Era un día como cualquier otro en la academia mágica de Luna Nova, las maestras enseñaban a las brujas estudiantes sobre como deberían usar y controlar su magia.
Como cada día, Diana siempre era la que destacaba por encima de otros gracias a su grandiosa destreza y capacidad con la magia, Sucy se la pasaba experimentando con Akko haciéndole probar diferentes pociones derivadas de hongos que alteraban el color de su piel o el tamaño de algunas partes de su cuerpo, Lotte prestaba total atención a sus clases mientras cuidaba de que Akko no se quedara dormida en mitad de estas y cuando fuese tiempo libre después de encargarse de sus deberes leería otro libro de Night Fall, Amanda trataría de divertirse el mayor tiempo posible durante sus vuelos con escoba haciendo piruetas y trucos, Jasminka solo se la pasaría comiendo, Constanze probaría nuevos artefactos y maquinaria combinándola con su magia, y Akko sacaría bajas calificaciones en todos los cursos por más que se esforzase.
Pero, aunque no lo supieran, ese día la escuela recibiría una oferta especial.
Mientras el Sol se ocultaba, en la oficina de la directora se hallaban cuatro individuos: La profesora Finnelan se encontraba al lado de la directora Miranda Holbrooke leyendo sobre su mesa la invitación que acababan de recibir, ambas sorprendidas por esa peculiar oferta, mientras la profesora Ursula trataba cortésmente al hombre de mediana estatura, con traje, y rechoncho que había ingresado al lugar con total seguridad.
-Entonces, directora Holbrooke, ¿Que dice con respecto a este negocio? —El hombre, con gran parte de su cabeza calva, y una cola de caballo, revisaba uno de sus relojes midiendo el tiempo que le tomaba a la directora de la academia tomar una decisión. Aun así, mantenía su amabilidad— La suma de dinero que le estamos ofreciendo le vendría muy bien a los fondos de este lugar, aunque puede ser negociable. ¿Que dice?
Releía una y otra vez lo que acababa de recibir, tanto intrigada como asombrada.
"Querida Directora Miranda Holbrooke de la Academia de Brujas de Luna Nova, llega a usted esta petición con nuestros más humildes deseos de que sea capaz de aceptar.
Como sabrá, cada 100 años nuestra institución convoca a los estudiantes de diversos lugares del mundo de las academias más prestigiosas para que participen en un torneo donde se determinara quien es el hechicero más grande y poderoso de este siglo: la recompensa de ganar este prestigioso torneo es pasar a ser parte de Los Inmortales, los magos más gloriosos de sus respectivas épocas.
Sin embargo, con gran urgencia se recurre a usted, puesto a que cada sitio que hemos utilizado por más de 20 siglos han sido demolidos y no tienen la capacidad de resistir encuentros de tales magnitudes. Estuvimos estudiando por mucho tiempo los terrenos en los cuales podría desarrollarse este torneo, mas al enterarnos de que la magia de las brujas depende de una piedra filosofal, hemos decidido solicitarle a usted para que nos permita organizar el torneo en su academia. No se tendría que preocupar por los gastos, puesto a que nosotros colocaremos la mano de obra.
Tenemos planeado construir un Coliseo cercano, no solo para brujas, sino para todo aquel que desee ver el torneo.
Aparte de que se le entregara una gran suma de dinero, la cantidad se le notificara por medio de nuestro mensajero y gerente de talentos interiores, también se le ofrecerá ser anfitriona, junto a cuantos invitados desee, del magno evento.
Con suma gratitud, El Consejo de Hechiceros."
El final de la carta llevaba un sello extraño que imitaba el cráneo de un humano.
La directora levantó la vista hacia el hombre, quien esperaba tranquilo su respuesta. Al notar su inseguridad tras ver que se llevaba la mano al mentón, pensativa, decidió dar un ultimo empuje para convencerla. Sin levantarse de su asiento, abrió la boca y habló con una confianza absoluta, como si se tratase de vender un producto.
-Si esta preocupada por las estudiantes de la Academia, debo decirle que tiene que perder cuidado, puesto a que nuestro evento no debería afectar en lo absoluto a sus clases y podrán continuar con sus estudios regularmente. Y si usted lo desea, las estudiantes pueden ser parte del publico invitado y tendrían cupos exclusivos. —El sujeto se puso de pie y revisando su reloj realizó el ademán de estar retirándose— Solicito su más pronta respuesta, también tengo que atender otros asuntos urgentes.
