Capitulo 1: Un maravilloso encuentro


Cuatro años después de su llegada al santuario del Amazonas, Blu junto con Perla y sus hijos Carla, Bia y Tiago, se habían acostumbrado perfectamente a la vida en la selva, poco a poco habían dejado de extrañar el aire de ciudad, los panqueques con arándanos y las casas construidas por los humanos. Como era de esperarse, Carla, Bia y Tiago ya no eran los pequeños que llegaron por primera vez al Amazonas, ahora eran jóvenes y los tres disfrutaban de su libertad en la selva. Era una hermosa mañana, la selva se había recuperado de la visita de una tormenta tropical y Carla, Bia y Tiago sobrevolaban la arboleda.

-"¡la vida en la selva es lo máximo!" – dijo Bia – "hay muchas cosas interesantes"

-"lo sé pero aun extraño la música de mi iPod" – dijo Carla soltando un gran suspiro– "y aquí en la selva no hay donde recargar la batería de mi iPod"

-"vamos Carla debe haber algo que te haga olvidar la música de humanos" - dijo Tiago –

-"tal vez la música que hacen Nico y Pedro" – dijo Carla –

-"¡suena estupendo! Que te parece si los vamos a buscar?" – dijo Tiago entusiasmado

-"esta bien, vamos" – dijo Carla

-"¿vienes con nosotros Bia?" – pregunto Tiago

–"no no, adelántense iré a estirar las alas un poco, yo los alcanzare después, de acuerdo?" – dijo Bia

-"esta bien, no te tardes" – dijo Tiago mientras se alejaba volando junto con Carla

Cuando se fueron, Bia salió volando en dirección contraria, había algo que la atormentaba por dentro, se sentía sola y eso la ponía triste, por otro lado también sentía algo, era una especie de inquietud en su pecho, que le hacía sentir que su vida estaba a punto de cambiar.

-"tengo hambre, creo que buscare algunas nueces" – dijo Bia mientras volaba hacia un árbol de nueces de Brasil – "ahí estas…" – dijo mientras saboreaba a distancia el árbol de nueces

De repente se estrelló con otro guacamayo azul macho

-"auch! Oye fíjate!" – dijo Bia un poco molesta por el golpe

-"oh, mil disculpas señorita, no me fije por donde iba" – dijo el Guacamayo – "es que estoy hambriento y solo pensaba en llegar a esas nueces"

Cuando Bia se recuperó del golpe, pudo observar detenidamente a este misterioso guacamayo, al verlo se sorprendió, ya que este guacamayo era parecido a Roberto, pero más joven y de la misma edad que ella

-"amm… hola?" – dijo el Guacamayo tratando de hacer reaccionar a Bia

-"oh! P..perdona no estaba poniendo atención.." – dijo Bia un poco nerviosa – "no eres de por aquí, o si?"

-"no, no lo soy, andaba en busca de aventuras pero una tormenta me desoriento durante mi viaje" – dijo con una sonrisa – "y tú, vives aquí?"

-"si! Vivo en un santuario que esta hacia allá" – dijo Bia señalando hacia sus espaldas

-"un santuario? Genial!, a propósito, tienes nombre?" – dijo el Guacamayo

-"Bia" – dijo Bia con una sonrisa

-"Bia… lindo nombre, el mío es Connor" – dijo Connor – "soy un aventurero, he viajado por todo lo que es Norteamérica"

-"Norteamérica... espera, como es que sabes que es Norteamérica?" – dijo Bia – "solo mi padre y yo somos los únicos que hemos leído libros humanos"

-"bueno, lo que sucede es que no fui siempre un aventurero" – dijo Connor – "es una larga historia…"

-"quisiera oírla" – dijo Bia mientras se posaba sobre el árbol de nueces

-"de acuerdo, te contare" – dijo Connor posándose al lado de Bia – "me da pena decirlo, pero antes yo era una mascota…"

-"(mascota? igual que mi padre)" – pensó Bia

-"cuando era pequeño, vivía en una selva como esta, de repente escuche que todos volaban muy asustados, salí del nido y me… me atraparon en una jaula…" – dijo Connor bajando la cabeza – "lo próximo que supe fue que estaba detrás de una caja de cristal enorme, afuera pasaban los humanos caminando tranquilamente, yo solo los veía pasar, así fue durante varios días hasta que me acostumbre a su presencia" – dijo Connor

-"que más paso?" – pregunto Bia muy interesada

-"un día, paso un niño, bien vestido y con muchos juguetes en las manos, y dijo; Mama! Papa! Quiero a ese!" – dijo Connor – "en pocos instantes entro su papa y hablo con el humano que me cuidaba y me llevaron"

Bia noto que Connor se deprimía hablando de su pasado.

