Hello everybody
This Project is…neh, hola a todos, mi nombre es...ya debieron haberlo visto :v, llegué recientemente a esta página al buscar información sobre las novelas Ex y aquí estoy, este es mi primer fic así que ténganme paciencia y bueno, las críticas son bien recibidas, aunque de preferencia constructivas.
Sin más que decir comencemos.
la venganza del emperador rojo
han pasado ya casi 5 años desde la batalla contra Trihexa, gracias a el esfuerzo del dios Shiva se evitaron bajas en los 3 rentes de ataque bíblicos, logramos sellar a la bestia en una fisura del espacio-tiempo de la cual le sera imposible salir.
pero desde ese tiempo hacia acá las chicas han comenzado a ignorarme, tal vez se deba al hecho de que no he podido estar presente en la casa.
un día cualquiera regrese de una misión encomendada por Sirsechz, como me sentía un poco cansado, decidí ir a mi cuarto, maldita sea.
al llegar allí comencé a escuchar muchos gemidos, con curiosidad me asome un poco y lo que vi me dejo realmente conmocionado.
¡las chicas estaban con otro hombre! no podía creerlo, yo que tanto me esforcé por cuidarlas y protegerlas y me pagan con esto.
me prepare para irme hasta que fue que note algo en el hombre que estaba con ellas.
¡era mi yo del pasado!
al instante el cansancio despareció de mi cuerpo y un sentimiento de alivio llego a mi corazón, sin esperar mucho ingrese a la habitación y entre yo y mi yo del pasado armamos la mejor faena habida y por haber...
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listo, ya esta...
nah, era broma, comenten si fueron TROLEADOS XD
ahora si, el fic comenzó
Capu 1: "una nueva oportunidad"
Recostado boca abajo en la dura y gélida superficie de uno de los muchos cráteres de aquel yermo, carente de uno de sus brazos y con una profunda herida en su pecho, la cual debido a su gravedad y extensión sangraba a niveles alarmantes, se encontraba un joven hombre.
Este joven tenía un largo y alborotado cabello de color negro con ligeros tintes azulados en él, al igual que algunos mechones de color blanco opaco, sus ojos eran bastante extraños, pues tenían un color purpura grisáceo, al igual que una pequeña cantidad de patrones concéntricos en estos, vistiendo los restos de lo que parecía ser un lujoso kimono.
Aquel hombre al sentir el frio de la muerte acercársele por tercera vez solo bufó como un animal moribundo, antes de soltar una ligera risa.
-je, De-después de todo tu y yo no éramos tan distintos, ambos queríamos vivir entre las estrellas, tu a tu manera y yo a la mía, aun así, no logramos siquiera tocarlas, ¿en qué me equivoque Hashirama?-
Aquel hombre, quien forjó su nombre con la sangre de sus enemigos en cada batalla, se sentía ahora mismo como la peor basura del mundo, algo irónico debido a que su mera existencia era considerada una leyenda en su tierra natal y su enorme poder era tan temido que la sola mención de su nombre causaba que el ánimo de sus oponentes cayera al nivel más bajo posible.
-tal vez te equivocaste al pensar que la paz puede lograrse con tiranía… ¿no lo crees Madara Uchiha?-
La ronca voz de un anciano resonó en aquel post-apocalíptico paisaje, captando la atención de aquel hombre moribundo, ahora conocido como Madara.
- ¿e-en verdad lo crees así, anciano de los seis caminos? - pregunto el moreno a duras penas, girando su rostro para ver a su acompañante.
Notando a un hombre de piel anormalmente pálida, con cabello blanco al igual que su larga barba, un par de cuernos en su cabeza y ojos iguales a los de Madara, vistiendo un sencillo kimono blanco y portando un shakujo de energía negra en su mano derecha.
-así es joven Uchiha, pero quisiera saber qué es lo que te orilló a ser quien eres ahora- interrogo el anciano albino.