La directora lo consultó con la profesora Finnelan, quien parecía igual de dudosa.
-¿Que es lo que dice, Finnelan? ¿Podríamos aceptar esta oferta?
Finnelan despegó su vista de la carta, y clavo su mirada hacia un pinto en blanco, luego camino hacia una de las ventanas, mirando el exterior. Observó el instituto, reflexionando por unos segundos.
-Opino que debemos aceptar. El Consejo de Hechiceros lograra atraer la atención al Lugar de Runa otra vez, recibiremos fondos para mejorar nuestra infraestructura, y además las estudiantes tendrán algo con que entretener y podrán aprender de un ámbito diferente en el mundo de la magia. No obstante, aun siento de que no están incluyendo a las brujas como se debe. -Al decir esto último se volteo en dirección al hombre, mostrándose resignada. El sujeto mantuvo la compostura- Ellos han realizado estos torneos por varios siglos, en muchos sitios distintos, y nunca incluyeron a las brujas. Recién en este momento, cuando tienen problemas para llevar acabo su ceremonia, recurren a nosotras, su ultima opción. -El hombre estuvo a punto de interrumpirle, mas cambio de opinión al ultimo segundo, y decidió dejarla continuar- Yo demando, directora, que una bruja sea incluida en el torneo para determinar al hechicero más grande de este siglo.
El hombre y la profesora Ursula parecían estar igual de sorprendidos. Ursula intentó calmar un poco la situación.
-Profesora Finnelan, no esta sugiriendo de verdad que nuestras estudiantes participen en esa actividad, ¿Cierto? —Mostraba una sonrisa nerviosa— Podrían salir lastimadas y no creo que sea una buena idea...
-No, claro que lo es. —El hombre tenia la mirada iluminada— El primer torneo que incluirá brujas. Seria una buena mercadotecnia, puedo convencer al Consejo de Hechiceros de hacer unas cuantas modificaciones. Estoy de acuerdo. —Extendió su mano hacia la directora, en señal de cerrar el trato— Solo tiene que aceptar, Directora.
Holbrooke le dio una mirada a una Finnelan que cruzó sus brazos y afirmó con la cabeza, y luego observó a una insegura Ursula, por último volvió la vista hacia el hombre para al final estrechar su mano acompañada de una sonrisa.
-Claro, ¿Por que no? Podría ser divertido.
La profesora Ursula lanzó un suspiro, no solamente preocupada de que las brujas que participen podrían poner en peligro su identidad física, sino porque conocía a cierta persona que insistiría demasiado en participar.
El día siguiente se declaró que necesitaban a una aspirante para representar la academia, el hombre les dijo que les mandaría indicaciones sobre todo lo que se iba a realizar con respecto al sitio en el que se llevaría el evento, y que deberían anunciarlo a sus estudiantes, así que se colgaron varios panfletos en las columnas de la academia. El panfleto indicaba que un torneo con los más poderosos hechiceros del planeta se llevaría acabo en un coliseo que seria construido cerca del Lugar de Runa, las brujas con más altas calificaciones serian consideradas para participar y tener una oportunidad de probar que son tan poderosas como los hechiceros, el resto daba las instrucciones de los enfrentamientos pero Akko los ignoró, estaba muy entusiasmada en poder clasificar que solo leyó la parte en que decían que podría ser parte de Los Inmortales.
-¡Y así podría llegar a ser tan grande como Shiny Chariot! —Comentaba con las 5 compañeras más cercanas que tenia en la mesa mientras tomaban un refrigerio mostrándoles uno de los panfletos que arrancó de las paredes— ¡Ni siquiera sé quienes son esos Inmortales pero suenan importantes! —Comenzó a ilusionarse sobre como serían las cosas cuando controlase toda su magia y si ganase el torneo, acaparando toda la atención hacia ella ganándose el respeto de todos.
Amanda tomó el panfleto y le dio un vistazo cuando Akko aun estaba atrapada en su fantasía, apoyaba sus pies sobre la mesa y mantenía el equilibrio sobre su silla, miró el anuncio como si de una aburrida clase más se tratara.
-¿Estas segura de que puedas entrar? Seguramente las maestras ya habrán elegido a Diana para que nos represente. Y además, no tienes las mejores calificaciones de la clase.
