Buenaaas :3

Hago presencia nuevamente para traerles algo que me trae como loca desde hace unos meses. Espero que les guste.

Disclaimer: Nisekoi es obra de Naoshi Komi, pero sé que algún día será mío *Risa Malvada* Okno.

~"(*O*)"~


1.Retiro

Estaba hablando por teléfono en la oficina de la mansión, había vuelto a Japón no hacía más de tres horas. Quería terminar con una negociación que le habían negado por años, pero al final parece que logró conseguir a alguien que le ayudara. Cortó la llamada con Adelt, su amado esposo, quien se encontraba en Estados Unidos trabajando en el traspaso de mando a Claude, su fiel acompañante y protector de su hija, quien se encargaría de los negocios para que Chitoge no tuviera que "ensuciarse" las manos trabajando en el Beehive.

Creo que ya es tiempo de ir dejando esto en manos más confiables… Pensaba con un suspiro, cuando alguien irrumpió el silencio en la oficina.

-Hana-san, aquí está el último documento de la empresa del contrato que me hablaste ayer, están dispuestos a aceptar el trato si nos reunimos con ellos esta tarde, acabo de hablar con ellos- decía su antiguo y más eficiente secretario.

-Oh chico, vaya que sorpresa! Realmente no creí que fueras capaz de convencer a esos sujetos, eres un buen mediador! Crees que serás capaz de manejar el negocio entero cuando muera?- decía entre risas la pelinegra

-Q-Qué!? P-Pero que estás diciendo Hana-san!?- decía Raku un tanto sorprendido

-Solo bromeo! Aunque debo decir que están haciendo un trabajo excelente… Puedo parecer joven pero mis fuerzas ya no son las mismas- decía poniéndose de pie

-Pero no hables así… al menos no frente a Chitoge…- Hana lo vio con simpatía al escuchar sus palabras, pero él prosiguió -Has estado planeando algo verdad?-

-Porqué lo dices chico?-

-Porque tienes la misma cara que pone Chitoge cuando está planeando algo y va en serio- Estas palabras rompieron el silencio de Hana con unas pequeñas carcajadas, aceptando la culpa

-Sí, tienes razón… He estado pensando en finalmente vender parte de mis acciones a los empresarios por una muy buena cantidad, y por supuesto esperaría que ustedes se encarguen oficialmente de las que queden en Asia y América- decía poniéndose frente a Raku, apoyándose en el escritorio

-Estás hablando en serio? Es decir, no habría problemas para administrar las acciones, pero apenas y alcanzamos a manejar la empresa aquí en Japón, sabes que no podremos viajar, al menos no por ahora- decía Raku con preocupación observando la foto enmarcada en el escritorio, Hana lo siguió con la mirada y suspiró

-No te preocupes por eso, sé que el trabajo los mantiene lo suficientemente ocupados, sé lo que significa ser un funcionario público, pero no será necesario que ninguno de ustedes viaje. Ya estuve contactando personal de mi confianza para que estén bajo sus órdenes y tomen rienda en el asunto. De todas formas yo tampoco quiero interrumpir su crecimiento- decía Hana mientras tomaba la foto enmarcada con su mano izquierda, mientras que su derecha colocaba otro cigarro de chocolate en su boca, luego prosiguió -Crees que habrá alguna manera de que pospongamos la reunión para el día de mañana?-

-Para mañana?-

-Sí… por culpa del trabajo casi no pude disfrutar a mi hija mientras crecía, y esta vez no quiero perderme ni un solo segundo de su crecimiento… si cambias la cita para mañana no perderemos el contrato y podré pasar la tarde libre con ustedes-

-Mmm no lo sé… déjame intentarlo- le decía Raku, había sacado ya su teléfono celular y marcaba el número del cual se había comunicado antes, discutió unas cuantas palabras y luego cortó –Es un hecho! La cita se ha cambiado para mañana en el almuerzo- decía Raku con el pulgar arriba y una enorme sonrisa, dejando a Hana aun sorprendida

-Tienes una gran habilidad en los negocios chico, yo batallé ese contrato por muchos años y fue hasta que te involucré que pudimos lograr convencerlos. Eres muy persuasivo!-

-Bueno, yo no diría eso- decía Raku sobándose la nuca, un tanto apenado

-Me alegra que hayas sido tú y no un mediocre cualquiera- decía Hana entregándole un documento en el cual pedía ambas firmas para finalizar el traspaso de sus acciones a sus nombres -Confío en ti, chico- le decía mientras que él le contestaba con una sonrisa y tomaba el papel para firmar.