-y-yo…perdí a toda mi familia en una guerra absurda, m-me quedé solo en la vida, y descubrí que la única forma para lograr la paz absoluta, era hundiendo a todo el mundo en un sueño, un mundo en el que no hubiera guerras, no hubiese escasez, no hubiese poder alguno, n-no hubiese muerte, solo…un sueño infinito- relató el moreno con pesar palpable en su voz -me creía el mejor ser en toda la existencia, sin siquiera conocer mis debilidades, pero Zetsu las conocía, y me di cuenta del engaño en que vivía hasta que ya era demasiado tarde-
-creo que ahora ya sabes en que te equivocaste- el anciano sonrió un momento antes de hablar nuevamente - ¿dime qué harías si tuvieras la oportunidad de evitar que un joven con un enorme poder, más grande que el tuyo o el mío, recorra un camino igual o peor que el que tu recorriste? –
-l-le ayudaría a evitarlo, n-no quiero que nadie más pase por lo que yo pasé- respondió el moreno a duras penas
-de acuerdo- el anciano puso su mano izquierda en la cabeza de Madara, al instante las heridas del pelinegro comenzaron a sanar y su energía a restaurarse, al tiempo que un brillo celeste lo cubría -…irás a una nueva dimensión, te transferiré mis conocimientos sobre ese lugar –
-espera un momento anciano – habló Madara ya recuperado – ¿si es otra dimensión por qué interfieres? –
-cada dimensión tiene seres encargados de mantener el equilibrio, pero los seres de ese lugar han sido erradicados debido a una guerra entre ellos- aclaró el anciano de nombre Hagoromo - por eso es que te necesito a ti en ese lugar, yo no puedo salir de esta dimensión, además, solo tú eres el indicado para hacerlo –
-entiendo…así que Issei Hyodo es el nombre del chico, según lo que me has mostrado es una dimensión muy interesante, con seres muy poderosos –
-así es, de hecho, mi madre sería incapaz de hacerle frente a dos en particular – explicó Hagoromo sorprendiendo a Madara en gran medida –en fin, te enviaré allí de inmediato, pero debes saber que cuando el chico tenga la edad suficiente para cuidarse solo, deberás volver a este lugar y serás llevado al "mundo puro", aunque no lo creas hay muchas personas esperando por ti en ese lugar, recuerda, el tiempo será tu recurso más valioso así que aprovéchalo sabiamente, te deseo suerte, nos veremos luego-
-me es difícil decirlo, pero…gracias anciano-
Un destello blanco cubrió al pelinegro, quien comenzó a desaparecer lentamente con una pequeña sonrisa en su rostro al saber que al fin haría las cosas bien.
Brecha dimensional
la brecha dimensional es un extraño y desconocido lugar cubierto de hermosos colores, los cuales no podrían ser retratados por artista alguno, habitaban dos entidades, una de ellas era un inmenso dragón de color rojo sangre con ojos dorados y cuatro alas en su espalda, la otra era una pequeña niña de largo cabello negro y ojos a juego vestida como una loli gótica, ambos estaban enfrascados en una discusión unilateral, ya que, a pesar de los monocordes insultos de la pequeña, el dragón no parecía inmutarse en lo absoluto.
-devuélveme mi casa, rojo- exigió la pequeña autoritariamente.
El dragón solo rodó sus enormes orbes dorados, antes de girarse completamente dándole la espalda a la pequeña loli
- ¿ahora me ignoras? - interrogó la pequeña con un imperceptible enojo en su voz, pero rápidamente advirtió su error, al ver como el descomunal ser levantó su enorme cola y…
Prrrrrrfffffffff
…soltó un enorme y fétido pedo que hizo retumbar aquel lugar.
-aggh- la pequeña loli reemplazó su gesto neutro por una mueca de asco – eres de lo peor rojo, maldito dragón hijodeuncontainerllenodeput…-
La pequeña loli interrumpió su sarta de insultos al notar como un portal nunca antes visto por ella, dicho hecho tampoco pasó desapercibido por el enorme ser quien solo soltó un leve gruñido de indiferencia antes de alejarse de allí, dejándola sola.
-esto es…interesante- susurró la pequeña niña con una leve pero enigmática sonrisa antes de desaparecer de allí dejando aquel lugar sumido en su silencio habitual.
Kuoh, Japón
En un pequeño parque infantil de la ciudad podían apreciarse cuatro figuras infantiles de aproximadamente 7 años cada una, la primera pertenecía a una pequeña niña de largo cabello rosado y ojos de color esmeralda, la segunda era la de otra niña de ojos color amatista y cabello negro, la tercera correspondía a un infante de corto cabello castaño y ojos oscuros y la cuarta aparentaba ser la de un niño de corto cabello castaño y ojos de color violeta con una gorra en su cabeza.
