Eran un día resplandeciente en la Preparatoria Real, Sofia y sus amigos estaban en una habitación llena de espejos, en frente de ellos estaba el hada verde, y una de las directoras de la Preparatoria, Fauna.

-Muy bien niños, estos espejos están encantados para mostrarles a sus verdaderos padres, incluso si ellos no están físicamente con ustedes el espejo los mostrara, ahora elijan un espejo.

Todos los niños emocionados, unos mas que otros, corrieron para pararse en frente de un espejo.

Dos de los niños mas emocionados eran Amber y James, que estaban juntos viendo como el espejo que eligieron mostraba a su padre y madre biológica sonriéndoles.

-Oww -dijo ahogadamente Amber limpiándose una lagrima que salió, junto con James, que veía, intentando no llorar, a su difunda madre-

James, no queriendo llorar, voltea para ver a Sofia viendo su propio espejo. Siendo curioso al jamás haber conocido (o oído) del padre biológico de su hermana, él se dirigió a ella.

-Hey Sof, ¿El espejo te mostro a tu padre? -el pregunto con curiosidad sin querer sonar mal, de alguna manera-

El se sorprendió de ver la mirada confundida y preocupada de Sofia, el nunca la había visto así antes, al menos no tan…fuerte.

-Sofia ¿Pasa algo? -pregunto con preocupación-

-No lo sé, es que…Solo mira -respondió ella volteando al espejo-

James miro y sus ojos se agrandaron por lo que vieron.

A la izquierda y derecha de Sofia, en el reflejo, se mostraban dos personas que el claramente nunca había visto, y no mostraba a la Reina Miranda (como había esperado) sino dos personas que…Mirando bien a Sofia, el vio el parecido.

La mujer tenia un vestido muy peculiar, era corto hasta por arriba de las rodillas, pero tenia un pantalón corto debajo, una especie de capa en la falda colgaba detrás cortándose en dos, tenía unas especies de botas blancas que le llegaban arriba del tobillo, que estas tenían dos cuerdas doradas finas que se ajustaban arriba de estas, sus mangas eran cortas y blancas, el centro eran rosado blanco (igual que la capa de la falda) con bordes dorados (que igualmente la falda tenía) su cabello castaño estaba atado en una coleta alta que el extremo le llegaba bajando por los hombros, para finalizar (y lo que mas le sorprendió) es que, al principio de la cola, tenia una tiara dorada con una flor de cinco pétalos de cristal rosada. Sus ojos eran azules brillantes, como los de Sofia.

El hombre seria lo mas curioso, su cabello era de color celeste con mechones abajo lilas oscuros, llevaba una especie de corona en su cabeza con un cristal purpura en el centro, tenia una chamarra azul claro que en la parte del cuello se cortaba como si fueran plumas y al final se cortaban con decoraciones doradas, adentro llevaba una camisa blanca y tenia botas celestes iguales que la chamarra.

Ambos tenían una sonrisa cálida en sus rostros.

- ¿Qué…Quiénes son?

-No lo se -respondió Sofia sonando preocupada- ¿Crees que al espejo le pasa algo?

-Tal vez, iré por la Profesora Fauna para preguntarle -el Príncipe corrió hacia la Profesora alarmado y preocupado por el descubrimiento, rezando por que sea un error-

Pobres ilusos niños.

Los niños estaban en el carruaje real en silencio mortal despues de terminar la escuela.

Cuando James fue por la Profesora Fauna, tanto ella como los que vieron el espejo se sorprendieron.

Nadie conocía a esas personas, y sus trajes eran muy peculiares y diferentes, casi parecían…Mágicos.

Fauna investigo y probo el espejo varias veces, pero el resultado siempre era el mismo.

No había error.

Esas personas eran los verdaderos padres de Sofia.

Todos quedaron en silencio mortal despues de eso, y nadie se atrevió a decir palabra despues de esa declaración.

El carruaje aterrizo y los niños bajaron sin mirar a nadie.