Estos comentarios la hicieron explotar en cólera, no podía tolerar que Diana la superase en esto. Cogió el anuncio y lo comenzó a arrugar y romperlo.
-¡Esa engreída! ¿Quien se ha creído que es? ¡Demostrare que soy mejor bruja y representare a la academia en ese torneo!
-Akko, cálmate... -Lotte trató de disminuir el malhumor de su amiga, y que volviese a tomar asiento para ya no llamara la atención de las otras alumnas- Quizás las maestras elijan otra forma de calificarte.
-Por no decir de que ni siquiera podrían considerarte para representar a la Academia. —La atención de Akko ahora se la llevo Sucy, quien estaba toqueteando un hongo pequeño entre sus manos y estudiándolo— Ni siquiera puedes volar en una escoba.
-¡Bueno! ¡No puedo volar una escoba...!
-Ni usar la magia correctamente.
-¡Pero al menos...!
-Y solo usas la vara de Shiny Chariot en caso de emergencia.
No podía refutar nada de eso, así que se quedó callada y se sentó de nuevo.
-Supongo que tú tampoco participaras, Sucy. —Comentó Amanda.
-No tengo el más mínimo interés en ingresar a un torneo, tengo cosas más importantes que atender. He estado experimentando con ciertos hongos que podrían convertir tu piel en piedra. —El resto le dio una mirada de miedo disimulado, y arrastraron sus respectivas sillas un poco más lejos que la de ella, exceptuando a Jasminka que solo devoraba su comida.
-De igual manera, no creo que ninguna de nosotras pase de la primera ronda. He oído que los magos tienen enfrentamientos con hechizos tan poderosos que son capaces de hacer temblar la tierra, por eso es que todos los lugares que visitan acaban en ruinas. Y por eso creen que la piedra filosofal sera capaz de soportar tal magnitud de magia.
Akko se puso seria al escuchar lo que dijo Amanda.
-¿Dices que la Academia puede llegar a ser destruida gracias al encuentro de esos magos?
-No lo sé en realidad. Lo que sí sé es que este año se enfrentaran 15 estudiantes. —Le dirigió una mirada despreocupada a Constanze, y ella asintió con la cabeza— Muestra lo que encontraste.
Constanze levantó su varita modificada con tecnología, girando unas tuercas que tenia, y empezó a salir un destello verdoso que al cabo de unos segundos proyecto un holograma que imitaba una tarjeta de presentación grande y vacía.
Akko estaba igual de sorprendida que Lotte y Sucy, aunque esta última solo levantó una ceja.
-¿Que es esto? —Preguntó Akko.
-Ah, sí. Olvide decírselos. Constanze al parecer sigue estos eventos desde que escucho de ellos hace varios meses.
-¿En serio? ¿Planeas ser considerada para representar la Academia? —Ahora quien preguntaba era Lotte, recibió una respuesta positiva y silenciosa departe de Constanze.
-Pon a los últimos que me mostraste. —Sugirió Amanda.
Constanze volvió a girar y presionar ciertos botones de su varita, la tarjeta de presentación gigante cambio, y ahora mostraba los datos de alguna persona; junto con la foto de un muchacho joven de piel blanca, pelo largo y dividido por la mitad en los colores rubio y negro, tenia una barba y bigote algo poblado, sonreía.
-Este sujeto es Steve Rollins, viene del mismísimo Centro Estudiantil del Consejo de Hechiceros en Estados Unidos. Se supone que es el que más altas calificaciones tuvo. Se dice que es una especie de "oportunista". Pasa al siguiente Constanze.
La imagen e información cambiaron rápidamente. Ahora se mostraba a un sujeto de tez blanca también, calvo y con una barba y bigote poblados, tenia una mirada de pocos amigos. Akko se asombro de que alguien tan mayor estuviese participando en el torneo, lo que le hizo dudar sobre lo si quería clasificar realmente.
-A él lo conocen como Paul Show, también departe del Consejo, también lo llaman "El Hechicero más grande del Mundo". —La imagen e información cambiaron de nuevo, ahora presentaba a un hombre con características similares al anterior, solo que este tenia la piel oscura y era más bajo— Este otro, que viene del mismo lugar, es Clark Hendrick, su apodo es "El Hechicero más fuerte del mundo".
