Había pasado ya un tiempo desde que este sentimiento comenzó a presentarse más recurrente.

Todo era bastante normal. Yo me sentía feliz tal y como estaban las cosas, hasta que ocurrió un pequeño incidente, fue solo un percance, algo pequeño. Pero esto fue lo que desato numerosas situaciones que nunca en mi vida pensé que pasaría.

Estaba en una pequeña fiesta con el resto del equipo. Habíamos logrado ganar un partido bastante difícil y por eso ahora estábamos en un cómodo local cenando todos juntos.

Bokuto-san estaba sentado a mi lado y por algunas extrañas razones la camarera le trajo por error a este una botella de sake. La cual fue bebida por este sin ningún problema. Bokuto no acostumbra beber e incluso esa fue la primera vez que lo hacía. Muchos miembros del equipo le advirtieron. Le sugirieron que devolviera esa botella y pidiese una soda, pero por otro lado había un grupo que solo quería divertirse con ver como Bokuto-san se comportaba ebrio.

La bebió rápidamente y continúo con la comida, era impresionante lo mucho que le gustaba la carne, incluso, más de una vez fue regañado en la mesa por robar del plato de algún compañero. Yo solo lo observaba detenidamente y continúe comiendo.

Constantemente me giraba para ver la expresión que tenía Bokuto. Pues, yo era uno de los muchos que quería divertirse al ver como actuaba Bokuto borracho. A cada minuto su cara se enrojecía un poco más y sus ojos se hacían pequeños. Además, este se encontraba misteriosamente muy callado lo cual llamo la atención de todos los integrantes del equipo, sin embargo, nadie hizo comentario alguno.

Al terminar de comer comenzamos a hablar de cosas triviales. Bokuto continuaba callado y de vez en cuando me miraba fijamente para luego desviarse y ver hacia abajo. Me pregunte más de una vez que era lo que tanto pasaba por su mente. También no podía evitar fijarme en lo graciosa que se veía su cara.

Había pasado más o menos una hora desde que Bokuto bebió esa botella y repentinamente se había puesto algo inquieto. Decidí ignorarlo y seguir hablando con el resto del equipo hasta que de pronto sentí como alguien tiraba de mí haciendo que me girara, era Bokuto. No logre ni siquiera entender lo que sucedía y ya estaba este con una mano en mi nuca y besándome.

Me quede muy quieto, congelado y sentí, también, como todo el resto del equipo y del mundo también lo estaban. El beso duro solo unos segundos, más bien solo fue un contacto y al separarnos vi como Bokuto me veía sonriendo.

- Akaashi préstame atención solo a mí – dijo Bokuto con una voz que sonada muy grave, me hizo estremecer. Además, esta apenas se podía entender. Arrastraba las palabras y se veía que le costaba articularlas.

- Bokuto-san... ¿Qué quiere decir? – sabía perfectamente lo que quería decir pero aun así quería que se aclarara. Me debía una explicación.

Bokuto me miraba como si me estuviese devorando con la mirada. Primero me miro directo a los ojos para después ir bajando hasta mi boca y quedarse ahí hasta que termine de hablar. Me sentía algo intimidado por esa mirada. El comenzó a reír. ¿De qué? Ni idea. Cosas de borracho.

No obtuve respuesta. Bokuto solo se limitó a apoyar su cabeza en mi hombro y cerrar los ojos. Definitivamente estaba ebrio. Es por eso de seguro que se comporta así, sin embargo, yo no estoy ebrio. Entonces, ¿Por qué me comencé a sentir de esta forma? Estoy muy nervioso y lo único que quiero es salir corriendo de ahí.

Veo a mis compañeros de equipo buscando algo de ayuda pero ninguno mueve ni siquiera un dedo. Desde ese minuto la comida se volvió más silenciosa. Por otro lado, Bokuto continuaba apoyado en mi hombro. Suelta pequeñas carcajadas de vez en cuando, al menos no es ruidoso.

- Akaashi. Todo me da vueltas – veía como Bokuto se balanceaba de un lado para el otro, aun apoyado en mi hombro. se afirmaba de mí para no caerse de la silla e intentaba respirar hondo.