- Niños ¿Están bien? ¿Ocurrió algo? -pregunto la Reina Miranda mirando a sus hijos venir completamente callados, algo que NO era normal-

-No…Bueno…Mama… ¿Puedo preguntarte algo? -Sofia decidió dar el paso valiente totalmente nerviosa-

-Claro cariño, ¿Qué ocurre? -pregunto la Reina esperando que fuera algo de la escuela-

-Yo… ¿Soy adoptada?

…Eso ciertamente no era lo que esperaba.

-…P-Por que piensas eso cariño… -respondió la Reina nerviosa, ella no quería que se enterara, al menos no así-

-En la escuela tuvimos una actividad con espejos que mostraban a tus verdaderos padres…Y las personas que aparecieron no las conozco…O eso creo... y la Profesora Fauna probo el espejo una y otra vez y todo seguía igual, no había error, por eso… ¿Soy adoptada?

La Reina Miranda miro a Sofia por un largo momento y luego suspiro profundamente.

- ¿Podrían ir a la sala? Buscare a su padre y les explicare todo.

Los niños ni se molestaron en negar.

Sofia estaba sentada en un sofá individual y en frente de ella estaba su madre en otro sofá individual, en un sofá grande estaban sentados el Rey y sus hijos, todos mirando expectantes a la Reina.

La Reina respiro hondo y comenzó.

-Sofia, primero que nada, yo nunca quise que te enteraras así, planeaba decírtelo el próximo año cuando cumplieras diez años, pero… -ella suspiro- Supongo que ya no se puede ocultar.

Aun no se exactamente lo que paso ese día, hasta el día de hoy sigo confundida por eso.

Yo estaba en mi jardín disfrutando de mirar las estrellas en medio de la noche, cuando una mariposa fucsia brillantes apareció y aterrizo en mí. Yo la mire sorprendida, nunca había visto una mariposa así. De repente, ella se levantó y voló alrededor de mi luego tomo rumbo hacia el bosque.

Yo me levanté, muy curiosa, y seguí a la mariposa.

La sigue por unos buenos minutos y luego escuche un llanto. Corrí pensando que la mariposa me quería guiar hacia un niño en problemas.

Nunca pensé tener tanta razón.

Alrededor de algunos árboles, una niña castaña estaba llorando con otra mariposa fucsia volando alrededor de ella, como intentando consolarla.

La niña parecía alrededor de un año de edad, y tenía un camisón lila en su cuerpo.

Yo mire alrededor y vi que no había nadie cerca, tampoco había pisadas para saber si alguien estuvo ahí. Mire a la niña que aún seguía llorando, me acerque y luego intente calmarla, cuando logre llamar su atención, la cargue y la arrulle. Despues de que se quedara dormida, mire a donde deberían haber estado las mariposas, pero estas habían desaparecido.

Muy confundida mire a la niña y decide buscar en el pueblo por su era de alguien.

- Pero no hacía nadie en el pueblo que la haya visto ¿Verdad? -pregunto Ronald-

-la Reina asintió- Si, nadie encontró parecido con ella, así que decidí adoptarla…Lo siento Sofia, no quería que te enteraras así…

Sofia estaba en silencio mirando al suelo, luego se levanto del sofá y camino hacia la puerta.

-Necesito tiempo para pensar en esto… -fue lo que dijo antes de salir de la habitación-

Clover entro en la habitación de su mejor amiga…Solo para verla acurrucada entre sus almohadones abrazando una de estos con fuerza.

Preocupado, el salto a su cama y se acercó.

- Hey princesa… ¿Estas bien?

-la joven princesa…o al menos eso creía, suspiro y lo miro- No estoy bien Clover, y no sé si estaré bien pronto…

- ¿Puedes contarme que paso?

-Bueno…

Despues de contarle todo lo sucedido a su amigo conejo, este mismo quedo en silencio sorprendido.

-Wow Sofia…Lo lamento mucho.