La fanática de Shiny Chariot tragó saliva al escuchar los apodos que recibían los hechiceros, no por nada los nombrarían así. Cuestionaba sus opciones estrictamente.
La siguiente imagen que se mostró fue la de un joven con los ojos desorbitados, mirada perdida, sonrisa excesiva, pelo andrajoso corto castaño, y poca higiene en su rostro pues tenia una barba mal rasurada. Pareciera que lo hubieran forzado a tomarse una foto, ya que vestía una camisa de fuerza. Esa aparición exaltó a Lotte y Akko.
-Este loco de acá es Dino Moxley, viene del Instituto Psicológico de Magos con Trastornos Mentales. Creo que es de una Isla oculta en el Océano Pacifico...
-¿¡QUE!? —Lotte temblaba tras escuchar lo que dijo Amanda— ¿¡Trastornos mentales!? ¿¡Van a permitir que alguien como él venga aquí!?
-Pues claro. Se supone que es el más tranquilo del lugar, o quizás el más peligroso. —Lo dijo a propósito para asustarla aun más, cosa que consiguió.
-El siguiente es...
-No deberían molestarse en seguir buscando información y centrarse en sus estudios. —Esa voz irritante fue reconocida por Akko— Al fin y al cabo no se enfrentaran a ellos.
El holograma desapareció justo en el momento en el que Diana se hacia presente junto con Anna y Barbara, quienes hacían pequeñas risillas.
-Exacto, ¿Que les hace creer que tienen alguna oportunidad de siquiera ser considerada como una representante de la Academia de Luna Nova? —Se burló Anna. Mientras Amanda y Akko soportaban para no explotar en cólera y saltar contra ellas provocando una pelea.
-No van a elegir a una amante de los hongos o a una cerebrito con la tecnología para que participe en el torneo. —Barbara agitaba su varita en dirección a Diana, como si de una exposición se tratase— Elegirán a Diana, la más grande Bruja que ha visto el Lugar de Runa.
-Las maestras solo dicen eso para incentivar a los alumnos para que mejoren en sus calificaciones. -Concluyó Diana cruzando sus brazos.
-¡Te equivocas! —Akko se levantó de su asiento y se puso delante de Diana, desafiante— ¡Sere YO quien ingrese en el Torneo, representare a Luna Nova, y ganare! ¡Te demostrare que puedo ser capaz de muchas cosas!
-No controlas la magia, te va mal en este lugar y no tienes sangre de bruja. ¿Como esperas competir siquiera contra alguien como yo? ¿La mejor de todas en la Academia?
-¡No lo sé! ¡Pero encontrare la manera! ¡No dejare que me arrebates esta oportunidad!
-Eso me gustaría verlo. —Dio media vuelta y se retiró, seguida por las miradas de otras brujas que presenciaron la escena y Anna y Barbara, estas dos ultimas le sacaron la lengua a Akko en señal de burla. Ella solo se quedo mirando, con la misma expresión, hasta que las perdió de vista.
-Entonces, ¿No tienes ni un plan para vencer a Diana? —Cuestionó Sucy con indiferencia.
-No... —Akko se mostraba decepcionada, aunque le costara aceptarlo, no controlaba la magia lo suficiente como para estar a la altura de Diana.
-No te preocupes Akko. —Amanda le rodeo el cuello con su brazo de forma amigable, se veía feliz— Yo sí tengo uno.
Por varios días, en los exteriores de la Academia, varios Orcos y Ogros estuvieron trabajando, recolectando, moldeando, y colocando rocas para establecer el nuevo Coliseo que serviría de recinto para el Torneo de los Hechiceros. Las brujas podían observar desde las ventanas como es que cientos de criaturas de esa especie se esforzaban para hacer el mejor trabajo posible, algunas notaron como es que un hombre de mediana estatura, calvo en una parte de la cabeza, con una cola de caballo, traje elegante y rechoncho, dirigía la construcción.
El Coliseo era gigantesco, casi del mismo tamaño de la Academia, y a tan solo unos 50 metros de esta. Durante las clases de vuelo en escoba, algunas aprovechaban para ver como quedaba el lugar desde adentro desde la altura. Las gradas se dividían en dos secciones: La gran parte pertenecía publico en general; eso incluía Brujas, Hechiceros y gente sin cualidades mágicas; y solo una pequeña zona, separada por un par de paredes, era la zona para el Consejo de Hechiceros y las Maestras de la Academia de Luna Nova.