- ¿en serio deben irse Kuesu-chan, Shidou-kun? – preguntó el primer niño bastante triste, refiriéndose al otro niño y a la niña de cabello negro
-creo que si Issei-kun- respondió la niña pelinegra con sus ojitos llorosos –y-yo…no quiero irme de aquí, me gusta este lugar, mis amigos…q-quiero seguir aquí-
-y-yo tampoco quiero irme, pero mi familia debe irse a Inglaterra- el niño ojivioleta sacó una pequeña cadena de color dorado de su bolsillo, este tenía un dije en forma de corazón de color amatista.
-este colgante es para ti- habló la pelinegra limpiando sus lágrimas –la cadena es de Irina y el corazón es mío, es para que nos recuerdes mientras no estemos aquí, y sepas que siempre estaremos unidos -
- ¿y para mí no hay nada Kuesu-chan? – interrumpió la pelirosada
-hey, hey- cortó el niño ojinegro - ¿Irina? –
-etoo…- el pequeño niño de ojos violeta se quitó la gorra de su cabeza mostrando su cabello, el cual era un poco más largo de lo que se esperaba –y-yo…soy una niña, solo que nunca te lo había dicho-
- ¿una…niña? – interrogó el ahora único niño, incrédulo
-s-si- confirmó la llamada Irina
-y… ¿todas lo sabían? –inquirió el pequeño
-así es- reafirmó la pelinegra
-incluso tus padres lo sabían- informó la pelirosa
-y-ya veo- suspiró el chico abatido, antes de ponerse el colgante en su muñeca derecha - ¿nos volveremos a ver? -
-claro que si- la pequeña morena cambió su semblante triste por un rostro sonriente, al tiempo que ella e Irina mostraban sus meñiques –es una promesa-
-de acuerdo- él niño correspondió el gesto y luego sacó de entre su camisa un pequeño par de papeles con dibujos un tanto cutres –sé que no es mucho, pero…-
-gracias ise-kun- el niño fue interrumpido cuando las dos niñas le arrebataron las cartas, observando los dibujos que para ellas eran como un cuadro de Da Vinci –es muy linda- comentó la castañita.
-eres muy lindo con nosotras, ¿nunca cambies sí? – pidió Kuesu con un ligero rubor.
-nunca lo haré-
-eso espero- Irina y Kuesu se acercaron al chico plantándole un beso en cada mejilla –cuídate mucho por favor-
El joven castaño no se quedó atrás y les dio un tierno abrazo junto a un beso en la frente de cada una, Sin más que decir, el par de niñas salió corriendo de allí con un sonrojo masivo en sus bellos rostros, esto ante la sonrisa del castañito y la mirada celosa de la pelirosada quien hizo un adorable puchero.
- ¿no hay beso ni abrazo para mí, Ise? – interrogó la única niña presente.
-que yo sepa, tu no vas viajar a Inglaterra, Akasha-chan- rebatió el pequeño de forma astuta
-mooo~ la pequeña niña hizo un lindo puchero, de nuevo –eres malo iseee~
-jejejeje, gomen, ¿quieres un helado? – ofreció el chico
-si vas a ser tu quien lo pague no habrá problema jujuju- la pequeña niña soltó una ligera risita
-creo que tengo algunos yenes de mi mesada, así que vamos-
De ese modo ambos salieron de allí, esto ante la mirada curiosa de un par de siluetas, una femenina y otra masculina.
-hacen una linda pareja esos dos, ¿no lo crees cariño? – habló la que parecía ser una mujer
-así es querida, se ve a leguas que ese niño le gusta a Akasha-sama- apoyó el hombre mientras le daba un abrazo a la mujer a su lado –definitivamente son una gran pareja, una princesa y el descendiente perdido de un emperador, lástima que pronto tendrán que separarse-
-lo sé- comentó la mujer –al parecer las cosas ya se han calmado en Rumania, así que tendremos que llevarla de vuelta muy pronto-
-solo espero que algún día vuelvan a reencontrarse- agregó el hombre retirándose de allí junto con la mujer.
Lugar desconocido
-fui fiu- silbó Madara quien apareció de entre un portal en la ciudad de…El Cairo, Egipto –definitivamente este lugar es diferente, aunque hace calor aquí-
El pelinegro solo suspiró aburrido al notar que el lugar donde apareció no estaba tan cerca de donde esperaba.
Así que sin más que hacer, posicionó sus dedos en una posición extraña.
-[shunshin no jutsu][técnica de cuerpo parpadeante]-
El cuerpo del hombre desapareció de allí dejando solo un pequeño remanente electrostático en donde antes se encontraba parado.
