SECRETOS OCULTOS

Secretos Ocultos

La oscuridad era completamente densa, era una noche que albergaba mas de un suceso mágico a la vista de cualquier mortal, pues justo esa noche un eclipse lunar se iba a presentar, y era justo por eso que el día se había elegido y no al azar, el cielo negro se mostraba solo la brillante esfera presentando tonalidades ligeramente cobrizas, sin ninguna estrella para admirar, algo extraño, más poco podía interesar, solo se oía el tranquilo ir y venir de las olas, lo cual causaba más ansiedad, ya que esa noche tan esperada por cinco personas, estaba a punto de guardar con ella un evento muy especial, el cual les marcaría el rumbo de sus destinos e involucrarían en el acontecimiento sin pretenderlo a otros más.

Dos jóvenes situados en el lugar pactado desde hacía tres meses, se encontraban hablando en susurros, a pesar de saber que no había nadie a esas horas de la noche, era su manera de seguir en complicidad, la joven pelirroja sonreía animadamente, mientras que en el rostro del chico podía verse una lucha interna que se llevaba a cabo en su interior, ambos jóvenes esperaban por sus otros tres amigos, no tardarían en llegar.

-¿Estas segura...? –le observo con dejes de preocupación en su cristalina mirada

-Claro, no hay nada que pensar -sonrió la joven con expresión de emoción- hemos deseado tanto hacer esto, que no me lo puedo creer –llevo su dedo índice a su barbilla- aunque me pregunto que habrá hecho Suki para deshacerse de el Sr. Hatsuke.

-Creo que no se deshizo de él, del todo –le miró metiendo ambas manos en los bolsillos de su pantalón deportivo.

-¡¿Como?! –su expresión de sorpresa y el tono elevado de su voz no lo pudo ocultar.

-Tranquilízate…-sonrió con nerviosismo por la reacción de la chica- solo manipuló a su padre para que lo asignara a otra área de la Universidad, es del otro lado, la puerta trasera, y las rondas las hará pasada media noche así que eso nos dará tiempo –dijo volteando a ver la luna - empezaremos justo cuando se haga la oscuridad total –sonrío ligeramente.

Suspiró algo tranquila- Menos mal…

El joven nuevamente dirigió su mirada hacia ella, pero esta vez en sus ojos había algo diferente, se veían mas decisivos-Sabes…tengo que confesarte algo- tomo la mano de ella con delicadeza-

-¿Que sucede? –le miró con extrema ternura, no era un secreto en silencio que amaba mas allá de lo posible a ese chico frente a ella, compartían todo, pasiones, sueños, deseos, ilusiones, gustos…todo completamente y pensar que un pasatiempo era lo que los había encontrado.

-Yo…quiero…-se aclaró la garganta y continuo con timidez-yo quiero que sepas…-el sonrojo cubría sus pálidas mejillas y a pesar de sentir pena, su mirada jamás dejo de ver la de ella.

-¡! Chicos ¡! –Grito una voz femenina mientras su figura se dejaba ver en la oscuridad- ¿listos? –Llegó junto a ellos interrumpiendo de raíz su conversación-

-Eh…si –dijo algo desganado por ver perdida su oportunidad, por una parte sabía que tendría mucho tiempo por delante, pero una opresión en su pecho insistente le hacía diferir de esa idea.

-Faltan quince minutos para que se complete el eclipse y aún hay que acomodar todo – dijo la recién llegada, miró su reloj con interés, para después mirar hacia la dirección en la que deberían de llegar sus otros amigos, entrecerró los ojos, como si eso le permitiese ver mejor tras aquella oscuridad, y luego volteó sonriente hacia sus otros dos compañeros- ¿Y tienen mucho?

-Un poco –contesto la joven pelirroja sin mucho animo en su tono.

-Hace un poco de frío –y justo al decir esto la castaña se abrazó al chico, sonriendo ampliamente.

Él por su parte, no lo tomó a mal, ella era su amiga, su mejor amiga, desde pequeños, su familia era muy amiga de la de él y por ello desde niños habían sido compañeros de juego, siempre habían sido unidos, y en lugar de inmutarse por algo, le sonrío, pero pudo notar como la joven a la que minutos antes hubiese estado a punto de confesarle algo muy importante, le molestaba esa acción en demasía, simplemente él no lo entendía.

-Debiste traer un suéter o algo más abrigador que esa blusita de manga corta y extremo escote –sugirió con molestia mientras les daba la espalda haciéndose la desinteresada.

-Si verdad –rió la chica burlescamente – pero tuve ciertas complicaciones con los tiempos y no pude llegar a casa por un abrigo –dijo utilizando un tono meloso y digno de una victima-

Se dio vuelta mirando de frente a la desvergonzada como ella le llamaba, con gran enojo reflejado en sus verdes ojos -Claro, eso lo explica todo – su sarcasmo por más que lo quiso ocultar salió a flote-

-Pero no te preocupes tanto, en este momento ya no siento más frío –sonrío mordazmente.

La joven pelirroja estuvo a punto de contestar cuando la voz de las otras dos chicas se escuchó-

-Ser puntuales –sonrío animadamente la cuarta integrante de aquel grupo- estar lista chica sarcástica –mantuvo su sonrisa ante la mencionada.