No tardaron mucho en terminar la obra arquitectónica, solo bastaron cinco días sin descanso. Mientras era terminado, las maestras evaluaban a sus alumnas para ver cual de todas seria la indicada para representar a la Academia, así que anunciaron que ya habían escogido a alguien para representarlas, y entregarían la información clasificada al Consejo de Hechiceros quienes serían los encargados de presentar a los participantes cuando llegaron a la Academia.
Akko, Sucy, Amanda, Jasminka, Lotte y Constanze también estuvieron ocupadas. A Amanda se le ocurrió ayudar a Akko, ya que también le caía mal Diana, y decidió infiltrarse en la oficina de la directora por la noche, así podría cambiar a la escogida para participar en el torneo. Al principio Sucy sugirió ponerle un hongo venenoso que le diera sarpullido a Diana en su comida, la idea fue apoyada por Akko y Amanda, mas Lotte las convenció de que no hicieran algo así, era muy excesivo, y ellas podían ser las primera sospechosas. Si cambiaba las fichas de Akko y Diana, el Consejo solo presentaría a Akko como participante. Confiaba en que no quisieran pasar una vergüenza, y ella no podría ser sospechosa puesto a que se podría tratar de una confusión.
Los pasillos de la Academia por la noche eran vigilados por algunas brujas que hacían de guardia, inspeccionaban el lugar en caso de que alguien saliera de su habitación o algún intruso ingresara a robar. Por fortuna, Amanda tenia habilidades únicas con la escoba, camuflada con su traje de cuero oscuro, consiguió escabullirse con cautela sin ser descubierta hacia la oficina de la Directora. Pasar por la puerta asegurada no le fue problema tras usar un hechizo, se aseguró de que nadie la hubiese visto, dejó su escoba sobre la mesa del escritorio, y entonces revisó los cajones en busca de la ficha que se tenia que entregar al Consejo.
Estaba muy oscuro y necesitaba iluminarse con su varita, cuando ubico un sobre manila donde estaba escrita la palabra "Participantes" en mayúscula. Estuvo a punto de sacar la ficha que tenia dentro, cuando oyó la puerta de la perilla girando. Gracias a sus reflejos, saltó detrás del escritorio y se agachó para esconderse, llevándose su escoba consigo.
Otra luz iluminaba la oficina.
-¿Hay alguien aquí? —Era la voz de la maestra Finnelan.
¿Por que de todas tenia que ser esa bruja?, pensó Amanda, tomando la palabra "bruja" en más de un sentido.
-Que extraño, la puerta siempre esta asegurada. —Oia varios pasos en la habitación, la maestra inspeccionaba el lugar.
Tenia que pensar rápido, si era descubierta, podía meterse en problemas muy serios, que la podrían llevar incluso hasta la expulsión. Escuchó como es que la maestra se aproximaba al escritorio, quizás para revisarlo. Tenia que pensar rápido.
Agito su varita, y con puntería ciega, lanzó un hechizo hacia la estantería con libros, ocasionando que se cayeran unos cuantos. Finnelan fue a ver que hacia ese ruido, y a pone en su lugar los libros caídos, a lo que Amanda aprovechó para sacar la ficha del documento y colocar la de Akko. Cuando estuvo hecho, abrió el cajón escritorio y volvió a dejar el archivo. Se movilizó hacia la salida y escapó en completo silencio sin dejar rastro.
El resto la esperaba en la habitación que compartían Akko, Sucy y Lotte; Akko jugaba con Constanze con las cartas coleccionables de Shiny Chariot sobre la cama inferior de la litera, Lotte leía un libro de NightFall en la parte superior de la cama, Sucy experimentaba con hongos en la mesa que tenían, y Jasminka comía una bolsa de patatas fritas. La tensión se rompió cuando Amanda ingreso al cuarto, con algo de sudor en la frente, mostraba una sonrisa.
-Esta hecho.
Esa noche, Akko durmió con una sonrisa en el rostro. No podía esperar al día de mañana cuando la llamaran para participar en el torneo. Solo pensaba en los aplausos del publico cuando consiguiera ganar, en las ovaciones que recibiría cuando lanzara un hechizo, y se imaginaba que llegaría a montar en su escoba y controlar la Shiny Rod como lo hacia Shiny Chariot. En ni un momento se le cruzó por la cabeza a que mastodontes se tendría que enfrentar.
