AVISO: texto oscuro. Leer bajo tu responsabilidad.
Descargo de responsabilidad: Skip Beat! sigue sin ser mío.
INVISIBLE
Todo comienza con un "¿Cómo? Disculpa, no te oí". Ese es el principio.
Tú vocalizas todas las palabras, de veras, pero ellos solo escuchan, con suerte, un algo indescifrable que suena como amortiguado.
Y tú crees que te estás volviendo loca, y te pasas horas frente al espejo vocalizando y repitiéndote que todo está en tu cabeza.
Pero luego viene el "¡Kyouko-san! ¿Cuándo llegaste?" después de veinte minutos sentada junto a ellos. Y mientras eres Natsu, todo es perfecto. Tienes todas las miradas en ti (en ella) y por fin suspiras de alivio.
Hasta que vuelves a ser solo tú. Solo Mogami Kyoko. La rechazada. La olvidada. Siempre dejada atrás. La nada.
Y la gente te abre paso cuando andas entre ellos, pero sin verte. Como si fueras una corriente de aire helado que ninguno quiere sentir. Ya no tropiezas con nadie, ya no te rozas con nadie, ni siquiera por casualidad. Ya nadie te mira a los ojos.
Gritas, o quieres gritar, no estás segura. Pero nadie te oye porque ya nadie te ve.
Y antes de darte cuenta eres invisible. Te camuflas con el empapelado de la pared y ya no te importa. Realmente no te importa.
Porque quizás ya eres lo que estabas destinada a ser.
Invisible.
Invisible.
Invisible.
Hasta que su mano en tu mejilla te trae de vuelta a este mundo…