-Completamente –sonrío ligeramente- lo digo y lo seguiré diciendo tu sinceridad es lo que me agrada- se acercó a ella riendo en complicidad, desde hacía años que eran amigas, muy buenas sin lugar a dudas, lo cual distaba mucho de la relación que guardaba con aquella chica que ahora estuviera abrazando a su…amigo, ambas eran extranjeras en ese lugar, y sus historias eran muy parecidas, tal vez por eso se habían comprendido mutuamente, y no era que fuese chica nueva en aquel sitio, si no que a pesar de que desde la corta edad de nueve años había sido enviada a Japón debido al fallecimiento de sus padres, y aunque los amigos cercanos de sus padres le hubiesen adoptado, aún no dejaba de sentirse extraña en ese lugar .

-Chicos si no nos apuramos, estos diez minutos a nuestro favor nos comerá nuestros planes– por fin la voz tenue de una joven de pelo negro como la oscuridad que los embargaba se hizo escuchar.

-Bien ¿tienen la llave? –dijo el chico quien había permanecido en silencio desde hacía rato, ese mal presentimiento no le dejaba sentirse bien-

-Claro –sonrió la pelinegra- se la he robado con éxito a mi padre –confesó su fechoría con orgullo-

-¿Traes el libro? –nuevamente cuestiono el chico esta vez dirigiéndose a la pelirroja

-Yo no –negó con la cabeza y dirigió su vista a la pelinegra- ¿Pasaste por el cierto?

-Claro -volvió a contestar la pelinegra

-Entonces todos listos –la joven pelirroja les miró sin perder la emoción que le provocaba sumergirse en lo que no debía.

Todos asintieron con una sonrisa, todos menos el único hombre que acompañaba aquellas chicas, pero tampoco puso objeción, los cinco se adentraron en aquella Universidad, ambos armados con sus mochilas, en las cuales contenía los "materiales" necesarios para aquel "evento", subieron los escalones con rapidez, no había ningún minuto que perder, tenían que ahorrarse todo los minutos posibles, los necesitarían.

El grupo era encabezado por la pelinegra, quien iba unos escalones mas arriba que los demás, la castaña caminaba aún abrazada del joven, ambos eran observados con no muy buena cara por la pelirroja quien iba subiendo los escalones un poco más atrás junto a su amiga.

-Chica sarcástica no estar siendo disimulada –hablo por lo bajo la chica de cabello púrpura.

-Es que la odio…se le repega demasiado –bufó enojada, pero manteniendo el tono de voz bajo.

-Es su amiga –elevo los hombros en un gesto de desinterés

-Es una aprovechada –dijo como ultimo antes de terminar de subir los escalones.

Por fin llegaron a su destino, justo a mitad del pasillo que dirigía a la biblioteca, la castaña se encargo de dibujar un pentagrama, la chica de pelo violeta colocó las velas en las posiciones señaladas por la castaña, mientras la pelirroja empezaba a buscar la pagina que seria la necesaria para realizar aquel ritual.

-Espera –la cercanía de la pelinegra le puso pause a su búsqueda e hizo que los otros tres chicos le mirasen-

-¿Que sucede? –le miro extrañada-

-Necesito que ayudes a acomodar los dijes en las direcciones angulares correctas…ya sabe que tú eres la experta en eso–sonrío aparentando confianza, pero sintiéndose completamente nerviosa en su interior…las cosas tenían que ser diferentes, y esa era su única oportunidad para cambiarlas.

-Bien- le extendió el libro sin mayor importancia, la verdad daba igual quien leyera, ella quería sentir la emoción y descubrir si realmente había un mundo paranormal como hacia tiempo lo habían estudiado, y junto a su querida amiga, empezó a realizar la tarea que le hubiesen comisionado.

-Listo –dijo la voz masculina- nos queda un minuto –dijo comprobando la hora, mientras que afuera la luna era prácticamente ocultada por una sombra total- es hora de tomar posiciones.

Las cuatro chicas asintieron al instante, y cada una tomó una posición a cada extremo del pentagrama.

La pelinegra empezó a pronunciar las palabras impresas en aquel libro justo cuando la oscuridad fue total, la joven pelirroja se dio cuenta que no era el conjuro acordado, pero antes de que pudiese objetar, un denso viento se desató, y las velas se apagaron, al igual que la voz de cada uno de los cuatro chicos que solo expresaban rostros de desconcierto y poco a poco ante tal visión el terror se hacia presente, en el sepulcral silencio solo se escuchaba la voz de quien decía el conjuro y mientras más avanzaba, un sombra aún sin forma alguna se manifestaba justo en medio de los cinco.

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Notas de la Autora:

Aquí va la explicación, no desesperen, verán, pues después de leer y releer la historia me parecía que algo no cuadraba, y pues era que me hacia falta una introducción, digo algo que les diera antecedentes, o al menos así me pareció, espero no se revuelvan, o se disgusten por este cambio, y al contrario lo tomen como un dato más a la historia.

Y es por este hecho, que me he dado cuenta que yo no puedo ser las autoras que escriben su capitulo por semana, sino que tengo que tener terminada toda mi historia para publicar, dios soy tan inconsistente, verán, hago cambios aquí, allá, lo releo, no me gusta algo y vuelvo a mover, pero bueno, la historia ya la publique, pero de que he escribo más allá del capitulo 8 que hoy público, eso ya es un hecho.

Saludos.

Aredna-R