Ciudad de Kuoh
Habían pasado ya algunos días desde que Irina y Kuesu abandonaron la ciudad con rumbo a Inglaterra, a pesar del golpe emocional que conllevó tal suceso en la mente del chico, este logró afrontarlo gracias a Akasha, la bella pelirosada fue un soporte anímico al igual que los padres de Issei.
Ahora mismo el pequeño castaño se encontraba en su casa charlando con sus padres, mientras bebía un poco de té para apaciguar el frio de la noche.
- ¿sabes qué significa esto Issei? – preguntó la madre de este, mostrando un extraño emblema dibujado a mano sobre un pergamino, dicho símbolo también estaba presente en la nuca del chico, atrás de su oreja derecha, en forma de tatuaje.
el emblema consistía en tres hojas de Aoi o malva, impresas dentro de un círculo.
La mujer era hermosa en toda regla, aparentaba estar entre sus 30, mostrando un cuerpo exuberante, cabello castaño y ojos marrón claro.
-no lo sé kaa-chan, solo sé que lo he visto antes- respondió el chico.
- ¿en dónde? – interrogó el padre del castaño.
El hombre por su parte aparentaba estar en un buen estado físico, una altura un poco superior al promedio, tenía cabello negro y ojos oscuros enmarcados por unos anteojos de semimontura.
-pues…- el pequeño llevó su mano derecha hacia el tatuaje tras su oreja -…aquí y en algunas iglesias, vamos, es bien reconocido.-
-ah ya veo- comentó el padre del chico con un leve tono sarcástico –…gracias por resaltar lo obvio Issei-
-por nada- respondió el infante de la misma forma, sacando una ligera risa en sus padres
-veras Issei, este símbolo es de la familia Tokugawa- explicó la mujer sorprendiendo al pequeño -…cada cierto tiempo nace una persona con esta marca, significa que deberás pelear demasiado para conseguir lo que desees, es por eso que hemos decidido revelarte algunas cosas, esto para que conozcas más sobre el mundo que te rodea y puedas hacerle frente a lo que viene-
- ¿así que tendré poderes? Ya saben, volar y todo eso – preguntó el pequeño comenzando a divagar en su mente
-ufufufu, no mi pequeño, creo, es solo un símbolo, las peleas no siempre se libran de forma física, afrontar los problemas y tomar decisiones difíciles también pueden contarse como peleas- explicó la castaña sonriente –pero no todo es tan sencillo, ¿recuerdas el monstruo del armario? -
-sip, ya no le temo porque sé que no existe- el pequeño sonrió con algo de orgullo
-pues resulta que si existe- informó el pelinegro inundando de temor la mente del niño, quien comenzó a temblar un poco, al verlo así, el hombre dibujó una sonrisa determinada y paternal –descuida, yo voy a protegerte, a ti y tu madre-
-jejeje, me alegra saberlo…- interrumpió una voz risueña y femenina.
Desde la ventana llegó una corriente de viento, pero este se sentía diferente, en vez de brindar frescura y relajación, transmitía de hecho todo lo contrario, una sensación de sofoco y pesadez.
El cielo cambió su color a un purpura brillante mientras un pequeño torbellino de plumas negras comenzó a formarse en el lugar, después de unos segundos comenzaron a materializarse un par de siluetas negras, dando paso a un par de hermosas mujeres.
La primera, quien parecía ser la de más alto rango, tenía un largo cabello anaranjado y ojos rojizos, vestía un corto y revelador vestido ajustado de color rojo sangre, el cual se ajustaba bien a su impresionante figura, lo que más resaltaba de esta mujer eran cuatro alas de cuervo, extendidas en toda su envergadura, (no, no es lo que algunos de ustedes piensan).
La segunda mujer tenía el cabello rubio hasta sus hombros y ojos de color purpura, esta mujer por su parte vestía lo que parecía ser un traje de estudiante de secundaria, el cual resaltaba su físico esbelto, aunque inferior al de la primera, en su espalda había un par de alas de cuervo.
-…así será mucho más divertido-
-ángeles caídos- susurró el padre del joven con su ceño fruncido - ¿Qué buscan de nosotros? – exigió el hombre autoritariamente.