La mañana siguiente, se le ordenó a todas las brujas que asistiesen al cuarto de ceremonias, El Consejo de Hechiceros llegaría ese día y todo tendría que salir perfecto.
El lugar se encontraba repleto de brujas, expectantes ante la llegada del Consejo. Las Maestras y la Directora se encontraban delante de todas, listas para presentar a sus invitados especiales. Algunas alumnas cuchicheaban cosas entre sí, esparciendo rumores sobre aquellos quien les darían una visita. Sucy, Lotte y Akko se sentaron juntas, no ubicaban la posición de Amanda, Constanze, y Jasminka, seguramente se habían perdido entre la multitud. A quien sí podía ver Akko era a Diana, estaba justo en la tribuna contraria a la que ella había sido asignada, junto a Anna y Barbara. Se veía muy seria, quizás ya augurando su victoria.
La maestra Finnelan llamó la atención de todos con dos palmadas.
-Señoritas. Por favor, esperamos que den lo mejor de sí. —Dicho esto, Finnelan le cedió la palabra a la maestra Ursula.
-Como bien sabrán, el Consejo de Hechiceros realizará un torneo en El Lugar de Runa, donde una de las brujas más destacada de la Academia sera capaz de participar. No tendrán que esperar más para saber quien es. Por favor, recibamos al Consejo de Hechiceros.
Todas estuvieron a punto de aplaudir, cuando de repente todo se torno lúgubre. La iluminación del sitio cambio a un tono morado oscuro, una niebla débil se esparció por todo el suelo, y se escuchaban campanadas provenientes de lugares desconocidos. Dos filas de druidas, hombres encapuchados cubiertos de negro por completo, ingresaron al lugar cargando antorchas con ambas manos y levantándolas delante de ellos. Armaron una especie de sendero de la entrada hacia el lugar donde se ubicaban las maestras.
Siluetas empezaron a recorrer ese sendero.
Alguien encapuchado, muy alto y con un traje oscuro parecía ser el líder. Era acompañado por su lado derecho por alguien de la misma altura, solo que este no andaba encapuchado y se notaba su pelo largo negro, pero ocultaba su rostro con una máscara rojiza que permitía ver sus ojos y boca. Por el lado contrario era seguido por un sujeto con terno, gordo, un pequeño bigote, pelo oscuro corto bien peinado, papada en vez de cuello, y piel extremadamente blanca; tenía bolsas debajo de los ojos y una Urna dorada en la mano, sonreía a las brujas con malicia. Detrás iba un sujeto un poco menos gordo, con camisa hawaiana, pantalón blanco, un sombrero y un farol en mano.
La presentación de estos sujetos heló la sangre de las brujas, incluyendo a las maestras y la directora.
Lotte y Akko sentían como es que el corazón casi se les sale del pecho, se abrazaban con temor. La única que no parecía estar afectada era Sucy, quien solamente sonreía, pues le agradaba la forma en como infundían temor en los corazones ese Consejo.
Los hombres subieron al escenario, quedando junto a las maestras. El líder se plantó frente a Ursula, quien aun se hallaba en Shock por la presencia. Tardó varios segundos en reaccionar y cuando lo hizo, solo atinó a sonreír nerviosamente y extender su mano en señal de saludo.
-B-Bienvenidos...
Sus ojos no se dejaban ver, pero sí su boca, y no parecía muy contento. Extendió su mano y estrechó la de Ursula, quien jamas había sentido un cosquilleo así en su vida. Cuando la soltó, se dirigió a hablar con las estudiantes. Su voz imponente las espantaba a todas.
-Buenos días. —Hubo una pausa larga, y poco a poco la iluminación volvía a su estado original— Soy el director del Consejo, me conocen con varios nombres. Yo solo respondo a uno: Death.
Se oyó el unisonó de varias gargantas tragando saliva al mismo tiempo.
-Hemos venido a mostrarles el torneo más grande de magia, y queremos que todo salga perfecto. Tenemos reglas... —Su mano levantaba poco a poco cierta parte de la capucha— Reglas estrictas, que sí rompen, se las tendrán que ver conmigo —Al levantarse hasta cierto punto, revelaba sus ojos muertos y blancos sin pupilas. Todos quisieron dar un grito ahogado pero consiguieron resistirse— Continuando, procederé a nombrar a los participantes de los diversos sitios que representan.
