Los personajes de Naruto no son de mi propiedad, son de propiedad de Masashi Kishimoto, solo me divierto escribiendo pequeñas historias con ellos.

Lo más probable es que escriba 2 capítulos más, son cortitos pero intento expresar sentimientos. Me gusta esta pareja y estoy feliz de que terminaran juntos ¡Espero sus comentarios!

PEQUEÑOS GESTOS.

El invierno golpeaba fuerte la aldea de la hoja. Había transcurrido un años más o menos de la cuarta guerra ninja y el invierno no perdonaba el cansancio de la gente. La reconstrucción de la aldea había sido lenta, pero no imposible de lograr y ya a esa época nadie debía congelarse sin tener estancia donde estar.

Los pequeños copos de nieve blanqueban las calles de la aldea y las luces de los locales hacían que algunos copos de nieve brillaran por el reflejo. A pesar del frío, era lindo ver los reflejos en el piso.

Hinata caminaba con bolsas en las manos observando los copos de nieve que caían, y su particular brillo. Sonreía suavecito, de esas sonrisas cálidas.

A lo lejos divisó una figura que siempre le había llamado la atención: un chico rubio, vestimenta en partes anaranjadas y obvio, ¿como no? esos ojos azules que le quitaban el aire. Él caminaba desinteresado en dirección opuesta.

-Naruto-kun - dijo ella y Naruto la miró.

-Hey, Hinata - respondió él, y le sonrió.

Ella se sonrojó levemente.

-¿Qué haces fuera de casa, Naruto-kun? - preguntó ella.

-Iba a comprar ramen, tengo hambre y hace frío, nada mejor que pasar el frío con un tazón de ramen, hehehe - el río bajito y ella lo observó atenta y contenta.

Ahí estaba él, la persona que más admiraba y quien la había dado la fuerza para tomar las decisiones que la habían hecho mejor. No solo mejor persona, sino que mejor ninja. Era la fuente de inspiración en su camino ninja.

-Sí, está haciendo mucho frío, Naruto-kun. Debes cuidarte para no pescar un resfriado -.

-No te preocupes, soy de hierro, además tengo mi bufanda tejida por mi madre; o por lo menos eso creo, ya que la encontré en casa - y mostró orgulloso su bufanda.

Una fuerte ráfaga pasó y levantó los largos cabellos de Hinata, ella tomó los cabello con su mano antes de que cubrieran su cara, pero no impidió que está le hiciera cosquillas en la nariz.

-aatchis - Ella estornudó.

-El frío está cada vez más fuerte - dijo Naruto mientras se abrazaba a sí mismo.

-Sí.. - dijo ella mientras intentaba controlar las ganas de estornudar de nuevo.

Se tapó la cara para que Naruto no la viera, le daba vergüenza que la viera en esa situación. Volvió a estornudar y le dio la espalda al chico. Las bolsas le hacían peso para que pudiera taparse completamente la cara.

-¿Ten encuentras bien, Hinata? - él ladeó la cabeza a ver si es que veía algo más que su espalda.

-S-sí, tranquilo, solo es… - y volvió a estornudar. Parece que el frío y las cosquillas le estaban jugando una pequeña broma.

Repentinamente sintió un calor alrededor de su cuello. Se sonrojó al sentir que unas manos le acomodaban la tela de lana. Vio aparecer la figura de Naruto frente a ella y se quedó quieta mientras él le acomodaba su bufanda. Su sonrojo característico no demoró el llegar. Podría sentir el característico olor de Naruto.

Tocó la bufanda.

-Listo - el rubio le mostró el dedo pulgar en señal de asentimiento - así no pescarás un resfriado -.

-Pe-pero… -.

-Me tengo que ir Hinata, sino no alcanzaré a comprar mi ramen, cuídate, cuídala - señaló la bufanda - te la encargo, confío en ti - le guiñó un ojo y salió corriendo en dirección del restarant de ramen.

Hinata se quedó de pie y no alcanzó a replicar el hecho de que le haya pasado su bufanda. La figura de Naruto se perdió entre los copos de nieve. Tocó la bufanda con su mano, sintió nuevamente el aroma del chico. Sonrió, se sonrojó, pero fue feliz.

Nuevamente la había ayudado. No solamente lo admiraba por ser un gran ninja, sino que lo admiraba por ser una gran persona.

No importaba que el invierno fuera cruel, ni que sus cabellos le hiciesen pasar pequeñas vergüenzas, pequeños gestos como esos son los que alegran y calientan el corazón.