Disclaimer: El Potterverso es de J.K. Rowling. Escribo esta historia sin fines de lucro.
Este fic participa en el minireto de septiembre del tópic "La Copa de las Casas" del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black.
ORGULLOSO
Por Azul y Amarillo
La mirada desenfocada de la mujer del labio leporino le produjo una leve sonrisa al hombre de pelo ondulado, ojos azules y mirada segura. Tenía otro bestseller bajo el brazo, en su libreta de notas. Allí estaban todos los detalles sobre cómo esa mujer, llamada Marie, había logrado vencer a una banshee. En unas semanas el libro estaría listo.
Gilderoy Lockhart estaba orgulloso de ser tan astuto y de aprovechar la información de los demás y su habilidad para conseguir fama. Tenía títulos de alto prestigio, como ser de la Orden de Merlín, Tercera Clase; y claro, haber ganado el Premio a la Sonrisa Más Encantadora de la revista Corazón de Bruja por cuarta vez consecutiva. Y había estado en Ravenclaw por su ingenio.
Pero había algo que no le gustaba, y que si no fuera por sus propias razones se habría hecho olvidar a sí mismo: el Sombrero Seleccionador casi lo envía a Slytherin, la casa más repudiada de Hogwarts. Sabe —o mejor dicho, quiere creer— que no lo enviaron allá porque no tenía la mente de esas repugnantes serpientes.
Estaba orgulloso de ser un Ravenclaw. Estaba orgulloso de ser tan astuto. Estaba orgulloso de tener la Orden de Merlín y ganar un premio cuatro veces consecutivas de una revista. Le enorgullecía ser famoso.
Pero si había algo que sin duda le ponía orgulloso, eran sus hechizos desmemorizantes, porque sin ellos no habría logrado llegar a la fama y solo sería conocido como un intento de estafador.
Gracias a los hechizos desmemorizantes y sus habilidades con ellos era un fraude, y sin duda, alguien que sería recordado, fuera con fama o infamia.
—Muchas gracias por la información, señora —dijo mientras se levantaba de su asiento.
— ¿Eh? —musitó ella, confundida, mientras el hombre de pelo ondulado y ojos añiles se retiraba sin explicarle la situación.