Prólogo
Lack two llegó a su cuarto en la casa de entrenadores que estudiaban en Ciudad Aspertia. Era la primera vez que tocaba ese lugar después de la excursión a Ciudad Castelia. Algo estaba mal... Las chicas lo saludaron con normalidad, pero este las ignoró. Decidió dormir, no tenía motivos para estar despierto.
—Disculpe señora Shadow, el tratamiento no funcionó.
—¿Cuánto me queda doctor?
—Tres meses. Lamento mucho que pasé por esto.
—Gracias.
La señora salió de la sala, donde su hijo de cuatro años se encontraba llorando mientras abrazaba un peluche de Oshawott.
—Mami... ¿Me vas a dejar?
—L-Lack, hijo, ¿Que dices?
—Escuché al doctor. Ya no te queda mucho tiempo, nos dejarás sólos a papá y a mi.
La mujer revolvió los cabellos chocolate del infante y removió las lágrimas de los ojos carmesí de su hijo.
—Lack, mami hará lo posible por verte sonreír, lo prometo.
—Te quiero mamá.
—Y yo a ti.
Lack-two despertó súbitamente. Inevitablemente, se llevó las manos al rostro y empezó a llorar. Desde que conoció a esa chica, sus emociones volvieron. Detestaba estar triste, pero ese sueño lo hacía volver a sentir un niño inútil, que no podía hacer nada por su madre, que se estaba muriendo lentamente.
