¡Hola a todos! :3 Os traigo un pequeño one-shot que se me ocurrió escuchando una canción de vocaloid. La idea estaba todo el rato rondando por mi mente y no me ha dejado tranquila hasta que la he podido poner por escrito, espero que os guste a pesar de su brevedad :3
Disclaimer: One Piece y todos sus personajes pertenecen a Eiichiro Oda-sama
Las cadenas sonaban con el movimiento del joven. "¿Cuándo seré libre?" se preguntaba. Nunca, era la respuesta. "Eres un monstruo y como tal debes de estar encerrado" decían las gentes del pueblo. Cerrando los ojos dejó que su mente vagara libremente intentando buscarle algún sentido a aquellas palabras. ¿Era un monstruo?
Lo único que sabía era que había nacido maldito y por eso lo abandonaron. Creció solo y sin amor, ¿quién iba a amarlo si estaba maldito? Recordó el dolor de cada paliza recibida, su cuerpo al final se había acostumbrado al dolor. Tal vez lo merecía, era más fácil pensar que lo golpeaban por alguna razón importante. Hasta que un día decidieron que no querían volver a verlo y lo encerraron allí.
"¿Por qué no me dejan morir?" se preguntó muchas veces el joven peliverde. "Una bestia como tú no merece una salida tan rápida" le contestó el guardia que lo alimentaba a la fuerza cuando su cuerpo estaba al límite.
Buscó con la mirada a la ocupante de la celda enfrente a la suya. A los pocos días de que él llegara encerraron allí a una chica unos cuantos años mayor que él. Al igual que él, ella también era considerada un demonio. A penas se habían podido ver bien, pero su pelo azabache y sus ojos azules se quedaron grabados en su memoria. Habían hablado algunas veces. Su voz era dulce y conseguía hacerlo sonreír. Durante sus conversaciones era el único momento de su vida en el que se sentía feliz. Pero, ¿sabía que era la felicidad? ¿Alguien que nunca ha conocido el amor puede saber lo que es? Él tenía esa esperanza.
"Vamos a salir juntos, Zoro" le había dicho una de las veces, a lo lejos pudo distinguir que ella parecía sonreír.
Ahora los dos eran adultos y nunca habían podido escapar, jamás le habían dado una pequeña oportunidad que aprovechar. Sus destinos estaban fijados desde su nacimiento, la libertad les estaría prohibida eternamente.
Zoro llamó a la joven por su nombre varias veces con voz débil, aun así él sabía que hasta el más mínimo susurro ella lo escucharía. Ambos se habían acostumbrado a los sonidos débiles. No obtuvo respuesta con ninguno de sus llamados. Cada vez la llamaba con más fuerza, hasta que grito tan fuerte que pensó que se había desgarrado la garganta. Ni siquiera así consiguió la atención de la chica.
Su visión se hizo borrosa, el amanecer estaba por llegar y él se sentía tranquilo a pesar de todo. El recuerdo de una niña de pelo negro como la noche sin rostro definido volvió a él. Se lamentó de no poder recordarla bien en aquel momento tan importante. Cerró los ojos.
Zoro abrió los ojos sobresaltado tras aquel extraño sueño. Miró a su alrededor, estaba en la cubierta del barco que navegaba sin ningún contratiempo, mientras sus nakamas se entretenían con sus quehaceres. Robin, que estaba a su lado leyendo, lo miró preocupada.
-¿Pasa algo? –preguntó con voz dulce. Zoro la miró unos segundos, estaba junto a la mujer que amaba y con sus nakamas, era un pirata, el hombre más libre sobre la faz de la tierra. Sonrió. Aquello solo había sido un sueño.
-No, nada –respondió el espadachín depositando un beso sobre los labios de su amada que enseguida fue correspondido.
Y esto es todo, ahora que tengo vacaciones intentaré escribir más y si puedo intentaré publicar algo, pero no prometo nada xD Estaré encantada de leer vuestros reviews, ya sabéis que para mí vuestra opinión es importante ;3
Besos~