-No, está bien, ni siquiera se quienes son…O porque me abandonaron -suspiro triste-

- ¿Estás segura de que te abandonaron? Tal vez paso algo para que se alejaran de ti, además, la Reina dijo que tenias por lo menos un año de edad cuando te encontró, tal vez algo malo les paso a tus padres -puso su teoría el conejo-

-Bueno…No lo sé…Ojalá hubiera una manera para descubrir la verdad -ella se volvió a recostar en su cama-

Su amigo la miro triste y se acurruco junto a ella para que pueda abrazarlo, la acción no demoro mucho.

-Ojalá pudiera ayudarte Sofia…Ojalá…

Pasaron dos días despues de eso, los niños estaban de fin de semana por lo que estaban tres días sin escuela, contando el viernes…Que fue cuando ocurrió todo.

La familia real, y todos los amigos de Sofia en el castillo, hicieron lo posible por animar a la joven Princesa (Pero de nuevo ¿Era ella una Princesa?) pero nada parecía funcionar, Sofia estuvo con un semblante triste y pensativo todo el fin de semana, y nada parecía poder quitarcelo.

Diablos, incluso Cedric intento ayudar cuando se enteró, pero nada funciono.

En este momento la familia real, Bealywick, y Cedric, estaban mirando desde la entrada del jardín a Sofia sentada en un banco muy alejado entre los árboles y arbustos.

-Tal vez si vamos al pueblo a visitar a Jade y Ruby la anime -propuso Amber-

-No creo que Sofia quiera que sus amigas se enteren de la situación… Y tampoco volver por un tiempo al pueblo desde lo que le conté -respondió tristemente Miranda-

-Yo creo que esas mariposas que viste, su majestad, fueron hechas por los padres de Sofia, las mariposas no tienen ese tipo de brillo de la nada, y por la descripción que nos dieron los niños del reflejo de los padres de Sofia, ellos eran claramente personas con magia.

-Es difícil de admitir, pero Cedric tiene razón -comento Bealywick, ignorando el "hey" indignado del mago- Los padres biológicos de Sofia pueden haber hecho esas mariposas para que alguien cuidara a su hija, probablemente algo les paso para que dejaran a Sofia en el bosque.

-Si, pero ¿Qué tan grave seria eso para dejar a su hija en el bosque con solo dos mariposas mágicas para cuidarla?

Nadie pudo responder, no solo por falta de ideas, sino, también porque la explosión que resonó cerca del otro lado del jardín.

Todos corrieron hacia donde estaba Sofia, por temor a que le pasara algo, pero se detuvieron a unos metros de ella, al ver al que presumidle causante de la explosión.

Llevaba una túnica y ropa de mago, pero eran totalmente negras, junto con piel blanca, cabello negro y unos ojos azules espeluznantes. Sus ojos estaban mirando a una aterrada Sofia que tenia sus manos apretando su amuleto.

- ¡Finalmente te encontré! ¡Y esta vez tus padres no podrán detenerme! -rio locamente apuntando su varita a Sofia-

Ahora de no ser por la situación, todos abrían abierto sus bocas del asombro, sus sospechas eran ciertas, los verdaderos padres de Sofia (posiblemente) eran magos o hechiceros poderosos que tuvieron que dejar a su hija por este hechicero de negro.

Pero eso es para despues, ahora Sofia estaba en peligro.

Antes de que nadie actuara, el hechicero negro lanzo un rayo de magia hacia Sofia que cerro los ojos apretando su amuleto contra su pecho, rezando por que algo la salvara.

Paso, pero no del amuleto.

Un brillo rodeo y exploto alrededor de Sofia, todos vieron con asombro como dos luces salieron de su pecho, una rosada y otra azul, volaron alrededor de ella hasta que pararon en frente de ellas, y luego ocurrió lo impensable.

Las luces cambiaron de forma hasta que todos vieron que la forma parecía humana, luego, parecieron cambiar para tomar la forma de una mujer y un hombro, luego la luz se desvaneció y todos contuvieron el aliento.

Eran las mismas personas que se mostraban en el espejo de Sofia.

Ellos eran sus verdaderos padres.