¡Vete al infierno Ranma!, esta peculiar expresión se encontraba inmortalizada aproximadamente 142 veces a lo largo del diario de la menor de los Tendo, que increíble resulta escoger una página a la suerte y contemplar que en ella se encuentran registrados por lo menos 7 sucesos caóticos a lo largo del día, y el causante de estos siempre será el mismo: Ranma Saotome.

Akane escribió por 143° vez: ¡Vete al infierno Ranma!, antes de dejarse caer cansadamente en el respaldo de la silla mientras lanzaba un hondo suspiro que demostraba todo lo harta que estaba de la situación con su "lindo" prometido. Cerro los ojos lentamente echando la cabeza hacía atrás, la puntas de su abundante cabellera rozaban levemente el suelo, así es, su cabello había crecido. Inhalo profundamente, exhalo y se dirigió a tomar un relajante baño.

Sus ropas cayeron al suelo mostrando su perfecto cuerpo, a sus 18 años recién cumplidos, su belleza estaba en todo su esplendor, era ya mucho más alta, ahora le sacaba a Kasumi mínimo 5 centímetros de estatura. Ella estaba consciente de que opacaba fácilmente a las demás prometidas de Ranma, pero entonces, ¡¿Por qué rayos le seguían ofendiendo y humillando? Últimamente estos problemas habían aumentado debido a que al cumplir Ranma la mayoría de edad, se veía obligada a contraer matrimonio, Akane estaba fastidiada, por lo que se distraía en constantes actividades, una de ella la música. Era muy talentosa manipulando cualquier instrumento, sobretodo el violín y el piano, nadie de la familia lo sabía, era su pequeño secreto.

Se miro detenidamente en el espejo por unos minutos cuando una extraña idea le cruzo en la cabeza, sonrío malévolamente.

-Soy muy hermosa, inteligente e interesante, además de talentosa, tal vez llego la hora de demostrarle a Ranma que yo soy mucha mujer para el.

Se apresuro a tomar el baño y se dirigió a su habitación para arreglarse más a gusto, era hora de escoger el vestuario para comenzar su plan, después de buscar y buscar encontró lo correcto: Una minifalda en tela escocesa color rosa con fucsia que a pesar de ser muy corta no la hacía verse vulgar, sino todo lo contrario, era muy elegante, se coloco una blusa rosa claro de tirantes gruesos la cual era muy sencilla ya que no tenía ningún estampado o relieve, era muy simple, pero lo complemento colocándose un collar de perlas que hacían juego con sus brazaletes y aretes, para cubrirse del frío uso un suéter torero blanco con detalles fucsias que le marcaba mucho su abundante pecho y dejaba ver su estrecha cintura, se puso unas zapatillas blancas que mostraban pequeñas costuras fucsias y un moñito en la punta, las compro en juego con el suéter por lo que tenían los mismos tonos, por ultimo peino su cabello con una media cola y su fleco que ahora estaba largo lo sujeto de lado derecho con un pasador que tenía pequeñas piedras rosas. Como maquillaje solo se coloco rimel transparente, un poco de rubor muy claro y pinto sus labios con un bálsamo que los hacía verse rojos e hidratados.

Se contemplo un rato mostrando una sonrisa gustosa, se veía hermosa, sofisticada y elegante, estaba concentrada en sus pensamientos cuando escucho una explosión, se asomo por la ventana y contemplo a las prometidas de Ranma discutiendo.

-¡Ya es hora!-Sonrío.

-Jo jo jo, pobres ilusas Ranma-sama se quedara conmigo, yo soy toda una dama y ustedes unas simples plebeyas-Exclamo Kodachi viéndolas de pies a cabeza.

-Están locas yo soy la mejor amiga de Ranma y compartimos muchas cosas en común esta más que obvio que yo soy la esposa indicada para el.-Dijo orgullosa Ukyo.

-Airen deber estar con Shampoo, ella ser la más mujer y la más fuerte.-Shampoo de contoneaba sensualmente alrededor de un sonrojada Ranma.

-Ja, ja, ja-Se reía escandalosamente Akane mientras se tocaba el vientre.

-¿De qué te ríes Akane?-Pregunto curiosamente Ranma, mientras contemplaba extasiado lo bella que estaba Akane.

-Si, ¿De que reír chica marimacho?-Pregunto Shampoo, Ukyo y Kodachi.

Akane dejo de reír y con una sonrisa le dijo:

-¿No se muerden la lengua chicas?-Soltó otra carcajada mientras aplaudía-Miren quien me viene a llamar marimacho, la ilusa de Ukyo que tiene más merecido el nombre porque déjame decirte nena, que tu vistes exactamente como todo un marimacho, a clarooooo, un marimacho enamorado,-Dijo mirándola despectivamente.-Lastima que la pobre tonta no se da cuenta que Ranma no siente nada por ella fuera de amistad y solo usa ese entupido pretexto para tratar de estar junto a el, a pero la enana de Shampoo no se queda atrás se cree toda una mujer,-Dijo Akane poniendo sus manos en la cadera-Cariño, primero creces unos centímetros,-Akane se agacho a la altura de Shampoo la cual le quedaba muy abajo.-Y quizás hasta te puedas desarrollar un poco más-Dirigió su mirada al busto de Shampoo el cual miro como poca cosa.- A pero si me falta decirle sus verdades a la metiche de Kodachi, porque hasta donde yo se que vela tienes en este entierro, ¿Ehhh?, que yo sepa no eres prometida de Ranma ni nada por el estilo dices ser toda una dama pero no sabes lo ridículo que resulta tu comportamiento.

Ranma y sus prometidas estaban con los ojos y la boca abierta, las chicas primero estaban al punto del llanto, pero después se pusieron furiosas.

-Hey, hey, no se pongan así, las verdades no ofenden pero incomodan, y ni se les ocurra hacerme algo, porque están en mi casa y si quiero las puedo echar en el momento que se me de la casa, vasta con llamar a la policía para decirle que una enana vulgar y oxigenada,-ve a Shampoo.- Una chica marimacho-Voltea a Ukyo.-Y una lunática en mallas.-Contempla por ultimo a Kodachi.-Invadieron mi casa, por que eso es lo que paso, miren yo no simpatizo con ustedes y me es una desdicha tener su presencia a si que no las quiero volver a ver en mi hogar, si quieren estar con Ranma lo harán afuera, Adiós taradas,-Se despidió con una mirada fría y una cínica sonrisa de medio lado.

Las chicas tenían tanta vergüenza de ver a Ranma a los ojos que salieron corriendo envueltas en llanto.

-Akane tu no eres así, ¿Qué pasa?-Ranma miraba tristemente donde había salido su prometida momentos antes.