-tu hijo, Yabuto Hyodo, buscamos al pequeño Issei- respondió la primera mujer sin inmutarse por la actitud hostil del hombre presente, de hecho guardó sus alas y se sentó en el sillón frente a ellos, cruzando sus piernas frente al pequeño, quien desvió su mirada entre temeroso y sonrojado, al ver a la mujer exhibir sus bragas descaradamente, de hecho podía jurar ver una sonrisa burlona en el rostro de la pelinaranja -tu pequeño retoño es mucho más de lo que parece, o me equivoco ¿sagrado relámpago carmesí? –
-al parecer me conoces– el hombre saco de su bolsillo el mango de una espada, mismo que lanzó un haz de luz de color rojo, formando una katana de luz roja carmesí, esto ante la mirada atónita de su pequeño hijo y la mirada preocupada de su esposa -… ¿qué te hace pensar que voy a entregártelo así sin más? -
-tal vez tu nivel haya sido aceptable mientras estabas en la iglesia junto a tus otros dos compañeros, pero por tu familia te has vuelto débil, estás solo aquí, y somos dos contra uno, las posibilidades están a mi favor- la pelinaranja se puso de pie mientras acariciaba su cabello, dirigiendo de vez en cuando una sonrisa repugnante al pequeño niño –si decides entregármelo te dejaremos vivir junto a tu esposa-
-jamás lo hare- respondió el hombre tajantemente –antes muerto-
-tú lo has pedido- la mujer creó una lanza de luz de color azul verdoso en su mano derecha, siendo imitada por su compañera, quien creó una especie de lanza solo que su color era rojo cobrizo
El hombre no se quedó atrás y rápidamente salió por la ventana, siendo seguido por las dos mujeres.
Al llegar al patio trasero, Yabuto se puso en posición de ataque, mientras la pelinaranja sonreía calmadamente, su acompañante, por otro lado, mantenía un semblante estoico, analizando al exorcista frente a ellas.
-por favor, no lo hagas tou-san- gritó el niño desde adentro
-deberías hacerle caso a tu hijo- habló la rubia por primera vez
-Sharine tiene razón- apoyó la ojiroja -tu hijo estará en muy buenas manos, yo personalmente me encargaré de cuidarlo, hasta que tú y tu esposa no sean más que solo un recuerdo-
- ¡jamás! - gritó el hombre lanzándose al ataque, comenzando así un veloz intercambio de cortes y estocadas entre él y las dos mujeres.
La batalla siguió por más o menos unos diez minutos, minutos insufribles para el moreno quien ya comenzaba a sentir los efectos del cansancio, sus piernas se encontraban entumecidas al igual que sus brazos, su frente sudaba bastante, pero aun así se encontraba intacto, su ropa estaba rasgada en algunas partes, pero de resto nada más.
Por otro lado, el ángel caído de cabello rubio jadeaba pesadamente, tenía algunas heridas leves, a excepción de una en su brazo, la cual sangraba profusamente; pero en cambio, la pelinaranja se mantenía sin herida alguna, no mostraba rastro alguno de cansancio y su ropa seguía intacta.
-ya ríndete ¿quieres? Me estoy aburriendo aquí- habló la chica de pelo naranja
-[mokuton: bunshin no jutsu][elemento madera: técnica de clonación]-
Quien llegó no fue otro más que Madara Uchiha quien apareció junto a un clon de sí mismo.
- ¿Quién eres tú? Y ¿Cómo te atreves a interrumpir a Meridiel-sama? – interrogó la rubia cambiando su rostro estoico por uno molesto
-no eres digna de conocer mi nombre, pero si tanto insistes… soy Madara Uchiha- se presentó el pelinegro de forma desinteresada -…y tú ya estas muerta…[katon: gouka messhitsu][elemento fuego: destrucción magnifica de fuego]-
El clon disparó desde su boca una enorme cantidad de flamas hacia la rubia, quien no pudo siquiera esquivarlas, ya que la velocidad de las flamas fue demasiado alta, su cuerpo fue quemado al instante, sin darle siquiera la oportunidad de gritar, esto ante la mirada emocionada del pequeño castaño quien veía todo desde una distancia segura acompañado de su madre quien tenía un extraño y brillante talismán en su mano, el cual brillaba de color verde jade.
- ¡Sharine! – rugió la pelinaranja con ira, lanzándose al ataque hacia el clon, pero este solo desapareció entre la tierra, por lo cual la mujer optó por atacar al restante, en este caso, el real –ma-maldito…¡pagaras por esto!-
Madara por su parte solo se dedicó a esquivar los torpes ataques de la mujer de forma agraciada, ladeando su cuerpo ligeramente o haciendo un veloz juego de pies.
La mujer comenzó a desesperarse, sus ataques y estocadas se hacían cada vez más lentos e imprecisos.