-Darling! Ya volvimos!- Se escuchaba una voz a lo lejos

-Oh… Chitoge ha vuelto! Vamos Hana-san, se alegrará mucho de verte!- dijo Raku mientras abría la puerta de la oficina para dejarla pasar.

Ambos se dirigieron por el pasillo a la sala principal, en donde se encontraba uno de los fieles servidores Yakuza colocando unas bolsas de farmacia en la mesa de la sala, mientras que Chitoge buscaba algo dentro de la enorme bolsa azul que cargaba en el hombro con un enorme bebé en brazos.

-En donde dejé la receta!?- decía con su típico humor de siempre

-Chitoge, bienvenida a casa- le decía Raku mientras le ayudaba con la bolsa

-Raku! Ya volvimos- le decía mientras el pequeño hacía una seña de que había reconocido a alguien

-Mira quien pasará con nosotros esta tarde!- le decía Raku a su ahora esposa, mientras la rubia miraba con sorpresa a Hana

-Mama!?- decía mientras con prisa se acercaba a la mencionada

-Hola Chitoge, vamos a pasar este día juntos en familia!- le decía Hana, cuando ambas se percataron que el niño le estaba extendiendo los brazos con una sonrisa en el rostro

-Vamos Haku, saluda a la abuela Hana- le decía Chitoge mientras el niño la miraba confuso

-No, no, no. Haku-chan sabe que no debe llamarme así- decía entre risas la pelinegra mientras que Raku y Chitoge se intercambiaban miradas de gracia -Vamos Haku-chan, ven con Hana-san, te mostraré todo lo que te traje de Europa!- le decía mientras se llevaba al pequeño de vuelta a la oficina, dejando solos a los padres.

Ambos quedaron en silencio unos segundos, cuando Chitoge recordó lo que buscaba y se dirigió corriendo al bolso azul que había sido colocado en la mesa donde se encontraban las bolsas.

-Uh… qué es lo que buscas?- preguntó Raku al ver la preocupación de la rubia

-No sé dónde deje la receta del pediatra para Haku- decía mientras sacaba biberones, pañuelos, entre otras cosas de bebé

-Como salió el resultado? Está todo bien?- preguntó un tanto preocupado, acercándose a las bolsas de farmacia junto a ella

-Sí! Al parecer el resfriado ya desapareció, pero aún debemos darle sus vitaminas para fortalecer sus defensas… donde dejé la maldita receta!?- decía mientras se ponía de pie para correr hacia la salida, al darse vuelta chocó con Raku de frente, mientras él le mostraba la receta que tanto buscaba, y que él había encontrado dentro de las bolsas de farmacia

-no te preocupes tanto Honey, Haku es un niño fuerte, todo estará bien!- le decía Raku con una sonrisa mientras ella lo observaba.

Siempre era lo mismo, Raku siempre había sonreído tan sinceramente desde que fingían ser una pareja de enamorados hacía muchos años atrás, actuación que terminó siendo real para los dos. Era esa misma sonrisa de aquel entonces la que dibujaba en su rostro, la misma que hacía que Chitoge se ruborizara tanto que parecería un tomate fresco, y que hacía que su corazón latiera a mil por hora. Ambos se miraron a los ojos tan perdidamente, sonriéndose mutuamente, no se habían percatado que estaban a punto de besarse cuando…

-Mira Haku-chan, eso es lo que no debes aprender de tus padres! Al menos no hasta que tengas la edad suficiente- decía Hana a su nieto quien sonreía al ver a sus padres, quienes estaban colorados por haber sido descubiertos

-Mama!- decía Chitoge mientras Raku miraba hacia el lado opuesto

-Es hora de irnos familia! Vamos al parque a tomar el té!- decía entre risas del pequeño Haku.

Hana salió a las afueras de la mansión para abordar a Haku en la carriola. Chitoge volvió a tomar la bolsa azul, y cuando se volvía para seguir las espaldas de su madre e hijo, sintió un pequeño jaleo en su brazo izquierdo. El giro de 180 grados que dio la dejó atrapada en los brazos de su amante, con su rostro en su pecho.

-Todavía no hemos acabado- le susurró en el oído, acto seguido depositando un suave y tierno beso en sus labios

-Oigan no me hagan ir por ustedes dos, así que traigan sus traseros aquí de inmediato o si no…- Hana alegaba desde afuera de la mansión.

El romántico beso se vio interrumpido por las risas de ambos, quienes decidieron salir antes de que la mujer más temible de la familia fuera a traerlos. Tomados de la mano, salieron juntos hasta encontrarse con Hana y el pequeño Haku, y así caminaron hacia el parque para disfrutar del resto del día.