Fragmentos del Diario de la Reina Eva

Donde se demuestra que la Reina tenía siempre presente a la molinera…

Ese día… no imagine que esa molinera fuera tan… poderosamente engreída. No solo durante el baile del Príncipe Henry, sino durante la demostración de que no iba de farol. ¡Convertía paja en oro de verdad! Quizá… una persona valga más por su carácter, que por su posición. Al menos ella… -tacha lo que iba a escribir después de eso- Cora había demostrado más valor que cualquier noble del Reino, y hablo de los dos.

Mi compromiso con Leopoldo ya es definitivo, gobernare ambos reinos a su lado. Maravillosa noticia, aunque… -se notan varios golpes con la pluma sobre el papel-

Una parte de mi misma me dice que el único motivo porque acepto el compromiso y el traslado al castillo del Rey Xavier, es porque puedo volver a cruzarme con ella. Nadie me ha impresionado tanto en mis años de vida.

{…}

No era la misma… Cora no era la misma. Desde su boda no era la misma molinera. Lo siento así, y no entiendo el porqué, pero… me incomoda verla. Por muchos motivos, sin comprender del todo algunos de ellos.

Aun así, ella es cortes, aunque siempre tengo que agitar el rostro para responder coherentemente a su saludo. No puedo evitarlo. Nunca.

"Es una niña" –remarca levemente esa frase-

Sus palabras aquel día… -hacen una tenue línea, como si se hubiese quedado en blanco, y sigue escribiendo-

A estas alturas, tras el matrimonio con Leopoldo y el alumbramiento de Blancanieves, he podido observar que al menos, tenía razón en ese momento concreto de mi vida. Era una niña, y sobretodo, indigna de mi posición. Conseguí con los años, y la ilusión de que mi hija no cometiese mis mismos errores, corregirme a mi misma y convertirme en la Reina del pueblo que soy hoy en día.

–escribe en el fondo de la hoja- A veces pienso… en cómo sería mi vida si ese día, no hubiese hecho tropezar a Cora. Si… simplemente. No hubiese aparecido en mi vida.

{…}

Estamos a dos semanas del séptimo cumpleaños de mi dulce Blancanieves. Cora vino a verme con adelanto a felicitarme. ¿felicitarme a mí? Definitivamente ella quería hablar conmigo. Seguía sin poder fijar los ojos en ella, mirarla era como mirar un pozo sin fondo. Eso pensaba al menos. Sé que se percato de ello, en más de una ocasión que torció una sonrisa que no hizo más que estremecerme. No pensaba… -tacha las dos últimas líneas de forma que nadie sea capaz de leer lo que ponía en ellas-

No creo en absoluto en lo que ha pasado. En como mi corazón se ha acelerado con lo que hoy ha pasado. No… -hay marcas de lagrimas alrededor de las siguientes palabras- entiendo nada. Quizá sentía algo más que respecto… -tacha las siguientes palabras, casi rompiendo la hoja-

El amor es complicado, y definitivamente. Lo único que me une a mi rey es mi hija Blancanieves. Y… definitivamente. Creo que siempre me ha dolido una cosa de Cora. Que sea tan fría… tan distante y… que ignore lo que mi cuerpo indicaba, y mi mente. Aun tras lo de hoy, se niega a creer tan fervientemente.

{…}

Lo más seguro es que estas sean mis últimas palabras, cada día estoy peor. Y sé porque, aunque una parte de mi mente se niegue a creer que fuese ella. Noto la preocupación de Blancanieves cuando viene a verme, al igual que en el rostro de Johanna.

Me he dejado engañar como una maldita niña –varias lagrimas caen en la pagina- me he dejado engañar por algo que una parte de mi decía que solo era cosa mía. Por un momento creí que quizá sería correspondida. La muerte será el precio que page por mi estupidez.

El veneno corre velozmente, agotándome día a día. Escribo esto mientras tenga fuerzas para levantar la pluma.

Escribo esto solo para desahogarme. En la medida de lo posible, confió que estas palabras queden en el más profundo anonimato. Cada palabra de este diario es puramente sincera.

Lo que mas siento de morir, no es que sea por su culpa. Sino es que no he podido confesarle la verdad. Aunque puedo jurar una cosa antes de morir.

Me he enamorado de una persona sin sentimientos.

-en el final, hay manchas de sangre, que mantienen pegada la última página, siendo la única que no se puede leer-