- ¿Dónde quedó esa confianza tuya? – preguntó el moreno de forma burlesca y divertida - ¿no te parecía "aburrido"? ¿o es que acaso ya no te quedan más pasos para bailar y comenzaste a desesperarte? –
-maldito…¡vete al infierno!- gritó la encolerizada mujer aumentando la intensidad de sus ataques, usando sus alas como cuchillas afiladas
-lo siento, pero acabo de venir de allí…[katon: gouka mekkyaku][elemento fuego: gran aniquilación de fuego]-
Madara creó un sello de mano y lanzó una llamarada de fuego en forma de muro, la cual se dirigió hacia la mujer quien logró esquivarla por poco.
-tienes suerte que tenga que limitarme- comentó el pelinegro shinobi – de no ser así, ya estarías acompañando a tu amiga, pero tu suerte se acaba aquí…[katon: gouryuuka no jutsu][elemento fuego: poderoso dragón de fuego]-
Madara lanzó un sinnúmero de veloces proyectiles llameantes de tamaño mediano en forma de cabeza de dragón, impactando cada uno de ellos en el cuerpo del ángel caído, quien solo se limitó a gritar de dolor, antes que su cuerpo comenzara a calcinarse, para luego quedar solo un pequeño montón de ceniza.
Yabuto Hyodo por su parte estaba anonadado, no, estupefacto, ver tales habilidades en un hombre relativamente joven le impresionaba bastante, aun así, no despegaba el ojo de aquel sujeto, en caso que resultara ser una amenaza para su esposa o su hijo.
-gra-gracias- tartamudeó el hyodo a duras penas, ignorando el hecho de que la barrera se deshizo y su familia apareció junto a el
-no es necesario que me lo agradezca- cortó Madara con su gesto neutro –solo necesito hablar con ustedes dos- señalando a los padres del chico
-cla-claro…pasemos entonces- el padre del chico aun nervioso guio al shinobi al interior de su casa.
Después de unos cuantos minutos de formalidades innecesarias, los 3 adultos comenzaron a discutir en presencia del menor.
-seamos claros- inició el shinobi sin rodeo alguno –necesito entrenar a su hijo, pero para eso debo llevarlo conmigo-
- ¿Qué? - susurraron los padres del pequeño, mas perdidos que una uva pasa en un tamal
-verán- explicó Madara –su hijo es especial, muchos problemas le abordarán de ahora en adelante, el de aquellas caídas solo fue el primero de ellos, por eso es necesario que me permitan entrenarlo-
Luego de su explicación, Madara parpadeó confundido, ¿el acababa de decir eso?
-por mí no hay problema mientras me prometa estará a salvo- opinó Yabuto, ganándose una mirada fulminante de su esposa.
-pues yo no estoy de acuerdo- la castaña se opuso mostrando una mirada de enfado - ¡podría ser una trampa! -
Madara al oírla entrecerró sus ojos, preparándose para usar un genjutsu de ser necesario.
- ¿podré lanzar fuego, así como usted? – preguntó el pequeño castaño entusiasmado e ilusionado mientras Madara suspiro algo aburrido antes de asentir con su cabeza –genial…pero…¿podrían acompañarme tou-san y kaa-chan?- ante la pregunta del niño, el shinobi negó con su cabeza -…e-entonces lo siento…no podré ir con usted–
Los padres del chico solo sonrieron contentos ante la preocupación de su pequeño hijo, quien prefirió dejar de lado su entrenamiento por no dejarlos solos a ellos.
-pero podrás venir a visitarlos cada dos semanas y quedarte aquí por dos días- agregó Madara ya algo impaciente
-pe-pero es mucho tiempo…- reflexionó el infante
-el poder siempre tiene un precio- comentó el shinobi legendario
-está bien…- susurró el pequeño –si puedo proteger a mi familia y a mis amigos con este poder, entonces lo haré-
-perfecto- el Uchiha sonrió internamente al ver que Issei aceptó –entonces prepárate que mañana vendré a llevarte a tu lugar de entrenamiento-
-hai- asintió el infante
-bien, los veré mañana entonces…[furemingu kikan no jutsu][técnica de cuerpo en llamas]- el cuerpo del ninja comenzó a ser consumido por el fuego hasta desaparecer de allí.
Casa de Akasha
Mientras tanto en otro lugar podían apreciarse tres siluetas, una femenina, otra masculina y otra que, a juzgar por su tamaño, complexión, y el largo de su cabello, parecía ser la de una niña.
