá Noe –dijo la guerrera de traje gris con una mueca. -¿Siempre son así de ridículas?... No... Mejor no me contestes –dijo cuando vio a Sailor Venus molesta.

Madame Jun se enderezó y las miró a todas.

-Temo que no puedo atenderlas a todas, señoritas... Así que nos veremos en otra ocasión. –tras decir esto desapareció brincando sobre un charco de agua que estaba cerca.

-¿Ahora si puedes decirnos quien eres tu? –pregunto Sailor Venus a la guerrera desconocida.

Leo sonrió cuando se dio cuenta de que no la veían y se retiró.

-Nadie importante –dijo la chica y comenzó a caminar para irse.

-¡Por supuesto que es importante! –aseguró Sailor Mercury tapándole el paso.

-¡No lo es! –repitió la chica –Y más vale que lo sigan pensando así hasta que pueda averiguar qué es lo que esta pasando. –al terminar de decir esto se fue.

-¿Estuvo bien que la dejáramos ir? –preguntó Sailor Mercury.

-No lo sé.

*******

-Por supuesto que sabía de ti. Se estuvo haciendo un escándalo en la preparatoria por que vendrías a estudiar –dijo Ami.

Leo la miró con una sonrisa resignada.

-Pues sí. Eso me ha tenido algo molesta, fue por eso que casi me lanzo contra tus amigas.

-Ahora que lo aclaramos todo, ¿podemos ir a comer pastel?... Tengo hambre –dijo Serena.

-Bueno...

-Las cerezas me encantan –dijo Leo animada.

Mina y Serena corrieron hasta el lugar mientras que Leo y Ami continuaban platicando.

De una esquina se asomó una chica pelirroja sin que notaran su presencia. Sonrió y levantó un poco el pulgar.

Leo ladeó la cabeza y colocó su mano en su espalda para hacer lo mismo.

"Prontro vendrá Yoshie" pensó Hinori, "Volveremos a ser tres"

Continuará...