El hombre recibió varios archivos departe del acompañante gordo, abrió uno y extrajo el archivo interior para leerlo.
-Presentando primero a los representantes del Centro Estudiantil del Consejo de Hechiceros: Primero, de Silsbee, Texas, Clarck Hendrick; el siguiente, de Aiken, Carolina del Sur, Paul Show; y por ultimo, de Davenport, Iowa, Steve Rollins.
Esos eran los nombres que Constanze les había mostrado el hace muchos días atrás a sus amigas.
Los tres mencionados ingresaron al lugar, el sujeto de cabello rubio y negro era acompañado por los dos gigantes quienes tenían pinta de ser guardaespaldas. No tenían trajes de hechiceros, el joven con el pelo bicolor tenia un chaleco oscuro, pantalones del mismo color, y una camiseta sin mangas. Los gigantes por otro lado tenían algo extraño, vestían uniformes militares.
El protegido había entrado con una sonrisa antipática, mirando casi con desprecio a las brujas. Los hombres se colocaron justo en medio de todos, aguardando la llegada de los otros integrantes del torneo.
-Representando al Instituto de la Liga de Naciones... —Death continuaba presentando a los miembros del torneo— De Manchester, Inglaterra, Slade Barrett.
El participante entró, vestía un traje elegante, con una rosa roja en su bolsillo junto al pecho, un peinado con una pequeña espiral en el cerquillo y barba recién rasurada. Mirada frívola y actitud indiferente ante las miradas de las Brujas.
Se puso junto a los otros participantes, Akko supuso que el resto haría lo mismo.
-Representando al Instituto Psicológico de Magos con Problemas Mentales... —Lotte no podía creer que iban a presentar al loco que había visto hace algunos días— De Cincinnati, Ohio, Dino Moxley.
El mencionado ingresó al sitio de una manera distinta e inesperada. Venia acompañado de dos hombres que vestían de pantalón y camisa blanca; tenían la pinta de ser enfermeros, sujetaban con fuerza cada hombro del participante y le pedían con ira que se calmara. El tipo con problemas serios psicológicos miraba hacia todas partes de manera desesperada, observaba los ojos de las brujas en dirección suya como si lo juzgasen de sus crímenes cometidos. Estaba asustado y lleno de cólera por que lo obligasen a asistir a un evento como ese, por algún motivo tendría la camisa de fuerza ajustada a más no poder.
Lo obligaron a arrodillarse, al costado de los demás hechiceros, inmovilizándolo.
A Lotte le aterraba la idea de que alguien como él estuviera en la escuela.
-Representando al Instituto Independiente de Artes Oscuras. De Chicago, Illinois, Jack Punk.
Ahora hacia su entrada un tipo con un abrigo con capucha, y mangas largas, cubriéndose el rostro como si no quisiese ser reconocido, usaba un Jean gris y tenia las manos en los bolsillos.
Lo poco que se pudo notar de su cara fueron sus patillas pobladas en los lados, y un piercing incrustado en su labio inferior al lado izquierdo. Miraba a sus alrededores, sonriendo como si se sintiese superior a las brujas y a sus contrincantes.
-Representando al Centro de Estudios de Artes Perfectos de Canadá. De Toronto, Orantio, Robert Roode, y de Niagara Falls, Ohio, Ten Dillinger.
Dos sujetos entraron, con vestimentas muy extrañas. Uno vestía una bata llena de brillantina, y daba vuelta como si estuviese presumiendo su cuerpo; tenia el cabello, un bigote y barba cortos y negros. Su compañero parecía hacer lo mismo, intentaba opacarlo también presumiendo; tenía puesto un pantalón blanco y un chaleco rojo sin mangas con cuello largo que tenia el numero 10 en la espalda y un bigote poblado, su cabello estaba muy corto y con una cresta pequeña. Ambos hombres se colocaron en sus posiciones, con una sonrisa brillante.
-Representando a la Academia Mágica Luna Nova...
Era el momento, el instante en que Akko seria mencionada. No obstante, una sorpresa les esperaba a todas las brujas.
Cuando mencionaron el nombre de la participante que representaría a las Brujas, quedaron impactadas.