-"Connor… no continúes si no quieres" – dijo Bia

-"no te preocupes, estoy bien" – dijo Connor levantando la mirada y sonriendo levemente

-"está bien, si tú lo dices, y que paso después?" – dijo Bia

-"bueno, me llevaron a una casa enorme, con un patio muy grande, piscina bajo techo, comedor amplio, todos los lujos que te puedas imaginar, la habitación donde yo dormía era en la del niño, pero era bastante grande así que no me faltaba espacio, paso más y más tiempo y yo fui adoptando varias costumbres de esos humanos, me gustaba mi vida hasta que un día, llego el niño con otra mascota, y de ese modo fui reemplazado, me sacaron de la casa y nunca más me dejaron entrar, en la noche me asome por la ventana del niño y lo vi muy feliz con su nueva mascota, así que decidí irme a explorar el mundo, pero no sin los conocimientos necesarios, así que entre a la biblioteca de la familia y abrí un libro de geografía, en una parte había un mapa del mundo así que lo arranque y me lo lleve, lo traigo conmigo todo el tiempo" – dijo Connor mientras sacaba las páginas del libro que estaban bajo su ala

-"entiendo que sientes" – dijo Bia

-"¿tú también, fuiste una mascota?" – pregunto Connor

-"no, pero mi padre si, solo que es diferente su historia" – dijo Bia – "nosotros vivíamos en Rio de Janeiro, pero hace cuatro años venimos al Amazonas a buscar a los nuestros"

-"ya veo, pero bueno, al final de todo esto, jamás desconfié de los humanos ni les guardo rencor" – dijo Connor

-"increíble, después de todo lo que paso" – dijo Bia

-"si, pero si no hubiera pasado, jamás habría conocido tantos lugares, me hicieron hacer lo que amo hacer, viajar de un lado a otro" – dijo Connor muy entusiasmado – "es por esa razón que no les guardo rencor por haberme abandonado"

Después de eso siguieron hablando hasta que llego el ocaso, Bia recordó que había quedado de verse con sus hermanos junto con Nico y Pedro

-"oh no! Olvide que tenía que ver a mis hermanos en cuanto terminara de comer" – dijo Bia algo angustiada

-"entiendo que tengas que irte, lamento haber ocupado mucho de tu tiempo" – dijo Connor

-"no te preocupes, valió la pena, nunca había conocido a alguien como tú, hablamos después, te parece?" – dijo Bia sonriendo

-"claro! Nos vemos después Bia" – dijo Connor

Bia salió volando, sin poder creer lo que había pasado, estaba ilusionada por ese momento, la tristeza y el vacío que sentía esta mañana habían desaparecido, esa era una señal de que su vida cambiaria definitivamente


Al llegar al santuario, Carla y Tiago se encontraron con Bia

-"donde has estado? Te estuvimos esperando y nunca llegaste" – dijo Carla

-"siii te perdiste de la diversión hermana" – dijo Tiago

-"lo siento, es que, conocí a alguien" – dijo Bia emitiendo un gran suspiro

-"a alguien? Te refieres a un chico?" – pregunto Carla – "cuéntame, no te quedes con el secreto"

Bia se puso nerviosa, pero Carla insistía cada vez más en que le contara

-"se llama… Connor" – dijo Bia – "y, no es de por aquí"

Bia les conto lo que había pasado, esto llego al oído de Blu y Perla

-"Y bien Bia, que tal tu nuevo romeo?" – dijo Perla

-"mama! Él y yo no.. no somos.. nos acabamos de conocer es todo" – dijo Bia

-"pero aun así te parece increíble, no es así hija?" – dijo Perla

-"si… lo es" – dijo Bia suspirando de nuevo – "pero no sé qué pensó de mi"

-"no te aflijas, apenas se conocieron, tienes mucho tiempo para demostrarle como eres y ver como es el" – dijo Perla

Después de eso, todos se fueron a dormir, Bia despertó a mitad de la noche, no podía dormir así que fue en busca de Connor, rápida y silenciosamente se dirigió al árbol de nueces donde se había topado con el por primera vez, llego pero no lo encontró, desanimada decidió volver al nido, pero durante el camino se encontró con 2 guacamayos escarlata

-"mira lo que tenemos aquí, pero si es nada menos que la linda Bia" – dijo Alen, un guacamayo escarlata que molestaba a Bia cuando eran pequeños

-"esperaba encontrar a alguien más, menos a ti Alen" – dijo Bia con cierto rechazo hacia el

-"pero que tiene de malo encontrarse conmigo?" – dijo Alen – "¿es que acaso no te agrado?

