Una noche teñida de dolor
Capítulo 1
Han pasado treinta años desde el ataque nazi de Millennium dejando pérdidas considerables, una semana después del regreso sorpresivo de Alucard a la casa Hellsing se encontraban ama y sirviente en el jardín tomando el té, Seras solía salir pues encontraba consuelo en su recién descubierta forma de comunicarse con Pip. Así pues, a excepción de los sirvientes que atendían la casa, se encontraban solos.
-… Ahora soy vieja Alucard- comentaba Integra después de recordar pequeños momentos cuando ella tomaba sus lecciones y su siervo solía acompañarla.
-Para mí seguirás siendo la misma niña que me encontró en un calabozo subterráneo
Integra suspiro con melancolía
-Pronto llegara mi hora de despedirme de este mundo y espero no verte a ti y a Victoria llorando como bebés, serán completamente libres.
El vampiro se quedó impresionado por lo que dijo sus ama, sabía que tenía que llegar el momento en que Integra muriera pero le parecía que había pasado muy poco tiempo con su querida ama, que no la había acompañado lo suficiente, ese pensamiento lo lleno de alarma y miedo pero sobre todo de dolor, sentía que por fin después de tantos años de vagar por la oscuridad había encontrado un destino que llenaba su alma triste y ahora tan pronto le seria arrebatado de las manos, de nuevo se quedaría solo, su aprendiz también volvería a quedar sola, Alucard se quedó sumido en sus pensamientos, cada vez más y más depresivos y desesperados mientras Integra se preguntaba con ansiedad que pasaba por la mente de su siervo.
-Aun puedes escoger Integra- susurro el vampiro después de decidir si debía decir eso.
-Lo sé, pero nací humana y quiero morir como humana, es parte de quien soy Alucard
-No quiero que mueras
-Tengo que hacerlo en algún momento como todo el mundo
-No quiero que te vayas Integra- inquirió el vampiro con voz cada vez más tensa
-Alucard ¿Estás bien?
-No puedo soportar la idea de perderte, lo perdí todo una vez, luego otra y ahora tú me dejaras también ¿Qué clase de vida tendré después de que tu… te vayas?
-No es algo que puedas decidir Alucard y tampoco está a discusión
-¡No quiero perderte! Déjame transformarte Integra, déjame convertirte en mi condesa
-Alucard ...
El vampiro ni siquiera deja a su ama terminar la frase, se levanta a toda prisa y se retira dejándola en el jardín confundida y con un sentimiento de culpa.
Alucard se retira a su acogedor sótano y se sienta en su silla, decide tomar una copa de vino para poder calmar un poco los antiguos demonios que cortaban su alma en pequeños fragmentos de nada, no se había dado cuenta de que la idea de perder a Integra lo dejaría de nuevo como un conde solitario sin vida, sin esperanzas, sin su condesa.
Ansioso se levantó y comenzó a caminar alrededor de su ataúd pensando en lo mucho que le gustaría ser un humano cualquiera, encontrar a ese ángel que lo liberó y poder darle el mundo entero, para así finalmente morir juntos, durante tanto tiempo quiso negarlo y ocultarlo pero la razón de porque le dolía tanto el hecho de ella muriera era porque comenzó a amarla desde aquel momento en que probo su sangre y vio la valentía, la ternura y la inocencia que podía aplacar los demonios que lo dominaban. Y estaba a punto de perder a quien amaba por culpa del tiempo y a decir verdad también por los constantes cigarrillos que fumaba ella, el vampiro perdió su aparente control arrojando por los aires todo aquello que estuviera a su paso, sentía las lágrimas carmesí brotando por sus ojos, sentía el sabor amargo en la boca por la rabia y la impotencia, el Rey sin vida tenía miedo, miedo de un futuro incierto, de vivir una eternidad sin su corderillo terco.
