Cada personaje es de Cassandra Clare. La trama es mía y es un regalo para Analú, quien amablemente me salvó de que se me petrificara el cerebro por no tener nada qué hacer en la oficina. Ella y Anna fueron quienes pusieron a trabajar a la musa y me pusiera a hacer algo de provecho.
Bueno, creo que debo decir que esto no está beteado. Así que... si ven algún error, hagan como que no existe(?) xD.
Our little secret
―¿Tu nunca has tenido un secreto que no puedes confesarle a alguien? ―preguntó Magnus.
―Nunca ―respondió Alec tajantemente―. Yo te he contado mi vida de principio a fin. No hay misterios entre nosotros. Creí que para estas alturas ya lo sabrías.
―Mientes ―entrecerró sus ojos gatunos―. Pero, allá tú. No pienso presionarte más al respecto. Sabes que me fastidia la gente que es insistente sobre un tema, y no quiero convertirme en una de esas personas.
―Magnus…
Se marchó, dejándolo con la palabra en la boca. Alec apretó los dedos en un puño y se fue a su habitación. No era la primera vez que el brujo le hacía esa pregunta. ¡Y por supuesto que mentía! Después de todos estos años, Alec guardaba un secreto que solo Isabelle conocía. Ellos se habían prometido mutuamente no decir nada al respecto, ni decírselo a otras personas.
Quiero que me beses, escuchaba todavía en su mente. Me conoces mejor de lo que me conozco a mí misma.
Se dejó caer en su cama, cubriéndose el rostro con la almohada. A pesar de que ya habían pasado dos años de eso, siempre tenía presente aquel recuerdo. No se arrepentía de lo que pasó, definitivamente no, pero era algo que no se podía sacar de la cabeza.
―¡Estás loca! ¡Eres mi hermana! ¡No es correcto!
―¿Quién mejor que tú, entonces? Sé que no me romperás el corazón ―el susurro de su voz le envolvía una y otra vez.
―¡Eres solo una niña! ¡No tienes idea de lo que estás hablando!
―¡Alec, por el Ángel! ¡Ya tengo catorce años! ¡Claramente, he dejado de ser una niña!
―¡Estamos hablando de tu primer beso, Isabelle! Debe ser con alguien especial para ti, no con tu hermano.
―No hay nadie más especial para mí que tú.
Poco a poco, el sueño le fue venciendo. Comenzó a revivir aquella tarde lluviosa, descansando después de un duro entrenamiento. Isabelle reposaba su cabeza en el hombro de Alec, y miraba hacia un punto muerto en la habitación.
Nuevamente, sintió esa sensación de vértigo cuando ella le hizo esa descabellada propuesta. No solo era incorrecto ante los demás, sino que alguien podía entrar a la sala y verlos. ¡Sería un escándalo en toda la extensión de la palabra!
Pero ver la expresión de rechazo en su hermana fue lo que hizo flaquear aquel sentimiento de moral que lo envolvía. Alec haría todo lo que fuera necesario para borrar ese gesto de dolor de su adorada Izzy.
La envolvió en un cálido abrazo y enterró su rostro en su delicado cuello. Ella le devolvió el gesto, enrollando sus brazos en la cintura de su hermano. Poco a poco, fue arrastrando sus labios, partiendo de la oreja izquierda de Isabelle, pasando por su mejilla y llegando finalmente a sus labios. Ella, dominada por las hormonas de adolescente, lo tomó por la nuca y lo atrajo a su cuerpo con más fuerza, acariciando sus labios de terciopelo. Alec, por su parte, deslizó sus manos torpemente por su cintura, haciendo que Izzy respondiera con vigor, soltando un pequeño gemido de placer.
De manera suave, Alec se empezó a apartar de su hermana, no sin antes depositar suaves besos en sus mejillas y en la punta de su nariz.
Gracias, susurró la frágil y dulce voz de Isabelle en su memoria. Abrió los ojos de golpe, recordando que estaba solo en su habitación.
Ella era su hermanita, su más grande tesoro, y ambos compartían el más preciado secreto.
Bleh, no me gusta indagar en estos temas. Tengo hermanos y es incómodo o.o
¡Espero te haya gustado, cielo!