-"para nada, solo que eres muy problemático y tengo un mal recuerdo de ti" – dijo Bia – "será mejor que me vaya a dormir"

-"no tan rápido linda, hay un precio por tomar las nueces que están en nuestro lado de la arboleda" – dijo Alen

-"¿su lado de la arboleda? Pero si este lado nos pertenece" – dijo Bia inconforme

-"si, pero no durante la noche" – dijo Alen mientras se acercaba para atacar a Bia, ella lo ataco también pero entre los 2 la derribaron, eran dos y más fuertes que ella, de repente los 2 fueron golpeados por alguien mas

-"Connor!" – dijo Bia – "gracias por la ayuda"

-"estaba durmiendo cuando de pronto me despertó este escándalo, vi que estabas en problemas así que vine a ayudar" – dijo Connor

-"¿¡quién eres tú!? Tu no perteneces a la tribu del anciano" – dijo Alen

-"hey! Más respeto para mi abuelo" – dijo Bia enojada

-"Déjenla en paz, si se meten con ella, se meten conmigo" – dijo Connor en tono serio – "No, no soy de aquí, soy un viajero que recorre libremente el mundo"

-"muy bien forastero, nosotros tenemos ciertas reglas, la primera, sin nuestro permiso, no puedes ni respirar, la segunda, a nosotros nos respetas sin importar quien seas y de donde vengas" – dijo Alen, se lanzó contra Connor pero este lo intercepto y lo derribo, su compañero se lanzó contra Connor pero tuvo la misma suerte

-"habrás ganado esta vez forastero, pero te lo advierto, no nos provoques" – dijo Alen, se fueron volando hacia el otro lado de la arboleda

-"¿estás bien?" - pregunto Connor a Bia

-"sí, estoy bien, solo que un poco adolorida por el golpe" – dijo Bia mientras se posaba sobre un árbol

-"aun no entiendo, ¿cómo pudo alguien como el golpear a una dama?" – dijo Connor – "tiene la apariencia de un líder respetable pero su actitud es despreciable"

-"se llama Alen, nos conocimos poco después de que llegáramos al Amazonas" – dijo Bia – "no nos llevábamos precisamente bien, golpeo a mi hermano Tiago y yo lo defendí pero también me golpeo, solo mi hermana Carla podía contenerlo ya que es la mayor de nosotros tres"

-"vaya sujeto" – dijo Connor – "otra cosa que no entiendo, ¿Qué hacías aquí a estas horas de la noche?"

Bia se puso nerviosa y hubo un gran silencio después de aquella pregunta

-"este… yo… solo estaba… bueno, no podía dormir, así que vine a buscarte" – dijo Bia un poco nerviosa

-"las cosas que haces para estar a mi lado" – dijo Connor en un tono medio burlón, después rio levemente lo que hizo que Bia sonriera

-"eres increíble Connor, estas lleno de sorpresas, ¿Dónde aprendiste a pelear así?" – pregunto Bia

Connor Rio levemente y luego miro hacia el cielo nocturno

-"cuando eres un viajero como yo, debes aprender a defender a los demás, no solo a ti mismo, nunca sabes qué clase de sujetos te puedes encontrar, más vale estar preparados" – dijo Connor

-"¿y no has pensado en, quedarte a vivir con los tuyos?" – pregunto Bia, después de eso hubo un silencio, Connor jamás lo había pensado, todos esos años jamás se le paso por la mente que hubiera una tribu de su especie o un lugar a donde pudiera asentarse

-"jamás lo había pensado" – dijo Connor

-"puedes venir conmigo al santuario, ya verás que todos te aceptaran, bueno casi todos, mi abuelo es especial con los nuevos, pero estoy segura que tu pasaras las pruebas que el te ponga" – dijo Bia muy entusiasmada – "¿Qué dices? ¿vienes conmigo?"

-"está bien, iré contigo Bia" – dijo Connor seguido de una sonrisa

-"estupendo! Pero será al amanecer, ahora es noche y todos duermen, vendré por ti al amanecer, ¿de acuerdo?" – dijo Bia

-"de acuerdo, te espero aquí al amanecer, vete con cuidado" – dijo Connor

Esa noche él se quedó pensando en el día anterior y en lo que le dijo Bia, al poco rato se durmió tranquilamente. Al amanecer, Bia salió del nido a primera hora, antes de que todos despertaran, llego al árbol de nueces donde Connor la estaba esperando, desde ese día, la vida de Bia cambiaria para siempre