Hola que tal :)

Naruto y cia pertenecen a Masashi Kishimoto, tan solo los tomo prestado para fines de entretenimiento.

Aclaro que la única razón de la clasificación que puse es por el lenguaje vulgar que tanto me gusta usar. Hay pocas referencias a situaciones sexuales, y son más bien discretas.

Ojalá que les guste.


Te maldigo. Te maldigo una y otra vez.

Tú, siempre tan perfecta, con tus ojos tan verdes, estando conmigo siempre; a pesar de todas las piedras que te arrojé, te quedaste, nunca pensaste siquiera en la idea de dejarme.

Eres un maldito ángel, y siempre lo haz sido, incluso en secundaria, cuando yo me sentaba detrás de ti con la única intención de molestarte, halando tu cabello y cortando mechones de esas hebras de seda color rosa; tú solo te girabas y me sonreías dulcemente, y yo odiaba esa pequeña chispa que encendías en mi interior con la sola vista de tu alegre rostro. Siempre odié la forma en la que hacías que te amara, era inevitable que te hicieras con mi corazón, por más que yo haya luchado por conservarlo.

Y es que tú me haces tanto mal... no te hagas la inocente, no te pega. Me haces querer vivir, cuando sabes mejor que nadie que no puedo. Eres tan malditamente especial; aún no lo sabes, pero lo eres todo. Y mientras quede algo de sentido en esta estúpida cabeza, me aseguraré de que no lo sepas mientras quede algo de vida en esta mierda que yo llamo cuerpo... porque entonces no me dejarás ir, y me obligarás a lastimarte. Por favor, no me hagas lastimarte, me mata el solo pensar en causarte dolor; por eso no te digo esto a la cara, por eso he intentado con tanto ahínco alejarte de mí. Tal vez pienses que soy un cobarde, un bastardo desalmado al que le faltan los testículos para decirte esto a la cara, pero es que la sola idea de ser el causante de tu dolor me supera. Porque te amo, te amo, te amo. Siempre lo haré. Pero desde el principio supe que esto no duraría. Desde pequeño siempre he sabido que mi destino es morir, y nunca esperé nada más, hasta que llegaste y cagaste mi aceptación a un hecho incambiable, me diste esperanza de una vida mejor, y ahora la vida me la arranca, por darle la espalda a una situación que ya conocía desde antes de hablar.

Puedo decirte ya que te extrañaré, el olor de tu cabello, la forma en la que roncas al dormir, la forma en la que te enojas cuando te digo lo anterior, el sabor de tu boca, la sensación de tu cuerpo bajo el mío. Pero me aseguraré de que nunca te sientas sola; sé cuanto lo odias, por eso me quedaré por aquí, no muy lejos, haciendo ruidos por la noche para que no puedas dormir.

No me queda mucho tiempo, puedo sentir los helados dedos de la muerte apretando mi corazón. Y a pesar de sentir el aliento helado de la huesuda sobre mi nuca, la esperanza de poder tener un futuro contigo sigue brillando dentro de lo más profundo de mí. Realmente me haces mal.

Quiero que ames de nuevo, quiero que tomes todas mis cosas y las regales, las botes o las quemes, no importa, cualquier cosa que decidas estará bien; quiero que vivas la vida que yo ya no puedo vivir.

Es hora de dormir. No olvides nada de lo que te he dicho, pero por favor no guardes esta carta, sería raro que, tal vez en un remoto o no tan remoto futuro, lleves a un chico a tu casa y la encuentre. No sería para nada sexy.

Adiós, molesta.