-entonces…¿debo irme de aquí en quince días? – interrogó la niña con temor en sus palabras
-desafortunadamente si Akasha-sama- explicó el hombre, de cabello castaño y ojos rojos - el conflicto entre la facción Tepes y la facción Carmilla ha llegado a una tregua por tiempo indefinido, como bien sabe, hemos venido a esta ciudad con usted con el fin de mantenerla alejada del conflicto entre las dos facciones vampíricas para garantizar su seguridad, pero ahora ya no es necesario, y su madre solicita su presencia-
-pe-pero yo no quiero irme…- susurró la pequeña casi inaudiblemente, pero aun así fue escuchada por sus dos acompañantes quienes sonrieron con tristeza –quiero quedarme aquí…junto con Ise-
-lo sabemos- confesó la mujer, quien tenía el cabello negro y sus ojos de color rojo sangre, sorprendiendo a la pelirosada –sabemos que ese pequeño es muy importante para usted, pero no podemos hacer nada-
- ¡tú no lo entiendes Amelie! - gritó la pequeña perdiendo la compostura - ¡tú tampoco lo entiendes Edgard! ¡los adultos son tontos! Ise es uno de los pocos que me ha aceptado como soy y no le interesa el dinero como a los demás niños, él me ha ayudado siempre, ha estado ahí cuando más lo he necesitado, lo quiero mucho y no quiero alejarme de su lado…no quiero- termino la pequeña con lágrimas saliendo de sus ojitos
-te entendemos- comentó el llamado Edgard, quien aún se encontraba sorprendido por la madurez que presentaba aquella niña –nosotros en algún momento de nuestras vidas fuimos humanos como aquel niño o tus amigas, Amelie y yo nos conocimos cuando teníamos tu edad, pero cuando nos hicimos adultos vimos el mundo de otra manera, no todo es tan fácil, ambos tuvimos que sacrificar nuestra humanidad para poder seguir juntos, pero eso no importa, en algún momento tu deberás tomar las riendas de tu familia y debes ser fuerte para afrontar lo que vendrá para ti, así que no temas, si su destino es estar juntos, lograrán reencontrarse, pero si no, entonces deséale mucha suerte y sigue tu camino-
-n-no es tan fácil- susurró Akasha limpiando sus lágrimas
-lo sé- esta vez fue el turno de Amelie para hablar –pero ten paciencia, las cosas llegan a su tiempo, ahora ve y descansa pequeña, mañana será un nuevo día, así que disfruta de tu tiempo con Hyodo-kun-
-está bien- la pequeña soltó un pequeño bostezo mientras frotaba sus ojos con el dorso de sus manos- entonces los veré luego…duerman bien-
-lo mismo para usted Akasha-sama- el hombre suspiró al observar como la niña subía las escaleras alejándose de allí – ¿qué lástima no? Pronto tendremos que separarnos de ella-
-así es- apoyó la mujer –la criamos como nuestra hija desde que tenía seis meses de edad-
-pero lo bueno debe terminar- continuó el hombre –solo espero que ella sea feliz en su nuevo hogar-
-créeme querido, yo también lo espero- finalizó la mujer con un tono melancólico.
Plaf
-me merezco esa bofetada- comentó el hombre.
Punch
-o-oye, ese puñetazo me dolió querida-
Paam
- ¿e-el televisor? ¿e-es en serio? –
Smash
-oh mierda, esa mesa llegó de la nada-
Click
-nonononono, p-por favor, no pongas ese cuchillo ahí, no lo hagas, lo siento- se disculpó el Hyodo mayor.
-te lo mereces- siseó la mujer apartando un "pequeño" cuchillo de la entrepierna de su esposo, al tiempo que la cubría un aura oscura - ¿por qué aceptaste tan fácilmente? -
-y-yo…glup…- el hombre sudaba balas, so boca titiritaba y sus ojos tenían un pequeño charco de lágrimas –q-quería que en el futuro él pueda defenderse solo, en caso que nosotros ya no estemos-
-está bien, tienes razón- al parecer la mujer se había calmado –pero eso no significa que vas a salvarte de tu castigo, ¡baka!, ahora…mmm~…ya sé, ¡césped! -
- ¿c-césped? – el hombre se mostraba aún más nervioso –p-por favor, todo menos eso-
-ya me oíste, agradece que no te castré-
-p-pero yo- el hombre trataba de encontrar una excusa para evitar su inminente castigo.