- Bokuto-san, por favor avíseme si va a vomitar – lo único que imploraba era que al menos alcanzara a llegar al baño si este deseaba vomitar. Este me respondió con un gruñido.

Pasaron unos minutos y Bokuto no mostraba señal de querer moverse de mi hombro. Continuaba moviéndose y afirmándose de mí. Sus manos estaban intranquilas, una firmemente agarrada de mi manga y con la otra se daba pequeños golpes nerviosos en la pierna.

- Akaashi creo que vomitare – me pare rápidamente llamando la atención de todo el equipo.

- Volvemos en seguida – dije para tranquilizarlos.

Bokuto se levantó también pero vi como este estaba perdiendo el equilibrio y antes de que cayera lo tome de la mano. Este volvió a reír.

- Soy de lo peor – ahora estaba llorando. Ahora que estaba ebrio sus cambios de ánimo eran más pronunciados.

- Bokuto-san lo llevare al baño – comencé a girarme para que este me siguiese.

Sentí como Bokuto tomaba firmemente mi camiseta con ambas manos, apoyaba su frente en mi espalda y caminaba pegado a mí. En todo el camino hacia el baño sentía como este de vez en cuando se inclinaba hacia algún lado, reía y volvía a seguirme en silencio. Para evitar que este vomitase antes de llegar al baño camine lentamente.

Entramos al baño y Bokuto de inmediato fue al primer cubículo desocupado, se inclinó e hizo arcadas. Vomito de inmediato, los sonidos me lo decían todo. Entre al cubículo y me agache junto a él, en estos minutos lo único que podía hacer era pasar mi mano por su ancha espalda en señal de consuelo. La situación me parecía un poco graciosa pero me esforcé para que no se notara.

Agradecía que Bokuto me haya besado antes de vomitar. Había que ver el lado bueno de esto.

Bokuto continuaba vomitando. Ya era la segunda ronda y veía como los músculos de su espalda se tensaban y se relajaban. Me encontraba tras de él y no tenía intención de mirar su vomito así que me apresure a tirar de la cadena. Bokuto bajo la tapa del baño y se sentó sobre esta. Yo aún estaba agachado mirándolo.

Bokuto tenía sus codos apoyados en sus rodillas. Con una mano se tapaba la mitad de su cara y con la otra se tocaba el cabello. Tenía la miraba pegada en el piso.

- Bokuto-san. ¿se siente mejor? – me estaba preparando para la tercera ronda de vomito pero este rió.

- Akaashi. ¿te había dicho antes que te quiero? – seguía con su voz rasposa. Levanto la mirada, tenía sus ojos un poco rojos y llorosos por el esfuerzo al vomitar.

- No me lo había dicho.

- Es bueno que ahora lo sepas. Me siento mejor – ¿se siente mejor por haberme dicho eso o por haber expulsado la mayor parte del alcohol que tenía en su cuerpo? – volvamos a la mesa con el resto.

Asentí y repetimos la misma estrategia que usamos para llegar hasta el baño. Pero ahora Bokuto no perdía tanto el equilibrio. Llegamos y todos nos vieron interrogantes.

- Vomito. Ya se siente mejor – dije rápidamente. Todos soltaron un suspiro y miraron detenidamente a Bokuto que continuaba oculto detrás de mí.

- Tienes poca resistencia al alcohol, Bokuto – decía uno de nuestros compañeros, muchos compartieron su opinión. Y yo también.

Terminamos de comer, aunque a mí ya se me había acabado el apetito. No era porque había visto a Bokuto vomitar, en realidad eso no me importaba, era ese beso que aunque había sido un mero contacto, que había dejado en mis labios un ligero sabor a sake, no había abandonado mi cabeza.

Pagamos y comenzamos a retirarnos. Konoha y Komi ayudaban a Bokuto, este aún estaba pegado y se afirmaba de mí, batallamos un poco para que me soltara y comenzaron a ayudarlo. Mientras yo me limitaba a mirarlos ya me había tocado la peor parte. Me disculpe con el resto y anuncie mi retirada, todos se mostraron comprensivos y nos despedimos.

Nunca había visto a Bokuto como más que un amigo, pero luego de ese beso, siento que ya no puedo volverlo a ver nunca más en mi vida.