Hola!... Este es de mis primeros Fanfics... dejen comentarios! La histoira es de xxxHolic siguiendo la ova de Holic Rou. Yo no he leido el manga asi que perdon si no va a pegado. Grax!

Introducción…

-He vuelto, Watanuki-

Esa fue la última palabra que escuchó de ella. Tal vez un pago pero… ¿aquí se acaba todo?

Cap 1: Ella volvió

Un día soleado, con un poco de humedad por toda la tienda. Era verano, el sol quemando el patio y a los que se encontraban en él, además de cómo siempre ruido por parte de Maru, Moru y claro la pequeña Mokona.

-¡Vuela! ¡Vuela!- lo decían sin parar una y otra vez las pequeñas niñas que se encontraban en el patio de la tienda aventando a Mokona al aire con una sábana delgada.

-¡Pururupuru!-gritaba Mokona mientras era impulsada al aire y veía todo desde arriba-Será mejor que paremos, Watanuki no se vaya a enojar-

Maru y Moru en ese momento pararon sabiendo que Watanuki podría decirles algo y por lo tanto soltaron la sábana y tiraron a Mokona; miraron al pasillo de la casa que salía al patio en donde se encontraba Watanuki sentado mirando el cielo.

-¿Mmm?-y Watanuki los volteó a ver un poco despreocupado –por mi no hay problema, lancen a Mokona tantas veces quieran-

-¡Wi!- y siguieron aventando a Mokona.

-Kimihiro-kun se encuentra muy despreocupado hoy ¿no? Shizuka-kun- dijo una joven de cabellos dorados y ojos claros que se encontraba sentada en el pasto de aquel lugar.

-Algo debe de estar pensando-contestó el pelinegro sentado a lado de Kohane.

Era verdad lo que decían, Watanuki había cambiado hace años, fue la madurez la que lo hizo actuar de esa manera; pero aún así ese día estaba muy pensativo.

"He vuelto, Watanuki "era lo que pasaba por su cabeza una y otra vez desde que Kohane-chan y Doumeki habían ido a aquella casa en donde se encontraron a una cliente, la cual le entregó una grabación a Doumeki , la cual le dijo que sólo la podía ver Watanuki y nadie más.

Watanuki vió la grabación.

Yukko…

Ella había regresado después de tantos años.

Fue su pago, él lo había dicho.

Pero… Watanuki no podía sacársela de la cabeza. La única despedida que recibió fue aquel sueño extraño en el que ella se encontraba amarrada por unas cuerdas negras las cuales la fueron atrapándola cada vez más.

-Eso ya pasó- se decía para poder olvidar por un momento y se rasco la cabeza

-Em… Kimihiro-kun-

-¿Qué sucede Kohane-chan?-

-Bueno lo que sucede es que me tengo que ir a mi casa ya-

-Si Kohane-chan, muchas gracias por tu visita. Pero ¿Te vas a ir sola a casa?-

-No, no te preocupes Kimihiro-kun, Shizuka-kun me va a acompañar a mi casa-

-Bueno pues tal parece que no hay más remedio. Entiendo, muchas gracias por venir-

-De nada Kimihiro-kun- y se fue despidiéndose

-En la noche no vendré como otras veces- dijo Doumeki

-Y ¿a mi que me importa eso?- contestó fríamente Watanuki

No hubo necesidad de contestarle, asi que Doumeki y Kohane se fueron.

La tarde pasó rápido y Watanuki seguía sentado ahí.

-No se que hago aquí, lo mejor será dormir una ratito- y se dirijió a su habitación

Kohane se encontraba sentada en su sillón observando la televisión, cuando dieron las 9:00 apagó el televisor y se dirigió hacia la puerta de entrada dispuesta a salir en la noche.

-Mami- dijo Kohane –Saldré a comprar algo a la tienda, regreso en unos minutos-

Cerró la puerta y salió de su casa.

No se dirigía a comprar nada como lo había dicho; ella había sentido que algo la llamaba cerca de la universidad en la que trabajaban ella y Doumeki.

La noche era fría y una terrible soledad azotaba en cada callejón de la ciudad abrazada por el silencio testigo de la penumbra.

Kohane no tenía miedo, ya que ella podía hacer lo mismo que Watanuki. Ver espíritus era su habilidad así que no había nada a que temer. Había presenciado cosas horribles que ninguna otra persona hubiera querido ver cuando la obligaban a hacer su programa.

Caminando escuchó un sonido proveniente de un cerezo que asomaba una de sus ramas por el fin de una barda de una casa grande.

Miró para ver de que se trataba y cuando se dio cuenta vio que esa era la casa a la que habían ido a trabajar ella y Doumeki.

-Esta es aquella casa- dijo con voz cálida

-Sí, exacto esta es aquella casa la cual viniste a visitar una vez Kohane-chan-

Esa voz la conocía y no por haber visitado esa vez aquella casa si no de tiempo atrás pero… ¿que hacía ahí?

A su lado apareció una chica de su estatura, blanca, con cabello largo negro y la cabeza vendada casi por completa que no dejaba que sus ojos se vieran por completo si no que sólo se asomaran.

-Yukko-san-

-Vaya veo que tu eres la única que se dio cuenta Kohane-chan. Me alegro de haberte elegido para venir aquí- y sonrió aquella chica pelinegra

¿Qué sucede? les gustó? si no pues dejen su comentario para saber en que me equievoque asi podre aprender de sabios maestros jojo grax!