- ah~ ¿te atreves a contradecirme?, ¡césped por dos semanas! –
- ¿d-dos semanas? – al fin una idea cruzo por la mente del hombre quien sonrió malévolamente en su interior, lo que haría ahora podría ser su as bajo la manga –lo siento, sé que he sido un tonto al aceptar tan fácilmente, admito mi error y estoy dispuesto a…-
- ¡cállate! ¿creíste que la psicología inversa funcionaría conmigo? Será mejor que alistes una cobija y una carpa armable, porque ahora será…- una malignamente maligna sonrisa apareció en el rostro de la mujer -…un mes de césped, disfruta de tu castigo querido ufufufu~
Pum
Y con una certera patada el hombre salió volando de la casa, literalmente.
Ahora…se preguntarán…¿qué significa el famoso césped?, pues fácil, el afectado deberá dormir el tiempo asignado en el jardín de la casa, pudiendo ingresar en esta solo a comer y organizarse, tampoco podría dormir en casa de algún conocido, en resumen, el pobre hombre quedó bien jodido.
-nooooooooouuuuu~ gritó el hombre como una bestia salvaje.
La mujer se deleitaba y sentía un placer casi sexual al escuchar las suplicas de su amado e irresponsable esposo, al parecer su lado S había aflorado.
Lentamente un mar de llamas se formó atrás de la castaña quien extendió sus brazos, al tiempo que inexplicablemente un rayo caía iluminando su rostro.
-muajajajaja, triunfó el mal joputa-
Día siguiente
- ¿estás listo? – preguntó Madara, quien se encontraba junto a Issei y los padres de este en la salida de la residencia.
-s-sí, creo que ya…-
-Iseeeeee~ una voz chillona y femenina interrumpió al chico quien solo vio un borrón de color rosado, antes de caer al suelo, ante la mirada indiferente del ninja.
-Akasha-chan- susurró Issei abrazándola.
- ¿a-adónde vas Ise? – preguntó la pequeña niña.
-debo irme Akasha-chan- el niño hacía un esfuerzo enorme para no llorar –te voy a extrañar mucho-
- ¿y nos volveremos a ver? – preguntó la pequeña.
-claro que si- susurró el castañito aumentando la fuerza de su abrazo, sintiendo también algo parecido a un deja-vú al hacerlo.
- ¿me lo prometes? – preguntó la niña ofreciendo su meñique, siendo correspondida por el pequeño.
-lo prometo- respondió el castaño antes de darle un beso en la frente, hecho que causó que la pequeña se sonrojara como un tomate
-adiós Ise, cuídate- la pequeña niña le dio un beso en la mejilla, antes de huir de allí echando humo de sus orejas.
-l-lo hare- susurró el pequeño todo atontado, notando también una extraña tienda de campaña en el jardín de su casa –nos volveremos a ver, tou-san, kaa-chan-
-te queremos hijo, cuídate mucho y vuelve pronto- la pareja abrazó al niño de forma afectuosa, antes de darle un beso en la frente.
-en fin, hora de irnos- Madara erradicó toda la glucosa del momento, al tiempo que suspiraba aburrido…de nuevo.
-cuídalo bien, o si no…- Madara se aterrorizó al ver que tras la madre del chico aparecía un hannya con una tétrica sonrisa, por un momento recordó la imagen de otra mujer de cabello rojo y ojos morados -conocerás la ira de Yuki Hyodo
- (es verdad lo que dijo Hashirama) - pensó el pelinegro acojonado por primera vez en toda su vida – (algunas mujeres dan mucho miedo) -
-n-no se preocupe lo haré- terminó Madara desapareciendo de allí junto con el pequeño
-cuídate mucho, hijo mio- susurró la castaña con tristeza.
Mientras tanto Issei solo caminaba junto a su nuevo maestro, antes de mirar hacia el horizonte con determinación en sus ojos.
-voy a volverme el más fuerte, y no dejaré que nadie lastime lo que aprecio, es una promesa...-
primer capu: finished
entonces...¿bueno?¿malo?¿vomitivo? ¡comenten!
bien, antes que me critiquen y todo eso solo daré algunas explicaciones:
-soy nuevo y no conozco mucho de esta pagina, todo lo saque de youtube
-criticas constructivas si es posible-
-¿harem? como ven si
-¿OP? solo a ratos
-¿smart issei? mas o menos, solo en batalla
-¿peón de Rias? nop, lo siento pero no podrá reencarnar al portador del shar...ups, spoiler
creo que no es más por hoy, suerte y nos leemos.
