Bonjour! ¡El día de hoy estoy sumamente emocionada! (*_*) Quiero agradecerles a todos por dejar sus comentarios, los cuales me alegran y motivan cada vez más a mejorar mis escritos. Me hace feliz saber que les gusta lo que mi loca imaginación inventa y plasmo en escritos. Arigatou!
Esta historia se la dedico a mis amigas Isi-san y a narushizu4ever, y por supuesto a mi paisana XeringSnake…
Mi Fiel Amigo
By
Natsumi Anko
(*_*)
Kunoichi enojada, frustrada, furiosa, frenética. Estaba que chispeaba de la rabia. Pues… ¿Cómo es posible que él le dijera "NO" a la jounin más hiperactiva y amenazante de la aldea escondida entre las Hojas, la que no duda ni un segundo en rozar un kunai a alguien? De molestarla, instintivamente pueden declarar que estarían en peligro.
Según ella, cortar la mejilla de alguien de solo un lanzamiento rápido de kunai, es una tentación agradable, exquisita e irrechazable, tal como sucedió con Naruto en los exámenes chunin. De recordar ese suceso, no puede evitar sonreír, aunque Naruto no se reiría, no sería capaz, al fin y al cabo era su cuello en riesgo. Volviendo al presente acontecer, ella es una asesina letal y en un ataque de recelo, le clavó violentamente un kunai en el pecho de él y otro brutalmente en el estómago.
Su gabardina se la había quitado minutos antes, dejándola tirada en el suelo mientras ella se encuentra sentada sobre la cama con las rodillas flexionadas. Sacó uno de los kunais ya enterrados en su víctima, al instante lo volvió a hincar en el pecho.
– Te mereces eso y más. ¡Eres un estúpido, maldito pervertido!
Cerró los ojos apretándolos con fuerza. Gruñó.
– ¿Cómo te vas así, sin decirme nada? ¡Se supone que iríamos esta noche a ver las estrellas, pasaríamos un día de campo o algo así! ¡Qué se yo! ¡Pero teníamos planes para este día!
Le agarró el cuello presionando sus dedos.
– Pero tú, decidiste aceptar esa estúpida misión. – suspiró. – ¡Contéstame! Defiéndete insignificante… cosa.
Gruñó nuevamente.
– ¿Cómo te atreves a decirme "Anko no puedo, debo ir a una misión muy importante?
Cerró los puños y comenzó a golpearlo. – ¡Eres un idiota, estúpido!
Se detuvo pensando – Creo que ya dije la palabra estúpido, necesito un sinónimo… veamos…– se llevó el dedo índice al mentón, pensativa. – AH! Sí…
Continuó golpeándolo.
– ¡Cretino! ¡Estulto! ¡Cómo te odio! ¡Te detesto!
Dejó de pegarle y respiró hondo.
– Tranquilízate Anko, no es nada, sólo dijo un "No Puedo". – dijo con sarcasmo. – Idiota.
Le señaló con el dedo.
– Al parecer, no has entendido que a Anko Mitarashi nadie le dice "NO" como respuesta ¿Verdad?
Al no escuchar contestación agrandó su furia.
– ¿VERDAD? ¡Nunca respondes cuando te grito! ¡Te pondré una pequeña bocina, la compraré, abriré tu esponjoso estómago y ahí la pondré!
Se puso de pie en la cama y lo pateó fuertemente.
– ¡Siempre me pones en este estado de histeria!
Se dejó caer encima de él.
– ¡Tu paciencia ya no la soporto!
Se levantó y lo miró.
– ¡No me mires así con esos ojitos negros! Eres lindo, pero… ¿Por qué él tiene que ser así? Debió negarse en ir a esa misión, pero noooo… Se fue sin tomar en cuenta mis sentimientos. ¿Qué haré en su ausencia?
Bajó la mirada.
– Sin él me siento vacía, sola… Necesito estar cerca de él, no resisto la idea de tenerlo lejos de mí.
Suspiró y se sentó en la cama apoyando su cabeza en la almohada, miró detenidamente a su esponjosa y suave víctima, se rió con nerviosismo; lo tomó entre sus brazos y lo abrazó fuertemente.
– Siempre pagas por mis arranques de ira.
Hundió la cabeza en su pequeño amigo.
– Contigo comparto estos momentos, pero esta vez se me pasó la mano.
Lo puso a un lado de la cama y ella se levantó. Caminó hacia el escritorio buscando hilo y aguja. Insertó el hilo en la aguja, luego se aproximó a él y empezó a coser las heridas que ella le ocasionó a su esponjoso cuerpo blanco. Al terminar, lo levantó con ambas manos y ella sonrió ampliamente. Después lo abrazó y se acomodó en la cama haciéndose bolita. Cerró sus ojos, cayendo en los brazos de Morfeo.
– Kakashi, te extraño.
Susurró quedándose dormida.
Alguien se aproximó a ella, la observó fijamente con su acostumbrada mirada profunda, sonrió, al menos es lo que se dibujó debajo de la tela. Tomó la sábana y la arropó con ella. Más luego, le rozó la frente con un beso – Así que, esto es lo que haces cuando no estoy. Me alegro de haberle encargado la misión a Yamato y ver esta escena en mi honor. – dijo kakashi sonriente.
Caminó hacia la puerta y la volvió a contemplar. Nuevamente sonrió. – Anko, no tienes remedio. – susurró. – Pensándolo bien, qué me hubiera dicho de frente. – lo pensó y un abrumador calor recorrió su espalda. – No quiero saberlo. – dijo nervioso, mientras se rascaba la nuca. Luego salió de la habitación, cerrando la puerta a su paso.
Por su parte, Anko dormida, apretó aún más a su fiel amigo…
Su querido osito de felpa.
Originalidad ¿cierto? Chicas, ojalá les haya gustado.
Lo hice minutos antes de ir a la universidad.
Sus opiniones son bien recibidas, y ya saben dónde…
Au Revoir!
